Académico Fernando Serpa Flórez

Académico José Félix Patiño Restrepo

Fernando Serpa FlórezBrillante, generoso, noble, escritor prolífico, un completo caballero, Fernando Serpa Flórez fue el prototipo del médico intelectual, humanista y humanitario.
Su vocación por la salud pública lo llevó a ocupar altos cargos en el ramo: Secretario General del Ministerio de Salud, Secretario de Salud de Bogotá, Director del Instituto Nacional de Salud, Director del Ministerio de Salud y Ministro Encargado de Salud.
Como Asesor de la Organización Mundial de la Salud, trabajó en Afganistán en el programa de erradicación de la viruela.

Fernando Serpa Flórez
Bucaramanga 1928 – Bogotá 2001

Fue médico, jefe de Ecopetrol. Desde su elevada posición como Magistrado del Tribunal Nacional de Etica Médica, y con el ejemplo de su vida personal, como uno de los miembros más distinguidos de la Academia Nacional de Medicina, Fernando Serpa Flórez ocupa un lugar de particular distinción en la historia contemporánea de la medicina colombiana.

Tuve el privilegio de su amistad por más de medio siglo, como condiscípulo en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional y luego a través de los años compartiendo afectos e intereses.

Me acompaño con talento, lealtad y dedicación como Director del Ministerio cuando ocupé el cargo de Ministro en el Gobierno del eximio Presidente Guillermo León Valencia. Para quienes lo conocimos de cerca, este vástago de una brillante familia de médicos, sobrevivirá en nuestra memoria y en sus obras. (Lea también: Ante la Muerte de Fernando Serpa Flórez)

Mi hermano Fernando

Palabras pronunciadas por el Dr. Roberto Serpa Flórez,
en las exequias del Dr Fernando Serpa Flórez

Mi hermano Fernando murió el 16 de noviembre.Evoco hoy su memoria y su persona al escribir estas líneas pocas horas después de su ausencia definitiva, no repuesto aún de la impresión penosísima que en mí causara el acompañarlo en las últimas horas de su agonía.

No pude estar a su lado cuando aún conservaba la conciencia. Durante el último año, en su larga enfermedad, que soportó con fe cristiana, entereza y valor admirables, él y yo, médicos ambos, conversamos largashoras meditando serenamente acerca de la muerte La Pállida mors, La Intrusa, el tema del primero de sus Cuentos del atardecer, su último libro.

Una tarde, en Bogotá, él y yo, con nuestra hermana Gloria, recordábamos la muerte de nuestro hermano Alejandro y la de nuestro padre, médico y escritor como sus hijos.

Entonces Fernando nos leyó un poema que había escrito la víspera: La Dama de Negro. Esa Dama de Negro de su poema era La Muerte; pero también era nuestra madre que, al regresar de un baile, vestida de negro, se despedía con un beso de su pequeño hijo.

Ese niño era el mismo anciano poeta enfermo que en una pesadilla febril escribió el poema que nos reunía a los hermanos.

Mi hermano Fernando era un hombre bueno, generoso, y amable, dueño de cualidades excepcionales: buen ciudadano, excelente miembro de familia, disfrutó del aprecio y la estimación de todos los que lo conocieron y trataron.

De pocas personas como de él puede decirse que nunca tuvo enemigos. Trató con igual consideración y respeto a ricos y pobres, a débiles y poderosos.

Desde el más humilde de sus pacientes, campesino o urbano y el más sencillo de sus servidores, hasta hombres de estado, sus ilustres contertulios que mucho lo apreciaron: el Presidente-Periodista don Eduardo, señor de Bizerta y de la Avenue Foch de París y el Escritor-Presidente, don Alberto, el señor sabanero en su retiro de Siatá, en Chía.

También Fernando, en el crepúsculo.de su vida, disfrutó su retiro campestre en Sesquilé, con Magdalena su esposa y compañera, su inspiración y su apoyo constante.

Magdalena, Isabel, Fernando y Claudia, Magdalena y Germán, Julia: Compartimos vuestros sentimientos y vuestro dolor. Nos une el recuerdo de Fernando, de todo lo que él representó y representa para nosotros y para todos los que lo conocieron.

El ejemplo de su vida, ética, armoniosa, signada por la honradez, la verdad y la comprensión humana, es la mejor herencia, el más valioso legado que nos deja Fernando a quienes hoy lo despedimos.

Fernando, hermano, descansa en paz.

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