Teatro cómico: guía completa
El teatro cómico es un tipo de teatro que se caracteriza principalmente, porque su objetivo es hacer reír a la audiencia; aunque se considera que es una forma de teatro muy antiguo, su origen es realmente complejo de establecer, especialmente porque por su forma y desarrollo es más libre. Sin embargo, una de las teorías es que nació en Italia a comienzos del siglo XVI y luego se extendió por toda Europa con mucha facilidad.
Aunque pueda parecer fácil crear y hacer teatro cómico, la realidad es lo contrario. Primero porque no se trata de hacer reír a la gente porque sí, este teatro también tiene un guion y escribir comedia puede resultar igual o más difícil que escribir otras obras. Segundo, porque se debe cuidar que sea cómico, pero no ridículo, y es un hilo muy delgado que fácilmente se puede romper; por eso es importante el guion y por eso no todas las personas cuentan con el talento para escribir algo cómico.
Adicionalmente, el teatro cómico no es lo mismo en todas las partes del mundo, cada lugar hace su adaptación. Por ejemplo, en lo que se conoce como teatro cómico clásico se encuentra un argumento y la obra se acompaña de danza y música. En Francia, por ejemplo, el argumento es más ligero, se destacan escenas muy cómicas que se intercalan con actos musicales.
Este tipo de teatro en España es más sencillo, se trata de un buen guion acompañado de música, que, a pesar de su aparente sencillez, ha resultado muy exitoso. Otro ejemplo de este teatro es en EE.UU, en donde es más complejo y con más arreglos. Incluye además del guion, música y danza, otros elementos como actos de magia, malabares o presentaciones con animales, etc.
Características del teatro cómico
1. La principal finalidad es entretener y divertir a la audiencia, a través de elementos como chistes, la danza y otros subgéneros como la operata o el vodevil que incluyen malabares, magia, etc. Durante la obra se viven situaciones humorísticas o poco serias que le dan ese toque de informalidad a la presentación.
2. Los temas son variados, pero el argumento de la obra es muy importante. Se puede basar en las imperfecciones del protagonista, en situaciones cotidianas, humor satírico sobre política, temas sociales o situaciones particulares de un lugar o sociedad, etc.
3. Entre los elementos típicos del teatro cómico se encuentra la mímica, los gestos, el lenguaje trivial, los malos entendidos y los estereotipos; y en las obras con tinte dramaturgo se usan trajes y máscaras. (Ver: Teatro infantil)
Subgéneros del teatro cómico
Opereta: es un tipo de ópera, se trata de una función más cómica y ligera, en donde los diálogos y bailes son muy entretenidos. De hecho, este subgénero fue el que revolucionó el teatro cómico.
Astracán: es un estilo que se caracteriza por una particularidad: reírse en un momento no adecuado de la obra, por lo que puede llegar a ser incómodo, pero justamente es el toque que le brinda la sensación de humor a la presentación.
Revista: además del humor, combina el baile y la música, se caracteriza por ser más crítico, con sátiras, pero manteniendo un hilo argumental. En este subgénero tiene momentos de sketches, es decir, escenas muy humorísticas que duran entre 1 a 5 minutos.
Sainete: este subgénero se presentaba o en el entremedio de una función o al final de la función, aunque tenía el tinte jocoso, también era dramático. Surgió en el siglo XVIII y fue un estilo de teatro muy popular en la dramaturgia.
Vodevil: se consideran dos tipos de esta variedad, una nació en Francia y otra en EE.UU, se caracterizó por ser una comedia ligera, pero que presentaba a la audiencia diferentes actos que resultan asombrosos para el espectador.
Principales obras y autores del teatro cómico
El teatro cómico ha sido una forma de entretenimiento apreciada a lo largo de los siglos, dejando una huella imborrable en la historia de la dramaturgia. Desde sus orígenes en la antigua Grecia hasta las modernas comedias teatrales, numerosos autores y sus obras han contribuido significativamente al desarrollo y popularidad del género.
Aristófanes (445-386 a.C.)
Uno de los primeros y más destacados autores del teatro cómico es Aristófanes, un dramaturgo griego cuyos trabajos han resistido la prueba del tiempo. Aristófanes es conocido como el “Padre de la Comedia” y sus obras se caracterizan por su agudo sentido del humor y crítica social. Algunas de sus obras más influyentes incluyen:
“Las Nubes”: esta obra satiriza a los filósofos y la educación en Atenas, destacando la figura de Sócrates. A través de un humor mordaz, Aristófanes critica las tendencias intelectuales de su época.
“Lisístrata”: una comedia que narra cómo las mujeres de Grecia, lideradas por Lisístrata, deciden abstenerse de tener relaciones sexuales con sus maridos para forzar el fin de la guerra. La obra aborda temas de género y poder con un enfoque humorístico y subversivo.
Plauto (254-184 a.C.)
El dramaturgo romano Plauto es otro pilar del teatro cómico, conocido por sus obras que adaptaban comedias griegas a un público romano. Plauto introdujo elementos del slapstick y el humor físico, y su influencia se extiende hasta la comedia moderna. Algunas de sus obras notables son:
“Anfitrión”: esta obra trata sobre la confusión y el caos que resultan de la intervención de los dioses en los asuntos humanos. Anfitrión aborda temas de identidad y engaño con un enfoque humorístico.
“La comedia de las equivocaciones”: una farsa sobre la confusión que resulta de la identidad equivocada de dos pares de gemelos. Esta obra ha inspirado a numerosos dramaturgos posteriores, incluyendo a William Shakespeare.
William Shakespeare (1564-1616)
Aunque más conocido por sus tragedias, William Shakespeare también hizo contribuciones significativas al teatro cómico. Sus comedias son conocidas por su ingenio, complejidad de tramas y profundización en la naturaleza humana. Algunas de sus comedias más destacadas incluyen:
“Sueño de una noche de verano”: una obra que mezcla lo mágico y lo humano, donde el amor y la identidad se enredan en una serie de enredos cómicos. Los personajes del mundo de las hadas y los amantes atenienses crean una comedia rica en humor y fantasía.
“Mucho ruido y pocas nueces”: una comedia que explora los malentendidos y las intrigas románticas entre dos parejas, con diálogos ingeniosos y situaciones cómicas.
Molière (1622-1673)
El dramaturgo francés Molière es una figura central en el teatro cómico, conocido por sus obras que critican la hipocresía y las pretensiones de la sociedad francesa de su época. Sus comedias se caracterizan por personajes exagerados y situaciones ridículas, con un agudo sentido de la observación social. Algunas de sus obras más influyentes son:
“El avaro”: una sátira sobre la avaricia y sus consecuencias, que presenta al personaje de Harpagón, un avaro cuya obsesión por el dinero arruina su vida y la de aquellos a su alrededor.
“Tartufo”: una crítica a la hipocresía religiosa, donde Tartufo, un impostor, se infiltra en la casa de Orgon y manipula a la familia con falsas pretensiones de piedad.
Oscar Wilde (1854-1900)
El dramaturgo irlandés Oscar Wilde es conocido por su ingenio mordaz y sus comedias de costumbres que critican la sociedad victoriana. Sus obras destacan por sus diálogos afilados y su humor sutil. Entre sus comedias más celebradas se encuentran:
“La importancia de llamarse Ernesto”: una sátira sobre la superficialidad y las convenciones sociales, donde dos jóvenes crean identidades falsas para escapar de sus obligaciones y conquistar a sus amadas.
“Un marido ideal”: una obra que explora la corrupción política y el chantaje, envuelta en una comedia de errores y malentendidos.
Carlo Goldoni (1707-1793)
El dramaturgo italiano Carlo Goldoni es conocido por reformar la Commedia dell’arte, introduciendo guiones completos y personajes más realistas. Sus comedias combinan elementos de la farsa con una observación detallada de la vida cotidiana. Algunas de sus obras más influyentes incluyen:
“El sirviente de dos patrones”: una comedia que presenta a Truffaldino, un sirviente que intenta servir a dos amos simultáneamente, resultando en una serie de enredos cómicos.
“La posadera”: una obra que gira en torno a Mirandolina, una posadera que maneja hábilmente a sus pretendientes y expone sus debilidades con humor y astucia.
Técnicas y estrategias en la comedia teatral
La comedia teatral es un género que ha capturado la atención del público durante siglos, gracias a su capacidad para hacer reír y entretener. Aunque puede parecer espontáneo, el humor en el teatro cómico se basa en una serie de técnicas y estrategias cuidadosamente diseñadas. Desde el slapstick hasta la parodia y el timing cómico, estas herramientas son esenciales para crear situaciones humorísticas efectivas.
Slapstick
El slapstick es una forma de comedia física que se caracteriza por el uso exagerado de movimientos corporales, caídas, golpes y situaciones ridículas. Esta técnica se remonta a la Commedia dell’arte italiana y ha sido popularizada por figuras como Charlie Chaplin y Buster Keaton en el cine mudo. En el teatro, el slapstick se utiliza para generar risas a través de la acción física y la exageración.
Ejemplo: un actor puede tropezar repetidamente con el mismo objeto, cada vez de manera más exagerada, hasta que el público no puede evitar reírse de la insistencia y la falta de coordinación del personaje.
Parodia
La parodia es una técnica que implica la imitación burlesca de un estilo, género, obra o personaje conocido, con el objetivo de ridiculizarlo o hacer humor a costa de sus características. La parodia se basa en el conocimiento previo del público sobre el objeto de la imitación, lo que permite que las referencias y exageraciones sean reconocidas y apreciadas.
Ejemplo: una obra de teatro puede parodiar una famosa tragedia, como “Hamlet”, presentando a un protagonista que exagera sus dilemas existenciales de manera absurda, creando así una versión cómica de la original.
Timing cómico
El timing cómico es crucial en la comedia teatral. Se refiere a la habilidad de los actores para pausar y entregar sus líneas o acciones en el momento preciso para maximizar el impacto humorístico. Un buen timing puede hacer que una línea aparentemente simple se convierta en una fuente de risas.
Ejemplo: un actor puede hacer una pausa deliberada antes de responder a una pregunta absurda, permitiendo que el público anticipe la respuesta y, por ende, aumente la comicidad de la situación.
Malentendidos y confusión
Los malentendidos son una fuente común de humor en el teatro cómico. Estos ocurren cuando los personajes interpretan incorrectamente las palabras o acciones de otros, llevando a situaciones absurdas y cómicas. La confusión resultante puede escalar hasta un clímax hilarante antes de resolverse.
Ejemplo: en “Mucho ruido y pocas nueces” de Shakespeare, los personajes se ven envueltos en una serie de malentendidos románticos, creyendo que sus parejas los han traicionado, lo que lleva a situaciones cómicas antes de que la verdad salga a la luz.
Exageración
La exageración es una técnica fundamental en la comedia, utilizada para magnificar las características, comportamientos y situaciones hasta un punto absurdo. Esta técnica resalta los aspectos ridículos de los personajes o eventos, haciendo que el público se ría de lo inverosímil.
Ejemplo: un personaje puede tener un miedo irracional a algo inofensivo, como un ratón, y reaccionar de manera desproporcionada, creando una situación cómica a partir de su exagerada fobia.
Juegos de palabras y doble sentido
Los juegos de palabras y el doble sentido son técnicas verbales utilizadas para crear humor a través del lenguaje. Los juegos de palabras implican el uso creativo de palabras con significados múltiples o sonidos similares, mientras que el doble sentido explota interpretaciones alternativas de una frase o palabra para generar risas.
Ejemplo: en “El avaro” de Molière, Harpagón utiliza juegos de palabras y malentendidos para ocultar su avaricia, llevando a situaciones cómicas cuando otros personajes interpretan sus palabras de manera literal.
Caricatura y estereotipos
La caricatura y los estereotipos implican la representación exagerada de personajes con características distintivas y simplificadas. Estos personajes son fácilmente reconocibles y sus comportamientos predecibles contribuyen al humor de la obra.
Ejemplo: en las obras de Commedia dell’arte, personajes como Arlequín y Pantalone son caricaturas de ciertas clases sociales, y sus interacciones exageradas reflejan y satirizan las relaciones humanas y las dinámicas de poder.
Ruptura de la cuarta pared
La ruptura de la cuarta pared es una técnica donde los actores reconocen la presencia del público, hablándoles directamente o haciendo referencias a que están en una obra de teatro. Esta técnica crea una complicidad con el público y añade una capa adicional de humor.
Ejemplo: en “La comedia de los enredos” de Shakespeare, los personajes pueden hacer apartes al público, compartiendo sus pensamientos y creando una conexión directa que intensifica la experiencia cómica.
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