A propósito de la XV Cumbre de las Naciones Unidas sobre cambio Climático; que busca acuerdos internacionales entre todos los países para evitar los efectos devastadores del cambio climático; Colombia tuvo como meta en esta convención gestionar para los países de la Amazonía; procesos de financiación para la conservación del llamado pulmón del planeta y el medio ambiente, y mostrar como ha venido logrando cada vez más; a través de los programas de protección de recursos naturales; un impacto positivo que será ejemplo para las demás naciones en la conservación de los recursos naturales.
El Presidente de la República doctor Álvaro Uribe Vélez en su visita a Copenhague mostró no solo los excelentes resultados que las medidas ambientales y de lucha antidrogas se tienen en el país; sino los resultados que la trasformación de gases de efecto invernadero nos ubican por debajo del promedio internacional; en 200 toneladas de emisiones y el mayor compromiso que seguiremos asumiendo frente a la protección de los recursos naturales; en aéreas protegidas en sectores como la Amazonía, el Darién, el Parque de los Nevados, la Serranía de la Macarena, el Tairona entre otros.
Pero no sólo hay que inundar a la tierra de energía limpia en la conservación de los ecosistemas y las fuentes hídricas; esta época que atravesamos actualmente requiere de una energía renovadora en el corazón de las personas.
La navidad, una época de recogimiento, que nos invita permanentemente a la reflexión, a ver el cumplimento de nuestros objetivos para el nuevo tiempo que comienza; una energía nueva que nos invita a los ciudadanos y ciudadanas del mundo a hacer de nuestro entorno un espacio de paz individual y colectiva que nos acerque cada vez más a la felicidad que tanto deseamos los seres humanos.
La energía limpia es un compromiso, es una actitud, es la disposición para dejarse tentar por la buena onda; por las cosas y las personas inspiradoras, por los momentos y los lugares frescos y renovados.
Es un intento por recuperar la simplicidad de la vida y de las sensaciones que nos conectan a la cultura; a través de los mitos y los rituales que hemos construido como sociedad y como comunidades, la fidelidad a nuestros sueños; a la vocación mediante el uso de la libertad, y la construcción de comunidades capaces de reconocernos mutuamente.
En el próximo mes de enero abriremos como aporte a la comunidad un diplomado de Ecociudadanía Responsable; concepto que se puede definir como la capacidad que los seres humanos tenemos para hacer parte de los procesos de desarrollo humano interviniendo en los mismos de manera directa, asociativa y responsable; sin comprometer o poner en riesgo la supervivencia de las futuras generaciones.
La ecociudadanía tiene en cuenta los procesos de desarrollo desde los diversos procesos sistémicos y complejos que involucran íntimamente lo local con lo global sin que el uno se pliegue al otro, lo “glocal” tiene en cuenta las capacidades, habilidades y destrezas endógenas, puestas al servicio de la satisfacción de las necesidades de los seres humanos y el crecimiento económico en todos los sentidos.
Creemos que está es la mejor forma de ejercer la ciudadanía, conociendo los derechos, los deberes y las diferentes ofertas; a través de las cuales se desarrollen las habilidades y destrezas de las personas teniendo en cuenta el medio ambiente y las mejores condiciones para las comunidades.
Que esta Navidad y todo el próximo año sea el tiempo de la buena energía, de un medio ambiente limpio y responsable en el que todos colaboremos; que en esta época tan importante para nosotros, de fiesta, de unión, de felicidad.
Reflexionemos individual y colectivamente sobre nuestros deseos y sembremos de nuestras mejores semillas; aprovechando dignamente nuestro presente llevando nuestra mirada al futuro; para estar seguros que conseguiremos las condiciones necesarias que nos llevarán sin duda por el camino de la felicidad, el progreso y el desarrollo integral a todos los niveles.
Feliz navidad y dejémonos tentar por la buena energía y el buen vivir.
