Desarrollo de la Enfermería en Colombia, Acto de Reconocimiento
Elsa Durán Echeverri*, María del Pilar Cuervo Polanco**, Sonia Echeverri de Pimiento***
* Jefe del Departamento de Enfermería. Fundación Santa Fe de Bogotá enfermeria@fsfb. org.co** Enfermera coordinadora de Enfermería, Fundación Santa Fe de Bogotá enfermeria@fsfb. org.co*** Enfermera magister en Bioética. Servicio de Soporte Metabólico y Nutricional (SSMN) Fundación Santa Fe de Bogotá pimiento@cable.net.co Actual. Enferm. 2004; 7(1): 26-31
El profesional de Enfermería, en general, se desempeña en el área asistencial, administrativa, docente y en algunos casos en investigación. Dentro del área asistencial el desarrollo de las especializaciones clínicas tienen gran importancia y su participación adquiere cada vez más relevancia en los equipos interdisciplinarios de salud. La enfermera moderna se especializa en trauma, infecciones, renal, metabolismo y nutrición, oncología, medicina crítica e intensiva, perinatología, neurología, respiratorio, gerencia, entre muchas otras. Sin embargo, la tendencia actual es escoger estudios transdisciplinarios como son mercadeo, estadística, epidemiología, bioética, salud ocupacional, auditoria, etc. El posicionamiento de la enfermera en el sistema de salud la ha llevado a trabajar bajo estándares de calidad, a la aplicación de teorías conocidas al cuidado de los enfermos en su afán por encontrar y reorientar la identidad misma de la enfermería, por encontrar un punto de equilibrio en la legalización de la profesión a través de la Ley 266 de 1996. Sin duda, queda mucho por hacer y es una realidad que al comenzar un nuevo milenio las enfermeras tenemos la responsabilidad de servir de pilar y de estandarte para ser cada vez mejores con el único propósito de cuidar a los pacientes con humanitarismo pero con grandes conocimientos. Conocimientos que se adquieren y se refuerzan en eventos científicos como éste que finaliza hoy.Al culminar con rotundo éxito el I Congreso de Profesionales de Enfermería Clínica y VIII Simposio Actualizaciones en Enfermería hemos querido, como voceras de las enfermeras que se desempeñan en el área clínica, rendir homenaje a tres figuras de reconocida trayectoria y de gran importancia para nuestra profesión de Enfermería en nuestro país: Inés Durana Samper, Nelly Garzón Alarcón y José Félix Patiño. Por tradición las enfermeras del área clínica hemos permanecido un poco ajenas a la labor que han realizado importantes enfermeras en la academia. Estamos convencidas de que para iniciar el acercamiento entre estas dos, la asistencia y la academia, para intentar cerrar la brecha entre la clínica y la docencia, qué mejor que desde el área clínica, asistencial se reconozca la labor meritoria de dos grandes figuras que han impactado e impulsado el desarrollo de la enfermería en Colombia: Inés Durana Samper y Nelly Garzón Alarcón.
Académica Inés Durana Samper
Nació en Bogotá, en el hogar de don Jorge Durana Camacho y de doña Inés Samper Sordo. Estudió Enfermería General en la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional en Bogotá donde se graduó en 1953. En 1956 recibió el Bachelor of Science in Nursing (BSN), el U.S. International Cooperation Administration, el certificado de Public Health Nursing, y el U.S. Department of Health Education and Welfare (USPHS) en educación en enfermería. En 1961 obtuvo el Master of Science in Nursing (MSN) en administración de servicios en la Catholic University of America en Washington, D.C. Entre 1969 y 1972 realizó el doctorado (PhD) en Educación Industrial en Maryland University. Ocupó el cargo de directora de la antigua Escuela Nacional Superior de Enfermeras de la Universidad Nacional. Fue fundadora y decana de la Facultad de Enfermería de la misma universidad entre 1958 y 1963. Entre 1964 y 1969 se desempeñó como directora del departamento de enfermería de la Universidad del Valle. Se vinculó a la fundación Rockefeller entre 1972 y 1978, época en la cual fue profesora visitante en las Universidades de Ramatibodi en Bangkok, Tailandia, y de Unaza en Kinshasa, Zaire. Entre 1980 y 1984 trabajó como codirectora del Programa de Atención Primaria en Salud en el Convenio Colombo Holandés, en los Territorios Nacionales de Colombia. Fue fundadora y directora de los primeros servicios domiciliarios de enfermería en Bogotá (1983-1994).
En 1996 fue nombrada Professor of Nursing de la Case Western University, Francis Paine Bolton School of Nursing. Consultora de la OMS y la OPS, Profesora especial de la facultad de enfermería de la Universidad de la Sabana. Ha recibido distinciones co-mo el “Abraham Horwits: Award for Interamerican Health” de The Panamerican Health and Education Fundation Panamerican Health Organization, de 1982, por la contribución al mejoramiento de la salud en las Américas; en el año 2000, la Asociación de Exalumnos de la Universidad Nacional la condecoró con el premio Excelencia Nacional al Mérito Profesional en Ciencias de la Vida. Es Miem-bro asociado de la Academia Nacional de Medicina desde 1992 y Miembro activo de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina desde el 2001. Es autora de múltiples publicaciones, pertenece a importantes entidades científicas y profesionales del país y del exterior. Desde 1996 hasta la fecha ocupa el cargo de Asistente de la Secretaría Permanente de la Asociación Latinoamericana de Academias de Mé-dicina (ALANAM).
Magistrada Nelly Garzón Alarcón
Enfermera General de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia. Bachelor and Master of Science in Nursing, The Catholic Uni-versity of America, Washington, D.C. Ha desempeñado diferentes cargos nacionales e internacionales: Instructora Clínica, Profesora en diferentes categorías, Vicedecana y Decana, Facultad de Enfermería. Directora de Es-tudios de Posgrado, Vicerrectoría Aca-démica de la Universidad Nacional de Colombia. Jefe de la División de Planeación de Recursos Humanos y Director (E) de Recursos Humanos del Ministerio de Salud. Subdirector de Desarrollo de la Educación Superior y Director (E), Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior, ICFES. Presidenta de la Asociación Colombiana de Facultades y Escuelas de Enfermería, ACOFAEN. Consultora y Asesora de la Oficina Pa- americana de la Salud OPS, Organización Mundial de la Salud OMS, en diferentes países y períodos. Miembro de varios Comités de Expertos de la OMS – Ginebra – Actualmente Miem-bro del Panel de Expertos en Planificación de Recursos Humanos. Presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras (C.I.E.). Miembro de la Junta Directiva de la Federación Latinoamericana de Bioética (FELAIBE). Miembro de la Junta Directiva del Instituto Colombiano de Estudios Bioéticos:
Miembro Fundador. Miembro activo del Centro Nacional de Bioética, CENALBE. Asesor Externo, Evaluación Institucional, Universidad de Sao Paulo, Brasil y otras Universidades de América Latina. Además se ha desempeñado como Evaluadora del ICFES, para programas académicos e Instituciones de Educación Superior. Par Académico de Enfermería, Consejo Nacional de Acreditación-Acreditación de Programas Universitarios de Enfermería. Ac-tualmente se desempeña como Profesora Categoría Especial, Asesora del Programa de Magister en Enfermería de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia. Asesora y consultora en Enfermería, en Educación, en Ética y Bioética. Presidenta del Tribunal Nacional Ético de Enfermería (cargo actual). Autora de más de 140 artículos y trabajos presentados en Seminarios y Congresos de Enfermería Nacionales e Internacionales. Se ha hecho merecedora de las muchas distinciones, entre ellas:
• Miembro de la Sociedad de Honor de Enfermería de los Estados Unidos, Society Sigma Theta Tau, Kappa Chapter.
• Enfermera del año, elegida por la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, ANEC.
• Seleccionada entre las cinco (5) mu-jeres destacadas en Colombia, en la Actividad Sociocultural, Almana-que Mundial.
• Profesor Emérito – Universidad Na-cional de Colombia.
• Medalla al Mérito Universitario, Uni-versidad Nacional de Colombia.
• Condecoración “Jorge Bejarano”, Ministerio de Salud.• Medalla “Salud para Todos”. Organización Mundial de la Salud.
• Presidenta Honoraria, Asociación Colombiana de Facultades de Enfermería, Acofaen.
• Presidenta Honoraria, ANEC, Seccional Cundinamarca.
• Fellow Nightingale Society.• “Exalumno distinguido”, Premio de excelencia, Asociación de Exalumnos, The Catholic University of America, Washington, D.C. (U.S.A.)
• Premio “Excelencia Académica”, Área de Salud Asociación de Exalumnos (ADEXUN) en la Universidad Nacional de Colombia.• Profesor Honorario, Universidad Nacional de Colombia.
José Félix Patiño Restrepo
Nacido en San Cristóbal, Venezuela y criado en Boyacá. Profesor Honorario de Cirugía, Universidad Nacional de Colombia. Profesor Visitante de Cirugía, Yale University School of Medicine. Jefe Honorario del Departamento de Cirugía, Fundación Santa Fe de Bogotá. Director Ejecutivo, Recursos Educacionales, Federación Panamericana de Asociaciones de Facultades de Medicina (FEPAFEM). Ex presidente, Academia Nacional de Medicina de Colombia. Realizó estudios de medicina en Yale University School of Medicine, es Doctor Honoris Causa Universidad Nacional de Colombia.
Distinciones y Condecoraciones
• Gran Cruz de la Orden de Boyacá (Colombia)
• Orden del Mérito Asistencial y Sa-nitario Jorge Bejarano (Colombia)
• Comendateur des Palmes Academi-ques (Francia)
• Gran Medalla Agustín Nieto Ca-ballero (Colombia)
• Medalla al Mérito Universidad Na-cional de Colombia
• Premio Carlos J. Finlay (Colombia)
• Cruz de Esculapio (Colombia)
• Gran Cruz de ASCOFAME
• Excelencia de la Medicina Colombiana (Universidad Nacional de Colombia, AEXMUN)
Otras posiciones que ha desempeñado
• Jefe, Departamento de Cirugía, Hos-pital General Universitario de la Sa-maritana, Bogotá
• Jefe, Departamento de Cirugía, Fundación Santa Fe de Bogotá, Bogotá
• Miembro del Consejo de Ciencia y Tecnología de Salud, COLCIENCIAS (Colombia)
• Miembro del Consejo Directivo de la Universidad de los Andes, Bogotá
• Ministro de Salud, República de Co-lombia
• Rector, Universidad Nacional de Colombia
• Director Ejecutivo, Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (ASCOFAME)
• Director Ejecutivo, Federación Panamericana de Asociaciones de Facultades de Medicina (FEPAFEM)
• Cofundador y Presidente de FELAC (Federación Latinoamericana de Cirugía)
• Cofundador de la Fundación Santa Fe de Bogotá.
Publicaciones
• Cerca de 500 artículos y capítulos sobre temas quirúrgicos, educación superior, educación médica e informática biomédica
• 20 textos y monografías
• Biografía y discografía de María Callas (1999)
• 5 películas y videos.
Después de mencionar brevemente el currículo del doctor Patiño me permitiré leerles algunos apartes de uno de sus frecuentes escritos referentes a la profesión de enfermería.
Carta de un Cirujano a las Enfermeras Quirúrgicas
Naturaleza y perspectivas de la enfermería quirúrgica
Explicando, como justificación, mi supuesto reconocimiento como hombre que ha dedicado su vida al ejercicio y la docencia de la cirugía, combinado con mi calidad de ferviente feminista, alguien en una ocasión me preguntó cuáles eran las profesiones en que la mujer puede expresar al máximo lo mejor de sus cualidades femeninas. Sin dudarlo mucho le respondí que la profesión de bailarina, como expresión de estética y de armonía, y la de enfermera como de abnegación y altruismo humanitarios, responsabilidad y superación espiritual. Pero en su trabajo la enfermera combina en forma excelsa la estética y la armonía, que son esencia de su labor. Por consiguiente, viene a ser la enfermería la profesión que mejor conjuga, para un sin par beneficio social, las condiciones superiores de la mujer y es, por consiguiente, la má-xima expresión de la feminidad.
Partiendo de esta convicción, y siempre preocupado por el papel preponderante que juega la enfermería en el cuidado de la salud, papel que día a día se hace más trascendente, pretendo plantear mis puntos de vista personales sobre la significación de la en-fermería en la atención quirúrgica y sobre el futuro de esta noble carrera.
Estado de la enfermería como profesión. El desarrollo de la enfermería como profesión, tal como ocurrió con el de la cirugía, ha sido arduo y pasó por etapas durante las cuales fue considerada como oficio de segunda clase. Hoy, cuando ya la cirugía ha llegado a su apogeo como parte muy importante del “triunfo de la biomedicina” y la enfermería comanda el respeto y la admiración universales, todavía ésta no ha culminado su reconocimiento como una de los profesiones de la salud más importantes en el mundo moderno, por lo cual las condiciones materiales de trabajo de la enfermera continúan siendo enormemente inadecuadas.
Lo anterior ha hecho que muchas enfermeras adquieran una actitud pesimista y aun nihilista acerca de su de-sempeño profesional y, especialmente de su progreso económico, lo cual se traduce en un significativo éxodo profesional. Aunque evidentemente comprensible, éste se hace coincidente con el momento en el cual la enfermería ya exhibe vastos y promisorios panoramas de desarrollo.
Naturaleza de la atención quirúrgica. La atención de enfermería en los servicios quirúrgicos se fundamenta en el reconocimiento de que la cirugía es la disciplina médica que combina lo más complejo de sus aspectos científicos con un profundo sentido humanitario y lo más refinado de su arte, porque la atención quirúrgica se presta con “la mente, con el corazón y con las manos”.
La atención del paciente quirúrgico se inicia en el momento de su admisión a uno de los servicios del departamento de cirugía (consulta externa, urgencias, cirugía ambulatoria, hospitalización, cuidado intensivo) y se continúa durante las fases pre, intra y postoperatorias en forma integral. Su propósito es brindar una totalidad asistencial destinada a dar el mejor nivel de cuidado, no menos que excelente, en cuanto a su calidad técnica, humana y ética.
Lo anterior implica una total dedicación profesional a la aplicación de só-lidos y actualizados conocimientos científicos en un régimen de rigurosa disciplina, todo ello enmarcado por inflexible responsabilidad, depuradas relaciones humanas, impecable presentación personal y el más profundo sentido humanitario.
La atención quirúrgica tiene como ob-jeto primordial la seguridad del paciente y la salvaguardia de su dignidad humana; se ejecuta mediante la utilización de las más sofisticadas y complejas tecnologías de que dispone la moderna biomedicina. Su buena uti-lización implica una actitud claramente más intelectual que artesanal, o sea el ejercicio de una profesión y no de un oficio, mediante el rigurosamente orquestado trabajo de un equipo multidisciplinario e interprofesional, en el cual la enfermera juega papel fundamental.
En el equipo humano dedicado a la atención quirúrgica la enfermera ocupa un lugar de igual importancia a la del cirujano, con funciones que son interdependientes y complementarias.
La atención de enfermería quirúrgica está a cargo de enfermeras profesionales, o sea de formación universitaria, con creciente exigencia de estudios de especialización, quienes tienen bajo su cargo o supervisión, inmediatos o delegados, a toda una di-versidad de personal profesional, técnico y administrativo que posee importantes funciones de manejo directo o indirecto del paciente. La enfermera cumple una labor directiva, coordinadora y de ejemplo, y es ella quien realmente determina el nivel asistencial de un servicio quirúrgico.
Así mismo, porque la enfermera es quien realmente cuida en forma permanente y continua del paciente, y porque es ella quien mantiene el más íntimo contacto, se convierte en la persona que mejor transmite la imagen y el espíritu de un hospital. Se reconoce que en una institución hospitalaria de alto nivel son las acciones de enfermería las que más honda repercusión tienen, en última instancia, sobre la calidad de la atención médica, y las que mejor son percibidas por la comunidad, representada por el pa-ciente y sus allegados, o sea que su actuación es interpretada, más que la de ninguno otro de los participantes, como indicador por excelencia de calidad.
Es por ello que la enfermería debe ser reconocida en el hospital moderno como el elemento humano fundamental para el buen éxito de su operación. Y es por ello que la enfermería, tal vez más que ninguna otra profesión femenina, será cada vez más cotizada y habrá de ascender rápidamente en el escalafón de importancia en la sociedad, perfilándose como una de las de mayor desarrollo en el futuro próximo.
La admisión y preparación preoperatoria del paciente. Pocas funciones tienen tan hondo impacto sobre el paciente como el procedimiento de recepción y la manera de ejecutarlo: la actitud y el comportamiento de la enfermera para con quien ingresa al hospital para someterse a una intervención quirúrgica. La ansiedad natural del paciente despierta un cierto grado de rechazo y, en ocasiones, de franca hostilidad; pero sobre todo, de inseguridad y temor. Su primer contacto con el hospital es la enfermera que lo recibe. Se presupone una actitud afable y no apresurada que despierte empatía, pero además es imperativo que la enfermera se desempeñe en este momento crucial en que se inicia la relación paciente/hospital, con el más alto grado de profesionalismo, porque es ello lo que va a infundir la confianza y seguridad que tanta influencia van a tener en el éxito del tratamiento.
Lo anterior quiere decir que la enfermera debe estar enterada de la identidad del paciente y de su médico tratante, así como de la naturaleza del procedimiento a que va a ser sometido, la hora de la programación y el plan general de preparación preoperatoria; también debe estar en capacidad de explicar el reglamento y el funcionamiento general del hospital, las funciones de las personas que van a estar a cargo de su atención, los ser-vicios que se prestan. Todo lo anterior está encaminado a transmitir al paciente la seguridad que deriva de hallarse en un medio de alto nivel tecnológico y de disciplina profesional.
La preparación preoperatoria incluye el cumplimiento estricto y con máxima precisión de las órdenes preoperatorias, las cuales generalmente obedecen a protocolos y normas previamente estandarizadas. Cualquier desviación o exclusión debe hacer indagar a la enfermera la razón correspondiente, a fin de asegurarse de que no se ha producido una omisión y menos un error; la consulta con el residente, con el médico hospitalario o con el médico tratante es siempre bienvenida.
La enfermera quirúrgica es una profesional que tiene la obligación de ejercer su criterio para el análisis de las órdenes y para plantear las observaciones que ella considere convenientes. La visita preoperatoria a cargo del anestesiólogo es un prerrequisito en todo servicio quirúrgico. La participación de la enfermera quirúrgica en esta visita le permitir enterarse de otros aspectos de enorme trascendencia en la preparación preoperatoria, lo cual le facilita su propio plan de manejo.
La enfermera de salas de cirugía. Con justicia se afirma que las dos actividades del género humano que emplean las más complejas y sofisticadas tecnologías son la navegación aeroespacial y la cirugía. En el quirófano se congregan máquinas e instrumentos de alta precisión, gracias a los cuales se puede intervenir sobre la totalidad de las funciones orgánicas para ejecutar operaciones que hasta hace poco pertenecían al campo de la ciencia ficción. Sólo el acendrado profesionalismo, la disciplina estricta, una indeclinable dedicación de servicio y la más rigurosa observación a las normas y reglamentos garantizan la seguridad del paciente y el éxito del procedimiento. Tal como en la navegación aeroespacial, en la cirugía no hay campo para errores por ignorancia o descuido. La idoneidad y la responsabilidad son elementos sine qua non en el quirófano.
La presencia de la enfermera en las salas de cirugía como elemento imprescindible del equipo profesional comenzó con el nacimiento de la cirugía moderna, a finales del siglo XIX. Baste recordar los ilustres nombres de William Halsted y de Carolyn Hamp-ton del Johns Hopkins.
La presencia de la enfermera da el to-que profesional que garantiza la debida recepción del paciente a su llegada del servicio de hospitalización a través de la información clínica que le transmite la enfermera que tuvo a su cargo la preparación preoperatoria, la interpretación de la evolución clínica en el curso de la operación, la precisa administración y el meticuloso registro de los líquidos y drogas, el manejo de los especímenes y, muy especialmente, la supervisión más rigurosa de la asepsia y la antisepsia.
La labor de la enfermera quirúrgica no se limita a los oficios rutinarios que eje-cuta en las salas de cirugía. Su desempeño sólo puede ser verdaderamente efectivo desde el punto de vista profesional si ella mantiene una continuada inquietud intelectual que debe satisfacer, con un alto nivel de satisfacción propia, mediante lecturas, estudio, investigación y participación activa en las actividades científicas del hospital. De lo contrario sobreviene la rutinización y el creciente debilitamiento de los intereses de la mente. Así como el ingeniero y el técnico aeroespaciales saben que de sus acciones dependen la seguridad y el éxito de la misión, así la enfermera sabe que su desempeño profesional y su estricta disciplina son también la llave de la seguridad y el éxito de la operación.Cinco funciones principales cumple en la actualidad la enfermera en las salas de cirugía:
• jefatura y supervisión de los quirófanos;
• instrumentación quirúrgica, con especialización en las disciplinas principales: cirugía general, cirugía cardiotorácica, cirugía vascular, neurocirugía, ortopedia, urología, oftalmología y otorrinolaringología;
• enfermera circulante, labor que representa una verdadera dirección de orquesta durante la intervención quirúrgica;
• enfermera de anestesiología, un campo relativamente novedoso que se refiere a la colaboración con la labor del anestesiólogo mediante el desempeño de funciones específicas;
• gerencia de las salas de cirugía.La enfermera en los servicios quirúrgicos.
La enfermera quirúrgica tiene también responsabilidades de gran importancia y significación en las otras dependencias y servicios que componen el departamento de cirugía, tales como:
• Sala de recuperación postoperatoria postoperatoria
• Esterilización central
• Epidemiología qurúrgica (control y vigilancia de la infección quirúrgica)
• Servicio de urgencias
• Unidad de trauma
• Unidad de cuidado intensivo
• Servicio de soporte metabólico y nutricional
• Servicios de hospitalización
• Servicio de cirugía ambulatoria
• Servicio de cuidado de enterostomías
• Servicio de cirugía endoscópica
• Servicio de trasplante de órganos
• Consulta externa
• Laboratorios quirúrgicos especiales
• Laboratorio de cirugía experimental.
El panorama de la enfermería quirúrgica. Otras y novedosas áreas de trabajo general y especializado se abren en la medida que se aplican las nuevas tecnologías que modernizan y modifican la atención quirúrgica. La enfermera debe ir a la par con la implantación de estas tecnologías y realizar los estudios y programas de capacitación que le aseguren la correspondiente idoneidad.
Lejos quedaron los tiempos en que la enfermera dedicaba la totalidad de su tiempo a las artes de la enfermería re-ducidas a proveer confort al paciente, a la no discutible ejecución de las órdenes del médico y a la administración del servicio de hospitalización. Algunas de estas funciones las sigue cumpliendo y otras las delega en personal bajo su dirección; pero ahora confronta muchas nuevas y variadas responsabilidades. Hoy la enfermera quirúrgica es una profesional de elevada y versátil idoneidad, capaz de in-terpretar y utilizar los métodos de medición bioquímica y biológica, de intervenir activamente en la realización de los procedimientos quirúrgicos y en el manejo del paciente en estado crítico, de asumir funciones de definida responsabilidad en los servicios y unidades especializados, de compartir hombro a hombro con el médico y con el resto del equipo profesional toda la fascinante complejidad de la moderna tecnología y de dirigir y supervisar al personal técnico que cumple funciones complementarias.
La enfermera es el eje insustituible al-rededor del cual gira la totalidad de la atención médica de un hospital y su actividad es el factor determinante mayor de la calidad de esa atención.
El rápido desarrollo tecnológico de los modernos servicios de salud y el deslumbrante porvenir que se vislumbra para el futuro inmediato, hacen prever que la enfermera será crecientemente necesaria como el recurso humano más valioso de un hospital.
Así lo reconoce la comunidad y así lo ven los administradores hospitalarios, lo cual pronto se refleja en mejores y más halagadoras condiciones de trabajo, en la ocupación de un ascendente status profesional y en una más amplia capacidad de servicio y de satisfacción personal.
Ante esta realidad y ante esta halagadora perspectiva la enfermera de la actualidad debe dejar a un lado los sentimientos nihilistas en favor de una decidida actitud de optimista enfrentamiento, mediante capacitación y elevado desempeño profesional, al desafío que representan las amplias perspectivas que se abren a su maravillosa profesión. Bogota, marzo 14 de 1989.
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