Avicultores, sin posibilidad de negociar Alca
¿Se les derrumba la estantería?
Como están las cosas, sólo una estrategia de exclusión del sector en dicho acuerdo le permitirá sobrevivir.
En la misma línea del comentario editorial, continuamos este análisis económico.
Si no fuese por la presión del Alca, los países andinos mantendrían las diferencias arancelarias. En efecto, si los colombianos tenemos unos mayores costos de producción por la importación de las materias primas, existe una oportunidad para las importaciones ecuatorianas de huevo y pollo. Situación similar que le ocurre a dicho país con su vecino Perú.
Hasta el momento, los andinos reconocen que negociar en el Alca, de manera independiente, sería como hacerse el harakiri. Por ello, la necesidad de: 1) definir un arancel externo común para todos los países, 2) lograr un sólo sistema de franjas de precios, 3) evitar que las preferencias arancelarias otorgadas a terceros países generen competitividades artificiales, y 4) nivelar las cuotas de importación con aranceles preferenciales. De no lograrse acuerdos importantes en dichos temas, se perdería una vocería única en las mesas de negociación.
Los primeros pasos
Adicional al arancel consolidado por notificar al Alca según el acuerdo de octubre 15, los países que están en la construcción de un Arancel Externo Común, AEC (en la CAN sólo aplican tres), contarían con un plazo para introducir ajustes, hasta el 15 de abril del 2003, supeditado esto a alcanzar una armonización en aranceles y contingentes.
Lo anterior, para mantenerse en los términos en los cuales se encuentra cada país, asumiendo el compromiso inicial de reducir a cero el AEC, con el requerimiento de llegar a una armonización durante el plazo establecido para tal efecto.
Como se puede observar en la gráfica del arancel consolidado, la CAN no notificó un arancel máximo común, situación que obligaba a lograr una armonización. Bajo el supuesto de que tal armonización se lograra como un promedio simple en los cinco países, Colombia se obligaría a reducir su arancel a 87.7%, al igual que Venezuela, al tiempo que los demás países subirían a dicho nivel. En general, para la cadena avícola, entonces, el arancel máximo para las materias primas se reduciría, y no al contrario, como quieren hacerlo ver algunos.
Fuente: CAN.
Aranceles y contingentes
Como se aprecia en la tabla siguiente, las diferencias en los contingentes y su correspondiente arancel, genera ventajas relativas de abaratamiento para la importación de materias primas.
PAIS | MAIZ | SORGO | SOYA | TROZOS CONGELADOS | POLLO SIN TROCEAR, CONG. Y REF. |
Colombia |
0 |
28,973 |
145,704 |
0 |
9,940 |
Venezuela |
583,459 |
1,114,290 |
168,963 |
0 |
3,426 |
Ecuador |
16,000 |
10,000 |
0 |
2,500 |
0 |
Uno de los requisitos importantes de la notificación, tal como se definió el 15 de octubre, es la armonización de los contingentes en los países andinos, para evitar las perforaciones al arancel entre nuestros socios comerciales. En efecto, cuando los precios internacionales se sitúan en un nivel inferior al precio “piso” de la franja, Colombia debe aplicar el arancel resultante de la sumatoria del fijo y el variable que, en ocasiones, lo ha dejado fuera de competencia frente a sus socios andinos. En efecto, en los primeros meses del 2001 el arancel aplicado al maíz llegó a 90%, mientras que
Ecuador tan sólo podía aplicar, como máximo, su “techo” consolidado en la OMC (45%). Con tal diferencial de costos, el mercado colombiano se tornó atractivo para la importación de huevo y pollo procedente de Ecuador, poniendo en serias dificultades a nuestros avicultores.
Con la propuesta de consolidación antes indicada, tendríamos un escenario de reducción como el señalado en la gráfica de diferenciación de consolidados:
El Panel 1 nos indica la situación actual; corresponde al AEC, y la línea con ondulaciones representa el arancel variable, limitado por el arancel máximo consolidado ante la OMC, tal como opera hoy, correspondiente a la forma como fue notificado al Alca el 15 de octubre. En el Panel 2 se muestra la situación a la cual se debería llegar el 15 de abril del 2003, con una armonización entre los países andinos o, al menos, entre Venezuela, Colombia y Ecuador, con lo cual se corregiría una vieja aspiración: armonizar el arancel consolidado, desmintiendo al exministro Rudolf Hommes, quien arremetió en su contra, a pesar de sostener que “aceptaba que los aranceles existentes en el sector agropecuario se mantuviesen pero no que se incrementaran”.
¿Tragedia avícola?
La notificación de los consolidados permitió, a su vez, notificar un mecanismo de estabilización de precios e incluir nuevos productos hoy por fuera de las franjas. En materia del encadenamiento avícola, hacía posible abrir un espacio para modificar la franja de precios para los trozos de pollo, y contemplar al huevo en la franja del maíz amarillo.
A pesar de la bondad de la propuesta, pues se conservaban los intereses de todos los agentes económicos, fue torpedeado el espíritu de la misma y, de paso, la capacidad de negociación de Colombia en el Alca, cerrando de un plumazo la negociación y entregando el sector agropecuario a la competencia internacional (avicultura), que queda así sin la menor posibilidad de lograr una protección contra las distorsiones generadas por los países formadores de precios, Estados Unidos y Brasil, en insumos (maíz y fríjol soya) y producto final (huevo y pollo).
Lo anterior se explica porque es justamente la franja de precios de los trozos de pollo la que más cuestionamiento ha merecido por parte de la Secretaría General de la CAN, hasta el punto que solicitó su desmonte, pretensión a la cual Fenavi se ha opuesto, sustentada en estudios realizados con expertos sobre la materia, al tiempo que exploraba alternativas para sustituir la franja actual por otro mecanismo que no generase ninguna incompatibilidad con los requerimientos de la OMC.
Consecuencias avícolas
El 23 de octubre pasado puede verse como el día en que Colombia firmó la negociación del Alca y, de paso, expuso a la cadena avícola a la competencia internacional, sin contemplación alguna.
En la práctica, el cambio de posición sugiere que Colombia tendrá que pagar mayores aranceles frente a Ecuador y Venezuela, en vez de rebajarlos, de no lograrse la armonización andina, más aun, cuando Venezuela se mantiene en la posición del 15 de octubre.
La nueva propuesta
Cómo se explica en esta nueva propuesta (panel 1 y panel 2):
a) Se rompe la posibilidad de la armonización; en consecuencia, se tendría que viajar a la CAN para que nos autoricen un diferimiento arancelario cada vez que el arancel resultante del SAFP le sea desfavorable a nuestro país y se distorsione el comercio intrarregional.
b) Al señalar que el arancel corresponde al aplicado al 15 de octubre del 2002, con el condicionante del SAFP para los productos agropecuarios, se llegaría a una paradoja, puesto que el arancel máximo que permite aplicar el SAFP corresponde al consolidado en la OMC; esto es, el señalado en la gráfica sobre consolidados.
c) Se descarta de plano la posibilidad de incluir nuevos productos en el SAFP.
d) Queda amenazada la franja de trozos de pollo, en tanto que no se da una apertura para su modificación.
Con la nueva alternativa, la situación termina siendo contraproducente. En efecto, mientras que en la posición inicial Colombia no sólo asumía el compromiso de reducir su AEC, de 15% a cero en el caso de las materias primas, sino reducir su consolidado para armonizarlo en la CAN (recuérdese que la suma de los aranceles, fijo y variable, se acota con el “techo” consolidado). Ahora nos encontramos con la posición de reducir el AEC pero sin modificar el consolidado.
Si el objetivo era dar el mensaje de reducción, terminamos haciendo lo contrario, salvo que se desmonte el SAFP. Contrario a lo que podría pensar la industria, todos pierden, pero ganan los foráneos, a quienes les entregaríamos el mercado nacional.
Materias primas. Un especial atractivo tiene importar maíz y fríjol soya con cero arancel; en verdad, muy atractivo.
Ahora bien, como el encadenamiento implica producción, transformación y obtención del producto final, si este último es sustituido por importaciones (trozos y pasta de pollo de Estados Unidos, y pollo entero y huevos ecuatorianos), la demanda interna por alimento balanceado se reduce de forma significativa. De otra parte, de mantenerse el diferencial de contingentes -caso Venezuela-, sumado al desmonte del Plan Vallejo, como se verá más adelante, bien podríamos entrar en una etapa de sobreoferta en huevo fértil y pollito de un día, lo cual traería como efecto un deterioro en la rentabilidad avícola, con consecuencias directas en los productores del balanceado.
LOS AVICULTORES COLOMBIANOS PODRÍAN PASAR DE PRODUCTORES A DISTRIBUIDORES DE POLLO IMPORTADO.
A su turno, el país desaprovecharía la oportunidad de impulsar la integración avícola hacia la producción de maíz y soya (con potencial, siempre y cuando se construya la plataforma tecnológica que se requiere), de tal forma que podamos lograr granos a precios internacionales: una gran alternativa de desarrollo social, con cabida en un proceso de paz de largo aliento1.
Pollo. Es claro que si subsiste la amenaza de desmontar los productos que generan el mayor ruido en el SAFP, nuestro arancel máximo por aplicar en las importaciones de trozos de pollo sería de 20%. En otras palabras, pasaríamos de la órbita de la producción a la de la distribución. En la actualidad el arancel máximo por aplicar al 2004 es de 70% (en trozos de pollo sazonados), tasa que incluso no permite una cobertura adecuada a las importaciones, particularmente para evitar el ingreso de los desechos americanos denominados cuartos traseros.
Huevo. Siguiendo la experiencia de México, el mercado nacional también estaría expuesto a la importación de huevo de segunda, a precios por debajo del nacional en 80%. Aunque hoy existe una cultura de consumo del huevo fresco, si un huevo que cuesta $150 es vendido a $70, por su característica de producto básico de la canasta salarial, sumado a su elevado consumo en estratos de bajos ingresos, la pobreza de nuestra población sería una variable clave para optar por el huevo refrigerado.
Industria. En el 2001, las importaciones de pasta de pollo (carne mecánicamente deshuesada) para la industria de embutidos superó los US$12 millones. Con el Alca, se abre una alternativa de negocio: la importación de carnes frías de pollo o de mezclas con porcino, de los Estados Unidos.
Plan Vallejo, primer efecto Alca
De tiempo atrás, nuestros socios andinos han insistido en el desmonte de los Regímenes Aduaneros Especiales, REA, entre los que están la Admisión Temporal para el Perfeccionamiento Activo o Plan Vallejo; la devolución de impuestos de importación (draw back); la reposición con franquicia arancelaria; los depósitos aduaneros y las zonas francas2 . Sobre el particular, Fenavi acompañó la decisión de su desmonte, sujeto a la corrección de las distorsiones arancelarias y, muy especialmente, a la armonización.
Con la notificación, el 15 de octubre, del arancel base, fue aprobado el desmonte implícito del Plan Vallejo, hecho, a nuestro juicio, más lesivo que la disputa sobre los aranceles consolidados y aplicados, puesto que una de las precondiciones esperadas no se logrará, como fue la intención de armonizar aranceles, al tenor de los compromisos ante el Alca, con el margen de tiempo previsto hasta el 15 de abril del 2003, fruto del cambio de posición en el arancel base3 por parte de Colombia.
1. En Fenavi llevamos tres años de discurso sobre el particular. Registramos los esfuerzos promocionales en varias regiones del país con resultados alentadores para maíz, soya y yuca, principalmente en Córdoba y la altillanura (Puerto López y Puerto Gaitán).
2. En el acuerdo del Nafta (Canadá, Estados Unidos y México) se acordó un desmonte en un tiempo superior a los 6 años.
3. El arancel base corresponde a la tasa sobre la cual se realiza un proceso de desmonte o desgravación.
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