Revisión de Tema: La Mujer en la Medicina Colombiana

Luis Hernán Eraso Rojas1

Resumen

Esta investigación histórica destaca la participación de la mujer en el contexto de la historia de Colombia, con énfasis en la medicina. Durante la época prehispánica, además de cuidar a sus hijos y a su hombre, atendiendo su riesgosa maternidad, contribuyó a sostener la población de la tribu.

En la conquista y la colonia casi se exterminaron los aborígenes y fueron reemplazados por la etnia mestiza. Entonces, las parteras escribieron parte de la historia y dominaron el pano rama médico de la mujer por más de 300 años. En el siglo XIX, el más violento de la República, la medicina se desprestigia; proliferan comadronas, curanderas y yerbateras.

Sin embargo, en las últimas décadas cambia la situación: se estructura la profesión de enfermería, se gradúa la primera mujer médica colombiana y es evidente el progreso en obstetricia y ginecología. En los siglos XX y XXI, la mujer logra todos sus derechos: conquista la universidad y la sociedad. En las áreas de salud es donde sobresale y a partir de la década de los setenta comienza a equiparase con el hombre en número de profesionales y técnicos, que hoy domina ampliamente.

Palabras clave: Historia, participación, aborígenes, mestizas, parteras, universidad, profesionales.

Women in Colombian Medicine

Abstract

This historic investigation highlights the participation of women in the context of the history of Colombia, focused on medicine. During the pre-hispanic times, in addition to taking care of their children and men, also caring for their dangerous motherhood, they were a support for people of the tribe.

During the conquest and the colonization, aborigines were almost exterminated, being then replaced by the Mestizo ethnicity. It was when midwives wrote part of the history and dominated the medical scene of women for over 300 years. In the 19th century, the most violent one of the Republic, medicine was discredited: proliferation of midwives, healers and herb-doctors.

However, during the last decades this situation changed: the profession of nursing was structured, the fi rst Colombian female physician graduated and the progress of obstetrics and gynecology became evident. By the 20th and 21st centuries, women reach all their rights: they conquer university and society. It is in health areas where they excel, and starting in the seventies match men in number of professionals and technicians, number which nowadays they have surpassed.

Key words: History, participation, aborigines, mestizos, midwives, university, professionals.

Introducción

Es evidente la importancia que la mujer ha tenido en la historia de Colombia y en el desarrollo de la medicina. “La mujer en la medicina colombiana” (figura 1) analiza y estudia su participación en cada periodo: desde cuando padecía enfermedades que soportaba en penosas circunstancias, cuando paría sola a orillas de los ríos, levantaba a sus hijos y cuidaba a los enfermos en las tribus.

Luego, durante más de tres siglos, cuando ejercía la empírica profesión de comadrona y trabajaba en la servidumbre de los hospitales, en épocas en que a esos centros despectivamente se les llamaba moridero de pobres. Al fi nal, después de superar grandes obstáculos, hacia la tercera década del siglo pasado, cuando logró ingresar a la universidad y a la academia. (Vea también: Correlación entre Síntomas Menopáusicos y Percepción de Estrés en Mujeres del Caribe Colombiano)

Libro del Autor Luis Hernán Eraso RojasAllí reaccionó y acabó con el absurdo pensamiento colectivo que la estigmatizaba como intelectualmente inferior. Hoy, desafía la globalización, la tecnología y el éxito, subordinados a una extrema competencia, y demuestra que en las áreas de la salud, como en otras, en igualdad de condiciones puede y tiene derecho a destacarse.

Considero pertinente continuar estudiando este tema porque aún quedan asuntos inéditos y trabajos que pueden enriquecerlo, entre estos, hay dos que particularmente llaman la atención: el primero, la infl uencia directa en la práctica médica, incluyendo la investigación y, el segundo, su importante participación en áreas de administración y políticas de salud.

Esta evolución y desarrollo nos invitan a considerar con interés lo que puede ocurrir en los próximos treinta años: su participación, demostrada estadísticamente, pronostica hechos sorprendentes y no es una concepción simplemente imaginaria suponer que para entonces, ella sea superior en número en las diferentes actividades médicas; no nos referimos, claro está, a la calidad individual porque esa es una condición no ligada al género, pero sí, globalmente, podemos esperar que la medicina, en esas condiciones, sea más humana.

Termino parafraseando a José María Bermúdez de Castro en uno de los apartes de su libro La Evolución del Talento: podría decirse que reconociendo el talento médico que desde nuestros orígenes estaba latente en la mujer, este ha evolucionado hasta determinar y ser protagonista importante en el presente.

Época prehispánica

La época prehispánica comprende miles de años, en los que se desarrollaron varias culturas con diferentes costumbres que infl uyeron en la vida y la salud de la mujer, siendo la chibcha-muisca la más destacada. La principal fuente en este periodo corresponde a los hallazgos en cementerios indígenas: restos humanos y fi guras antropomorfas talladas en madera, metales y cerámica (figura 2) (1).

La vida de las indígenas estaba rodeada de grandes peligros y sufrimientos, la expectativa no pasaba de 24 años. En su corta existencia el pro medio de hijos era de 2,2. (3)

Siguiendo arcaicas costumbres, salía de su choza y sola se iba a parir a orillas de los ríos o quebradas. Y, en ese mismo instante, tenía que tomar decisiones vitales en relación a las niñas: si era primogénita, si ya había otra niña en la familia o si nacía con alguna tara, su obligación era matarla. (24)

Después del parto (figura 3) se abstenía de tener relaciones sexuales durante un año y medio y amamantaba a sus hijos hasta por cuatro años, esta práctica infl uía en la regulación de la ovulación, estos métodos pueden considerarse como medios de planifi cación familiar (23).

Cerámica de un Parto: ReconstrucciónPara los aborígenes dos cosas eran sagradas: la madre tierra que les proporcionaba los alimentos y la mujer embarazada que aseguraba la subsistencia de la tribu.

Las enfermedades tropicales la acosaban: las trepanomatosis y entre estas el pian, que producía tullimientos y bubas en las zonas húmedas, axilas, vagina y ano, así como el carate, manifestado por lesiones ulcerosas en la piel, muy desagradables, parecidas a las de la lepra, que en algunas tribus eran signos de distinción, las madres les daban a sus hijas a tomar una bebida para que se contagiaran. (19)

Se ha encontrado restos óseos con estigmas producidos por sífilis (figura 4), enfermedad que ya existía en América antes de la llegada de los españoles; la poligamia, la libertad sexual y la existencia favorecían la transmisión. de unas prostitutas llamadas chichizapquasas, favorecían la transmisión.

Sífilis: Gonzalo Correa UrregoA La famosa momia de Guane (figura 5) que pertenece a un hombre que vivió hace cientos de años en esa región, en el Departamento del Norte de Santander, se le encontraron secuelas de tuberculosis en vértebras. El hacinamiento y la convivencia con la mugre aumentaban las posibilidades de contagio.

Momia de Guane: TuberculosisEl tratamiento de las enfermedades generales estaba a cargo del Chamán, quien tenía la conexión con los espíritus. El embarazo, el parto y las enfermedades propias de ellas se las atendía ella misma. Fray Pedro Simón(19) refiere que entre los araucanos guajiros había unas mujeres excepcionales que practicaban la sanación y se las llamaba Jaivanas. No obstante, a pesar de tanta dificultad que tenían estas aborígenes, su cuotidiana vida transcurría en libertad, dedicada a su hombre y a sus hijos, hasta que un día llegaron ellos y todo lo cambiaron: sus diosas, su lengua y sus costumbres.


1 Miembro de Número, Academia Nacional de Medicina. Neurocirujano. Bogotá. Este artículo está basado en el libro del autor que lleva el mismo nombre.
Conquista y Colonia

En este largo periodo que duró más de 300 años, casi se exterminó la raza aborigen, la reemplazó la mestiza, dominada por la Iglesia y un exagerado machismo.

Los españoles trajeron médicos, cirujanos y algebristas o traumatólogos, quienes no atendían partos ni enfermedades de la mujer porque consideraban que esa práctica no estaba a la altura de su categoría.

En 1543 llegaron al Nuevo Reino de Granada las primeras parteras, también las primeras vacas (23); con la leche de estos animales se disminuyó el tiempo de amamantar y con esto las aborígenes aumentaron su capacidad reproductiva.

Durante la colonia y la independencia las parteras (figura 6) dominaron la obstetricia, ejercían con el aval de la Iglesia y del Estado y gozaban de la aceptación de la sociedad, algunas llegaron a tener fama y fortuna.

Atendiendo un Parto

Sin duda, estas empíricas, fueron las primeras profesionales que contribuyeron a escribir parte de la historia médica.

Sin embargo, no eran las únicas, las curanderas y las yerbateras se dedicaron a la sanación y a las prácticas abortivas. Las autoridades y la Iglesia consideraban que tenían pactos demoniacos y eran perseguidas, acusadas, procesadas y ejecutadas por la inquisición. Los médicos de entonces veían en ellas la competencia. (12)

El cronista Cieza de León refiere dos hechos curiosos relacionados con la mujer y dos enfermedades que causaban muchas muertes, el tifus y el paludismo: cuenta que unas viejas, arrugadas y sin dientes eran las encargadas de despiojar a los familiares y amigos.

Se sentaban cómodamente y en su regazo apoyaban la cabeza de la parasitada, con paciencia comenzaban a buscar los piojos, los cogían, los mataban entre las uñas y se los comían como si fueran “piñones”. De estas mujeres podríamos decir que con este procedimiento ya practicaban la medicina preventiva porque eliminaban el vector y rompían el círculo del contagio.

En otra parte nos refiere que la hermosa condesa de Chichón, esposa del Virrey del Perú, padecía de fiebres; ni los rezos, ni conjuros, ni el elegante médico titulado habían podido curarla, su salud cada día era más crítica; fue desahuciada y únicamente un milagro podía salvarla.

Y el milagro llegó vestido de cura Jesuita, quien portaba un frasco con un polvo extraído de la corteza de un árbol que los aborígenes llamaban “quina-quina”, se lo administró durante unos días y la condesa comenzó a mejorar y a recuperar su belleza. A los pocos meses viajó a Europa y llevó consigo el remedio que asombró a los médicos, entonces se le conoció como “el polvo de la condesa o polvo de los jesuitas”.

El sabio José Celestino Mutis, conocido como el “Padre de la Medicina Colombiana” vino a poner orden a la práctica médica y a interesarse por las enfermedades de la mujer. De paso por la población de Mompox se entrevistó con la protomédica Bartola de Mier, quien le consultó por la muerte de muchos niños recién nacidos: presentan fiebre, se les contraen los músculos de las mandíbulas y de la espalda, no pueden alimentarse y se arquean, por último votan espuma por boca y nariz, se ponen morados y mueren. Es una literal y patética descripción del tétanos neonatorum.

El sabio en principio no sabe que responder, mira a Bartola y le dice: “creo que se trata de una forma de epilepsia y las convulsiones se deben al sufrimiento que les causa a los niños la cauterización del cordón umbilical”. Esta es la primera junta médica que se realizó con participación de un sabio y una pseudomédica.

Durante la colonia las únicas mujeres que intervenían en prácticas de salud eran las parteras, las sanadoras y las yerbateras que ejercían su trabajo en forma privada y cobraban honorarios. En los hospitales empleaban a mujeres para realizar servicios generales, aseo y cocina. Se concluye que en este largo periodo la participación de la mujer fue pobre y limitada.

Siglo XIX

Es el más difícil y violento de la historia, quizá el que más; la guerra de la Independencia y las civiles llevaron a la República a una extrema pobreza. Sin embargo, se presentaron unos hechos médicos interesantes que involucraron a la mujer: (6)

A comienzos del siglo el Rey de España organizó “La Real Expedición Filantrópica de la vacuna”, considerada entonces como la más grande empresa humanitaria realizada con el fin de traer la vacuna en contra de la viruela a América.

Para transportar el biológico utilizaron a 25 niños expósitos, inocularon el virus en el brazo de uno de ellos y antes de ocho días con una lanceta tomaban un fragmento de la vesícula e inocularon el virus en el brazo de otro; la cadena continuó con cada uno de ellos hasta llegar a su destino. Una gran proeza. En el Virreinato se vacunaron 65 mil personas.

Isabel Cendales y Gómez, una de las protagonistas de esta empresa, era la enfermera encargada de cuidar y controlar a los niños. Al finalizar la campaña, Isabel se quejaba de que los directores de la Real Expedición no la tenían en cuenta para nada y estaba cansada de las pilatunas y groserías de los niños.

Es considerada la primera enfermera en el mundo especializada en salud pública. (9)Entre 1827 y 1868 se tomaron en el país algunas medidas en políticas de salud que tuvieron gran importancia para la mujer. Francisco de Paula Santander creó la primera Facultad de Medicina, anexa a la Universidad Central, entre las materias figura la cátedra de obstetricia y se ordena control a las parteras.

A mediados del siglo el Presidente José Hilario López, ante la escasez de profesionales decreta: “no es necesario título para ejercer cualquier profesión, suprímanse las universidades”, el resultado fue la proliferación indiscriminada de improvisadas practicantes parteras, sanadoras, yerbateras, abortadoras y hasta monjas dedicadas a la sanación en los conventos.

Se incrementó la mortalidad y el desprestigio de la medicina fue general. En esas circunstancias el presidente médico Santos Acosta, a fin de mejorar la situación crea la Universidad Nacional y en la facultad de medicina se restablece la cátedra de obstetricia y se enfatiza sobre enfermedades de la mujer.

Se considera un hito médico la llegada en 1873 de las monjas francesas (figura 7) Dominicas de la Presentación, quienes se vincularon al Hospital San Juan de Dios, al Leprosorio Agua de Dios y por su experiencia también fueron llamadas a atender a los heridos en las dos última guerras civiles, la de 1876 y la de Los mil días (27). Estas hermanas de la caridad establecieron escuelas de formación de enfermería y comenzaron a estructurar esta profesión (8-27).

Hermanas de la Presentación

Otro acontecimiento histórico, talvez el más importante fue la llegada al país de la primera médica colombiana, la Dra. Ana Galvis Hotz, graduada en 1887 en Berna, Suiza. La Dra. Galvis se dedicó al tratamiento de enfermedades de la mujer. En el ejercicio de la profesión tuvo que sortear la resistencia de la sociedad y las dudas de los colegas de la capital sobre su idoneidad.

Termina este siglo con la utilización de nuevos inventos y descubrimientos: fonendoscopio, tensiómetro, Rx; los progresos en cirugía, en anestesiología y evidentes avances en el estudio de enfermedades de la mujer.

Siglos XX Y XXI

El siglo XX es el siglo de la mujer, en él cambió su estatus: la educación, la planificación familiar y el ingreso al mercado laboral fueron determinantes.

En las tres primeras décadas no se admitían mujeres en la universidad, la única excepción fue Paulina Beregoff, (7) de origen ruso, quien ingresó a la Universidad de Cartagena y es la primera médica graduada en una universidad colombiana.

En esta época se afianzó la educación en enfermería y las parteras comenzaron a ser desplazadas por los médicos.

A partir de entonces comienza el cambio definitivo: se aprueba el bachillerato femenino y el ingreso a la universidad, dando fin al oscurantismo cultural y, un poco más tarde, se le reconocieron sus derechos ciudadanos (10).

En el año de 1938 la Universidad Nacional otorgó el grado de médica a Inés Ochoa Pérez, siendo ella la primera mujer colombiana graduada en el país. Única entre 60 estudiantes, fue objeto de discriminación por muchos de sus condiscípulos.

La mujer llegó a la universidad con complejo y temor, las críticas venían inclusive de otras mujeres, hasta se llegó a decir que estados fisiológicos como la menstruación, el embarazo y la lactancia no les permitían pensar ni trabajar. Hasta la década de los años cincuenta únicamente se habían graduado 32 médicas.

En profesiones como enfermería y odontología el número era mayor. Hacia los años setenta y siguiendo los pasos de otros países, Colombia inició la apertura y ampliación de programas afines a la medicina: fisioterapia, nutrición, dietética, ayudantes de laboratorios, de odontología y otros, los que fueron ampliamente aceptados por la mujer y desde el principio su número superó a los hombres.

Casi paralela a estas iniciativas se comenzó a implantar la planificación familiar, considerada como un hecho revolucionario porque además de determinar voluntariamente el número de hijos y tener mayor libertad sexual, ella pudo ingresar con más opciones a la universidad y concluir sus estudios.

Termina el siglo XX con la aplicación de la Ley 30 de 1992 sobre educación, que autorizó y facilitó la apertura de programas de salud en todo el país. Al final del siglo el número de estudiantes y profesionales mujeres en ciencias de la salud es ampliamente superior al de hombres.

A continuación analizamos unos datos estadísticos relacionados con el talento humano en salud, realizados por Fernando Ruiz y colaboradores, Cendex de la Universidad Javeriana, y el Ministerio de Protección Social de entonces; del análisis de estos datos estadísticos, de la disponibilidad de recursos y de las competencias se propuso realizar una reforma a la salud (Figs.8-10).

Incremento de Programas

Enfermería. 1974-2006: de 19 pasó a 38.
Medicina. 1993-2006: de 11 pasó a 41.
Odontología. 1993-2006: de 4 pasó a 18.

La Mujer, Porcentaje de egresadas: año 2006
Relación de profesionales por género

Número de mujeres por cada hombre

Se destaca la proliferación de programas de salud en 12 años, con crecimiento en algunas profesiones hasta de un 300%.

En el año 2009, la única profesión con mayor número de hombres es medicina, esta cifra fue superada por ellas en la primera década de este siglo.

En 2011, el número de mujeres profesionales supera ampliamente al de hombres, este fenómeno es sostenido y tiende a incrementarse.

Hoy más del 70 % de profesionales, técnicas y tecnólogas relacionados con la salud son mujeres.

Razones por las que la Mujer tiene Afición por las Profesiones Médicas

1. Le proporciona independencia económica y estabilidad laboral
2. Tienen afinidad y se complementan con algunas actividades del hogar.
3. Por su condición perse, ella es más sensible al dolor y al sufrimiento.
4. Elevan su estatus, especialmente a las de estratos bajos.

Se puede considerar este libro como un homenaje a la mujer dedicada al servicio de la comunidad a través de las diferentes profesiones de la salud. Un reconocimiento a su dedicación y a su sentido humanitario presente en ella desde sus más lejanos ancestros.

Referencias

1. Arango, J. Mitos y Leyendas y Dioses Chibchas. Bogotá: Plaza y Janes;1991.
2. Balaguer, E. Ballester, R. En el nombre de los niños. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna. Disponible en: www.aeped.es/…/en_el_nombre_de-los-niños-completo.pdf
3. Beltrán, F. Los Muiscas. Bogotá: Edit. Nueva América; 1993.
4. Caballero, E. América, una equivocación. Bogotá: Edit. Pluma, 1978.
5. Cohen, L. Colombianas en la vanguardia. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia; Colección Clío, 2001.
6. Chepark, E. La Mujeres en la Independencia. Ensayo, Las Mujeres en la Historia de Colombia. Bogotá: Editorial Norma; 1995.
7. De la Ossa, P. La primera mujer universitaria en Colombia, Paulina Beregoff. 1920-1970, 2002. Disponible en: http://revistas.uptc.edu.co/revistas/index.php/ historia_educacion_latinamerican/article/view/1470
8. Enfermería Avanza. Orígenes de la Enfermería en Colombia. Consultado el 15 de noviembre de 2009. Disponible en: enfeps.blogspot.com/…/orígenes-de-la-enfermería –colombiana.html
9. Enfermería Avanza. Isabel Sendales y Gómez, primera enfermera de Salud Pública de México, domingo 16 de mayo de 2010. Disponible en: enfeps.blogspot. com/2010/05/Isabel-cendala-y-gomez-primera.html
10. Giraldo, A. Los derechos de la mujer en la legislación colombiana. Repertorio histórico de la Academia Antioqueña de Historia. Medellín: 1987.
11. Linares, Andrea. La atención del embarazo y el parto en Colombia. Falla en calidad y atención, Ministerio de la Protección Social, Bogotá, abril de 2008.
12. Barrado Barquilla, J. Los dominicos y el nuevo mundo, siglos XVIII-XIX. Editorial San Esteban, 1995. p. 404-405, 424-42.
13. Martínez, A. Patobiografía de Simón Bolívar. Imprenta de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Tunja: 1975.
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20. Rodríguez, A. Premios Nobel de Medicina y Ciencias Fisiológicas. Nomos Impresores, Bogotá: 2012
21. Ridley, M. Qué nos hace humanos. Editorial Taurus. Bogotá: 2003.
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26. Reyes, C. Proceso histórico y derechos de las mujeres, años 50 y 60. Las mujeres en la historia de Colombia. Editorial Norma. Bogotá: 1994
27. Velandia, A. Historia de la enfermería en Colombia. Editorial Universidad Nacional, Facultad de Enfer-mería. Bogotá:1995.
28. Zárate, M. Dar a luz en Chile, siglo XIX: de la ciencia de hembra Santiago. Centro de Investigaciones Diego Barros Arana de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos y Universidad Alberto Hurtado. Santiago de Chile: 2007.

Recibido: febrero 11, 2016
Aceptado: marzo 9, 2016

Correspondencia:
hersof@yahoo.com

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