Sales de Bismuto

Blazer en 1889, Santon y Robert en 1916 entrevieron la importancia del bismuto por primera vez y puntualizaron su acción específica contra las diversas espiroquetas y su acción contra los treponemas. Como al lupus se le asociaba en los inicios del siglo XX con un treponema y más aún cuando no se conocía el concepto de la serología falsa positiva, algunos dermatólogos empezaron a utilizar las sales de Bismuto para el tratamiento del lupus discoide. Los dermatólogos franceses empezaron a utilizarlo y fue MA Sézary158 quien realizó las primeras observaciones en la “Societé de dermatologie et de syphiligraphie” el 8 de Marzo de 1928. (Fig 16).

Sus comentarios sobre algunos pacientes tratados con sales de Bismuto los denominó “Sur le traitement bismuthique du lupus erythémateux”. Las sales de Bismuto fueron traídas a América desde Francia en 1929, debido a que se consideraban menos tóxicas que las sales de oro. El artículo publicado por Tolman159 en 1938 le permitió a los dermatólogos utilizar las sales de Bismuto para el tratamiento del lupus discoide hasta comienzos de la década del 50, cuando abandonaron su uso, debido al auge y la importancia de los corticoides y de los antimaláricos.

Facsímil del artículo sobre el uso del bismuto

Figura 16. Facsímil del artículo sobre el uso del bismuto en el lupus publicado por MA Sézary.

Paba (paraaminobenzoato sódico)

A finales de la década del 40 e inicio de 1950 también se utilizó el PABA para el tratamiento de las lesiones cutáneas del lupus, así como para algunas manifestaciones generales y articulares. A los pacientes se les administraba una dosis oral de 6 a 24 gramos/día durante varias semanas e inclusive meses. Después de observar algunos pacientes por un tiempo se estableció que el PABA podía producir necrosis hepática e hipoglicemia irreversible, por lo que rápidamente se dejó de utilizar en el tratamiento del lupus160.

Sulfanilamida

En 1926 JH Stokes161 informó que nunca habían observado pacientes con lupus con sobrevivencia mayor de cinco años, pero ya para entonces se habían realizado algunas observaciones en el sentido de que el lupus de tipo exantemático tenía un pobre pronóstico comparado con el lupus discoide. Doce años después Belote162 clasificó al lupus de la siguiente manera:

a) Discoide diseminado
b) Exantematoso (agudo y subagudo)
c) Síndrome de Libman _ Sacks y el síndrome de Senear _ Usher

Esta clasificación tenía como objetivo analizar el comportamiento de cada una de las formas de lupus y buscar la forma de establecer una terapia. Hacia 1930 ocurrieron dos hechos importantes, en 1933 Henry Keil11 afimó que el Mycobaterium tuberculoso no era el agente etiológico del lupus y el bacteriólogo alemán Gerhard Domagk163 descubrió en 1935 la sulfonamida o Prontosil Rubrun y a partir de su descubrimiento se empezó a utilizar para las infecciones especialmente las estreptococicas.

En 1938 se disponía de la sulfanilamida y coincide el lanzamiento del producto con la concepción de que el lupus era ocasionado por el estreptococo. Por ello algunos investigadores empiezan a utilizar la sulfanilamida para el tratamiento de esta patología. En ese año se publicaron cuatro trabajos relacionados con el uso de la sulfanilamida en el lupus, que en su orden fueron el de Ingels164, Wollenberg165, Anderson166 y Abramowitz167, donde informaron mejoría de los pacientes. Sulzberger168 en 1939 describió curación en dos pacientes. Otros autores como Bloom169 y Cornbleet170 no observaron ninguna mejoría en sus pacientes.

Weiner171 en 1940 informó sobre el tratamiento de cuatro pacientes con sulfanilamida, de los cuales dos mostraron mejoría, en los dos restantes no hubo mejoría porque eran pacientes terminales. (Fig 17). Este autor sin embargo consideró que la sulfanilamida o los compuestos relacionados como la sulfapiridina estaban indicados en el tratamiento del Lupus. En los años siguientes la mayoría de los centros en USA como la Clínica Mayo, el Mount Sinai y el John Hopkins abandonaron el uso de este me dicamento para el tratamiento del lupus eritematoso diseminado.

Facsímil del artículo de sulfanilamida

Figura 17. Facsímil del artículo de sulfanilamida en lupus publicado por Alfred Weisner

Radioterapia y curieterapia

De acuerdo con la clasificación de los franceses en lupus planos nos exedens, se utilizó la Finsenterapia y para aquellos casos de lupus exedens (o lupus discoide, hipertrófico) se utilizó la radioterapia. Esta experiencia utilizando la radioterapia en el tratamiento de lupus fue tomado de las observaciones de Schifff en 1897 y las de Rummel, Freund y Albers Schönberg quienes empezaron a utilizar para el tratamiento del lupus tuberculoso172.

La curieterapia también se empezó a utilizar para el tratamiento del lupus hipertrófico. Pero la radioterapia y la curieterapia perdieron rápidamente importancia por las secuelas (cicatrices) que le ocasionaban al paciente, y esto motivó su abandono rápidamente. No solo para los lupus discoide e hipertróficos se utilizó la radioterapia sino también para el lupus de las mucosas y el lupus eritematoso172. (Fig 18 ).

Equipo utilizado en la radioterapia

Figura 18. Equipo utilizado en la radioterapia

Crioterapia

La crioterapia utilizando para ello nieve carbónica a través de un criocauterio fue desarrollada por los franceses especialmente M Lortat _ Jacob. Al aplicarla genera una temperatura de 80º; además de la temperatura era importante tener en consideración la duración de la aplicación y la presión ejercida173..

Se empezó a utilizar en las “formas superficiales del lupus como el eritema centrífugo de los franceses, por 5 a 8 segundos; para el lupus hipertrófico la exposición de la crioterapia se dejaba hasta 40 segundos173.

También se utilizó la crioterapia para el lupus perneo y para el lupus verrugoso o hipertrófico. Debido a los pocos resultados observados esta práctica se abandonó rápidamente173. En algunos casos cuando la crioteraterapia no producía buenos resultados, se utilizaban ampollas de bismuto174.

Pantotenato de calcio o pantenol y vitamina e

Hasta 1940 la mayoría de los tratamientos para el lupus discoide crónico, discoide disemi nado o lupus diseminado agudo habían fracasado y en algunos casos de lupus discoide los autores informan mejoría con las sales de oro o las sales de bismuto, por ello a casi todos los pacientes además del hígado de bacalao, las preparaciones de oro o sales de bismuto, se utilizaban indiscriminadamente otros compuestos como el hidrocloruro de oxoophenarsina o MAPHARSEN® y el p-aminobenzoato sódico que también fracasó. En 1948, y 1950 L Goldman175,176 publicó trabajos en el Journal Investigation of Dermatology sobre el uso del pantothenato de calcio (Panthenol)® para el tratamiento del lupus discoide crónico y del lupus subagudo.

Burgess y col177 en 1948 también utilizaron la vitamina E para el tratamiento del lupus discoide. Ashton L Welsh178 de Cincinnati combinaron el patothenato de calcio y la vitamina E en altas dosis para tratar 42 pacientes con lupus: 24 con lupus discoide crónico, 11 con lupus diseminado y 7 pacientes con lupus eritematoso diseminado subagudo. (Fig 19). El artículo concluyó que había mejoría, pero la discusión sobre los casos es bastante vaga. La publicación coincidió con la aparición de los corticoides y la mayor utilización de las antimaláricos a comienzos de 1950, con mejores resultados, por lo que el artículo de Welsh fue el último en mencionar el pantothenato de calcio y la vitamina E para el tratamiento del lupus178.

Facsímil del artículo sobre pantotenato y vitamina E

Figura 19. Facsímil del artículo sobre pantotenato y vitamina E

Tuberculina

Con la teoría que existía a finales del siglo XIX y a comienzos del XX de que el lupus era secundario al mycobacterium tuberculosis, se pensó que la tuberculina de Koch podía utilizarse en el tratamiento del lupus eritematoso. Ravogli179 con estos antecedentes en 1915 trata dos pacientes sin ningún resultado. Dieciseis años después Roger Korlisch, 180 (citado por Cannon y Ornstein) trata a 10 pacientes, de los cuales 9 se “curaron” y el otro tenía un lupus vulgar. Sieben181 en 1924 informó que trató a una paciente de 43 años con una historia clínica de 20 años de evolución de un lupus discoide con tuberculina B de Ponndoff a razón de 0,1 cc subcutáneo cada mes por seis meses. El autor refiere mejoría de las lesiones.

En 1927 Benson Cannon y Ornstein180 (Fig 20) de la clínica Vanderbilt de Columbia University trataron a 15 pacientes utilizando el método de Sieben, de los cuales 3 se mejoraron completamente, 7 mostraron alguna mejoría y 5 no presentaron ningún cambio. Seis años después Henry Kiel demuestra en estudios de autopsia que el lupus no tiene ninguna etiología tuberculosa, por tanto se dejó de utilizar la tuberculina para el tratamiento del lupus11.

Facsímil del artículo sobre tuberculina en lupus

Figura 20. Facsímil del artículo sobre tuberculina en lupus

Agradecimientos

A los Doctores Javier Aduen, Mario Lacouture, Samir Nader, Melissa Iglesias Rodríguez y Antonio Hernando Iglesias Rodríguez por su colaboración en la consecución de los artículos citados. A Marta Ríos y Patricia Hernández en la transcripción mecanográfica del artículo y a la Doctora Cilia Rojas en la corrección de estilo.

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