Como modificar los hábitos alimenticios relacionados con la grasa animal en la dieta

Aspectos Sociales y Nutricionales

Claudia María Carvajal, M.D.*
* Grupo de Soporte Nutricional de la Fundación SAnta Fe de Bogotá. Secretaria Ejecutiva de la Asociación Colombiana de Nutricionistas Clínicas. Santafé de Bogotá.

 Con la menopausia hay una serie de cambios significativos en la mujer son sólo a nivel metabólico sino a nivel psicológico y social; los hábitos alimentarios forman parte fundamental   del tratamiento en esta época de la vida. Los hábitos alimentarios son importantes y deben ser adquiridos desde las etapas más tempranas de la vida para asegurar una buena alimentación durante toda la vida.  

Estudios sicológicos indican que niveles altos de colesterol, vida sedentaria y sobrepeso son un riesgo mayor para el desarrollo de enfermedad cardiovascular. El colesterol y los triglicéridos son los lípidos de mayor concentración en el plasma. El colesterol es esencial para la función de la membrana celular, modular los fluidos y mantener la barrera entre la célula y el medio ambiente. También es la sustancia usada para la síntesis de hormonas esteroides y ácidos biliares.  

El interés entonces en la hiperlipidemia de relaciona con su papel en la aterogénesis. La LAL  está identificada como la lipoproteína más aterogénica. La LDL constituye el 70% del colesterol circulante, este transporta el colesterol a la capa íntima de las arterias y las HDL  están comprometidas en remover el colesterol. Así de demuestra que el riesgo de enfermedad coronaria corre proporcional a la concentración de LDL  y que el riesgo disminuye cuando las concentraciones de HDL  aumentan.  

En la sangre el colesterol y las grasas son transportadas en forma de lipoproteína; todas las lipoproteína; todas las liproteínas tienen la misma estructura básica: una capa interna llamada capa neutra compuesta por triglicéridos y ésteres de colesterol. Esta capa interna está rodeada por otra capa monopolar de lípidos de colesterol libre.  

Existe un trastorno de lípidos en algunos cambios hormonales como es el caso de la menopausia:

En estudios relacionados con estos cambios hormonales se ha encontrado que el colesterol total y las LDL tienden a aumentar y las HDL  no cambian durante la menopausia temprana.  

Los estrógenos en dosis de sustitución conlleva a disminución de LDL acompañadas de un aumento de la disminución de las HDL,  en general se encontró que los triglicéridos también aumentaban pero aún con poco efecto sobre la aterogenicidad.  

Los gestágenos tienen un efecto contrario a la acción de estrógenos, especialmente aquellos con un componente androgénico. Pacientes con hipertrigliceridemia pueden agravarse con el uso de estrógenos.  

Las concentración de lípidos cambia durante la terapia hormonal con estrógeno, progesterona, testosterona o cuando se administran anticonceptivos.  

Los estrógenos tienen un efecto altamente protector sobre el sistema cardiovascular. En mujeres postmenoáusicas, hay una reducción del 50% en infarto del miocardio. ACV, en la incidencia de hipertensión y mejora el flujo sanguíneo. Sus efectos sobre el metabolismo depende del estado metabólico preexistente de cada individuo, de la estructura, dosis y estado nutricional. Es por esto que aquí comienza a jugar un papel importante la alimentación.

Como primera medida se debe realizar una valoración nutricional minuciosa que incluya parámetros antropométricos, bioquímicas como la proteína viceral, el perfil lídico, glicemia, ácido úrico, y así obtendremos un diagnóstico nutricional que nos va a ayudar a seleccionar el tipo de tratamiento que necesita el paciente. Con el análisis cuantitativo y cualitativo de la ingesta alimentaria podemos adecuar la fiesta a los hábitos y gustos del paciente dentro de las recomendaciones pertinentes.  

Según lo anteriormente expuesto las grasas se tienen que modificar en la dieta de la mujeres menopáusicas a menos de un 30% del valor calórico total, con un consumo de colesterol de menos de 300mgr/día.  

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El tratamiento con sólo dietas para bajar los niveles de lípidos en sangre en pacientes con hiperlipidemias:

Puede ser efectivo y debe ser la primera opción; algunos desordenes genéticos, como hipercolesterolemia familiar no responden muy bien a este tipo único de tratamiento en caso que continúen con elevadas cifras de hiperlipidemia que conlleven a estar en alto riesgo de desarrollar aterosclerosis se debe considerar la posibilidad de alternar con droga el tratamiento.  

Se ha comprobado que los aceites de pescado ricos en ácidos grasos omega3 pueden ser usados satisfactoriamente en los regímenes dietarios porque actúan bajando los niveles de VLDL.  

En hipertrigliceridemia asociada con el mejoramiento de la actividad LPL en conjunto con hiperglicemia, la insulina es efectiva en corregir este tipo de desorden. Muchos de los diferentes tipos de hiperlipidemias responden a una dieta básica que es baja en colesterol y grasa saturada.  

La obesidad agrava las hiperlipidemias favoreciendo la producción de ULDL; es por esto que la dieta debe ser hipocalórica hasta el momento que l paciente llegue a su peso ideal.  

Si el control de hipertrigliceridemia tiene como objetivo reducir los niveles del día, como la terapia para diabético, una restricción calórica relativamente baja en grasa, alta en carbohidratos va a ser la dieta deseable para el control de las hipertrigliceridemias. Aunque una desproporcionada restricción de carbohidratos en la dieta de estos pacientes no es usualmente justificada. El alcohol aumenta la producción de triglicéridos alterando el balance calórico y estimulando directamente la síntesis hepática, luego es prohibido en pacientes con cualquier desorden en el transporte de VLDL. El manejo dietario va a ser infectivo a menos que drogas como estrógenos, glucocorticoides, diuréticos, o betabloqueadores adrenérgicos, los cuales elevan el riesgo de hipertrigliceridemia pueden ser suspendidos o usarse a dosis bajas.  

En pacientes con hipercolesterolemia:

Hay que hacer énfasis en bajar la ingesta de alimentos que contengan altas dosis de colesterol como huevo, vísceras, mantequilla, mariscos, piel de pollo, etc. Disminuyendo la ingesta de colesterol a 300 mgr/día en un paso esencial de la terapia nutricional. La ingesta de grasa saturada debe ser disminuida a menos del 10% de las calorías totales  porque los ácidos grasos esturados elevan los niveles séricos de colesterol. Los ácidos grasos saturados y el colesterol se encuentran usualmente en los mismos alimentos, luego se hace la restricción de ambos.  

Como conclusión es importante recordar que la dieta debe ser individual dependiendo el tipo de dislipodemia que tenga el paciente.  

Bibliografía

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