Biocomercio Sostenible, Marco Conceptual
3. Marco Conceptual
En esta sección se presenta el marco conceptual para el desarrollo de actividades del Programa Nacional de Biocomercio Sostenible. El cual está compuesto por cuatro enfoques principales:
3.1 Enfoques del Programa Nacional de Biocomercio
- El enfoque Ecosistémico del Convenio sobre la Diversidad Biológica,
- El Manejo adaptativo,
- El enfoque de cadena de valor,
- El enfoque de gestión compartida o con-manejo,
Este marco conceptual parte del reconocimiento de que la gestión de la biodiversidad en materia de su uso. Es una tarea compleja que debe ser abordada desde una óptica multidimensional y con la participación de una amplia variedad de actores.
Este marco conceptual puede ser aplicado en diferentes contextos, para promover la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica. Así como la distribución justa de los beneficios derivados de este uso. Los actores nacionales, internacionales, regionales y locales identificados en el mapa de actores deberán actuar en el marco del PNBS considerando los enfoques mencionados anteriormente:
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Enfoque ecosistémico,
Donde la planeación de los sistemas productivos de iniciativas de Biocomercio es ambiental y socialmente responsable con respecto a su impacto sobre especies, hábitats, ecosistemas y comunidades locales; -
Manejo adaptativo,
Donde existen mecanismos y herramientas para llevar a cabo un proceso de mejora continua de las actividades de Biocomercio y del Programa. A través del monitoreo, evaluación y análisis de impactos sobre las especies, ecosistemas y comunidades y del aprendizaje a partir de la implementación; y -
Cadena de valor–
Donde la asociatividad horizontal y vertical de los actores involucrados en la actividad productiva se basa en la confianza y en el interés de alcanzar unos objetivos comunes. Acordes con los principios y criterios del Biocomercio (UNCTAD 2007) y -
Gestión compartida–
Donde la capacidad de gestión de la biodiversidad y los sistemas de conocimiento de las comunidades locales son reconocidos formalmente por las autoridades y otros actores de las cadenas de valor. Mejorando la gobernanza en torno a los recursos naturales al incluir a las comunidades en los procesos de definición de objetivos y toma de decisiones sobre el desarrollo de la cadena de valor y sobre la gestión de la biodiversidad
3.1.1 Enfoque Ecosistémico
El enfoque Ecosistémico (EE) surgió como un principio fundamental para la aplicación del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) luego de su aprobación en 1992. En la segunda Conferencia de las Partes – CoP 2 del CDB, celebrada en Yakarta, Indonesia en 1995. Las Partes adoptaron el EE como el marco principal para el desarrollo de las actividades del Convenio.
Posteriormente, en la sexta CoP las Partes decidieron que la aplicación del EE se basaría en 12 principios que deben ser considerados de manera conjunta. Tomando en consideración las condiciones locales8.
El Enfoque Ecosistémico “representa una estrategia poderosa para la gestión integrada de tierras, extensiones de agua y recursos vivos que promueve la conservación y el uso sostenible de manera equitativa” (CDB 2004).
Este enfoque define el marco de acción y los lineamientos necesarios para lograr un equilibro entre los tres objetivos del CDB. Basándose en la aplicación de metodologías científicas adecuadas, centradas en los niveles de organización biológica, que comprenden la estructura esencial. Los procesos y las funciones e interacciones entre los organismos y el medio ambiente donde se encuentran.
A su vez, reconoce al ser humano junto con su diversidad cultural, como un componente integral de la mayoría de ecosistemas.
El EE es de gran importancia para todos los actores de los sistemas productivos que tienen una relación directa con la biodiversidad, como la forestería, la pesca, la caza, la agricultura, y la zoocría, entre otros, ya que representa una visión integral del medio ambiente.
Es así como se hace evidente la estrecha interdependencia que existe entre las comunidades humanas, la biodiversidad y el medio físico que habitan.
El EE debe ser utilizado como una herramienta que permita optimizar los beneficios económicos y sociales que brinda la biodiversidad (MAVDT 2010 a). A través de un mayor reconocimiento e integración de la biodiversidad en las visiones empresariales que dependen directamente de los bienes y servicios que esta nos brinda.
3.1.2 Manejo Adaptativo
El EE requiere a su vez de una gestión adaptable o manejo adaptativo, para responder a la naturaleza compleja y dinámica propia de los ecosistemas y de las especies que los componen, y a la escasa comprensión y conocimiento que tenemos sobre su funcionamiento (CDB 2004).
Esto se debe a que los procesos y el funcionamiento de los ecosistemas suelen no ser lineales, y los resultados de la implementación de acciones pueden a menudo exhibir desfases temporales y espaciales que no permiten tener una visión objetiva de los resultados de dicha implementación.
Como consecuencia, se presentan discontinuidades que llevan a resultados imprevistos o a situaciones de incertidumbre que hacen necesaria una gestión adaptable, que permita responder a estos escenarios a partir de información y retroalimentación precisa, oportuna y accesible, que facilite el aprendizaje y la toma de decisiones por parte de los actores gestores de la biodiversidad, acorde con estos escenarios de incertidumbre.
El enfoque de manejo adaptativo
Debe tomar en cuenta el principio de precaución e integrar el diseño de estrategias y actividades con el monitoreo y seguimiento, evaluación y análisis de los resultados obtenidos en su implementación. Con el fin de probar sistemáticamente criterios y supuestos que nos permitan aprender, adaptar y mejorar la gestión de la biodiversidad.
Así mismo este enfoque requiere de un grado de flexibilidad en el desarrollo e implementación de las políticas ya que decisiones inflexibles a largo plazo en materia de gestión de la biodiversidad pueden ser inadecuadas o perjudiciales. La gestión de la biodiversidad en materia de uso deberá entonces ser abordada como un proceso de aprendizaje a largo plazo que construye sobre los resultados obtenidos en su implementación.
La aplicación de este enfoque, permitirá realizar un seguimiento a las metas propuestas en el Programa Nacional de Biocomercio Sostenible y realizar los ajustes necesarios a las estrategias y actividades propuestas, para poder alcanzarlos objetivos en el marco de tiempo previsto. Ampliando nuestra capacidad adaptativa en cuanto a la gestión de la biodiversidad.
En general el enfoque de manejo adaptativo para la gestión de la biodiversidad requiere de una estrecha relación de cooperación y coordinación entre los actores responsables del manejo de la biodiversidad (autoridades ambientales, turísticas, entes territoriales, comunidades indígenas y locales, sector privado, ONG y otras organizaciones).
(Lea También: Categorías de Producto de Biocomercio)
3.1.3 Cadena De Valor
Para efectos de este documento el término “Cadena de Valor” se entenderá como: una alianza estratégica entre un número de organizaciones o empresas independientes (productores, transformadores, distribuidores, comercializadores, autoridades e instituciones de apoyo), quienes colaboran en un proceso productivo basado en el uso y aprovechamiento sostenible la biodiversidad, y que de manera participativa han definido unos objetivos estratégicos para el desarrollo de la actividad. Reconociendo las necesidades comunes para trabajar de manera conjunta en el cumplimiento de estos objetivos, distribuyendo de manera justa las responsabilidades ambientales, los riesgos, los costos y los beneficios para este proceso.
La cadena de valor debe estar orientada por factores de la demanda, enfatizar la importancia de la innovación y de la agregación de valor. Utilizar esquemas de diferenciación de producto y generar altos niveles de confianza entre sus actores.
Bajo este enfoque, es posible definir una visión conjunta para la cadena de valor, con la participación de todos los actores y a su vez realizar un análisis de las necesidades, limitaciones y fortalezas de la misma. Con el fin de desarrollar estrategias para incrementar la competitividad y la sostenibilidad e incrementar los beneficios ambientales, sociales y económicos, facilitando la articulación entre los actores de la cadena.
El enfoque de cadena de valor propuesto en el PNBS
Requiere de la coordinación y articulación entre los actores involucrados en los procesos de producción de bienes y servicios de Biocomercio.
Las relaciones entre los actores de la cadena de valor (Extractores-productores, transformadores, sector industrial comercializadores y consumidores, entidades del Gobierno y de soporte) deben estar fundamentadas en la confianza y la comunicación permanente, que permitan definir de manera participativa los objetivos y sistemas de planificación y monitoreo adecuados para que la cadena logre producir bienes y servicios de calidad, con un alto valor agregado. Utilizando tecnologías apropiadas, con esquemas de trazabilidad de los insumos, generando beneficios9 para los actores, repartiendo de manera justa los costos, beneficios y responsabilidades ambientales. A la vez que se promueve la conservación de la diversidad biológica nativa de Colombia a través de su uso comercial sostenible.
El enfoque de cadena de valor permite entonces la articulación de los actores a lo largo del proceso productivo para el desarrollo de estrategias que fomentan la innovación y la diferenciación del producto. Obteniendo ventajas competitivas que perduran en el tiempo.
A su vez, se generan procesos más eficientes en los ámbitos social, económico y ambiental ya que las empresas que conforman los eslabones de la cadena trabajan de manera conjunta hacia un objetivo comúnmente definido y acordado. Haciéndolas más competitivas en los mercados nacionales e internacionales.
Desde el año 2004, la línea de Investigación en Biocomercio Sostenible del Instituto Alexander von Humboldt,. En alianza con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). Definió el enfoque en cadenas de valor como una herramienta estratégica para el desarrollo de sectores y productos de Biocomercio. Este enfoque y su metodología han sido
Concertados con varias Corporaciones Autónomas Regionales y otras instituciones de apoyo como la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP).
La metodología propuesta se basa en la propuesta del CIAT, con ajustes relevantes para los bienes y servicios de la biodiversidad y contempla las siguientes etapas10:
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Evaluación de la cadena de valor
- Verificar las oportunidades de mercado.
- Identificar actores claves, incluyendo al facilitador de la cadena.
- Visualizar el sistema (mapa).
- Comparar la cadena con otras similares (benchmarking).
- Análisis DOFA
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Diseño de la estrategia de intervención
- Análisis entre actores de los problemas, las oportunidades y las prospectivas de la cadena.
- Diseño de estrategias para incidir en temas claves y selección de un proyecto piloto.
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Implementación
- Lanzar el proyecto piloto.
- Montar un sistema de aprendizaje entre actores.
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Evaluación y monitoreo
- Construir y adaptar continuamente.
Así mismo, en 2009 la Iniciativa BioTrade de la UNCTAD desarrolló una metodología que está orientada a favorecer el acceso en mercados internacionales de productos de Biocomercio. A través del apoyo para el desarrollo y fortalecimiento de las cadenas de valor por parte de los Programas Nacionales de Biocomercio. Esta metodología consiste en cinco pasos:
- La identificación de sectores con potencial a escala nacional,
- La selección de cadenas de valor que deben ser apoyadas con base en criterios biológicos, sociales, políticos, económicos, tecnológicos, de infraestructura y de mercado,
- La realización de un diagnóstico participativo de la cadena de valor, comenzando por la caracterización de los actores y la identificación de limitaciones y soluciones para acceder a mercados actuales y potenciales,
- La formulación de una estrategia sectorial, en donde se priorizan acciones para el desarrollo del sector, y por último
- La implementación de la estrategia, donde se ejecutan acciones y planes para el desarrollo del sector e ingreso a los mercados (UNCTAD 2009).
Para efectos del Programa Nacional de Biocomercio Sostenible, se adoptará la metodología desarrollada por la UNCTAD, por considerarla más completa y actual. Sin embargo, esta deberá ser complementada con la etapa de evaluación y monitoreo propuesta en la metodología del CIAT y del Instituto Alexander von Humboldt. Con el fin de cumplir con el enfoque de manejo adaptativo que se describe a continuación.
La línea de investigación en Biocomercio Sostenible del Instituto Alexander von Humboldt priorizó en su momento seis cadenas de valor a nivel nacional, con el fin de brindarles un apoyo preferencial para su adecuado desarrollo:
- Ecoturismo,
- Frutales amazónicos,
- Flores y follajes,
- Mieles,
- Guadua, y
- Ingredientes naturales. Así mismo, en 2009 el Fondo Biocomercio Colombia contrató una consultoría por parte de la Universidad Jorge Tadeo Lozano (UJTL), que tenía como objetivo la priorización de tres cadenas de valor a nivel nacional para apoyar su desarrollo (UJTL 2009).
El resultado de la consultoría fue la priorización de las cadenas de ingredientes naturales para las industrias cosmética, farmacéutica y alimenticia.
Sin embargo, y a pesar de las recomendaciones realizadas por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, quien insistió en la importancia de priorizar cadenas de valor basadas en un solo producto. La consultoría del Fondo Biocomercio Colombia priorizó “cadenas de valor” que involucran un variado complejo de productos para cada una de industrias. Esto invalida el objetivo de priorización y dificulta el desarrollo de acciones que permitan fortalecer la cadena y apoyar el acceso a mercados de los productos de la misma.
Por esta razón, se recomienda que el Programa Nacional de Biocomercio Sostenible desarrolle la metodología propuesta por la UNCTAD. Con el fin de identificar las cadenas de valor que deben ser priorizadas a nivel regional para brindarles el apoyo necesario para su adecuado desarrollo.
3.1.4. Gestión Compartida
La gestión de recursos naturales compartidos, como la biodiversidad11, presenta retos particulares, que no han sido resueltos en su totalidad. Ante la falta de modelos y herramientas que nos permitan entender mejor la gobernanza y complejidad de estos sistemas naturales (Ostrom 1990).
Esta complejidad fue expuesta por Garrett Hardin en su artículo en la revista Science de 1968. Donde acuñó el término “la tragedia de los comunes” para describir la degradación ambiental que puede ser esperada del uso común de un recurso escaso. Aun así, existe evidencia de que el desarrollo de negocios basados en la biodiversidad. En sistemas de gestión comunitaria de los recursos naturales, puede contribuir a cumplir las metas de conservación y al desarrollo económico (WRI 2005, 2008).
Aunque no existen modelos universales que permitan resolver los desafíos que presenta la gestión de la biodiversidad, hay elementos que pueden aportar al proceso mediante su inclusión en las políticas que direccionan su manejo.
El primero de ellos es el reconocimiento de que el manejo de los recursos naturales desde una sola instancia nacional o central. Difícilmente va a resolver la tragedia de los comunes. Debido a la escasa capacidad de las autoridades ambientales de vigilar y controlar el uso de la biodiversidad en la totalidad del territorio nacional.
A su vez, se hace necesario que las autoridades ambientales reconozcan formalmente la capacidad de gestión que tienen los usuarios directos de la biodiversidad
En especial las comunidades indígenas y locales, para apoyar y complementar la estrategia de vigilancia y control, hasta ahora utilizada. Empoderar a las comunidades locales y desarrollar sus capacidades de gestión de la biodiversidad. Son las bases de una buena gobernanza de los recursos naturales. Ya que se les transfiere una autoridad real sobre los recursos locales y se les exige un mejor manejo sobre estos recursos. El objetivo de este enfoque es el desarrollar las capacidades de gestión y las condiciones locales de gobernanza para permitir a las comunidades manejar los ecosistemas de manera equitativa, sostenible, productiva y comercialmente exitosa.
En un país tan diverso, biológica, cultural y geográficamente como Colombia. Se hace necesario un esquema descentralizado y poli-céntrico de gestión que asegure la conservación y sostenibilidad en el uso y aprovechamiento de la biodiversidad.
Aunque Colombia cuenta con un Sistema Nacional Ambiental – SINA que responde parcialmente a esta necesidad. El proceso de toma de decisiones sobre la gestión de la biodiversidad se debe realizar lo más cerca posible al sitio de la actividad y debe involucrar a los actores y usuarios asociados al recurso.
El proceso de toma de decisiones, a su vez debería reconocer formalmente las diferentes escalas de gestión (comunidades locales, y autoridades y otros actores regionales y nacionales) y sus sistemas de conocimiento como complementarios para el desarrollo de sistemas productivos basados en la biodiversidad.
Esto permitirá la apropiación de la gestión y el manejo de los recursos naturales por parte de todos los actores, como respuesta a la escasa capacidad del Estado de ejercer control sobre estas actividades, a la naturaleza compleja de los ecosistemas. Así como a la diversidad de actores involucrados en la determinación de los patrones de uso de la biodiversidad.
Para el diseño de estos esquemas de gestión compartida, es importante tener en cuenta algunas directrices que han probado ser de gran utilidad en la gestión de recursos naturales compartidos12:
- Se deben definir límites o fronteras que permitan excluir de manera efectiva a terceras partes, no autorizadas en el uso y aprovechamiento de los recursos naturales siendo gestionados;
- Las reglas para la apropiación (restringiendo el tiempo, lugar, tecnologías apropiadas y cantidad de recursos naturales) y provisión (incluyendo trabajo, materiales y recursos económicos necesarios) de los recursos naturales silvestres están adaptadas a las condiciones locales;
- Existen arreglos colectivos que permiten la participación efectiva de los actores y usuarios de la biodiversidad en los procesos de toma de decisiones sobre la apropiación de los recursos naturales;
- Existen estrategias para realizar un monitoreo efectivo del estado de los recursos naturales. Donde los que realizan el monitoreo son parte de los eslabones primarios de la cadena de valor o son responsables ante ellos;
- Existe una escala graduada de sanciones, reconocida por las autoridades competentes. Para los actores de la cadena de valor que violen las reglas establecidas comúnmente;
- Los mecanismos para la resolución de conflictos en el uso y aprovechamiento de la biodiversidad son económicos y de fácil acceso;
- Los sistemas de conocimiento y la capacidad de gestión propios de los actores a diferentes niveles son reconocidas formalmente por las autoridades competentes y son tomadas en cuenta en el proceso de toma de decisiones sobre la gestión de los recursos naturales.
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8 La elección de los objetivos de la gestión de los recursos de tierras, hídricos y vivos debe quedar en manos de la sociedad; 2. La gestión debe estar descentralizada al nivel apropiado más bajo; 3. Los administradores de ecosistemas deben tener en cuenta los efectos (reales o posibles) de sus actividades en los ecosistemas adyacentes y en otros ecosistemas; 4. Dados los posibles beneficios derivados de su gestión, es necesario comprender y gestionar el ecosistema en un contexto económico. Este tipo de programa de gestión de ecosistemas debería: a) Disminuir las distorsiones del mercado que repercuten negativamente en la diversidad biológica; b) Orientar los incentivos para promover la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica; c) Procurar, en la medida de lo posible, incorporar los costos y los beneficios en el ecosistema de que se trate; 5. Mantener los servicios de los ecosistemas, la conservación de la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas deberá ser un objetivo prioritario del EE; 6. Los ecosistemas se deben gestionar dentro de los límites de su funcionamiento; 7. El EE debe aplicarse a las escalas espaciales y temporales apropiadas; 8. Habida cuenta de las diversas escalas temporales y los efectos retardados que caracterizan a los procesos de los ecosistemas, se deberían establecer objetivos a largo plazo para su gestión; 9. En la gestión debe reconocerse que el cambio es inevitable; 10. En el EE se debe procurar el equilibrio apropiado entre la conservación y la utilización de la diversidad biológica, y su integración; 11. En el EE deberían tenerse en cuenta todas las formas de información pertinentes, incluidos los conocimientos, las innovaciones y las prácticas de las comunidades científicas, indígenas y locales; y 12. En el EE deben intervenir todos los sectores de la sociedad y las disciplinas científicas pertinentes.
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9 Entre los beneficios que puede conllevar el desarrollo y fortalecimiento de cadenas de valor de la biodiversidad, se pueden resaltar: un mayor acceso a materia prima y su uso eficiente, incremento en la productividad, mejora en la calidad, seguridad y trazabilidad a través de la cadena de valor, diversificación de bienes y servicios, conocimiento y puesta en práctica de mejores prácticas, flujo de información y tecnologías, incremento en la confianza entre actores, reducción de costos de transporte, procesamiento, investigación y desarrollo a través de las economías de escala, acceso a esquemas de diferenciación de productos y una responsabilidad compartida en la conservación y manejo de los recursos naturales, estimulando un ambiente político y normativo favorable para el desarrollo de cadenas de valor de Biocomercio.
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10 ww.humboldt.org.co/biocomercio/Cadenas/index.htmwww.humboldt.org.co/biocomercio/Cadenas/index.htm
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11 El Artículo 1° y 42° del Decreto – Ley 2811 de 1978 establecen respectivamente que: “El ambiente es patrimonio común. El Estado y los particulares deben participar en su preservación y manejo, que son de utilidad pública e interés social.” y “Pertenecen a la Nación los recursos naturales renovables y demás elementos ambientales regulados por este Código que se encuentren dentro del territorio nacional, sin perjuicio de los derechos legítimamente adquiridos por particulares y de las normas especiales sobre baldíos”.
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12 Directrices aadaptadas de Ostrom 1990.
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