Fitoterapia, 1 Parte

Alfredo Jacome Roca, MD
Academia Nacional de Medicina

La fitoterapia es el tratamiento de síntomas y enfermedades por medio de plantas medicinales.

Por extensión podríamos decir que la fitoterapia está relacionada con los remedios caseros, la aromaterapia (para baños con esencias), las esencias florales, y la misma medicina florclórica o las medicinas utilizadas por culturas indígenas. Su uso está basado en la tradición, más que en cifras o en estudios clínicos.

El interés de la humanidad en la medicina herbal se basa en su antigüedad y en que por razones de pobreza, cerca del 80% de los seres humanos sólo tiene acceso a este tipo de productos. Pues son generalmente más económicos; la fe sobre su efectividad que muchas culturas tienen en los tratamientos naturistas está aunada a la creencia errónea de que no tienen efectos colaterales o toxicidad (las hay por ejemplo muy tóxicas para el hígado). Por otro lado el control de calidad de algunos de estos remedios no es necesariamente el mejor.

Pero ciertamente muchos de los productos farmacéuticos modernos ya normatizados y reconocidamente eficaces provienen en sus orígenes de esas plantas medicinales en las que los antiguos depositaban su confianza.

La Organización Mundial de la Salud ha anunciado una estrategia para regular las medicinas tradicionales, tanto medicamentosas como terapias del tipo acupuntura, hipnosis, yoga y otras, para hacerlas efectivas pero abordables para la población general.

Aunque la humanidad se divide entre los abiertamente escépticos y en los abrumadoramente entusiastas, hay que buscar el justo medio; cuando estas medicinas naturales se usan tal como debe ser, son efectivas, pero sin desconocer que tienen interacciones medicamentosas. En Francia han sido por ejemplo usadas por un 75% de los nacionales, mientras que en Estados Unidos, por un 42%.

En países asiáticos como la China, Vietnam y las dos Coreas, están debidamente incluidas en los tratamientos usuales que practican los médicos.

(Lea También: Fitoterapia, 2 Parte)

Son variados los métodos para la preparación de las hierbas.

En primer lugar está la decocción, considerado la mejor forma para extraer los elementos sanadores de la parte ruda de la planta, llámese raíz, tallo u hoja gruesa. Se coloca una onza de hierba seca en medio litro de agua hirviendo por treinta minutos, y luego a fuego lento por una hora. Se debe colar mientras todavía esté caliente. Los electuarios se logran al mezclar los polvos con jarabe, miel, azúcar moreno, glicerina, para darles mejor sabor.

Los extractos son sustancias sólidas que resultan de la evaporación de la solución de los principios vegetales. Los fomentos son fuertes tés herbales que empapan un paño limpio y luego se aplican a la parte afectada. Las infusiones, bien sean en agua hirviente o en agua fría, son el resultado de humedecer las hierbas en agua; una de las infusiones más conocidas es la del té, que puede ser además saborizado con distintas esencias.

Los aceites aromáticos, por ejemplo capturados de la evaporación de los pétalos de las flores, pueden combinarse con alcohol rectificado. Los jarabes se forman cuando se incorpora azúcar a las infusiones, decocciones, jugos, licores fermentados, o soluciones de agua. Las tinturas son soluciones de sustancias medicinales en alcohol puro o diluido.

Los ungüentos finalmente, son una sustancia grasosa o aceitosa en la que la esencia de una planta curativa se ha disuelto, y tiene efecto calmante o cicatrizante.

Medicinas herbales

Quiero mencionar algunas de las medicinas herbales (algunas originarias de la China) que actualmente gozan de popularidad y que tienen acciones farmacológicas: la Serenoa repens (que junto con el beta-sitosterol) se usa en el tratamiento de la hipertrofia benigna de la próstata, por su acción alfa-bloqueadora; el Ginkgo bilova que ya hemos mencionado, en la prevención de los síntomas de senilidad. Aunque varios cuestionan este efecto; el Hipericum perforatum o raíz de San Juan, efectivo contra la depresión si se usa en la dosis recomendada y por suficiente tiempo; derivados de la soya como la genisteína o la ipriflavona, que se utilizan en el manejo de los síntomas de la menopausia, y la segunda –si se usa en las dosis correcta- en la prevención de la osteoporosis (aunque en realidad estos son compuestos activos, verdaderos medicamentos, más que plantas en sí).

La raíz de la Valeriana y la Passiflora, sedantes suaves aunque algunos consideran de efecto placebo, particularmente en dosis bajas. El Sen o Senna, laxante, etc. En las tablas 55.1 y 55.2 se incluye el listado de productos naturales tradicionales empíricos aprobado en Colombia por el Invima.

Existen unas ciento veintiún distintas sustancias químicas de origen vegetal que pueden ser catalogadas como fármacos importantes y que se encuentran en uso en uno a más países.

Se obtienen principalmente de unas noventa y cinco especies de plantas, las cuales podrían adaptarse para su cultivo y utilización prácticamente en todos los países. Treinta y nueve son originadas alrededor de las zonas tropicales húmedas del mundo.

Como lo hemos mencionado antes, los antiguos griegos y romanos (ni que decir en el oriente, en Egipto y en las culturas precolombinas) usaban plantas en la medicina, condimento de comidas, cosmética, esencias y tintes. Esto todavía es válido para los condimentos, las esencias e infusiones como el té, la tisana, etc.

Y parcialmente en medicina. Los tintes y productos cosméticos han sido reemplazados por colorantes sintéticos, al menos en occidente. No son de mencionar acá los medicamentos alcaloides procedentes de plantas que han sido ya debidamente estandarizados y normatizados, y que hacen parte del armamentario terapéutico moderno.

El Colegio de Farmacia de la Universidad de Illinois y la Fundación para Investigación en Hierbas tienen cerca de ciento veinticinco mil estudios científicos sobre los constituyentes químicos y farmacología de las plantas.

En países de la región andina y en el subcontinente latinoamericano existe una normatividad que regula esta actividad, tanto el cultivo de las plantas como su procesamiento, expendio y uso.

Aunque el cultivo de las plantas o hierbas medicinales es una actividad agrícola, hay que diferenciarla del cultivo de alimentos como frutas, hortalizas, cereales, raíces, la caficultora o la floricultura, renglones de gran dinámica económica. En cuanto a la normatividad de la fitoterapia se observa una preocupación general –y una polémica- por el manejo de la biodiversidad. No es lo mismo patentar una técnica o un método de procesamiento que una planta en sí.

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