Cómo elegir la base de maquillaje perfecta
Elegir la base de maquillaje perfecta puede parecer una tarea abrumadora debido a la gran cantidad de opciones disponibles en el mercado. La base de maquillaje es un producto esencial en cualquier rutina de belleza, ya que establece el lienzo para el resto del maquillaje y ayuda a unificar el tono de la piel, cubriendo imperfecciones y dando un acabado impecable. Sin embargo, encontrar la base adecuada implica considerar varios factores, como el tipo de piel, el tono, la cobertura y la fórmula. (Lee también: Consejos para lograr un maquillaje natural y verte fresca)
Elige la base de maquillaje perfecta: conoce tu tipo de piel
El primer paso para elegir la base de maquillaje adecuada es identificar tu tipo de piel. Existen varios tipos de piel: grasa, seca, mixta y sensible, y cada uno tiene diferentes necesidades. Si tienes piel grasa, una base con acabado mate y control de brillo es ideal, ya que ayudará a reducir la apariencia de grasa y mantendrá tu rostro sin brillos durante más tiempo. Las fórmulas libres de aceite y no comedogénicas son recomendadas para evitar obstruir los poros y causar brotes.
Por otro lado, si tu piel es seca, es preferible optar por una base hidratante que contenga ingredientes humectantes como el ácido hialurónico o la glicerina. Estas bases proporcionan un acabado luminoso y ayudan a mantener la piel hidratada durante todo el día.
Para pieles mixtas, una base equilibrada que controle el brillo en las zonas grasas y que hidrate las áreas secas es la mejor opción. Finalmente, si tienes piel sensible, busca bases que sean hipoalergénicas, sin fragancias y con ingredientes calmantes para evitar irritaciones.
Encuentra el tono perfecto
Elegir el tono correcto de base es crucial para obtener un aspecto natural y armonioso. Para encontrar tu tono ideal, es importante probar la base en la zona del mentón o en la mandíbula, donde el color de la piel es más uniforme. La base debe fusionarse perfectamente con tu piel sin dejar un borde visible.
Ten en cuenta que el tono de la piel puede cambiar con las estaciones, siendo más oscuro en verano y más claro en invierno, por lo que es posible que necesites tener dos tonos de base para adaptarte a estos cambios.
Además, considera el subtono de tu piel: cálido, frío o neutro. Los subtonos cálidos tienden a tener matices dorados o amarillos, mientras que los subtonos fríos tienen matices rosados o azulados. Los subtonos neutros son una mezcla de ambos. Muchas marcas de maquillaje etiquetan sus productos según el subtono, lo que facilita la elección de la base adecuada.
Elige el nivel de cobertura
El nivel de cobertura de la base es otro factor clave a considerar. Las bases pueden ofrecer una cobertura ligera, media o completa, dependiendo de tus necesidades y preferencias. Si prefieres un look natural, una base de cobertura ligera es ideal, ya que unifica el tono de la piel sin ocultar sus características naturales, como pecas o lunares. Estas bases son perfectas para el uso diario o para quienes buscan un maquillaje más sutil.
Por otro lado, si necesitas cubrir imperfecciones más evidentes, como manchas, cicatrices o enrojecimiento, una base de cobertura media o completa es la opción adecuada. Las bases de cobertura media ofrecen un equilibrio, permitiendo construir capas según sea necesario, mientras que las de cobertura completa proporcionan una cobertura opaca que cubre la piel por completo. Es importante recordar que una base de alta cobertura puede sentirse más pesada en la piel, por lo que es fundamental elegir una fórmula que no obstruya los poros.
Considera la fórmula
Las bases de maquillaje vienen en varias fórmulas, incluyendo líquidas, en polvo, en barra y en mousse. Cada una tiene sus propios beneficios y es adecuada para diferentes tipos de piel y preferencias de aplicación. Las bases líquidas son las más comunes y versátiles, ya que se adaptan a la mayoría de los tipos de piel y ofrecen una amplia gama de acabados, desde mate hasta luminoso.
Las bases en polvo son ideales para pieles grasas o mixtas, ya que ayudan a controlar el brillo y proporcionan un acabado mate. Sin embargo, pueden acentuar las áreas secas, por lo que no son recomendables para pieles secas. Las bases en barra son convenientes para llevar en el bolso y permiten una aplicación rápida y precisa, siendo ideales para retoques durante el día. Las bases en mousse, por su parte, ofrecen una textura ligera y aireada, perfecta para pieles maduras, ya que no se acumulan en las líneas finas o arrugas.
Prueba la base en diferentes luces
Una vez que hayas encontrado la base que crees que es la adecuada para ti, es importante probarla en diferentes condiciones de iluminación para asegurarte de que se ve bien en cualquier entorno. Lo que puede parecer un tono perfecto bajo la luz artificial de una tienda puede verse completamente diferente bajo la luz natural. Aplica la base y luego revísala en la luz natural para asegurarte de que se fusiona bien con tu piel y no crea un efecto máscara.
Además, es recomendable llevar la base puesta durante unas horas para ver cómo reacciona tu piel con el tiempo. Algunas bases pueden oxidarse y cambiar de color después de un tiempo, mientras que otras pueden comenzar a separarse o volverse grasosas en la piel. Probar la base durante todo un día te dará una idea clara de su rendimiento.
No te olvides del primer
El primer es un producto que se aplica antes de la base para preparar la piel, mejorar la duración del maquillaje y suavizar su aplicación. Dependiendo de tu tipo de piel, puedes elegir un primer que controle el brillo, hidrate, minimice los poros o prolongue la duración de la base. Usar un primer adecuado puede hacer una gran diferencia en cómo se ve y se siente la base en tu piel.
Para pieles grasas, un primer matificante ayudará a controlar el exceso de sebo y mantendrá el maquillaje en su lugar por más tiempo. Si tienes piel seca, opta por un primer hidratante que ofrezca una capa adicional de humedad. Los primers para minimizar poros son excelentes para quienes desean un acabado suave y uniforme, especialmente en áreas problemáticas como la zona T.
¿Cómo aplicar correctamente la base de maquillaje para un acabado profesional?
Aplicar la base de maquillaje de manera correcta es esencial para lograr un acabado profesional y uniforme. El primer paso es preparar bien la piel. Antes de aplicar la base, asegúrate de limpiar, tonificar e hidratar tu rostro.
Esto ayuda a que la base se adhiera mejor y se distribuya de manera uniforme. Además, aplicar un primer adecuado a tu tipo de piel es crucial, ya que este producto crea una capa suave y uniforme, minimizando la apariencia de poros y líneas de expresión, lo que facilita una aplicación más fluida de la base.
Una vez que la piel está preparada, es importante seleccionar la herramienta adecuada para aplicar la base. Puedes utilizar brochas, esponjas o incluso tus dedos, dependiendo del acabado que desees.
Las brochas permiten una aplicación más precisa y un acabado ligero, mientras que las esponjas, especialmente las humedecidas, ofrecen un acabado más natural y difuminado. Si prefieres usar los dedos, asegúrate de calentarlos frotando un poco la base entre ellos antes de aplicarla para facilitar una distribución más uniforme.
El tercer paso es aplicar la base en capas delgadas y construir cobertura según sea necesario. Comienza colocando una pequeña cantidad de base en el centro del rostro, en áreas como la nariz, la frente y el mentón, y luego difumínala hacia afuera en movimientos circulares o en toques suaves.
Es importante no aplicar demasiada base de una sola vez, ya que esto puede dar lugar a un acabado pesado o cakey. Si necesitas más cobertura, es mejor añadir capas delgadas adicionales en lugar de aplicar una gran cantidad de producto desde el principio. (Ver también: ¿Cómo desmaquillarse correctamente?)
¿Cómo lograr un maquillaje de larga duración para todo el día?
Lograr un maquillaje de larga duración que se mantenga impecable durante todo el día comienza con una buena preparación de la piel. Antes de aplicar cualquier producto, asegúrate de limpiar e hidratar tu rostro adecuadamente. La hidratación es clave para evitar que el maquillaje se reseque y se agriete a lo largo del día. Además, utilizar un primer de calidad es fundamental, ya que este producto crea una base suave y ayuda a que el maquillaje se adhiera mejor, prolongando su duración.
El segundo paso es aplicar los productos en capas ligeras y utilizar fórmulas de larga duración. Comienza con una base de maquillaje diseñada para durar muchas horas y, si es necesario, elige una fórmula resistente al agua.
Al aplicar la base, el corrector y otros productos como sombras de ojos o rubor, utiliza capas delgadas y difumina bien para evitar acumulaciones que puedan desvanecerse rápidamente. Sellar estos productos con polvo translúcido es esencial para controlar el brillo y fijar el maquillaje en su lugar.
Finalmente, no olvides fijar tu maquillaje con un spray fijador. Este producto no solo ayuda a que todo el maquillaje se asiente de manera uniforme, sino que también actúa como una barrera protectora contra factores externos como la humedad, el calor o el sudor.
Para mantener el maquillaje fresco durante todo el día, lleva contigo papelitos absorbentes o un polvo compacto para retocar zonas específicas que puedan volverse brillantes o desgastarse. Siguiendo estos pasos, podrás disfrutar de un maquillaje que se vea fresco y perfecto desde la mañana hasta la noche.
Conclusión
Elegir la base de maquillaje perfecta es un proceso que requiere tiempo y experimentación, pero los resultados valen la pena. Al considerar tu tipo de piel, tono, cobertura deseada y fórmula preferida, puedes encontrar una base que realce tu belleza natural y te haga sentir segura en cualquier ocasión. No olvides la importancia de probar la base en diferentes condiciones de luz y combinarla con un buen primer para obtener los mejores resultados. Con estos consejos en mente, estarás bien equipada para elegir la base de maquillaje que mejor se adapte a tus necesidades.
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