Editorial, Disruptores endocrinos y cambio climático 

En el día a día, en los medios de comunicación y ahora en los congresos médicos, en los contenidos académicos, son tema obligado los disruptores endocrinos y los cambios climáticos.

Todos sabemos del uso de energía no renovable, especialmente la derivada de los fósiles, el petróleo y el carbón, que no solo son la principal fuente de energía utilizable sino la más contaminante.

Aunque por razones políticas -creo- hay todavía legisladores que no creen en el cambio climático y sus consecuencias presentes y desastres futuros, las evidencias científicas se están mostrando cada vez con más claridad. La tierra se seguirá calentando, los polos continuarán descongelándose, los mares seguirán subiendo de nivel, algunas zonas costeras e islas desaparecerán, la tierra se reacomodará y el clima se volverá caótico.

Gracias a Dios, muchos países y sus gobernantes ya han entrado en la onda de creer y hacer algo; Suecia, por ejemplo, tiene como meta muy próxima utilizar energía renovable (eólica, hidráulica y solar) en el 100%, aboliendo la no renovable. Por otro lado, el carro eléctrico ya es una realidad, y en un futuro muy próximo la mitad de los automóviles que se produzcan serán eléctricos. Además, en ciudades pequeñas de EE. UU. la figura de un molino de viento se ve en las calles, como recientemente se observó en el centro de convenciones de Salt Lake City en Utah: afuera estaban las amigables hélices.

Pero también, como derivados del petróleo, tenemos los famosos plásticos. La era de los plásticos ha sido la más perjudicial y devastadora de la madre tierra -incluyendo los océanos-.

Los residuos plásticos -entre otros- vertidos a los océanos han hecho una masacre en la vida marina en el mundo.

En Chile los desechos plásticos han causado el crecimiento de algas tóxicas que ingieren los salmones y demás peces de la rica población marina del país austral; así, se han intoxicado y han muerto. En la televisión chilena, en un reciente viaje, vi como amanecían kilómetros de playa llenos de peces muertos. ¡Una imagen desoladora!

No podemos seguir usando los plásticos en nuestra vida cotidiana. El agua en plástico, el pan en plástico y calentar los alimentos en recipientes de plástico, amén de calentarlos en el microondas son la fuente más importante y abundante de disruptores endocrinos.

Estos, que son sustancias que también se encuentran en los fumigantes de los cultivos y plantas, han sido y son usados en fumigaciones contra insectos; son sustancias que funcionan como hormonas, especialmente esteroideas, estimulando o suprimiendo la acción cuando se unen a receptores de donde son desplazadas las hormonas naturales, produciendo cualquier cantidad de anomalías gonadales, tiroideas y de otros tipos en adultos, mujeres embarazadas y sus fetos, con consecuencias permanentes

En el último congreso de la American Society for Reproductive Medicine (ASRM) se  presentaron múltiples trabajos acerca de la acción de los disruptores endocrinos en las células germinales, ovocitos y espermatozoides.

No entremos en pánico, pero hagamos algo. Tenemos que prevenir. Debemos asegurarle a nuestros nietos y bisnietos una tierra menos contaminada, disgustada y agresiva por lo que le estamos haciendo.

Hasta donde podamos: no energía no renovable, no plásticos, no fumigantes, no frutas y verduras contaminadas, menos carnes rojas, mucha agua natural, más pollo; ojalá pudiéramos decir: “pescado no contaminado”.

El cambio climático y los compuestos tóxicos diseminados en la naturaleza, especialmente en los alimentos y el medio ambiente, son una realidad, y todavía tenemos tiempo de evitar que esto siga agravándose. La contaminación se puede estabilizar y en muchos años adelante se puede disminuir y, posiblemente, reducir a su mínima expresión.

Gustavo Gómez Tabares
Editor en Jefe


Foto de portada: 

El Océano Ártico se está congelando a un ritmo más lento que nunca, con el nivel de hielo marino a un nivel más bajo este otoño que en todos los años anteriores, informó el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo esta semana.

El Polo Norte promedió 2,5 millones de kilómetros cuadrados de hielo en octubre.

Eso es 154.400 millas cuadradas menos que el récord anterior establecido en octubre de 2007.

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