Perfiles de paciente indicados para Denosumab

– Mujer osteoporótica posmenopáusica mayor de 65 años: 

Teniendo en cuenta que la resistencia ósea se va alterando con el paso de los años y que uno de los factores de riesgo mayores para la fragilidad del hueso es la edad, el mayor riesgo de fracturas se presenta en la población mayor de 65 años. En este grupo poblacional Denosumab ha demostrado amplia evidencia antifractura. 23 De otra manera, las mujeres con baja masa ósea o con osteoporosis antes de los 65 años se encuentran en una etapa de su vida en donde es más factible realizar prevención y la manera más integral de lograrla puede ser el uso de estrógenos o SERM.

– Mujer con baja masa ósea y riesgo de fractura: 

Anteriormente se consideraba a la osteoporosis como una enfermedad en donde solo existía una disminución de la masa ósea que conllevaba a un mayor riesgo de fractura. Hoy se sabe que el problema cardinal de la osteoporosis radica en la baja resistencia del hueso, la cual está condicionada directamente tanto por la calidad como por la cantidad ósea. Este último aspecto cobra gran relevancia cuando hablamos deriesgo de fractura. En mujeres con factores de riesgo clínicos y baja masa ósea, Denosumab ha demostrado incrementar en una mayor proporción y de manera más rápida la densidad mineral ósea respecto a bisfosfonatos como alendronato.20

– Mujeres con alto riesgo de fracturas por fragilidad: 

Las mujeres con fracturas osteoporóticas prevalentes constituyen el grupo de mayor riesgo de refractura y por lo tanto más morbimortalidad asociadas con la osteoporosis. Denosumab demostró en el estudio FREEDOM su capacidad de disminuir el riesgo de refracturas vertebrales en aquellas mujeres con fracturas vertebrales prevalentes, así como de reducir el riesgo de fracturas no vertebrales, incluyendo la cadera, en este grupo poblacional considerado de «alto riesgo»23.

– Pacientes con uso crónico de bisfosfonatos y riesgo de fractura: 

Uno de los dilemas actuales en el manejo de la osteoporosis es saber hasta «cuándo» tratarla. Los antirresortivos más utilizados como son los bisfosfonatos, si bien generan una curva progresiva de ganancia de densidad mineral ósea, con los años de uso, en general, demuestran que la ganancia de masa ósea se «desacelera» y en algunas mujeres se estanca. Este fenómeno está relacionado directamente con su mecanismo de acción, en donde su larga  vida media sobre el hueso genera una menor respuesta metabólica ósea, debido al bloqueo que generan estas moléculas sobre las unidades de remodelado.15,16

Denosumab por su acción directa sobre el complejo RANK-LIGANDO-OSTEOPROTEGERINA no se deposita crónicamente en el hueso como sí lo hacen los bisfosfonatos. Pruebas clínicas de evidencia han demostrado cómo mujeres que vienen siendo tratadas con bisfosfonatos como alendronato, al hacer el «switch»(CAMBIO) a Denosumab obtienen una mayor ganancia de densidad mineral ósea.21

Comentarios finales 

El metabolismo óseo comporta toda una serie de fenómenos mucho más complejos que la simple interacción entre una célula destructora de hueso y una formadora de nuevo material de recambio, como se pensaba hace unas décadas.

Así, el remodelado óseo depende de múltiples instancias, no solo celulares, sino endocrinológicas, de diversa índole (estrógenos, vitamina D, PTH, calcitonina, corticoides incluso, así como auto y paracrinas con varios factores de crecimiento, interleuquinas y leucotrienos, entre otros) que, conjuntamente con un auténtico mecanostato óseo, confluyen todas en un sistema efector final común regulador del equilibrio entre formación y resorción, que es el sistema RANK-RANKL-OPG.

DMAB ha demostrado en múltiples ensayos clínicos bien diseñados (aleatorizados, controlados con placebo, prospectivos y multicéntricos) notables incrementos en DMO en todas las localizaciones medidas y en los tipos principales de hueso, cortical y trabecular, siempre mayores que lo observado en el brazo placebo. Igualmente, cuando se comparó DMAB con un brazo de tratamiento activo con alendronato.

La demostrada reversibilidad de sus efectos óseos, una vez suprimida la administración del fármaco, así como el buen perfil de seguridad farmacológica global, es comparable a placebo y a alendronato; este último, paradigma de la farmacopea clásica contra la osteoporosis, en función precisamente de su experiencia acumulada hoy, de más de trece años. Su cómoda posología con administración por vía subcutánea dos veces al año lo hace teóricamente un buen candidato para el abordaje de una patología crónica como es la OP.

Agradecimientos 

Los autores agradecen a Eliana Mesa y Fernando Rico-Villademoros su asistencia editorial en la preparación de esta publicación.

Referencias

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