Recomendaciones sobre Estadificación y Evaluación de la Enfermedad Renal Crónica (ERC)

4. 

4.1. Definición de la enfermedad renal crónica

1.La enfermedad renal crónica se define como anomalías, de la estructura o función del riñón, presentes por más de 3 meses, con implicaciones para la salud.

(Sin Gradar)

4.1.1. Resumen de la evidencia

En esta recomendación el grupo de trabajo de la guía KDIGO no presenta un resumen formal de evidencia. Sin embargo, en la sección sobre razones para la recomendación. Se presenta la justificación de los criterios empleados para la definición de la enfermedad renal crónica (ERC) los cuales son apoyados por diferentes estudios.

4.1.2. Razones para recomendación

La definición de ERC sigue intacta pero se ha aclarado la clasificación y la estratificación de los riesgos tal como se indica a continuación. La adición de “con implicaciones para la salud” tiene el propósito de reflejar la noción de que una variedad de anomalías de la estructura o función renal puede existir. Pero no todas tienen implicaciones para la salud de las personas y, por lo tanto, debe contextualizarse.

El daño renal se refiere a una amplia gama de anomalías observadas durante la evaluación clínica que pueden ser no sensibles y no específicas para la causa de la enfermedad pero pueden preceder una reducción en la función renal (Tabla 1).

Las funciones excretora, endocrina y metabólica disminuyen conjuntamente en la mayoría de las enfermedades renales crónicas. En general, la tasa de filtración glomerular (TFG) se acepta como el mejor índice global de la función renal. Se considera una TFG < 60 ml/min/1,73 m2 como una TFG disminuida y una TFG < 15ml/min/1,73 m2 como falla renal. La lesión renal aguda (LRA) puede ocurrir en pacientes con ERC y acelerar la progresión para convertirse en falla renal(17).

Criterios para la ERC

Las complicaciones incluyen la toxicidad de los medicamentos, complicaciones endocrinas y metabólicas, mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (CVD), y una variedad de otras complicaciones reconocidas recientemente. Incluyendo infecciones, debilidad, y deterioro cognitivo(18-21). Las complicaciones pueden ocurrir en cualquier estadio, llevando con frecuencia a la muerte sin progresión a falla renal. Y las complicaciones también pueden surgir a partir de efectos adversos de las intervenciones para prevenir o tratar la enfermedad y la comorbilidad asociada.

Criterios para la ERC

A continuación se definen términos y conceptos específicos para asegurar la claridad entre todos los usuarios. Adicionalmente, se incluyen las razones para incluir estos términos.

La tabla 2 proporciona una justificación de los criterios para la ERC. Los criterios para la definición de la ERC son objetivos y pueden determinarse por medio de pruebas sencillas de laboratorio sin la identificación de la causa de la enfermedad. Posibilitando así la detección de la ERC por parte de médicos no nefrólogos y otros profesionales de la salud.

Criterios para la definición de la ERC

Duración superior a 3 meses

Las enfermedades renales pueden ser agudas o crónicas. De manera explícita, pero no arbitraria, se define la duración superior a 3 meses (˃ 90 días) como el límite para la enfermedad renal “crónica”. Las razones para definir la cronicidad son diferenciar la ERC de las enfermedades renales agudas (tal como la glomerulonefritis aguda). Incluyendo la lesión renal aguda (LRA), que pueden requerir intervenciones diferentes y que tienen diferentes etiologías y resultados(23). No se define la enfermedad renal aguda (ERA) debido a que parece no haber evidencia de base para una definición precisa.

La duración de la enfermedad renal puede documentarse o inferirse con base en el contexto clínico. Por ejemplo, puede inferirse que un paciente con insuficiencia renal o daño renal en medio de una enfermedad aguda, sin documentación previa de enfermedad renal, tenga LRA.

La resolución en días o semanas confirmaría el diagnóstico de la LRA. En un paciente con hallazgos similares en ausencia de enfermedad aguda puede inferirse que tiene ERC. Y si se le hace seguimiento en el tiempo, se confirmaría que tiene ERC. En ambos casos, se recomienda la repetición de la verificación de la función renal y del daño renal para obtener un diagnóstico preciso.

Los tiempos de la evaluación dependen del juicio clínico, con una evaluación temprana para los pacientes de los que se sospecha que tienen LRA y una evaluación posterior para el paciente del que se sospecha que tiene ERC. En el Capítulo 1.4 se encuentran detalles sobre la Evaluación de la ERC.

Reversibilidad.

La mayoría de las enfermedades renales no tienen síntomas o hallazgos hasta que su curso clínico es avanzado y se detectan solamente cuando son crónicos. La mayoría de las causas de la ERC son irreversibles, con una trayectoria que dura toda la vida por lo que el tratamiento apunta a retardar la progresión de la falla renal. No obstante, la cronicidad no es sinónimo de irreversibilidad. En algunos casos, la ERC es totalmente reversible, ya sea de manera espontánea o con tratamiento y, en otros casos, el tratamiento puede ocasionar la regresión parcial del daño renal y una mejoría en la función (por ejemplo, terapias inmunosupresoras para glomerulonefritis). Incluso la falla renal se puede revertir con el trasplante. Debido a la larga trayectoria de muchos casos de ERC, los pacientes tienen con frecuencia uno o más episodios de LRA que se superponen a la ERC.

TFG disminuida

El riñón tiene muchas funciones, incluyendo las funciones excretora, endocrina y metabólica. La TFG es un componente de la función excretora y se acepta ampliamente como el mejor índice global de la función renal debido a que en general se reduce después de un daño estructural extendido y la mayoría de las otras funciones renales disminuyen en paralelo con la TFG en la ERC.

Se escogió un umbral de TFG < 60 ml/min/1,73 m2 (Categorías TFG: G3a a G5) por más de 3 meses para indicar ERC. Una TFG de inferior a 60 ml/min/1,73 m2 es menos de la mitad del valor normal en hombres y mujeres adultos jóvenes de aproximadamente 125 ml/min/1,73 m2 . La Figura 1 muestra una recopilación de las mediciones de la TFG en hombres y mujeres aparentemente sanos en los EEUU y en Europa por edad, desde hace más de 40 años(24).

La disminución de la TFG asociada a la edad se observó en estudios longitudinales y transversales, pero varía sustancialmente entre individuos dentro de la población(25). Datos más recientes en donantes de riñones confirman estas tendencias generales(26, 27). Existen datos limitados disponibles para no blancos en los Estados Unidos y en Europa, o en otros países, aunque los datos sugieren que el rango normal para la TFG normal y para la disminución asociada a la edad es similar(28-30).

Valores normales para la TFG por edad

Una TFG inferior a 60ml/min/1,73 m2 puede detectarse en pruebas rutinarias de laboratorio.

Las ecuaciones actuales para la estimación de la TFG (TFGe) basadas en creatinina sérica (SCr), pero no solamente en la SCr, son sensibles para detectar la TFG medida inferior a 60ml/min/1,73 m2 (31).  Una TFGe disminuida utilizando SCr puede confirmarse mediante el cálculo de la TFG haciendo uso de un marcador alternativo de filtración (cistatina C) o la medición de la TFG, según sea necesario. 

Una TFG < 60ml/min/1,73 m2 está asociada a un mayor riesgo de complicaciones de ERC en personas con ERC y TFG conservada. Los mecanismos causales que subyacen a estas asociaciones no se comprenden en su totalidad. Se consideran tres tipos principales de complicaciones que son relevantes para todos los pacientes con ERC y con una TFG disminuida, independientemente del país, edad o etiología:

Toxicidad de los medicamentos.

La farmacocinética alterada de los medicamentos excretados por el riñón y un riesgo mayor de interacciones de medicamentos son comunes y requieren ajuste en la dosificación de muchos medicamentos (ver el Capítulo 4.4.)(32).

A una TFG más baja pueden observarse también alteraciones de la farmacocinética y la farmacodinamia de los medicamentos no excretados por el riñón. Los errores en la dosificación de los medicamentos son comunes en pacientes con ERC y pueden asociarse a la toxicidad para el riñón (dando como resultado una LRA) o a la toxicidad sistémica dando como resultado amenazas a la seguridad del paciente.

Complicaciones metabólicas y endocrinas.

A medida que la TFG disminuye, se desarrolla una variedad de complicaciones que reflejan la pérdida de la función endocrina o exocrina incluyendo anemia, acidosis, desnutrición, trastornos óseos y minerales (descritos en los Capítulos 3 y 4).

Riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte.

Un metanálisis por parte del CKD Prognosis Consortium demostró asociaciones de una TFGe < 60ml/min/1,73 m2 con el riesgo subsecuente de mortalidad por todas las causas y de orden cardiovascular, falla renal, LRA y progresión de la ERC en la población en general y en poblaciones con riesgo mayor de enfermedad cardiovascular(15, 33, 34). La figura 2 muestra la relación para la mortalidad total y cardiovascular en cohortes de la población en general. El riesgo para todos los resultados fue relativamente constante entre una TFGe de 70 a 105 ml/min/1,73 m2 , con un indicio de una curva en forma de U para la mortalidad total. El riesgo relativo (RR) mayor para todos los resultados fue significativo para una TFGe < 60 ml/min/1,73 m2 .

Relación de la TFG con la mortalidad

Daño Renal

El daño en el riñón puede estar dentro del parénquima, en los vasos sanguíneos grandes o en los sistemas de recolección. Y se infiere con más frecuencia a partir de marcadores en lugar de una revisión directa del tejido renal. Los marcadores de la lesión renal proveen una clave acerca del lugar probable del daño en el riñón. Y, en relación con otros hallazgos clínicos, la causa de la enfermedad renal.

Proteinuria.

La proteinuria es un término general para la presencia de cantidades mayores de proteína en la orina.

La proteinuria puede reflejar una pérdida anormal de las proteínas plasmáticas debido a:

a) permeabilidad glomerular incrementada a las proteínas de gran peso molecular (albuminuria o proteinuria glomerular),

b) reabsorción tubular incompleta de proteínas de bajo peso molecular normalmente filtradas (proteinuria tubular), o

c) concentración incrementada en plasma de proteínas de bajo peso molecular (proteinuria por sobre producción, tal como cadenas ligeras de inmunoglobulina).

También, la proteinuria también puede reflejar una pérdida anormal de proteínas derivada del riñón (constituyentes de las células tubulares renales debido a daño tubular) y del tracto urinario bajo.

La albuminuria, la proteinuria tubular y los constituyentes de las células tubulares renales son característicos del daño renal. Además, los hallazgos de estudios experimentales y clínicos han sugerido un rol importante de la proteinuria en la patogénesis de la progresión de la ERC(35).

(Lea También: Estadificación de la ERC)

Albuminuria.

La albuminuria hace referencia a la pérdida anormal de albúmina en la orina. La albúmina es un tipo de proteína plasmática que se encuentra en la orina en personas normales y en mayor cantidad en pacientes con enfermedad renal.

Por varias razones la terminología clínica está cambiando para centrarse en la albuminuria en lugar de hacerlo en la proteinuria:

a) la albúmina es el componente principal de la proteína urinaria en la mayoría de las enfermedades renales; las recientes recomendaciones para la medición de las proteínas de la orina enfatizan la cuantificación de la albuminuria en lugar de la proteína total;

b) los datos epidemiológicos recientes de estudios alrededor del mundo demuestran una fuerte relación de la cantidad de albúmina en la orina con el riñón y con el riesgo de enfermedad cardiovascular; y,

c) las últimas recomendaciones en estos lineamientos clasifican la enfermedad renal según el nivel de albuminuria.

En esta guía se hace referencia a la proteinuria cuando se discutan los conceptos generales y se hará referencia ya sea a la proteína total. A la albúmina o a otras proteínas específicas cuando se analicen las mediciones, patrones e interpretación de la proteinuria.

La albuminuria es un hallazgo común pero no uniforme en la ERC. Es el primer marcador de enfermedades glomerulares, incluyendo la glomeruloesclerosis diabética, en la que en general aparece antes de la disminución de la TFG. Este es un marcador de la nefroesclerosis hipertensiva pero puede no aparecer hasta después de la reducción de la TFG. Se asocia frecuentemente con la hipertensión subyacente, obesidad, y enfermedad vascular en las que no se conoce la patología renal.

Los valores normativos para la albuminuria y la proteinuria se expresan generalmente como la tasa de pérdida urinaria.

La tasa de pérdida urinaria de albúmina y proteína se ha denominado ordinariamente tasa de excreción de albúmina y tasa de excreción de proteínas, respectivamente, aunque en el sentido fisiológico estricto no se excretan.

Los términos tasa de excreción de albúmina (AER) y tasa de excreción de proteínas (PER) se mantendrán en este documento.

Se escogió un umbral para la tasa de excreción de albúmina urinaria inferior o igual a 30 mg/24 horas sostenido por más de 3 meses para indicar la ERC. Se considera que este valor es aproximadamente equivalente a una relación albúmina creatinina en una muestra aleatoria de orina no minutada igual o superior a 30 mg/g o igual o superior a 30 mg/mmol.

Las razones para escoger este umbral son las siguientes:
  • Una AER ≥ 30 mg/24 horas (ACR ≥ 30 mg/g [≥ 3 mg/mmol]) es tres veces mayor que el valor normal en hombres y mujeres jóvenes adultos de aproximadamente 10 mg/24 horas (ACR 10 mg/g o 1 mg/mmol).

  • Una AER ≥ 30 mg/24 horas (ACR ≥ 3 mg/mmol) puede ser detectable a veces como “traza” utilizando una tira reactiva para orina, dependiendo de la concentración de la orina, pero no es un hallazgo consistente hasta que la AER exceda aproximadamente 300 mg/24 horas (ARC ≥ 300 mg/g [≥ 30 mg/mmol]). Como se describe posteriormente, la traza o los valores / las lecturas positivos(as) de las tiras reactivas pueden confirmarse mediante la ACR, y una ACR elevada puede confirmarse por la AER de la orina en una recolección minutada de orina, en la medida que sea necesario.

  • Una AER ≥ 30 mg/24 horas (ARC ≥ 30 mg/g [≥ 3 mg/mmol]) está asociada a un mayor riesgo de complicaciones de la ERC. Un metanálisis por parte del CKD Prognosis Consortium demostró asociaciones de una ARC ≥ 30 mg/g (≥ 3 mg/mmol) o tira reactiva de 1+ proteína con el riesgo posterior de mortalidad debida a todas las causas y cardiovascular, falla renal, LRA, y progresión de la ERC en la población en general y en las poblaciones con mayor riesgo de CVD(15, 33, 34) (Figura 3).

. Relación de la albuminuria con la mortalidad

Anomalías en el sedimento urinario.

Los elementos formados, tales como las células, cilindros, cristales y microorganismos pueden aparecer en el sedimento urinario en una variedad de trastornos del riñón y del tracto urinario, pero las células tubulares renales, cilindros de glóbulos rojos, cilindros de glóbulos blancos, cilindros granulosos gruesos, cilindros anchos, y grandes números de glóbulos rojos dismórficos son característicos del daño renal.

Anomalías de electrolitos y de otra clase debido a trastornos tubulares.

Las anomalías de electrolitos y de otros solutos pueden ser el resultado de desórdenes de la reabsorción y secreción tubular. Estos síndromes no son comunes pero sí característicos de la enfermedad renal. Con frecuencia las enfermedades son genéticas sin anomalías patológicas congénitas. Otras enfermedades son adquiridas debido a medicamentos o toxinas, y usualmente tienen lesiones tubulares patológicas prominentes.

Anomalías patológicas observadas directamente en tejido renal obtenido a través de una biopsia.

La evidencia de las anomalías del parénquima renal en biopsias renales independientemente de la TFGe o de otros marcadores de daño renal deben reconocerse como un parámetro importante en la definición de la lesión renal. La clasificación patológica de las enfermedades del parénquima renal refleja la localización de la enfermedad en los glomérulos, vasos, túbulos e intersticio, o quistes. Las biopsias renales se llevan a cabo en la minoría de los pacientes con ERC.

Anomalías en las imágenes.

Las técnicas de las imágenes permiten el diagnóstico de enfermedades de la estructura renal, vasos y/o sistemas de recolección. Así, se considera que los pacientes con anomalías estructurales significativas tienen ERC si la anomalía persiste por más de 3 meses (tenga en cuenta que esto no incluye quistes simples y se requiere el contexto clínico para adelantar las acciones).

Historia de trasplante de riñón.

Se define que los receptores de trasplante de riñón tienen ERC independientemente del nivel de la TFG o de la presencia de marcadores de lesión renal. La razón de esta designación es que las biopsias en receptores de trasplantes de riñón revelan anomalías patológicas incluso en pacientes sin TFG disminuida o albuminuria. Los receptores de trasplante de riñón tienen un mayor riesgo de mortalidad y de desenlaces en comparación con la población en general y requieren manejo médico especializado(36).

Implicaciones para la práctica clínica y para la política pública

La ERC está asociada a una amplia gama de complicaciones que llevan a resultados adversos para la salud. En el caso de algunas complicaciones, es bien conocido el rumbo causal entre la enfermedad renal y los desenlaces adversos. Existen lineamientos para la práctica clínica en estas complicaciones en cuanto a las pruebas y al tratamiento para factores modificables con el fin de evitar desenlaces adversos.

Desde el año 2002 un gran número de estudios epidemiológicos ha relacionado la TFG disminuida y la albuminuria con el riesgo de resultados adversos para la salud que no se habían identificado con anterioridad como complicaciones de la ERC. La exploración de los mecanismos para las relaciones de la ERC con estas complicaciones es un tema de rápido crecimiento para la investigación básica y clínica.

Debido a la alta prevalencia, los resultados negativos, y el alto costo de la ERC, en especial la falla renal, algunos países han desarrollado programas de salud pública para la identificación temprana y el tratamiento de la ERC y sus complicaciones. La efectividad de estos programas está en evaluación.

La ERC fue definida por primera vez en la guía 2002 KDOQUI Guidelines y avalada en posteriores KDIGO Controversies Conferences con modificaciones menores(16, 37).

La intención de la definición de la ERC propuesta aquí es su uso en la práctica clínica, investigación y salud pública, y no ha cambiado. Así, la versión actualizada no cambia ninguna de las iniciativas que se han iniciado con respecto a la política pública.

Se reconoce la variación alrededor del mundo con respecto a la medición de la albúmina en la orina con respecto a la proteína total en la práctica clínica, y se anticipa variación en la implementación del lineamiento hasta que haya una difusión más amplia de la guía.

Consulte la Recomendación sobre evaluación de la albuminuria si desea análisis adicional acerca de los métodos para la verificación de la albúmina en orina versus la proteína total. Las implicaciones de resaltar la importancia de la albuminuria para los médicos generales en la evaluación y en el diagnóstico pueden contribuir a la identificación y a la planeación de la atención.

No obstante, persiste un número de preocupaciones acerca de la definición que se clarifican a continuación(16, 38-42).

Áreas de controversia, confusión, o falta de consenso y clarificación de temas y puntos clave

El uso de umbrales únicos sin considerar los factores específicos de los pacientes. El uso de umbrales únicos para definir la TFG disminuida y la AER aumentada, sin considerar la causa de la enfermedad, edad, sexo, raza-etnia, y el contexto clínico es consistente con el uso de umbrales únicos para los marcadores de la enfermedad con el fin de definir otras enfermedades crónicas no contagiosas tales como hipertensión, diabetes e hipercolesterolemia, que afectan primordialmente a los ancianos y que están asociadas a un riesgo mayor de mortalidad cardiovascular.

La variabilidad biológica y el error en la verificación de la TFG y de la ERC pueden llevar a una mala clasificación o a un diagnóstico falso negativo y falso positivo. Además, estos umbrales únicos parecen diferenciar grupos de individuos y resultados, independientemente de las características específicas de los pacientes en una multitud de estudios.

Sin embargo, corresponden a umbrales de RR para complicaciones en lugar de predicciones de riesgo absoluto. Además, como en el caso de cualquier prueba diagnóstica, los hallazgos deben interpretarse en consideración a la probabilidad de la enfermedad con base en el contexto clínico pero esto no debe negar la aplicación de una definición estándar para la ERC.

Relación de los criterios de la ERC con el envejecimiento.

Los estudios epidemiológicos muestran una mayor prevalencia de la TFGe disminuida y la ACR aumentada en personas mayores. Ha habido un debate fuerte en el sentido de si la TFG disminuida o la ACR aumentada en las personas mayores representa una enfermedad o el “envejecimiento normal”.

Numerosos estudios muestran anomalías patológicas asociadas al envejecimiento, incluyendo esclerosis glomerular, atrofia tubular y esclerosis vascular. La causa de esta asociación no es clara pero se ha propuesto una hipótesis con el fin de reflejar procesos discrepantes, tales como la enfermedad vascular o senescencia(43-45).

Independientemente de la causa, parece existir mayor riesgo asociado a la TFGe disminuida o a la ACR aumentada en personas mayores y, por esta razón, se considera que todos los individuos con una TFG consistentemente disminuida, o con mayor albuminuria, tienen ERC. La comparación de la magnitud del riesgo para individuos más jóvenes es complicada.

Como en el caso de otros factores de riesgo, el riesgo absoluto parece ser más alto en las personas mayores que en los individuos más jóvenes, pero el RR parece ser menor(15, 33, 34). También se anota que los individuos mayores saludables no tienen necesariamente una TFG disminuida, de modo que mientras uno puede esperar alguna disminución, los niveles inferiores a 60 ml/min/1,73 m2 en personas sin comorbilidades son la excepción(24).

Disminución aislada de la TFG sin marcadores de lesión renal.
Una variedad de circunstancias clínicas está asociada a la TFG < 60 ml/min/1,73 m2 por más de 3 meses en ausencia de alteraciones estructurales conocidas. A continuación aparecen ejemplos de estas condiciones y la razón para considerarlas ERC:
  • Falla cardíaca, cirrosis del hígado e hipotiroidismo.
    La TFG disminuida complica el manejo de la enfermedad primaria y los pacientes con estos trastornos que tienen una TFG disminuida tienen un pronóstico peor que aquellos sin la TFG disminuida. Además, la biopsia renal en estos pacientes puede revelar lesiones parenquimatosas renales.
  • Donantes de riñones.
    El nivel usual de la TFG en los donantes de riñones después del trasplante es aproximadamente el 70% del nivel antes de la donación, en el rango de 60 a 90 ml/min/1,73 m2 en la mayoría de los donantes. No obstante, una minoría de donantes tienen una TFG < 60 ml/min/1,73 m2 . El pronóstico de estos donantes, en comparación con aquellos que tienen una TFG más alta, no ha sido estudiado con cuidado. Sin embargo, como en el caso de la TFG disminuida debido a enfermedades renales reconocidas, los donantes con la TFG disminuida requieren seguimiento más cercano para el ajuste de las dosis de las drogas.
  • Desnutrición.
    El nivel de la TFG está afectado por la ingesta habitual de proteínas(46). Los adultos sanos con una ingesta menor de proteína tienen una TFG por debajo de la media, pero usualmente no tienen una TFG < 60 ml/min/1,73 m2 .  Estudios anteriores de pacientes con desnutrición de proteínas y calorías, y estudios más recientes en personas con anorexia nerviosa han documentado una reducida TFG que puede mejorar después de la restauración de la condición nutricional. Sin embargo, las biopsias renales pueden revelar anomalías estructurales en estas condiciones y una TFG disminuida puede complicar su manejo.
Albuminuria aislada sin TFG disminuida.

Tal como se describe más adelante, una ACR transitoria igual o superior a 30 mg/g (≥ 3 mg/mmol) puede ocurrir en desórdenes diferentes a la ERC. La remisión de albuminuria en un lapso de 3 meses en asociación con la recuperación de estos trastornos no se define como ERC. Debe considerarse que los pacientes con albuminuria persistente tienen ERC. A continuación aparecen ejemplos de estas condiciones y las razones para considerarlas ERC:

  • Obesidad y síndrome metabólico.
    La albuminuria puede estar asociada a la obesidad y al síndrome metabólico, y puede remitir durante la pérdida de peso. No se conoce el mecanismo de la albuminuria en estas condiciones pero las biopsias renales pueden revelar lesiones vasculares prominentes. Los pacientes con obesidad y síndrome metabólico están en mayor riesgo de desarrollar diabetes e hipertensión. El riesgo de la albuminuria persistente en esta condición no ha sido estudiado cuidadosamente.
  • Proteinuria ortostática (postural).
    La albuminuria puede observarse raramente en la postura vertical pero no en la posición reclinada en pacientes con el síndrome de la proteinuria postural. Esta condición no está asociada a un mayor riesgo de resultados adversos a largo plazo pero se requiere una evaluación rigurosa para excluir otras causas de ERC. La exclusión es generalmente posible al estudiar una muestra de orina de la mañana temprana (EMU) después de pasar la noche en posición de decúbito: es improbable explicar una pérdida total de proteína superior a 1000 mg/24 horas por proteinuria ortostática.
Remisión de la TFG disminuida o marcadores de lesión renal.

Si la TFG disminuida y los marcadores de lesión renal se resuelven mientras se está en tratamiento, se consideraría que el paciente tiene ERC tratada, consistente con la nomenclatura para hipertensión tratada, diabetes tratada, o hipercolesterolemia tratada si la tensión arterial, glucosa en sangre y colesterol en sangre están dentro del rango normal mientras se toman los medicamentos.

Si la resolución de la TFG disminuida y de los marcadores de la lesión renal se sostiene después de suspender el tratamiento, se consideraría que el paciente tiene una historia de ERC.

Enfermedad renal en ausencia de la TFG disminuida y marcadores de lesión renal.

Una TFG ≥ 60 ml/min/1,73 m2 puede reflejar una disminución de un valor más alto, y una AER < 30 mg/24 horas (ACR < 30 mg/g o < 3 mg/mmol) puede reflejar un incremento de un valor inferior. Ambos hallazgos pueden asociarse a un proceso patológico, incluso en ausencia de otros marcadores de lesión renal.

Aunque dichos pacientes no cumplen los criterios para la ERC, un alto índice de sospecha en un médico puede garantizar pruebas diagnósticas adicionales o seguimiento cercano para detectar el inicio de la ERC.

4.1.3. Ajustes para la implementación en el contexto colombiano

El grupo de trabajo para la adopción de la guía no realizó ajustes a esta recomendación para su implementación en el contexto colombiano.

4.1.4. Brechas en la investigación

El GDG de la guía KDIGO no redactó recomendaciones de investigación sobre la definición de la ERC. El grupo de trabajo para la adopción de la guía tampoco identificó brechas de investigación relacionadas con este tema.

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