La reforma tributaria
Tocaba cargarle la mano al IVA
El gobierno consideró que no podía gravar aun más el patrimonio, luego de que creara el impuesto de 1.2% para financiar la protección de la democracia.
Piese a que estamos en una situación fiscal muy difícil, no vamos a dejar que este barco se hunda, dijo ante la Junta Directiva de Fenavi, el director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian, Mario Aranguren Rincón, quien fue invitado a la última reunión para que hablara sobre la reforma tributaria que avanza en el Congreso y el impacto que esta puede llegar a tener en el sector avícola. Avicultores publica a continuación aspectos fundamentales de dicha intervención:
Lo complicado del asunto es que si bien macroeconómicamente el déficit podría ser manejable, las fuentes de financiación se agotaron, y el gobierno no quiere salir a emitir bonos ni a conseguir empréstitos internacionales, etc. -el expediente más fácil-, porque eso significaría seguir endeudándonos y dejarles el problema a los gobiernos siguientes, como ha sido costumbre, todo por no pensar a mediano y largo plazos. Lo que hay que hacer, entonces, es solucionar de una vez por todas esos problemas. Pero, ¿cómo? Al gobierno le pareció inapropiado enjugar el déficit fiscal con una simple reforma tributaria, es decir, con meros impuestos, y por eso está defendiendo un esquema que podría expresarse de la siguiente manera: tributos, reducción del gasto y ayuda de la banca multilateral y de gobiernos amigos, más o menos por partes iguales.
En lo puramente tributario, el gobierno cree que es pequeña su propuesta (un punto del PIB), porque la carga estaría repartida entre todos los consumidores del país. Somos concientes de que en materia de impuesto de renta hay muchas cosas por hacer; que se necesita un cambio radical en el modelo tributario de nuestro país, pero también estamos convencidos de que es urgente entrar a realizar cambios radicales en otras esferas de las actividades económica y política de nuestro país: el referendo, la forma de hacer la política, la forma como se discuten el presupuesto y las leyes; el tamaño del Estado, la politiquería. Cambios que necesariamente remiten a las reformas pensional y laboral.
Lo básico de la reforma tributaria propuesta, el IVA, ha sido bien visto por el Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Mundial y algunos organismos internacionales, aunque no se ha inventado nada nuevo, sino que hemos presentado una reforma a este impuesto, y algunas cosas de menor cuantía. El IVA es un impuesto al valor agregado, no a las ventas, y no se inventó aquí, sino en Francia, en la década de los 60. Lo que estamos haciendo, aun cuando nos genere distorsiones, es tratar de aplicar técnicamente este impuesto, como se ha hecho con éxito en otros países; pero somos concientes de que esto es difícil por la situación socioeconómica del país. Las reformas tributarias en Colombia se aprueban cada año, lo que significa cambios en las reglas del juego, la mayor preocupación de los inversionistas extranjeros, sumada a la inseguridad.
En la reforma se le recarga la mano al IVA y no se toca la renta, porque el gobierno ya había presentado al Congreso la iniciativa del impuesto al patrimonio para la seguridad, que es muy duro.
De manera que tratamos de distribuir mejor la carga tributaria por el lado del IVA, con unas tasas moderadas para que tuvieran muy poco impacto en la canasta básica, y de excluir algunos bienes y servicios que no tienen una justificación técnica pero sí una real hoy en día, con el objeto de no fueran gravados: energía, agua, teléfonos, transporte educación y salud.
Con la nueva reforma, lo que queremos, también, es generar la cultura del pago de impuestos. En Colombia hay una doble moral, pues sólo 150 mil personas naturales tienen un patrimonio superior a $169 millones, que son los que nos declaran. Por supuesto que hay muchos más colombianos con patrimonios superiores. Uno se asombra cuando sabe que tenemos una cartera de $1.4 billones, representada en 255 mil contribuyentes insolventes, de los cuales, más de 70% lo es de manera ficticia, porque le pasó todos sus bienes y cuentas a otras personas. Sin embargo, nos atacan por la supuesta incapacidad del Estado, de la Dian, para cobrar el valor de esos impuestos.
Desafortunadamente, los mejores asesores de impuestos, que ganan mucha plata, son los exdirectores de impuestos. Se de contribuyentes que han consultado a un asesor tributario, a un exdirector de la Dian, para que les resuelva tal o cual problema de impuestos, por lo que reciben unos jugosos honorarios que tienen relación con la suma que consiga evitarles pagar. Esa es la doble moral y la falta de ética que campea en el país, situación que se agrava con la corrupción y la ineficiencia existentes en la Dian.
Ahí está, pues, la reforma tributaria, a la que llegamos sin inventarnos nada, pero por la cual hemos recibido toda clase de críticas. En el Congreso de la República hay por lo menos veinticinco propuestas de contrarreforma tributaria. Tenemos el nombre de cincuenta y cinco ponentes de la reforma en todas las comisiones. El punto no es salir con $2.2 billones, sino con una cosa seria y hacerla bien.
La reforma y el sector avicola
Al término de la exposición de Mario Aranguren, director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian, ante la Junta Directiva de Fenavi, surgieron preguntas entre los asistentes, entre las cuales, registramos las siguientes:
-¿Por qué huevos y pollo fueron llevados a la categoría de exentos? Con relación a los bienes excluidos, aunque técnicamente lo que se debe hacer es gravar todo, dejamos unos bienes y servicios excluidos del IVA. El cambio que hicimos fue pasar a la categoría de exentos a algunos productos, fundamentalmente de la canasta básica, que se dice van a tener una gran incidencia dentro de la estructura de gastos y de consumo de los ingresos más bajos.
Pero aceptando la idea de que eso va a tener una repercusión grave en la demanda de ciertos productos y en la estructura de gastos de los ingresos más bajos de la población, decidimos pasar a la categoría de exentos, artículos como las carnes, la leche, los huevos y el pan, los alimentos con más ponderación en la canasta básica. Esto, con la finalidad de llevarlos a la tasa cero y así devolverles el IVA, porque si dejamos excluido el bien final, todo el valor agregado y todos los insumos tendrían IVA, lo que iría al costo, con lo cual se incrementarían los precios al consumidor final.
– ¿Saldrá la reforma? El gobierno sigue muy esperanzado con el resultado de esta iniciativa, pero si le meten muchas cosas es mejor retirar el proyecto de ley, porque hay que empezar a cambiar las costumbres políticas: usualmente, en el Congreso las reformas se sacan adelante con partidas presupuestales, con puestos en el sector público. Por eso, cuando se le dice no a esa práctica, algunos parlamentarios se ponen reticentes y viene el debate, en un intento por dilatar el tema.
– Si el huevo queda exento del IVA, ¿por qué los gallos y las gallinas no? Porque son un insumo, mientras que el huevo como tal hace parte de la canasta básica. Cada quien que produce en su eslabón respectivo, va recuperando el IVA cuando vende a la otra persona o al otro sector, y cuando llega al último, que es el que va a vender el huevo -el avicultor-, a él le devolvemos el IVA porque no se lo puede cobrar al consumidor final.
– ¿El Congreso, al igual que el gobierno, ve con buenos ojos que pollo y el huevo sean exentos? Sí. Nadie va criticar esa propuesta, pues la idea es no tocar la canasta básica. El problema es que nos van a cambiar productos de la canasta, los servicios agropecuarios y otros. Pero si no se toca nada, volvemos a las mismas deficiencias que ha tenido el IVA: bienes ya terminados, materias primas, etc., excluidos; sólo se agregarían algunas cosas menores, lo que no nos da. El país lo que ha hecho en todas las reformas tributarias con respecto al IVA es subirlo a la tasa y dejar la misma base o incluso reducirla.
Según estudios que tenemos, en el año 92, 54% del valor agregado de la economía estaba gravado con IVA en Colombia, contra 41% de hoy. Entonces, lo que han hecho las reformas tributarias es subir la tasa del IVA y sacar y excluir muchas cosas de la base del mismo. Así, el estudio tocaba hacerlo en términos de valor, no de posiciones arancelarias, porque si uno mira el Estatuto Tributario que había, encuentra que la lista de los excluidos del 92 es menor que la que hay después de la Ley 632 del 2000, porque incluyeron en el IVA el té, la yerba mate, pero excluyeron la maquinaria agropecuaria, los compresores, los motores, etc., bienes que tienen un valor enorme. En resumen, se ha reducido la base del impuesto y ha aumentado la tasa, de manera que hoy el país por cada punto del IVA recauda menos plata. Luego, no ha sido un buen negocio para Colombia subir los impuestos. Entonces, lo que proponemos es dejar la tasa a 16%, pero aumentar la base de 41 al 57% con respecto al PIB.
LA GALLINA DE DESCARTE SI TENDRÍA IVA
A MENOS QUE SE PROCESE.
¿La gallina de descarte tendría IVA? En principio sí. Salvo que se procese y venda como carne.
¿Por qué no se pensó en gravar todo con el 8% de IVA? Hay una propuesta del senador Camilo Sánchez, de poner un IVA general de 9%. A nosotros nos parece que podría ser de 10%, incluidos, por supuesto los servicios públicos, para hacer una reforma perfecta, mediante el manejo técnico de este impuesto. De esta manera, lo que se pagaría por la leche y el pan, sería compensado con la reducción de 16 al 10% que se tendría en los otros productos, con lo cual impacto en la inflación y los ingresos bajos sería pequeño.
¿El transporte de carga va quedar gravado? Sí, con el 5%.
N. de la D.: Cuando este número ya estaba en imprenta, el gobierno decidió introducirle cambios al proyecto de ley de la Reforma Tributaria.
CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO