Retrovirus
El descubrimiento de infección por retrovirus (virus de inmunodeficiencia humana `HIV y virus de leucemia de células T humana HTLV I y II) y su subsecuente asociación con ciertas enfermedades autoinmunes19 ha aumentado el interés por la posibilidad de la etiología retroviral en ciertas enfermedades autoinmunes.
Los mecanismos por los cuales los retrovirus pueden desencadenar una respuesta inmune son el mimetismo molecular, la codificación de superantígenos o estimulación directa del sistema inmune por proteínas virales.
Existe evidencia de que el Virus Linfotrófico Humano Tipo I ( HTLV-1) puede ser disparador y perpetuador de enfermedades inflamatorias crónicas y específicamente en AR20. Katsumi Eguchi y cols estudiaron el suero de 113 pacientes con AR en Nagasaki y 19.796 mujeres donadoras de sangre que eran valoradas para anticuerpos anti HTL-V1. La razón de odds de infección por HTLV1 entre pacientes con AR comparados con donantes de sangre fue de 2.8 con un intervalo de confianza de 95% (1.8-4.6). La proporción de pacientes con AR atribuida a infección por HTLV-I fue estimada en 13.2% intervalo de confianza de 95% (5,1-21,2). Los autores concluyen que sus hallazgos epidemiológicos soportan la idea de que la infección por HTLV-I es un factor de riesgo para la AR y sugiere que aproximadamente el 13% de los casos de AR en mujeres que viven en Nagasaki está asociado con infección por HTLV-I21.
David J. Griffiths y cols estudiaron la presencia de Retrovirus Humano 5 (HRV-5) en paciente con artritis y lupus eritematoso sistémico (LES). El DNA del HVR-5 fue detectado en 53% de muestras de tejido sinovial de pacientes con artritis, en 12% en muestras de sangre de pacientes con AR y en 16% de pacientes con LES y no fue encontrado en ningún paciente con otras enfermedades autoinmunes y sólo en 1 de 200 tejidos de autopsias de pacientes sin AR. Los autores concluyen que este es el primer estudio en el que se detecta HRV-5 en alguna enfermedad y se propone el posible compromiso de este virus en la patogénesis de algunas enfermedades reumáticas lo cual debe ser investigado22.
Parvovirus B 19
Eric Lewin Altschuler hace un interesante razonamiento histórico de la infección por parvovirus B19 y la patogénesis de la AR. Considera que en aquellas enfermedades en donde la etiología no es clara es muy importante la información histórica. El no registro en los manuscritos antiguos de la AR en el viejo mundo puede ser porque no existía esta enfermedad y su reciente aparición en Europa después del siglo XV en contraste con una existencia de miles de años en América podría sugerir que algún agente infeccioso no previamente conocido en Europa, traído por los exploradores del nuevo mundo, juegue un papel importante en la patogénesis de una enfermedad claramente multifactorial. El Parvovirus B 19 se asocia con otras enfermedades como el eritema infeccioso, la anemia aplástica y la falla hepática fulminante. Si el Parvovirus B 19 está relacionada con la AR, su centinela, el eritema infeccioso no debe haber aparecido en Europa antes del siglo 16. Indudablemente, la primera descripción compatible con eritema infeccioso data de 179723. A pesar de ser especulación, orienta y sugiere hipótesis que deben ser confirmadas.
En 1985, White y col encontraron que 19 de 153 pacientes con sinovitis clínica temprana tenían evidencia de infección reciente por Parvovirus B19. La artritis persistió por más de 2 meses en 17 de los pacientes y por más de 4 años en tres de ellos. Ninguno presentó erosiones24. Reid y Cols estudiaron 42 pacientes que tenían dolor articular durante una epidemia asociada a Parvovirus B1925. Chihiro Murai y cols encontraron que pacientes con infección por Parvovirus B19 desarrollaron AR destructiva después de una infección aguda, y sugieren que el virus B19 puede estar involucrado en la patogénesis de la AR26. Sin embargo algunos estudios cuestionan ésta asociación. Kerr y Cols encontraron DNA de Parvovirus B19 en la sinovial de 40% de pacientes con AR y una proporción similar en los controles27. Soderlun y Cols informaron la presencia de B19 en 28% de pacientes con Artritis Crónica Juvenil y en 48% de pacientes con trauma de rodilla28.
Virus de hepatitis C
Las Poliartralgias y poliartritis son frecuentes en los pacientes infectados con virus de hepatitis C (HVC). Las poliartralgias pueden ocurrir durante el estado agudo de la infección y resolverse a pesar de la persistencia del RNA del HVC circulante29. La AR clásica ha sido reportada en asociación con HVC30-31. La alta frecuencia de Factor Reumatoideo positivo en pacientes infectados con HVC (1/3), puede hacer difícil la distinción entre AR y poliartritis de pacientes con HVC32. Además, la artropatía de los pacientes con HVC puede ser o no erosiva33.
Mycobacterium tuberculosis
Las proteínas de Shock térmico (Hsp) ayudan a las proteínas nacientes en su formación y generación de la estructura terciaria y cuaternaria. Son un grupo de polipéptidos producidos por células lesionadas.La respuesta inmune contra proteínas de Shock térmico extrañas es un mecanismo de defensa importante contra infecciones bacterianas. Los anticuerpos contra proteínas de Shock térmico son abundantes en sujetos normales y en pacientes con enfermedades autoinmunes y pueden reaccionar en forma cruzada contra los antígenos propios4.
La Hsp65 del Mycobacterium es homóloga a la Hsp60 de los mamíferos. Se sugiere que la Hsp60 pueda ser reconocida como autoantígeno en pacientes con AR. Comparando pacientes con Osteoartritis (OA) y pacientes con AR, estos últimos tienen un aumento de la respuesta proliferativa de linfocitos B en el liquido sinovial a la Hsp 65 Mycobacteriana. La intensidad de la respuesta se correlaciona con la inflamación sinovial. Esta respuesta no es específica para AR comparada con otras enfermedades inflamatorias34. Otros autores no han demostrado el papel del Mycobacterium tuberculosis en la patogénesis de la AR37.
Otros gérmenes estudiados e implicados en la patogénesis de AR son: el Micoplasma, el proteus y el Helicobacter Pylory 35-36.
Otra evidencia que sugiere el origen infeccioso de la AR es el uso de antibióticos en esta enfermedad. La administración de Sales de oro en AR partía de la premisa de que la AR podía ser causada por un agente infeccioso (Mycobacterium tuberculoso). La sulfasalazina se utilizó en la AR con el convencimiento de que el salicilato controlaba el proceso inflamatorio y la sulfonamida erradicaba el agente infeccioso37. El Minociclin ha sido efectivo en algunos estudios, en el tratamiento de la AR38. Sin embargo no se conoce el mecanismo por el cual estas drogas actúan, controlando un proceso infeccioso como en el caso del Micoplasma o por su efecto sobre el sistema inmune e inflamatorio39-40.
En 1882, Koch estableció los postulados para determinar que un agente infeccioso es la causa de una enfermedad41. Koch estipuló que:
1. Es preciso que el microorganismo se encuentre presente en cada caso de la enfermedad.
2. El microorganismo debe ser aislado y debe crecer en un cultivo puro.
3. El microorganismo debe causar una enfermedad especifica cuando es inoculado a un animal.
4. Es preciso recuperar el microorganismo a partir del animal e identificarlo.
Si somos estrictos con los postulados de Koch nos queda difícil sostener la etiología infecciosa de la AR, sin embargo por lo expuesto en mi revisión, podemos inferir que en un huésped predispuesto, ciertos factores ambientales (¿microorganismos?) pueden inducir la activación de mecanismos inmunológicos (mimetismo molecular, superantígenos, estimulación de autoreactividad, etc.) y desencadenar una respuesta inflamatoria que desarrolle la enfermedad.
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