Reseña Histórica de la Psicocirugía en Colombia

Académico Mario Camacho Pinto, M.O.

Resumen del trabajo que presentó el autor, en su posesión como Miembro Honorario de la Academia Nacional de Medicina de Colombia y como Miembro Activo de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina, el día 21 de noviembre de 1996.

Introducción

La Psicocirugía puede considerarse como una rama de la Neurocirugía convencional. Esta “Reseña” se refiere solamente a la Historia de la Psicocirugía y no de la Neurocirugía.

En un concepto moderno la Psicocirugía abarcaría no solamente las Psicosis y las Psiconeurosis sino también las demencias por hidrocefalia de presión cerebral normal o síndrome de Hakim y las alteraciones psíquicas de etiología orgánica, como ciertos tumores cerebrales y traumas cráneo-encefálicos.

Como 10 mostró o anunció Mario Camacho en su trabajo de ingreso a la Academia Nacional de Medicina, titulado “Alteraciones Psíquicas en Neurocirugía” mediante observación y estudio de numerosos pacientes atendidos en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá, trabajo elaborado con la colaboración del doctor Gerardo Aristizábal en esa época Residente de la Unidad de Neurocirugía y ahora sobresaliente Neurocirujano. Desafortunadamente este trabajo quedó inédito.

La Psicocirugía en la modalidad técnica de leucotomías y lobotomías tuvo en el ámbito científico mundial una iniciación repentina, un desarrollo rápido, una descalificación precipitada y un resurgir que se inicia ahora gracias a la tecnología actual.

Esta apocopada evolución tiene una particularidad sui generisen Colombia consistente en que se ha sucedido toda su historia dentro de mi vida profesional, como actor o como testigo en afortunada coincidencia que se relata a todo lo largo de este escrito. (Lea también: Editorial, ¿Es necesaria una Academia de Medicina?)

En el año de 1936 el célebre neuropsiquiatra de Lisboa, más tardePremio Nobel, Egaz Moniz, sorprendió a sus oyentes en el II Congreso Mundial de Neurología, reunido en Londres, cuando anunció que en asocio de su neurocirujano Almeida Lima venían practicando desde finales del año anterior la interrupción quirúrgica cerebral de las interconexiones fronto-talámicas, vale decir, interceptando la comunicación entre la función ideativa frontal y su repercusión talámica emocional exagerada o patológica, como tratamiento de los graves síndromes afectivos mentales rebeldes a la terapéutica convencional.

Su técnica original esquematizada con brocha gorda consistía en trepanación del craneo en la región frontal lateral de ambos lados, transfixión del hemisferio cerebral por medio de una cánula apropiada e inyecciones de alcohol absoluto que destruía la sustancia blanca, es decir, las fibras de asociación.

Poco después el alcohol fue abandonado y reemplazado por corte quirúrgico por medio de un instrumento semejante a un corta papel de bordes romos que denominaron “leucótomo”, estableciendo así su técnica denominada “Lobotomía” que se expandió rápidamente por todo el mundo, técnica que fue perfeccionada por los norteamericanos Freeman y Watts de Washington D.C. denominándola “Lobotomía prefrontal bilateral”, y que practicó en Bogotá Camacho con algunas modificaciones personales, de 1941 en adelante, como consta en esta Reseña.

Capítulo 1

Consolidación de una Inquietud

Nacimiento de la Psicocirugía en Bogotá

Los mentores en Bogotá, que facilitaron el despegue local de Camacho en la trayectoria progresiva de su especialización hacia la Psicocirugía fueron:

1. Para su realización quirúrgica:

a) En el Hospital San Juan de Dios, mediante concurso, el nombramiento y desempeño de todos y cada uno de los cargos, del escalafón quirúrgico, desde Interno (Residente) de Clínica Quirúrgica bajo la dirección del Estelar Cirujano César Augusto Pantoja, en el Servicio del Profesor Juan N. Corpas; Jefe de Clínica Quirúrgica en el Servicio de los Profesores Agustín Arango Sanín y Pedro Eliseo Cruz, hasta obtener por concurso el título y nombramiento de primer Profesor Agregado en Neurocirugía y luego Profesor Asociado encargado de Cátedra.

b) En la Sede de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, el nombramiento mediante concurso, 1939- 1940, de Jefe de Trabajos Prácticos de Técnica Quirúrgica bajo la dirección de los Profesores Santiago Triana Cortés y Manuel Antonio Rueda Vargas.

Para su formación Psiquiátrica. Intervinieron tres fuentes, a saber: particular, docente y asistencial.

“En el ámbito particular fueron asesores, mi Presidente de Tesis, profesor Julio Manrique, eminente Psiquiatra; mi inteligente e inquieto camarada, experto psicoanalista, genuino educador, Académico Francisco Socarrás, recientemente fallecido en lamentable accidente; mi condiscípulo y compañero de estudios Hernán Vergara Delgado, consumado psiquiatra”.

“En el área docente, mi nombramiento mediante concurso, de Jefe de Clínica de Neurología y Psiquiatría en la Facultad de Medicina”.

“En el área asistencial, mi nombramiento y desempeño como Cirujano Neurólogo del antiguo Asilo de Locas en el año de 1943 y en el frenocomio de varones de Sibaté y el Hospital San Juan de Dios en 1945”.

En el Asilo de Locas en la calle 5a. Hospital Neuropsiquiátrico de 2.000 camas, su Director y Profesor Edmundo Rico, maestro por antonomasia, mi asesor permanente y amigo a la vez; el talentoso subdirector humanista consumado, profesor de Psiquiatría, pregonero de la Psicocirugía, Francisco Gómez Pinzón, prematuramente fallecido.

Luis Jaime Sánchez, el insomne Jefe de Clínica, gran psiquiatra, precozmente realizado pues ya redactaba su tratado de Psiquiatría que devino a ser Libro de Texto en varios países latinoamericanos, fundador director de “Gaceta Neuropsiquiátrica de Bogotá” que dirigió y escribió hasta su temprano fallecimiento.

Los destacados residentes, más tarde connotadas figuras de la Psiquiatría, Ariel Durán Solano, Humberto y Andrés Roselli, Carlos Castaño Castillo, Ricardo Azuero Villamizar, Alvaro Villar Gaviria, fueron solidariamente compañeros colaboradores en el estudio de los pacientes y en la confección de las historias clínicas, bases de la selección de los candidatos programables para la Lobotomía Prefrontal Bilateral.

Destacados profesionales, jefes de otras secciones del Asilo como Juan Pablo Llinás, Hernando Groot Liévano, Antonio Ordóñez Plaja, Carlos Plata Mujica, Alvaro Calderón Vargas, Enrique Darnald Restrepo, participaron activamente y fueron valiosísimos estímulos en el excelente equipo médico de trabajo conjunto que constituyó la Edad de Oro de la Psiquiatría Colombiana.

Insatisfecho con la rutina ambiental, solicité al Instituto Internacional de Educación de Nueva York, representado en Colombia por el profesor Jorge Bejarano, un Fellowship para ampliar mi preparación neuroquirúrgica, solicitud que fue atendida concediéndome en 1944 la designación de una beca programada por el término de 2 años para el Servicio de Neurología y Neurocirugía del Hospital Belleveue.

Institución que me dio adicionalmente el nombramiento de Research Fellow con Residencia Hospitalaria, bajo la dirección del profesor Foxter Kennedy, Fellowship, transferida luego para el Instituto Neurológico de Nueva York, de Columbia University, bajo la dirección del famoso neurocirujano Walter Tracy Putnam, recibiendo en mi regreso a Colombia un segundo nombramiento de Cirujano Neurólogo, no solamente del Asilo de locas, sino del Frenocomio de Varones de Sibaté y del Hospital San Juan de Dios de Bogotá, en donde fundé de inmediato el primer Servicio de Neurocirugía en el país.

Capítulo 11

Normas, pautas y principios de Psicocirugía. 1942-1943

Oportunamente en el mes de noviembre de 1942, la Revista “Anales Neuropsiquiátricos de Bogotá”, publicó un trabajo de Mario Camacho titulado: “Lóbulos frontales y Psicocirugía” en el cual expuso su formación ética e información médico-científica que lo autorizaron para iniciar su práctica psicoquirúrgica sobre bases experimentales y clínicas, carente de improvisación, que respaldó en los procedimientos admitidos y preconizados internacionalmente.

No se trata de la acomodaticia interpretación a posteriori para explicar lo pasado, sino el relato histórico de los hechos sucedidos en aquella lejana época, en transcripción fide digna de lo publicado entonces, hace más de medio siglo

Capítulo III

Primera Etapa

Iniciación de la Psicocirugía en Bogotá, 1942

Nombramiento de Camacho como cirujano-neurólogo del Asilo de Locas. Abril de 1943

Técnica quirúrgica empleada

Para iniciar las lobotomías no está por demás aclarar que previamente Sánchez y Camacho entrenaron lo suficiente en el anfiteatro del Asilo de Locas, Hospital Psiquiátrico con 2.000 camas, sobre los cadáveres institucionales de indigentes no reclamados por sus deudos.

En 1943, la Revista “Anales Neuropsiquiátricos” publicó un trabajo de Sánchez y Camacho con los primeros once casos operados en Bogotá por “Lobulotomía prefrontal“. Cabe anotar que la mayoría de estas pacientes habían sido tratadas por los métodos de “Shock” eléctrico + insulina + cardiazol sin resultado(comas insulínicos ylo choques cardiazólicos.

Melancolías……. 5
Esquizofrenias…. 5
Esquizotimia…… 1

Capítulo IV

Análisis de fundamentos fisiológicos, clínicos y biológicos de la Psicocirugía

En el Primer Congreso de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal reunido en Bogotá en el año de 1953 se presentó y discutió este tema. El doctor Luis Carlos Posada, de Medellín, presentó un trabajo sobre “Lobotomías” por la Técnica de Poppen, con 31 casos operados por él.

En el mismo Congreso, el doctor Mario Camacho, de Bogotá, presenta un trabajo sobre “Lobotomías” con 53 casos operados personalmente con la Técnica de Freeman-Watts.

Capítulo V

Principales técnicas quirúrgicas variantes en la Primera Etapa

La lobotomía obtuvo tal auge en el mundo científico de la época que a renglón seguido aparecieron numerosas variantes y técnicas quirúrgicas que fundamentalmente se pueden reducir a cuatro grupos:

l. Lobotomías prefrontales bilaterales clásicas.

11.Lobotomías a “cielo abierto” denominadas de precisión por sus autores.

III. Paso a la corteza cerebral para practicar ablaciones de zonas supuestamente efectoras en la modalidad de topectomías, Columbia University, y girectomías del Instituto de Neurocirugía de Montreal.

IY. Dentro de este entusiasmo neuroquirúrgico, en el Congreso Mundial de Neurocirugía reunido en Tokio se descalificó la Psicocirugía y los investigadores volcaron su mirada hacia los datos de la experimentación en mamíferos y así tomaron impulso cingulotomías, amigdalotomías, talamotomías, capsulotomías, tractotomías subcaudales, de que trata el Capítulo VIII.

Autores Colombianos y su Obra

Alejandro Jiménez Arango, en el año de 1952 publicó en la revista de la Facultad Nacional de Medicina, el trabajo titulado: “Estudio Crítico del Tratamiento del Dolor por la Lobotomía Prefrontal”, que incluye 14 casos en los que consiguió resultados satisfactorios, dentro de un análisis crítico-científico de los mecanismos biológicos que fundamentan su publicación.

Alvaro Fajardo Pinzón, conocido neurocirujano de Bogotá, especializado en EE.UU., practicó lobotomías prefrontales como él mismo lo mencionó en su intervención verbal en el I Congreso de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal como se refiere en la discusión sobre el tema. No presentó casuística.

Luis C. Posada, Juan Jesús Mora y Roberto Carmona, de la ciudad de Medellín presentaron al Congreso aludido anteriormente un trabajo titulado “Leucotomía Prefrontal Bilateral. Método de POPPEN” en que incluyen la casuística de 31 casos operados, transcrito en la página 68 de esta misma reseña.

Anteriormente, L.C. Posada había presentado ante la Sociedad de Neuropsiquiatría y Medicina Forense de Medellín el estudio: “Técnica de la Lobotomía y su Mecanismo de Acción más probable”.

Ernesto Bustamante, posteriormente Director del Instituto Neurológico de Colombia, en memorable conferencia dictada en la Academia de Medicina de Medellín, en 1951, abordó el tema “Tratamiento de la Psicosis y del Dolor por medio de la Lobotomía Prefrontal” que dejó inédito.

Francisco Lourido, mi residente institucional en el Servicio de Neurocirugía del Hospital San Juan de Dios, quien después viajó a Europa a especializarse en Neurocirugía y a su regreso se instaló con éxito en la ciudad de Cali, en donde prematuramente falleció, escribió su tesis de grado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional en 1948, con el título “Cirugía del Sistema Nervioso” en la cual publica una casuística de 42 casos de psicocirugía operados por Camacho con sus diagnósticos y resultados.

C.R. Erazo, también en su tesis de grado en 1956, que tituló “Lobotomía Prefrontal”, presentó a la facultad de Medicina de la Universidad Javeriana, una exhaustiva revisión que logró la distinción de “meritoria”.

En realidad el doctor Erazo hace una aceptable revisión foránea sobre el tema, un poco incompleta en 10nacional, y carente de casuística personal. En su Capítulo VI relata 15 casos “escogidos al azar” sin mencionar psicocirujanos. Presumo que fueron de los doctores Jiménez Arango y Fajardo Pinzón. Hace referencia a la tesis del doctor Lourido.

De sus conclusiones es incontrovertible la número cinco que dice: “No hay discrepancia entre los resultados obtenidos con la citada intervención psicoquirúrgica por cirujanos extranjeros y los obtenidos por cirujanos colombianos”.

Capítulo VI

Decadencia de la Psicocirugía Convencional

Después del entusiasmo inicial aquí registrado y de los discutibles resultados terapéuticos en los pacientes mentales crónicos incurables tratados en nuestro medio por otros métodos, es interesante analizar con alguna detención por qué la otrora flamante subespecialidad psicoquirúrgica caducó.

Fueron cinco las razones principales, a saber:

1. Su técnica es cruenta y destruye tejido cerebral histológicamente indemne.
2. Resultados inconsistentes en su evolución a largo plazo, con elevado porcentaje de resultados nulos.
3. Cambios variables de personalidad, atribuibles a la imprecisión de las técnicas empleadas y su diversidad.
4. El progreso de la farmacoterapia.
5. Descalificación de la neurocirugía en el Congreso Mundial de Neurocirugía celebrado en Tokio en 1973, a solicitud de la Sociedad Japonesa de Psiquiatría y Neurología.

El Académico Juan Mendoza- Vega asistió a este Congreso en que se atacó fuertemente a su Presidente, el neurocirujano Keiji Sano y a la Psicocirugía.

Sin embargo, deja una experiencia favorable al empleo de procedimientos menos cruentos y más funcionales y, como último recurso, para tratamiento de casos inmodificables, como veremos adelante.

Capítulo VII

Experiencias obtenidas

La enseñanza que nos dejó la práctica de la lobotomía en los 57 casos operados personalmente, seguidos y controlados posteriormente hasta donde nos fue posible, se manifestó en tres tipos de experiencia:

1. De proyección inmediata.

11. Una década después.

111. 20 años más tarde.

I. Experiencia de proyección inmediata

a) Mortalidad muy baja, 3,5% y morbilidad benigna.

b) Personalidad, que según la definición de Friedman en su tratado de Psiquiatría Extensa, “es la configuración habitual de la conducta de una persona, reflejo de sus actividades físicas y mentales, sus intereses y sus actitudes, así como el conjunto de su actividad vital”, suele presentar un deterioro que fluctúa desde aceptable hasta máximo con variables intermedias, lo cual resulta insatisfactorio en la práctica.

c) La inteligencia abstracta evaluada por los tests psi cométricos convencionales del cuociente intelectual I.Q., no mostró cambios significativos, lo cual estuvo de acuerdo con las conclusiones de la psicóloga norteamericana Thelma Hunt, quien estudió los casos de Freeman-Watts.

d) Controles psiquiátricos estandarizados por el staff del Asilo bajo la dirección personal de Edmundo Rico y Luis Jaime Sánchez, fueron debidamente consignados en las historias clínicas, de donde se extrajeron datos y conclusiones clínicas que conformaron un acervo de indudable valor docente-asistencial.

II. Una década después

Casuística personal. Análisis crítico de Indicaciones y Resultados.

Por mis manos fueron operados 53 casos para tratamiento de alteraciones psiquiátricas y 4 casos de dolor inmodificable, como lo evidencia el recuadro presentado como parte de la ponencia oficial del 1 Congreso Nacional de Medicina Legal y Psiquiatría en el año de 1953, trabajo publicado en la Revista de “Medicina Legal de Colombia” que fundara y dirigiera el prominente legista, Presidente del Congreso, profesor Guillermo Uribe Cualla.

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