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Resultados de la prostatectomía radical laparoscópica en pacientes con cáncer de próstata

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Órgano confinado en el Hospital de San José

Experiencia inicial

Drs. Hernán Alonso Aponte, René Sotelo, Pilar Ceballos y Luis A. Blanco
Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud
Hospital San José, Bogotá

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Introducción

Aunque la prostatectomía radical lapa­roscópica se ha realizado desde los inicios de la década pasada (1992)1,2, es solo hasta fines de la misma, (1999), cuando en manos de los doctores Vallancien y Guillonneau en el Insti­tuto Montsouris de Francia3,4, se impone como técnica a nivel mundial. En Colombia, el ser­vicio de urología del Hospital de San José, ha sido pionero en la introducción de la misma; evaluamos los resultados de los diez primeros procedimientos realizados entre noviembre del 2002 y mayo del 2003.

Todos los procedimientos realizados, han sido ajustados de manera rigurosa al protocolo establecido en el servicio. Consta de cuatro secciones: la primera registra los datos gene­rales del paciente y la estadificación temporal preoperatoria, la segunda describe la técnica operatoria con la evolución del paciente en el transoperatorio, un tercer bloque anota la evolución del paciente en el seguimiento post operatorio y en las consultas posteriores, y fi­nalmente en la cuarta sección se describen los hallazgos patológicos.

Se revisan en este estudio los diferentes pacientes, su estadificación, las variaciones en la técnica intraoperatoria, los hallazgos patológicos y la evolución que tuvieron, para determinar la seguridad de la técnica y su aplicabilidad a nuestro medio, dado que la prostatectomía radical laparoscópica esta sien­do ampliamente difundida a nivel mundial y ofrece una alternativa de menor morbilidad para el paciente.

Materiales y métodos

Desde noviembre del 2002, diez pacientes fueron llevados a prostatectomía radical la­paroscópica en nuestra institución, fueron seleccionados paciente con enfermedad órgano confinada y a todos se les aplicó el mismo protocolo que se describe a continua­ción, el cual se comienza a diligenciar desde el día previo a la cirugía, momento en el cual los pacientes son hospitalizados para prepa­ración de colon.

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a. En el primer bloque se incluyen los da­tos generales del paciente como nombre, dirección, edad, antecedentes médicos y quirúrgicos, y dentro de estos una anotación específica sobre las cirugías abdominales previas.

Posteriormente se registra el diagnóstico preoperatorio, clasificación de riesgo anestésico (ASA) y si han recibido o re­ciben tratamiento hormonal. En todos los pacientes se documenta la fecha de la biopsia transrectal, el lóbulo positivo para malignidad, Gleason primario y se­cundario, anotando además el número de cilindros tomados en la biopsia y el porcentaje de compromiso tumoral de los mismos.

De esta forma se realiza la estadif­icación del paciente con PSA inicial y PSA previo a la cirugía, peso aproxi­mado al tacto rectal, volumen por ecografía y estadificación con TNM, al igual que la realización de gamagrafía ósea previa, el estado de continencia y la calidad de por erección graduada de 0 a 5.

b. El día de la cirugía se registran datos de la técnica utilizada que incluyen: el uso del bisturí armónico, el número de puertos, el diámetro de los trocares, la realización o no de linfadenectomía ilio obturadora, si se preservan o no bandeletas neurovasculares y el tipo de anastomosis realizada.

Durante todo el procedimiento se realiza un conteo en minutos de cada paso: la duración de colocación de trocares, lin­fadenectomía, exposición de espacio de Rhetzius, separación del cuello vesical, liberación de vesículas seminales, ápex prostático y realización de anastomosis, el cual se totaliza al finalizar el procedi­miento.

Se lleva un registro del requerimiento de líquidos del paciente y sus variaciones hemodinámicas como son: presión arte­rial mayor y menor, contenido arterial de CO2 mínimo y máximo, sangrado, uso de inotrópicos o transfusiones, igualmente en este mismo bloque se consigna si el paciente sale intubado de sala a Unidad de Cuidados Inten­sivos, las complicaciones, dentro de las cuales se incluyen el malfuncionamiento de los equipos y si la cirugía se convirtió a procedimiento abierto.

c. Esta sección del protocolo corres­ponde a la información del segui­miento de la cirugía, se registra ini­cialmente la hemoglobina previa del paciente, seis horas post operatorio y 24 horas, los días requeridos hasta la deambulación y la ingesta, con las complicaciones presentadas en el post operatorio y los días de hospitaliza­ción requeridos.

Posteriormente, ya en la consulta ex­terna se registra el número de días que tuvo el dren y la sonda uretral y la exis­tencia de complicaciones luego del alta hospitalaria.

De este punto en adelante se consigna la evolución del PSA al mes, tres meses, seis meses y doce meses, el estado de continencia al retiro de la sonda y si hay incontinencia, el número de pañales diurnos y nocturnos al primer mes, tres, seis y doce meses, para finalmente evaluar la erección, partiendo del es­tado previo a la cirugía consignado al inicio del protocolo, y luego valorando si hay erecciones espontáneas diurnas o nocturnas, y si no es así, la respuesta al medicamento con éxito a la penetra­ción vaginal al mes, tres, seis y doce meses.

d. Finalmente en la cuarta fase del proto­colo se anota el resultado de anatomía patológica, tamaño, peso, Gleason y forma histológica tumoral.

Se específica el estado de compromiso de las vesículas seminales y el cuello vesical para invasión tumoral, si hay compromiso de ápex, invasión capsular (definido como compromiso tumoral sin sobrepasarla) o penetración capsular (compromiso tumoral sobrepasando la cápsula).

Queda registro de márgenes quirúrgicos positivos y la presencia de PIN de alto grado en la muestra o diferenciación neuroendocrina, así como compromiso de aparato eyaculador y finalmente la patología de los ganglios ilio obtu­radores, de haberse realizado linfade­nectomía al paciente.

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Prostatectomía radical laparoscópica en cáncer de próstata