Infraestructura y Suministro del Acceso al Comercio Electrónico

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Infraestructura y Suministro del Comercio Electrónico

Un sistema de precios basado en la utilización puede resolver los problemas de congestión, aunque existen dificultades, como las derivadas de los elevados costos administrativos y de las preferencias de los usuarios.

Se han propuesto varios otros mecanismos de precios para evitar la congestión y favorecer una utilización más eficiente de los recursos14.

La mayoría de éstos entrañan el cobro a los usuarios por la utilización real o potencial. Los sistemas basados en la utilización dan mayor flexibilidad a los proveedores para la aplicación de los precios y, con arreglo a algunos de ellos, el precio seguiría siendo nulo cuando la red no se encontrase congestionada.

Los usuarios podrían beneficiarse adquiriendo sólo los servicios de red cuyo valor sobrepasase su costo. Correctamente concebidos, tales sistemas pueden facilitar el suministro de servicios diferenciados, mejorar la asignación de los recursos y eliminar los problemas asociados con la congestión.

La muy limitada aplicación de los precios basados en la utilización refleja la existencia de varios inconvenientes. En tales sistemas, los costos de contabilidad y facturación pueden resultar elevados, si se los compara con los costos de la congestión.

Experiencias del sector de la telefonía han demostrado que los gastos generales derivados de la facturación por utilización pueden representar el 50% de las facturas telefónicas.

La liquidación de las tasas cobradas por las líneas sobre la base de la transmisión efectiva de datos entre los proveedores de servicios también puede ser bastante costosa. Además, las experiencias realizadas con la aplicación de precios por utilización no han sido muy alentadoras. Proveedores de servicios de varios países, como Italia y los Estados Unidos, han tenido que renunciar a tales sistemas, ya que los clientes acudían en masa a los rivales que aplicaban tarifas a tanto alzado (UIT, 1997, página 21; Bailey, 1995).

Tarifas y Precios

En Nueva Zelandia, las tarifas basadas en la utilización se han establecido con éxito. No obstante, esto puede estar relacionado con el hecho de que ese país sólo cuenta con un enlace (de elevado costo) a Internet, lo que mueve a los clientes a economizar en su uso, ya que no pueden recurrir a otros proveedores de servicios (que apliquen tarifas a tanto alzado).

En resumen, el sistema de precios a tanto alzado que rige actualmente en la mayoría de los países no siempre optimiza la utilización de la infraestructura de Internet, y podría ser conveniente aplicar mecanismos de precios más eficientes que redujesen la congestión y la pérdida de información o que otorgasen prioridad a la información de elevado valor.

No obstante, los precios a tanto alzado pueden reflejar las preferencias de los usuarios, así como consideraciones relativas a los elevados costos administrativos de sistemas más complejos. Además, la congestión resultante quizás constituya un problema transitorio, que sólo persista hasta que el progreso técnico proporcione nuevas soluciones en cuanto a la fijación de los precios y a la capacidad.

La competencia en la infraestructura y en el suministro de acceso alienta el desarrollo de Internet

Los economistas convienen de ordinario en que la competencia contribuye en gran medida a reducir al mínimo los costos, y a proporcionar así los máximos beneficios a los consumidores. Sin embargo, el nivel y la naturaleza de la competencia entre los proveedores de redes y de acceso (servicios de Internet), difiere considerablemente de un país a otro.

En los Estados Unidos, por ejemplo, la competencia en ambos tipos de suministro es relativamente intensa. Existen, por ejemplo, por lo menos 30 proveedores que ofrecen actualmente servicio en todo el país por una red principal de circuitos de alta velocidad. Por tal razón, las tarifas están muy próximas a los costos, con la salvedad antes indicada (Gareiss, 1997).

En muchos otros países, en cambio, el número de proveedores de una infraestructura principal es limitado. Esto permite a tales empresas (sean privadas o estatales) utilizar su poder de mercado para cobrar precios de monopolio u oligopolio. En tales circunstancias, medidas que fortalezcan la competencia y lleven los precios a niveles más próximos a los de un régimen de competencia promoverían claramente el bienestar general.

Competencia en Suministros

La falta de competencia en el suministro de infraestructuras puede deberse a factores históricos. En el pasado, se suponía que los proveedores de infraestructuras eran monopolios naturales. Por ello, tales empresas eran estatales o estaban estrictamente reglamentadas.

No obstante, la situación está evolucionando con rapidez, y la existencia de competencia entre distintos proveedores de infraestructuras constituye una posibilidad real, por lo menos cuando se trata de mercados de gran tamaño, como puede verse en los Estados Unidos. En la Unión Europea, se prevé que la desregulación del sector de las telecomunicaciones a partir de enero de 1998 favorecerá una evolución análoga a la que tuvo lugar en los Estados Unidos.

Elementos de juicio de carácter empírico también indican que la desregulación y la competencia en el sector de las telecomunicaciones constituyen la clave para el desarrollo futuro de Internet. En el ámbito de la OCDE, por ejemplo, el precio medio del acceso a Internet por líneas arrendadas en países en los que existían monopolios de telecomunicaciones era en 1995 un 44 por ciento más elevado que el aplicado en aquéllos en los que la infraestructura se suministraba en condiciones de competencia (OCDE, 1996a).

Acceso por marcación

La competencia también es importante en el mercado del acceso «por marcación». En realidad, la considerable dispersión de las tarifas de acceso a Internet (tanto de los proveedores de infraestructura como de los proveedores de servicios de Internet), que se advierte en el anterior gráfico 4, refleja en parte el distinto grado de competencia que existe en los mercados nacionales. En los países donde no hay competencia los costos son, en promedio, más del doble de los aplicados en aquellos en los que ésta existe, y la utilización de Internet representa sólo la quinta parte de la que se registra en éstos últimos (OCDE, 1996c).

Aunque es posible que la competencia esté aumentando en muchos campos de las telecomunicaciones y de la tecnología de la información, también se tiene conocimiento de un creciente número de fusiones y adquisiciones entre empresas pertenecientes a cada uno de estos sectores, o a uno y otro, de manera intersectorial.

Proveedores de infraestructura, por ejemplo, han comenzado a suministrar acceso a Internet 15. Esta evolución se atribuye a la convergencia de diferentes tipos de tecnologías de infraestructura y de información hacia sistemas más integrados, lo que a su vez conduce a que las compañías se integren entre sí, con el propósito de aprovechar las correspondientes economías de escala, estar preparadas ante la incertidumbre sobre la demanda futura, adquirir conocimientos técnicos y obtener mayor poder de mercado (Comisión Europea, 1997a).

Esto puede plantear nuevos problemas a las autoridades encargadas de proteger las condiciones de la competencia en todos los países.

Demanda de Internet

La demanda está aumentando rápidamente; con un creciente número de usuarios que gozan de las ventajas que ofrecen las redes en expansión y las aplicaciones nuevas y perfeccionadas

El desarrollo de Internet parece estar fuertemente impulsado por la oferta; ya que el rápido progreso técnico ha venido reduciendo los costos considerablemente (OCDE, 1997g, página 10).

No obstante, también desempeña un importante papel en la evolución de los servicios de la red la demanda existente.

Esta depende del número de usuarios que desean conectarse a Internet y de la tasa de utilización de ésta. Tal tasa está determinada a su vez por el tipo de aplicaciones que se ofrecen en la red; y por la medida en que se emplea cada una de ellas.

La explosión de la demanda de anchura de banda en los últimos años es consecuencia tanto del incremento del número de usuarios; como del aumento de la capacidad necesaria para aplicaciones nuevas y más perfeccionadas.

Externalidades

Otro factor determinante de la demanda es la existencia de externalidades con respecto a la red (Shy, 1995). Las externalidades positivas son las ventajas que obtienen los usuarios existentes de la red debido a la incorporación de un usuario adicional. Cuanto mayor es el número de usuarios, más interesante y útil resulta la red para los anteriores y para los nuevos. Esas externalidades explican, por ejemplo, por qué las redes locales están interesadas en interconectarse.

También es probable que afecte a la demanda futura la congestión de Internet, si ésta fuese frecuente. Quizás los usuarios estarían dispuestos a pagar una prima por la transmisión de datos de alto valor, si ello les garantizase rapidez y fiabilidad. Si, por el contrario, no se abordasen los problemas relacionados con la congestión, Internet podría perder algo de ese tráfico en favor de otros instrumentos de transmisión de datos.

La demanda de los servicios de Internet depende de su precio y del precio de los bienes y servicios complementarios o que pueden sustituirlos

Precios en los Inicios de Internet

Los precios vigentes en Internet son importantes para la demanda en general.

En la primera época de la red, los servicios eran de hecho gratuitos para la mayoría de los usuarios, ya que éstos gozaban de libre acceso por intermedio de instituciones oficiales o universitarias. Esto está cambiando rápidamente con el creciente número de usuarios privados y comerciales que pagan por el acceso.

La demanda privada «por marcación» se ve afectada por los costos de las comunicaciones telefónicas locales y por las tarifas establecidas por los proveedores de servicios de Internet. Así, tarifas más bajas para las llamadas locales y para el acceso a la red por intermedio de esos proveedores deberían conducir a un aumento del número de usuarios.

Los usuarios comerciales con líneas «especializadas» también se beneficiarían si se fijasen tarifas más bajas para las líneas arrendadas.

La liberalización del mercado de telecomunicaciones puede contribuir mucho a reducir las tarifas medias del sector; y estimular de tal manera la demanda de acceso a Internet.

No obstante, quizás no conduzca necesariamente a corto plazo al establecimiento de precios más bajos para las comunicaciones locales; (lo que beneficiaria a los usuarios «por marcación»).

En Europa, por ejemplo, los monopolios de telecomunicaciones aducen que antes los gobiernos, que aplicaban políticas de «acceso universal»; los obligaban a subvencionar a las llamadas locales; y que la liberalización los fuerza ahora a reequilibrar sus precios para reflejar los costos verdaderos.

Asimismo; la liberalización de esos servicios puede aumentar la competencia en el mercado de comunicaciones de larga distancia e internacionales; y en el de las líneas arrendadas, mucho más que en el de las llamadas locales16.

A largo plazo, es probable que la competencia en el mercado de las conexiones de red local estimule el desarrollo de nuevas tecnologías.

Las líneas de televisión por cable, por ejemplo; ya están en condiciones de cursar datos de Internet, y se ensayará el empleo de las líneas eléctricas con ese fin en el curso de 1998.

Los costos totales del acceso a Internet y del empleo de la red no sólo comprenden las tarifas de conexión a un proveedor de servicios local; y las del uso de la línea telefónica local. Los usuarios también tienen que adquirir bienes complementarios; es decir, equipo y programas informáticos, lo que es determinante para la demanda de los servicios de Internet. Lea: Efectos Económicos del Comercio Electrónico en Internet

Demanda de Servicios

El acceso a esta red exige normalmente el uso de un ordenador personal. Estos son aún costosos, lo que explica en parte por qué su tasa de difusión es en general aún limitada.

No obstante; es probable que una mayor competencia en el sector de la tecnología de la información conduzca a nuevos progresos técnicos y nuevas reducciones de precios.

Además; se están introduciendo otras tecnologías que amplían las capacidades de los receptores de televisión y de los teléfonos; para facilitar el suministro de aplicaciones de Internet.

La demanda de servicios de Internet también depende del precio de los servicios aptos para sustituirlos. Durante muy largo tiempo, Internet se utilizaba principalmente para el correo electrónico.

Este correo es un sustituto relativamente próximo del teléfono, el fax y los servicios postales. Una vez conectada, la comunicación por correo electrónico es prácticamente gratuita, lo que no ocurre con sus sustitutos.

De manera análoga; el éxito del fax por Internet y de la telefonía por Internet se debe a la diferencia de precio con respecto a sus competidores «tradicionales».

En igualdad de las demás condiciones; una reducción de los precios de los servicios tradicionales de telefonía, de fax o postales reduciría el incentivo para utilizar Internet.

Notas

  • 13 El problema puede resultar agravado por los usuarios que disponen de líneas de acceso de gran capacidad. Ya actualmente, un número limitado de tales usuarios puede causar congestión si envía grandes cantidades de datos al sistema.
  • 14 No obstante, parece haber poco consenso entre los economistas acerca de las nuevas políticas de precios. McKie-Mason y Varian (1997) se inclinan por los precios por utilización; Anania y Solomon (1997), por las tarifas a tanto alzado.
  • 15 Véase en Comisión Europea (1997a) más ejemplos de integración vertical y horizontal

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