Intervención Acto de Clausura
Gabriel Silva Luján*
Buenas tardes a todos.
Quiero en primer lugar agradecerles inmensamente que hayan escogido la casa de los cafeteros de Colombia para hacer este encuentro y este avance en la discusión de los temas importantes de la justicia colombiana, y por lo tanto más importantes de nuestro país.
Este foro sin duda es un ejemplo más de la colaboración que hemos establecido desde hace muchos años con Asomagister, con el poder judicial, con la academia, con todos los componentes de la reflexión y de la acción en los temas judiciales.
Para la Federación de Cafeteros no es nuevo y se siente muy a gusto el trabajo y el acompañamiento al poder judicial, tenemos en esta relación con Asomagister una larga trayectoria de resultados como conferencias, capacitaciones, discusiones, publicaciones, y este foro que quizá es lo más trascendental que hemos realizado conjuntamente; y el resultado lo vemos aquí, ustedes tuvieron la oportunidad de escuchar a las mentes más claras y a los hombres más sabios y a las mujeres más preparadas en estos temas, por eso es con inmensa humildad con que me atrevo a tomar la palabra para despedir este evento.
Primero porque tengo una gran deficiencia, no soy abogado, entonces estoy aquí en un contexto que profesionalmente no es el mío.
Segundo porque en este recinto se encuentra realmente el cerebro y el corazón de la justicia colombiana, por eso les pido ante todo consideración por alguien que no tiene esta formación, pero que si tiene una profunda admiración por el poder judicial, por quienes dedican su vida a la justicia y por quienes tienen que también administrar sus debilidades y deficiencias.
Para la Federación es una responsabilidad cívica, una responsabilidad que consideramos patriótica ayudar a la construcción y a la defensa de las instituciones.
La Federación de Cafeteros cumplió recientemente 80 años de existencia y como tal ha sido una institución que ha promovido la democracia, que ha promovido la institucionalización, que ha promovido la reflexión para beneficio de la comunidad y de su sector, y como tal y en ese mismo espíritu nos sentimos inmensamente satisfechos de haberlos tenido a ustedes aquí con nosotros y haber dado una modestísima contribución, casi que solo un grano de arena para que este evento pudiera ser el éxito que lo es.
La Constitución del 91 puede calificarse, sin miedo a equivocarme, como una revolución paradigmática y como toda revolución paradigmática tiene un proceso de maduración, tiene un proceso de organización y de consolidación, y me atrevería a decir desde la perspectiva de los cafeteros de Colombia que el nuevo orden jurídico e institucional que creó esa nueva Carta representan un avance poderoso, muy significativo en la eficiencia y sobre todo en la dignidad de la justicia ante el hombre del común.
El hombre del común se ha reconciliado con su justicia sin dejar de desconocer todas las debilidades que conocemos, todo lo que falta por andar, y todo lo que tenemos que realizar.
El poder judicial puede estar orgulloso que sobre sus hombros ha recaído una inmensa responsabilidad, pero el país y los cafeteros de Colombia reconocen los avances.
Hay muchos aspectos que señalar desde todo nuevo andamiaje en el manejo de la justicia penal, administrativa, de derechos fundamentales, constitucional, todo el marco procesal, todos son ejemplos de cuánto ha avanzado en estos pocos años nuestro régimen institucional para la justicia.
Por fin los ciudadanos tienen voz y por fin los ciudadanos tiene quien los oiga, sin embargo y a pesar de todos esos procesos objetivos sin duda existen muchos males por resolver, algunos de ellos endémicos, otros resultados de la propia revolución social hacia la modernidad, y es con estas reflexiones y es con estos esfuerzos intelectuales y profesionales que se podrán construir esos caminos. (Lea También: Jurisprudencia Constitucional)
Nosotros no creemos en una reforma a la justicia sin la justicia.
Por eso quisimos trabajar este foro con la justicia y por eso queremos participar en esa construcción arrancando, iniciando con la justicia.
Hay muchas cosas por hacer, hay muchos temas, ustedes quizás han digerido a lo largo de todo el día, y no soy yo la persona indicada para concluir en el terreno profesional, intelectual o filosófico sobre todo lo discutido el día de hoy.
Solo la agenda y los informes periódicos que he recibido a lo largo del día de parte de nuestros amigos que se encuentran aquí me confirman que ha sido muy valioso y que los aportes han sido significativos; simplemente desde la óptica de una organización que a pesar de ser privada es una organización política, porque es de participación, que a pesar de ser una organización campesina y por eso quizás con visión de largo plazo y desde la perspectiva de una organización que se precia de haber ayudado a construir prácticas de civilidad, de justicia, de participación, de representación que le han servido al país en todos los campos.
Desde esa perspectiva no puedo sino decirles que nos produce un inmenso orgullo estar asociados a ustedes, al trabajo que hacen por Colombia, y al esfuerzo que hacen todos los días por mejorar este servicio público, que cuando se le mira así es más importante que la inmensa mayoría de tantos otros que reciben privilegios y acompañamientos y respeto muchas veces superior.
Nos unimos al deseo del poder judicial de construir un camino futuro basándose en la dignidad y el reconocimiento a sus aportes. Muchas gracias.
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