Aspectos Bio-Psico-Social-Familiares del Climaterio

Dora Luz González
Médica Psiquiatra – Clínica Las Vegas Medellín

Para poder comprender toda la sintomatología que se la ha atribuido a la menopausia, debemos ver ésta como un fenómeno que ocurre en el desarrollo del ciclo vital normal de la mujer, durante la etapa de la adultez madura. Igualmente esta persona debe ser observada en un contexto integral, es decir teniendo en cuenta los aspectos biológicos-psicológicos-sociales y familiares, ubicados dentro de la cultura a la cual pertenece.

En la cultura occidental la mujer en el momento de la menopausia pierde estatus, mientras en la mayoría de los países orientales gana estatus y reconocimiento en su comunidad. La observación anterior ha llevado a pensar a muchos autores que el mal llamado “síndrome menopáusico“, corresponde más a una construcción cultural que a una realidad biológica.

El aumento notorio en la expectativa de vida exige un mayor conocimiento, no solo de la etapa de la vejez sino de la mujer adulta madura la cual en el momento actual pasa 30-40% de su vida en el período postmenopáusico.

Al referirnos a Edad Madura estamos hablando de la edad comprendida entre los 40-60 a 65 años, independiente del sexo, sin que existan fenómenos fisiológicos que la definan claramente; como si sucede en los períodos tempranos de la vida.

Es entonces una definición que tiene que ver más con referentes psicosociales y psicodinámicos:

Es el momento culminante de la vida lleno de responsabilidad, seriedad y desafíos con sentimientos de goce; la crianza de los hijos deja de ocupar un lugar prioritario; ocupación o la profesión se encuentran en la máxima productividad; hay creatividad, continuando el crecimiento y el desarrollo; se prepara y se trasciende a la vejez.

Según E. Erikson, la meta que debe cumplirse es la generatividad, definida como la preocupación por crear y guiar las siguientes generaciones: época de balances con el fin de aplicar correctivos futuros, en busca de un sentimiento de plenitud y bienestar, disminuyendo así las aprehensiones y continuando el progreso vital.

Los cambios más específicos y relevantes en la edad madura en la mujer, se deben revisar para lograr en este contexto, entender el fenómeno de la menopausia:

1.- Cambios Corporales:

Tanto en hombres como en mujeres aparecen los primeros indicios de mortalidad; en el 72% de esta población ya se presenta al menos una enfermedad crónica; disminuye el vigor físico; aumentan los depósitos de grasa: hay cambios en piel y cabello: presbicia; presbiacusia; inestabilidad vasomotora; cese de la menstruación; final de la capacidad reproductiva estrechamente ligada al concepto de feminidad; se conserva el funcionamiento intelectual y aun puede aumentarse como respuesta a la experiencia acumulada.

2.- Aspectos Familiares:

El síndrome del “nido vacío: del cual se habla cuando las mujeres han centrado sus vidas en la capacidad de crianza, cada vez es menos común y no es un evento universal. Desde 1975 se observa el fenómeno opuesto al salir los hijos del hogar, presentando las madres una mayor tendencia a la satisfacción, que a la tristeza; es la oportunidad de revitalizar la relación de pareja, si ésta ha sido funcional.

Hay mayor cercanía sexual. Si la pareja ha sido disfuncional, puede aumentar las posibilidades de divorcio, al desaparecer los hijos como factor pseudoaglutinante. La viudedad es otro evento doloroso frecuente en esta edad, aunque evidentemente tampoco es universal. Cuando ello ocurre debe realizarse readaptaciones en los roles, al interior de la familia.

3.- Aspectos Económicos:

Existe un aumento de la carga financiera; debe responderse por los mayores y menores del grupo familiar e igualmente hay que acumular recursos para su propia vejez; paralelamente existen menos posibilidades laborales y de capacitación profesional.

La mujer actualmente constituye más o menos el 40% de la fuerza laboral en EE.UU., de los cuales el 60-73% son casadas y deben trabajar fuera del hogar; estas mujeres deben igualmente seguir con el trabajo doméstico, exigiéndosele y ella misma exigiéndose ser una “mujer modelo”, la supermamá, que se las arregla para ocuparse de todo.

4.- Aspectos Sociales:

Los roles sociales tienden a volverse rígidos, hay menos opciones. A la mujer se le exige belleza física con los parámetros de la juventud; se le exige el “disfraz menopáusico” (Weideger), negándosele expresar sus sentimientos y sexualidad. Lo cual refuerza el sentimiento de escisión entre su cuerpo y su yo. En los casos en que la mujer madura tiene más estatus, hay menor adaptabilidad social.

5.- Aspectos Psicológicos:

Tanto el hombre como la mujer deben realizar mecanismos sanos adaptivos a los cambios corporales, familiares, económicos y sociales enunciados anteriormente.

En la mujer con la menopausia se pierde la capacidad de procrear, lo cual conjuntamente con la crianza y la belleza física, juegan papel importante en la identidad femenina, que se ve seriamente amenazada en este momento; afortunadamente el desarrollo personal, profesional y laboral ya empiezan a ser fuentes importantes de autofirmación en la mujer, así como lo es, en forma marcada en el hombre.

6.- Aspectos Neurobiológicos:

Los estrógenos sensibilizan los receptores centrales a la acción de las catecolaminas, igualmente disminuyen la actividad de la MAO. La disminución estrogénica normal durante la menopausia, nos podría hacer pensar en un efecto biológico de esta hormona, con relación a la capacidad de inducir depresión, ocasionada por el déficit existente, sin embargo, a nivel experimental los estudios son contradictorios.

Su uso clínico a nivel de psiquiatría durante la menopausia, sigue siendo el mismo que en otros momentos de la vida, es decir, se reservan para los cuadros depresivos refractarios. Es importante por lo tanto enfatizar y aclarar que los estrógenos no son antidepresivos ni psicofármacos.

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