¿Por qué a mí y a mis hijas?
María Victoria Pedraza de 59 años revela menos de esta edad. Su expresiva sonrisa no refleja el dolor por el que ha pasado. Nunca creyó que iba a ser una de las pacientes con cáncer en el seno que llegaba a recibir la terrible noticia de su médico.
Precisamente ella había sido muy cuidadosa con las mamografías. En el año 2003 le había salido perfecta. Al siguiente año se la realizó nuevamente y apareció el tumor maligno. Recuerda en una de las salas de la Clínica de la Mujer cuando salió el Radiólogo salió y le preguntó cuál era su diagnóstico. Ella le dijo que era un examen de rutina. Pero al ver la mirada del Radiólogo, ya sabía que algo malo estaba ocurriendo.
Al rato ella lee el resultado que decía: Se descarta benignidad del tumor. Fue entonces de inmediato al oncólogo. Ella no sentía nada. Acudió a donde el doctor Elías Quintero, quien le ordenó una biopsia. En pocos días le cambió la vida porque recibió la terrible noticia. Tenía cáncer en el seno. (Lee también: El Cáncer de Seno no es Sinónimo de Muerte)
El médico le dice que hay que actuar de inmediato. Le hicieron la cirugía llamada cuadrantectomía. Le quedo tan solo una rayita pequeña, los ganglios negativos y todo había quedado favorable. Se sometió a 20 radioterapias y cinco años de medicamento. Ahora con inhibidores su organismo está luchando para que no se forme otro tumor.
Ha sobrevivido ya seis años sin la enfermedad. Cuando le dieron la terrible noticia de su estado de salud, ella inmediatamente pensó que era su sentencia de muerte. Se despertaba con terribles pesadillas pensando en la muerte. Así que acudió al psiquiatra quien en varias sesiones le ayudó a entender el tema y buscó además ayuda espiritual.
En el consultorio de su médico conoció una señora que estaba vinculada a Amese. Compartió varios meses con este grupo y fue para ella como una tabla de salvación.
Sus hijos ya son grandes. Uno de 40 años y una de 37 ya casada. La comprensión de su esposo fue su mayor aliciente para seguir luchando por vencer esta enfermedad. (Lee también: Dos tumores y sigue con vida)
Como se encontraba trabajando desde hace varios años en el Banco de Sangre de la Cruz Roja Colombiana, se hacía controles permanentes y mamografías cada año sin falta. Aún así no se libró de esta pesadilla.
Ella es administradora de Empresas con Postgrado en Gerencia de Salud de la Universidad Javeriana. Por ahora siente que la culpa de su enfermedad está en la comida grasa que siempre consumía en restaurantes de la calle porque no tenía otra opción cerca de su lugar de trabajo.
Lo más increíble es que María Victoria en la Cruz Roja vio morir muchas personas, especialmente indígenas por diversas enfermedades. Estaba lejos de imaginar que había llegado su turno. Siempre se preguntaba: ¿Por qué a mi?
Cuando recibió la fatídica noticia del Doctor Elías Quintero, sintió que estaba firmada su sentencia de muerte.
En su hogar disimularon bastante bien su estado. La llenaron de fortaleza, pero ella estaba muy triste y sensible . Su llanto salía de sus ojos con especial facilidad en ese momento y ahora recordando los momentos más difíciles en esta entrevista.
Actualmente está recibiendo un medicamento que le va a permitir erradicar esta enfermedad definitivamente. Pero en su mente no se borra el fantasma del cáncer.
Pero no solamente seguía con un inmenso dolor en el alma. Sus dos hijas también fueron al médico. Una consultó por el pezón hundido y la otra por un examen que resultó positivo. Ambas tuvieron cirugía, porque resultaron con células atípicas y les practicaron la cirugía radical. Les dejaron el pezón y les colocaron un implante. Esa noticia fue terrible. Le parecía irónico que sus dos hijas estuvieran como ella, en las mismas circunstancias. (Lee también: Sobrevivió 18 años y nuevamente enfrenta el cáncer)
Ahora ella trabaja como voluntaria en una fundación donde ayuda a pacientes de estrato muy bajo. Su labor es loable. Está dedicada a apoyar a pacientes con cáncer que reciben quimioterapia. Así que su tiempo libre se les va ayudando a los demás. Y esto la hace sentir que es una mujer útil en este mundo.
María Victoria no pierde su buen sentido del humor. Le gusta viajar y su ciudad favorita es Cartagena.
Ella ha seguido su vida normal. Trabajó hasta el último día soportando la enfermedad. Hoy piensa que la detección temprana es lo mejor.
Al cáncer no se le puede dejar tomar ventaja nos dice varias veces en la entrevista. Ella y sus dos hijas a partir de ahora se someten a exámenes permanentes.
Las tres se sienten que le han ganado la batalla al cáncer y que la vida les ha dado una segunda oportunidad.
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