Articulo de Revisión, Afectación del Uso del Electrobisturí Monopolar en la cicatrización de la piel en pacientes diabéticos

Melisa Aguirre1, Camila Salgado2, Mariela Sánchez3, Viviana Arcila4 

Resumen

En las últimas décadas la diabetes mellitus tipo 2 ha incrementado notablemente su presencia dentro de la población mundial con proyecciones de convertirse en la séptima causa de mortalidad en el mundo para el año 2030 según la OMS (1). Las personas que padecen de este trastorno metabólico tienden a manifestar algunas comorbilidades entre ellas: la mala cicatrización de la piel y otros tejidos como consecuencia de las vasculopatías asociadas, alteración de la perfusión del entorno e hipoxia tisular, siendo muy propensos a manifestar isquemia tisular, traumatismos repetitivos e infecciones ya sea por la enfermedad de base debido al mal control de la hiperglucemia o como consecuencia de las eventualidades de la vida como accidentes o caídas que alteran dichos tejidos.

Por ese motivo, se realizó una revisión de tema recopilando varios estudios realizados en seres humanos relacionando aspectos como la tasa de complicaciones de la herida, la pérdida de sangre, los tiempos de incisión y la escala de dolor postoperatoria en incisiones en piel realiza- das con electro bisturí y bisturí frío; además de la revisión del proceso de cicatrización en el ser humano con el objetivo de identifi car las ventajas y desventajas del uso de la energía monopolar en intervenciones quirúrgicas realizadas en pacientes diabéticos.

Palabras claves: electrocirugía, cicatrización, diabetes mellitus tipo 2, piel, coagulación, hemorragia.

Impact of use of monopolar electrosurgical unit (monopolar electrocautery) in skin healing of diabetic patients

Abstract

In the last decades, prevalence of Type 2 Diabetes Mellitus has increased signifi cantly in the world, forecasting to become the seventh cause of mortality by year 2030 according to WHO; people who have this metabolic disorder tend to have comorbidities, among them, defective skin and other tissues ‘healing as a consequence of vascular disease, perfusion disturbances and tissue hypoxia, being more susceptible to tissue ischemia, repetitive trau-matic injuries and infections, whether it is because of their control of underlying disease hyperglycemia or as a consequence of everyday issues such as accidents or injuries that might affect such tissues.

This is a review paper analyzing several studies performed on human beings related to as-pects such as wound complication rate, loss of blood, incision times and post operatory pain scale on skin incisions done with an electrosurgical unit (cautery knife) and a cold scalpel, besides a review of healing of human tissue, aiming at of identifying the advantages and disadvantages of the use of monopolar energy in surgical procedures on diabetic patients.

Keywords: Electro surgery, wound healing, type 2 diabetes mellitus, skin, clotting, blood loss.

Introducción

La cicatrización consiste en un proceso biológico que realizan los seres vivos para reparar las áreas que han sido lesionadas, a saber: órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos. Uno de los órganos de mayor extensión que realiza este proceso, conoci- do como reparación tisular, es la piel cuya función principal consiste en proteger el cuerpo de factores agresivos o peligrosos. La reparación tisular ocurre en tres fases: infl amación, proliferación y una fase de maduración cuyo objetivo fi nal consiste en que la cicatrización se desarrolle de manera exitosa evitando la pérdida de líquido sanguíneo, el acceso de microorganismos y la recuperación de un fl ujo sanguíneo adecuado (2). La fase infl amatoria suele durar de 3 a 5 días después de la lesión tisular, ésta involucra una etapa de hemostasia y de migración celular para disminuir los daños ocasionados por agentes extraños por medio de la quimiotaxia, la permeabilización vascular, la liberación de citoquinas y los factores de crecimiento tisular. Una vez finalizada la fase anterior, inicia la proliferación de células que se encargan de dar lugar a la producción del tejido de granulación el cual está constituido por nuevos vasos, fibroblastos, ácido hialurónico y algunas fibras laxas de colágeno y, finalmente, se lleva a cabo la etapa de maduración en la cual la herida se contrae (3).

En el proceso de la cicatrización influyen varios factores como: la raza, la edad, la nutrición, la radiación ionizante, los fármacos exógenos y las enfermedades de base como la diabetes mellitus que consiste en un desorden metabólico causado por el déficit de producción de la insulina o resistencia a esta, hecho que conlleva a presentar hiperglucemia crónica provocando alteraciones en la fisiología a largo plazo (4). En este contexto, según los datos proporcionados por la Federación Internacional de Diabetes (FID), en la séptima edición de su reporte publicada en diciembre de 2015, se afirmó que una de cada 11 personas sufre de diabetes y se indicó que 415 millones de personas en el mundo padecen dicha enfermedad lo que equivale a una prevalencia del 8,3% y, para el año 2040, se prevé un incremento de más de 227 millones de personas (5). Por su parte, en enero de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que la diabetes tipo 2 representó el 90% de los casos de enfermedad en el mundo debido a los malos hábitos de vida de las personas, entendiendo los malos hábitos como activi­dades del quehacer diario como: mala alimentación, poca actividad física y el consumo no moderado de alcohol y tabaco (6), que conllevan consecuencias negativas para la salud del individuo.

Siguiendo esa línea, los diabéticos tipo 2 pre­sentan vasculopatías en grandes vasos y algunas anomalías microvasculares produciendo una reduc­ción en la perfusión del entorno y provocando una hipoxia tisular, es decir, la reducción transcutánea del oxígeno. Por este motivo, tienden a ser más propensos a sufrir una isquemia tisular, traumatismos repetitivos e infecciones (7). Estas situaciones se presentan debido a las propiedades de acción de los eritrocitos del paciente diabético, o lo que es lo mismo, las propiedades físicas del flujo de dichas células las cuales manifiestan una disminución en: la fluidez, el sistema antioxidante, el potencial de membrana y un incremento en la resistencia a los cambios térmicos (8). Además, se presentan alteraciones en el proceso de coagulación puesto que hay un aumento en la adhesión plaquetaria, disfunción endotelial, aumento en los factores de coagulación II, V, VII, VIII, IX, X, XI ,XII y disminu­ción en la fibrinólisis, favoreciendo que aparezca una hipercoagulabilidad y eventos trombóticos (9).

Asimismo, la fase inflamatoria se ve afectada por la hiperglucemia, característica de las personas diabéticas, debido a que la respuesta quimiotáxica disminuye y se reduce la migración de macrófagos y leucocitos dando como resultado un aumento en el tiempo en el que se lleva a cabo esta etapa. Por lo anterior, se retardan tanto la síntesis de coláge­no, como la formación del tejido de granulación, procesos necesarios para llevar acabo la fase II de la cicatrización. Adicionalmente, se experimenta una disminución en la formación de nuevos vasos sanguíneos (neo vascularización) (10).

Algunas lesiones tisulares son causadas duran­te los procedimientos quirúrgicos (herida quirúrgica) con un fin terapéutico en los pacientes. Esto genera una situación de estrés que desencadena el des­equilibrio de hormonas y citoquinas favoreciendo el aumento de catecolaminas, cortisol y resistencia a la insulina, por lo cual deviene una hiperglicemia (11, 12). De acuerdo con la Asociación Americana de la Diabetes, el 25% de los pacientes diabéticos requerirán ser intervenidos quirúrgicamente en algún momento de su vida, además debido a la condición de base de estos individuos aumenta la tasa de mortalidad y morbilidad con respecto a los pacientes no diabéticos (12).

Puesto que, la hiperglicemia incide directa­mente el proceso de cicatrización resulta necesario ejercer un control pre, peri y postoperatorio de los niveles de glucosa en la sangre principalmente en pacientes diabéticos. Durante las cirugías con mayor tiempo de intervención quirúrgica, debe realizarse un control de la glicemia cada una o dos horas para conseguir niveles perioperatorios entre 100 y 150 mg/dl y, de ese modo, disminuir los efectos negativos de la hiperglicemia sistémica en el paciente. Secundariamente, este procedimiento contribuye a que el proceso de cicatrización sea fisiológicamente posible (13).


1 Instrumentadora Quirúrgica. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Colombia.
2 Instrumentadora Quirúrgica. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Colombia.
3 Instrumentadora Quirúrgica. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Colombia.
4 Instrumentadora Quirúrgica, Mg. Epidemiología. Docente Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Colombia.

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