Resultados y Discusión en Seroprevalencia y Factores de Riesgo asociados con la Infección por Helicobacter pylori
Resultados
Se recolectó información de 123 niños, de los cuales se excluyeron 4 por no tener los datos completos en el cuestionario; los 119 restantes fueron los que se analizaron, ubicados así: 59 niños de la Clínica Reina Sofía (49,6%) y 60 de la Escuela Municipal de Ubaté (50,4%).
En cuanto a la edad, la mínima fue 3 meses y la máxima 14 años, con un promedio de 7 años 5 meses; las edades más frecuentes fueron 10 años (16,8%), 9 años (14,3%) y 11 años (10,1%).
Un total de 31,9% de los niños presentaron anticuerpos para H. pylori, se encontró mayor probabilidad de estar infectado por esta bacteria a una edad mayor (para 9,5 años vs 5,9 años, p=0,001); la serología fue positiva entre 6 y 10 años en 39,3% y en mayores de 10 años en el 61,9%.
Del total de niños, 67 eran del sexo femenino (56,3%), con 52 del sexo masculino (43,7%) sin presentarse diferencia de infección entre ambos sexos (p=0,812). Sólo un niño correspondió a la raza negra.
La frecuencia del tipo de vivienda se distribuyó así: apartamento, 46 (38,7%); casa, 63 (52,9%), casalote, 8 (6,7%), e inquilinato (1,7%).
Se apreció una mayor probabilidad de ser infectado cuando el niño habitaba una casalote o una pieza, en comparación a casa o apartamento (p=0,008), así como cuando existían más miembros de la familia que vivían en la casa (5 personas vs 4, p = 0,016).
En la medida en que se aumentó el número de niños que vivían en la misma casa,se incrementó la probabilidad de encontrarse infección por H. pylori (2 vs 1, p=0,016 ).
No se apreció diferencia significativa para la serología de H. pylori:
En relación con el número de cuartos que existían en la vivienda (p=0,58).
Se investigaron estratos de vivienda del tipo 1 al 6, encontrándose que a medida que mejoró de estrato se disminuyó la probabilidad de tener infección (estrato 2 vs 3, p = 0,01).
Todos los niños incluidos en el estudio contaban con alguna fuente de agua. El origen de la misma fue el acueducto en 115 niños (96,6%) y de origen diferente en 4 (3,6%), sin poderse comparar adecuadamente y demostrar como un factor de riesgo significativo para infección por Helicobacter pylori (p=0,7).
En cuanto al agua utilizada para bebidas y cocción de alimentos, no mostró tampoco ninguna diferencia significativa para infección (p=0,4).
No se encontró diferencia significativa entre tener o no antecedente familiar de cáncer gástrico o de úlcera péptica, para la infección por H.pylori en los niños.
Discusión
Para conocer la prevalencia de la infección por H. pylori en una comunidad, se deben analizar dos factores esenciales (24), uno de los cuales es la población estudiada, de tal modo que los resultados se puedan aplicar a dicha población. En la presente investigación, la población está representada por niños de dos características diferentes, al ser de origen urbano o rural.
Otro factor esencial son las pruebas utilizadas para determinar la infección por H. pylori. Según Feldman y Evans (25), la técnica ideal sería la endoscopia con biopsia y cultivo, pero es difícil que este procedimiento sea aceptado por un sujeto asintomático, y menos en una población infantil y, probablemente, no sería ético.
La prueba respiratoria basada en la utilización de urea marcada con C13 es el método no invasor más utilizado, por lo práctico y seguro para el diagnóstico de la infección en estudios epidemiológicos; sin embargo, la ausencia de este examen en nuestro medio en el inicio de la investigación limitó su utilización.
La serología es una de las pruebas no invasoras que ha sido también empleada en muchos países de todo el mundo y su amplia utilización ha proporcionado las primeras observaciones encontradas sobre la prevalencia de la infección en diferentes lugares.
La adquisición de la infección es precoz en la infancia:
en los países en desarrollo, tal como se confirma en nuestros resultados, que muestran que a los 10 años un gran porcentaje de niños ya ha sido infectado (62% en mayores de 10 años) y que está de acuerdo con valores cercanos observados en adultos examinados por igual método serológico en nuestro medio (70%). La diferencia observada entre las prevalencias de infección por H. pylori, entre los países en desarrollo y desarrollados, ha permitido que ciertos autores dividan el mundo en dos grupos (26).
Uno correspondiente a países en donde la mayoría de los niños están infectados y en quienes la infección crónica perdura durante prácticamente toda la vida adulta, con tasas de colonización similares a las encontradas en nuestros estudios.
En el segundo grupo, una minoría de niños se infecta durante la infancia y la prevalencia de la infección aumenta proporcionalmente con la edad hacia la vida adulta, como se presenta en países industrializados.
Un ejemplo es lo que se observa en Francia (27), donde los niños presentan seroprevalencia menor de 1% antes de los 6 años y 5% entre los 6 y 12 años; estos son valores semejantes a los descritos en Inglaterra (28). En estos países, la frecuencia de infección a los 50 años es aproximadamente de 30% de la población, con un incremento promedio del 1% por año en los años posteriores a dicha edad.
Se considera que los factores de riesgo son diferentes en la infancia y en la vida adulta.
En nuestro estudio, los factores de riesgo significativo fueron similares a los encontrados en la población infantil en el mundo. En efecto, la mayoría de investigaciones han encontrado que estos factores dependen del nivel socioeconómico (29, 30) e igualmente de las condiciones de vida en la infancia (31).
Un estudio de Pérez y Pérez, en Tailandia (32), se encontró una mayor infección en niños de un orfanato comparados con los que habitaban áreas rurales de la misma edad; Mandell et al., en Inglaterra (33) observaron asociación de infección por H. pylori según las características de la casa y la ausencia de agua. Web (31) encontró, igualmente, relación con la infección según el número de familiares y, además, el compartir la cama con otro niño. Klein (34) en un estudio en Perú mostró la importancia del agua como factor de riesgo: los niños de familias que tomaban agua del exterior estaban tres veces más infectados que aquéllos de familias que consumían agua de su propia casa.
Más recientemente, P. Correa encontró que existía mayor riesgo de infección en niños de un área rural de Nariño que consumían más agua de ríos y que se bañaban varias veces al año en piscinas o en ríos, también influía el hecho de tener una letrina a menos de 25 m de la vivienda.
En nuestro trabajo,este análisis no se pudo realizar ya que todos los niños evaluados, consumían agua del acueducto y no se encontró mayor infección con los otros factores mencionados.
Tampoco se observó relación significativa entre el antecedente familiar de una úlcera péptica o de cáncer gástrico y la infección por H. pylori :
Lo cual refleja el hecho que la prevalencia de la infección es muy alta en adultos de nuestro medio, independiente de las diferentes patologías gastroduodenales (35) y en forma similar a lo observado en otros países de iguales características (22).
En conclusión, la infección gástrica por H. pylori es muy frecuente en nuestros niños, particularmente a partir de los 10 años de edad, sin importar si no existen síntomas dispépticos en ellos, tal como sucede en los adultos. Las modificaciones fisiopatológicas de esta infección en zonas de alto riesgo de cáncer gástrico como la nuestra, ameritan otras investigaciones que permitan determinar factores precoces que hagan sospechar estas alteraciones, antes de que se produzcan alteraciones anatómicas importantes y sin realizar exámenes invasores como la endoscopia.
Agradecimientos
Al Dr. David Y. Graham (Hospital de Veteranos, Houston, EE.UU) por el suministro de las pruebas para el estudio serológico. A los miembros de los laboratorios clínicos de las instituciones en donde se realizó el presente estudio.
Referencias
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Lecturas Recomendadas
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Correspondencia Oscar Gutiérrez, M.D.
Calle 76 # 13-46 Bogotá, D.C.
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