¿Cómo se trata la Fibrosis Quística?
Terapia Respiratoria
Una de las formas de tratar la fibrosis quística es con terapia respiratoria de rutina: consiste en una serie de ejercicios y procedimientos frecuentes que favorecen la expulsión de las flemas y con ello el despeje de la vía respiratoria.
Se recomienda hacer esta actividad en la mañana, antes del desayuno y después de actividades escolares o antes de ir a dormir.
Es importante aprender las técnicas básicas y realizarlas como si fueran un juego, para que los niños participen en ellas con gusto y activamente.
No se debe permitir que se convierta en una actividad tediosa, de la cual los niños quieren escapar, explicando siempre sus beneficios y convirtiéndola en una actividad más de cada día. (Lee también: ¿Cómo vivir con Fibrosis Quística?)
Antibióticos
Otra forma de tratar la fibrosis quística es con el uso de antibióticos: estos medicamentos se administran por vía oral, intravenosa o inhalados. Su función principal es combatir las colonias de bacterias que se pueden formar en los pulmones.
Se pueden requerir por periodos cortos o por periodos prolongados, con o sin hospitalización.
Es fundamental seguir la instrucción médica tanto en su frecuencia como el tiempo de uso ordenado. Algunas bacterias se van volviendo resistentes por lo que los antibióticos pueden ser, cada vez más especializados.
Remplazo de Enzimas Pancreáticas
Las enzimas permitirán una adecuada absorción de los nutrientes y mejorarán la digestión del niño, ayudándole a mantener el peso esperado para su talla y edad. Se recomienda seguir la indicación médica sobre su uso.
¿Cómo se administran las enzimas?
Deben administrarse al inicio de cada comida o refrigerio, nunca después. Para lactantes y niños pequeños las cápsulas pueden abrirse.
Las esferas en cada cápsula pueden ser mezclados en una pequeña cantidad de compota ácida (ej. Puré de manzana) y ser administradas a través de una cuchara.
Para niños muy pequeños puede ayudar dar leche materna o tetero después de administrar las esferas, para que puedan ser deglutidas. Los niños mayores y adultos deben tragarse las cápsulas.
Buena Alimentación: Los pacientes con FQ deben alimentarse muy bien para estar sanos, nutridos y crecer adecuadamente, participando de todas las actividades cotidianas.
Es claro que una adecuada nutrición hace que los pulmones funcionen mejor. Los pacientes requieren más calorías de lo usual para la edad, debido a la mala absorción y también necesitan más calorías para respirar.
No está contraindicado ningún alimento. Solo debe tenerse en cuenta comenzar siempre con las enzimas y tratar de establecer horarios estables.
Tos: Es importante que el niño aprenda a toser desde pequeño, para que pueda despejar la vía aérea de las secreciones que se producen. Enséñele a toser y ayúdelo para que no se avergüence.
Siempre que pueda toser, podrá movilizar las secreciones que pueden generar infecciones. Puede buscar la privacidad, para sentirse más cómodo.
Ejercicio: se recomienda realizar actividades físicas de acuerdo a la capacidad del niño. Es importante que practique algún deporte (el que le agrade) y que realice ejercicios de fortalecimiento de la musculatura del tórax para prevenir deformidades.
El ejercicio debe ser paulatino y con secuencias de actividad, en las que se observe que no presente síntomas respiratorios.
Si aparecen suspenda el ejercicio y consulte con su médico. El ejercicio le ayudara a ser más fuerte y a respirar mejor.
Hidratación: Se recomienda tomar muchos líquidos para que las secreciones sean lo más fluidas posible y puedan ser fácilmente expulsadas.
Esquema de vacunación completo: le permitirán evitar enfermedades que compliquen la situación del niño. Es muy importante aplicar las vacunas contra infecciones respiratorias, pues estas, puede complicar su situación respiratoria.
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