Una Aproximación a la Ciencia y el Arte: El Azar Determinista. El Lazo del Destino

Random Determinism: The Doom Loop

Guillermo Sánchez Medina*
Academia Nacional de Medicina, Instituto Colombiano del Sistema Nervioso

Doctor Guillermo Sanchez MedinaEl azar determinista el lazo del destino

¿Y de qué se trata esta obra?

Guillermo Sánchez MedinaEn este libro el autor aborda el tema de la filosofía de la ciencia y para ello se vale de las filosofías de la necesidad de encontrar la esencia, propiedades, causa y efectos de los hechos, el origen de los mismos, y, a la vez, como es necesario valerse de diferentes disciplinas como la cosmología, antropología, la mitología, la biología, psicología, psicoanálisis, física ondulatoria, la matemática, la lógica, la literatura no sin tocar lo paradójico, la lógica de la investigación científica, los hechos de la vida cotidiana, los ejemplos en donde se ven los principios de causalidad y en ellos el fenómeno del “azar determinista”, éste como una nueva propuesta. ¿Por qué se realiza toda esta proposición? La respuesta es porque las ciencias han avanzado cambiando sus postulados.

Otra de las preguntas que responde tiene que ver con la pertinencia y oportunidad de estos textos en el mundo actual. La cual construye a partir del entendimiento de que “el azar y el determinismo” como “el destino” pertenecen a la vida del ser humano. La cual es conducida por aquellos, y es semejante a lo que ocurre con un fonema u otro para determinar la estructura de una lengua. Y así originarse una armonía de comunicación.

Téngase en cuenta también que el ser humano ha querido conocer el futuro no sin interpretar el pasado acompañado del interés inteligente de poder lograrlo. Más aquí la pregunta ¿cómo probarlo? Aquí interviene la ocurrencia de la interrelación de fenómenos como son los del azar y determinismo que han acompañado al ser humano a través de los milenios de su existencia.

El “azar determinista” ha sido estudiado desde hace muchos años.

Se sabe que el “azar” está presente en todos los seres humanos, y en nuestra visión del mundo. Y es lo que se suele designar en ocasiones como “destino”, “suerte”, “lo fortuito”, “la casualidad”, “lo aleatorio”, “lo coincidente”, “lo eventual” y a lo que no se le puede dar explicación racional, para algunos es lo caprichoso de la vida.
Via Lactea, Azar DeterministaA todo ello (el infinito) la humanidad le ha llamado Dios o todos sus nombres. En realidad el infinito es algo metafísico conceptual e incógnito para elser humano. Y lo indefinido puede convertirse en algo conceptual abstracto matemático. Es muy importante tener en cuenta este último concepto para el desarrollo de toda esta temática del “azar determinista” y del “destino”.

El concepto de “infinito” llevó a la identificación con la “entidad” infinita e incomprensible de Divinidad Creadora o Dios. Para los griegos y luego para los judeo cristianos esta concepción ha sido útil. Sin embargo, para el físico matemático Steve Hawking, es inútil e innecesario para la ciencia.

El mismo universo se podría cuestionar, ¿es autónomo o secundario?, porque la autonomía se establece en un inicio para ese principio y luego se produce para dar la forma y sentido dentro de todo un desarrollo impuesto por la misma naturaleza.

Todo esto no excluye una serie de “paradojas” que participan en una curiosidad representada en la ansiedad de la búsqueda de nuevos órdenes y entre ellos podemos incluir el psicosocial. En el cual se busca también una igualdad, la equidad, en derechos, deberes, libertades y poderes.

Transformación del Yo con la renuncia al Yo por el nosotros en Azar Determinista

Esto también podrá apoyarse siempre y cuando exista la “transformación del Yo con la renuncia al Yo por el nosotros”. Es decir, la conciencia social colectiva que significa el ser, el hacer y el tener, de y por todos como “una necesidad unitaria”. En esta necesidad también se incluye el azar como otra posibilidad de un hecho.

En consecuencia, continúa el autor ¿Es el “azar una necesidad” y pertenecen (azar determinista y necesidad) al determinismo? La respuesta puede variar de acuerdo con las perspectivas a las cuales nos enfrentamos.

La necesidad corresponde más a la naturaleza del ser y supone necesariamente un proceso de evolución y desarrollo con un fin. Una prioridad, un principio de causación, una temporalidad, que en el ser humano termina en el ser, en su existencia. Smos a la filo y ontogenia, distinciones radicales entre los seres vivos, para llegar al ser humano.

Sin embargo, nos preguntamos: ¿si el azar está determinado entonces podemos referirnos al “azar determinista” con sus teorías devenidas de la práctica? Aquí surgen otras preguntas: ¿el azar es solamente una hipótesis, una teoría especulativa, una concepción explicativa, una teoría físico-psíquica o una teoría psicoeléctrica o cuántica? Para ser simplista, por ejemplo, se intenta estudiar la capacidad intuitiva global del ser humano. Dentro de todo el aparato mental que funciona de acuerdo con los diferentes determinismos psico-biológicos. Dentro de los cuales se encuentra la física y la química cuántica. Además de todas las funciones psicodinámicas bien analizadas por el psicoanálisis. Por la psicología clásica cognitiva y conductual, además por la filosofía. En todas estas disciplinas operan con sus métodos específicos.

Realmente el “azar” también carece de rigor y firmeza científica:

Porque no existe comprobación, evidencia y verificación del determinismo (causa-efecto) que lo produzca.

De igual forma, para poder afirmar que un fenómeno pertenece a un principio físico o químico o electrónico o cuántico o psicofísico cuántico, se requiere una explicación y una interpretación comprobada, lo cual todavía no se ha logrado.

De todas maneras el hombre sigue cuestionando los orígenes del universo, y a cada paso surge la necesidad de ubicar el principio de causalidad en fuerzas, energías incógnitas o desconocidas, a las que el ser humano quiere darles un nombre y al no encontrarlo la causa primigenia termina llamándolo Dios.

Por lo tanto, a través de los textos se volverá a hacer alusión a estas necesidades y conceptos explicativos, en muchas ocasiones incomprensibles, más cuando nos encontramos con lo finito e infinito.

Aquí la pregunta: ¿será que la infinitud es sólo probabilidad y corresponde a un concepto que pertenece a lo incomprensible? La respuesta la deja el autor para la historia y para la confluencia de los pensamientos matemáticos y filosóficos que dan un explicación, sin entrar en lo taxativo y evidente, más con posibilidad de quedarse en la ambigüedad, en la incertidumbre y en la incógnita, aceptándolas y al mismo tiempo comprendiendo la presencia de los pares antitéticos o contradictorios presentes que constituyen la dinámica del universo.

De tal manera, no hay una sola verdad o principio actuante sino varios o todos a la vez.

Plantea el autor que de lo anterior se puede concluir cómo el pensamiento científico fue progresando para llegar al estudio de los hechos probabilísticos y determinísticos.

Se conoce cómo todas las leyes están ahí puesto que son hechos de la naturaleza y sólo falta descubrirlas:

Lo más no sus estructuras y obviamente nunca se pensaba en las dimensiones nanométricas y las funciones de onda a las cuales se hace referencia.

Otro de los ejemplos, son las verdades que la van cambiando. Por ejemplo, en tiempo de Galileo la verdad del sistema heliocéntrico fue transformada a otra realidad más. A fines del Siglo XIX, con la comprensión de la física atómica de Boltzmman y todo lo descubierto en el primer cuarto del siglo XX.

Entiéndase cómo los mismos conceptos filosóficos fueron cambiando y vino la revolución científica con reflexiones epistemológicas, los supuestos acerca de la ciencia, el positivismo lógico del círculo de Viena (que luego desaparecería), la escuela de Frankfurt y cómo se llegó a mediados del Siglo XX, al interés en la teoría científica de las estructuras, sus articulaciones, el poder explicativo, las relaciones con otras ciencias, el problema del determinismo que reaparece en la física y fuera de ella, el pluralismo ontológico basado en el realismo internalista de Putnam, la teoría del caos, y la teoría ergódica, que llevan a conclusiones contradictorias, acerca del carácter determinista e indeterminista de los sistemas de estudio.

Ahora nos enfrentamos a toda la teoría de la física cuántica u ondulatoria para la comprensión de la teoría del caos y la complejidad.

Pasaron los siglos y siguieron los filósofos con sus teorías, teoremas, axiomas, paradojas, para luego llegar al cálculo, a la probabilidad, a la estadística, a la matemática y éstas aplicadas a las neurociencias.

Todas ellas asociadas con el destino:

El libre albedrío con sus consecuencias para tomar decisiones aceptadas o erróneas con variables fijas e inmutables que encadenan las decisiones y por ende al propio destino y con ello a lo trascendente, no sin situarnos en paradojas, sin salidas en “la incertidumbre e incomprensión en la probabilidad”, y en todos los peligros que cada uno de estos postulados nos pueden acarrear, si es que los consideramos los únicos determinantes de la actuación humana.

De una u otra manera, el ser humano siempre trata de llegar a un diagnóstico y aún al diagnóstico de probabilidad con pruebas favorables y los supuestos de probabilidad inicial con los métodos en que también opera los métodos inductivos y deductivos.

El autor enfatiza el deseo de referirse al “determinismo psíquico y a la fatalidad”. El determinismo desde el punto de vista psicológico y aún desde el punto de vista científico es un marcador de causalidad, el cual determina una serie de consecuencias que en el hombre operan, puesto que estamos hechos de materia (físico-química) y energía, más aún cuando entendemos a estas dos como una alternancia y unidad.

La “fatalidad” existe si aparece el “si” o el “no” definitivos y no condicionales que provocan diferentes variables. Por ejemplo en la fatalidad, de la tragedia, se supone que existe la reacción violenta, las reacción de parálisis, de huida, la no reacción inmediata y luego la consecuencia de búsqueda de otra solución.

Entonces ¿qué ocurre? La respuesta es que inexorablemente “deviene el destino” proveniente del impulso de vida o muerte (creación y destrucción); he ahí el determinante.

De todo esto se parte a múltiples relaciones con los conceptos científicos de Galileo, Newton, Copérnico y los de finales de Siglo XIX, XX y ahora en el XXI:

A los que el lector indefectiblemente va a tener que enfrentarse cuando introduzca el concepto de la “física cuántica”.Campos Magnéticos directos en el sistema solar, Azar Determinista
Con todo el bagaje psicoanalítico el doctor Sánchez Medina deduce que Freud, pertenecía al pensamiento científico del Siglo XIX y luego a las primeras décadas del XX, estaba imbuido por el principio de causalidad y el determinismo. Así fue como se encontró con el “concepto del destino” aceptado por el mismo.

El azar determinista y el inconsciente – el relato de una experiencia personal

“El relato que me voy a permitir realizar corresponde a un hecho personal ocurrido a principios de febrero del año 2005.

En mi afán de revisar textos sobre la temática desarrollada en estaobra me encontré con el diccionario de filosofía de Ferrater Mora el cual había adquirido en Madrid-España, en Mayo de 1952 y que por su deterioro debido al uso, había mandado a restaurar en un lugar con no muy buena experiencia para reparar libros considerados viejos.

Ya con el libro en mis manos, después de una serie de distractores ambientales lo abrí (al azar) inconscientemente, por la llamada “casualidad o coincidencia” y me encontré con una serie de textos que partían de Aristóteles hasta mediados del Siglo XX (1950).

Con sorpresa encontré que los textos hacían referencia a lo estudiado, en parte, a la organización que hasta ahora le había dado al desarrollo de la temática con respecto al ‘azar’.”

“Este hallazgo me hizo reflexionar si mi mente ya no había estado o leído las páginas de este texto diccionario, en forma consciente o inconsciente pues no recuerdo cuántos años atrás debí haber revisado el texto.

La duda me embargaba y me cuestioné si no estaría haciendo un episodio de “déjà-vu” o una “parapraxia o metapraxia” o era un “recuerdo encubridor” o “fallas” en mi memoria o simplemente un fenómeno de “wish full thinking” (pensamiento con el deseo), por acciones frustradas o por errores de olvido de impresiones e intensiones o equivocaciones en mis lecturas, como otra acción sintomática y fortuita. Aquella me llevaba a pensar sobre el deseo propio, de tener ese texto ya escrito.

Eso me condujo a pensar que bien podría estar no en una elección libre sino arbitraria:

De un nombre determinado que había negado la existencia del texto. Mi motivación consciente era encontrar todo lo relacionado con el tema y mi inconsciente, muy posiblemente ya lo había hecho, por esto la intensión conectaba el propósito mediante la asociación temporal del pasado con el presente.

Estos temas, como el lector avezado conoce, estaban planteados por Sigmund Freud desde 1898 en el trabajo que se refieren a “mecanismos psíquicos del olvido”, y al sistema inconsciente, así como el “sistema consciente perceptual que recibe percepciones pero no conserva huellas permanentes de las mismas, bien por falta de estímulos conscientes o por estímulos inconscientes que provocan el olvido o que también pueden deformar el recuerdo”.

Aquí me viene al recuerdo, cómo Freud planteó que “la capacidad del aparato mental para manifestar receptividad es ilimitada frente a percepciones nuevas, sin perjuicio de conservar huellas mnémicas permanentes”.”

El hecho era que había abierto el libro en forma inconsciente, casual, al azar, específica y exactamente en la página que necesitaba en donde se encontraba la temática. Así mi cerebro-mente ya sabía y había calculado la página del libro.

Esto me ocurrió y me ha ocurrido múltiples veces en la vida con diferentes hechos y circunstancias. Qquizás estas experiencias, sean uno de los motivos que me han llevado a estudiar esta temática y no dejar este fenómeno como una simple “coincidencia” sin más investigación analítica o dejarla en el misterio incógnito o secreto conectado con lo mágico y exotérico y por lo tanto no científico. Mi personalidad no lo permite o no lo tolera. He ahí otra motivación que me asiste en la investigación de lo desconocido.”

“Aquí una pregunta:

¿qué determinó que mi Yo encontrara ese texto en ese momento? La respuesta debemos buscarla en los textos anteriores. Hubo distintos determinantes, entre ellos la necesidad, el funcionamiento de mi Yo consciente, las múltiples fuerzas que acompañan al funcionamiento mental con sus diferentes energías, las funciones de onda, todas ellas para concordar en tiempo y espacio y determinar específicamente ese momento de encuentro de algo que mi Yo necesitaba y que pertenece a un azar determinista inconsciente.”

De una u otra forma, en la experiencia mencionada nos encontramos con lo consciente e inconsciente que operaba en mi (Yo), lo cual nos lleva al consciente y a estudiar el inconsciente. De otra parte conocemos en psicoanálisis cómo en toda la organización del funcionamiento mental operan los “principios inconscientes” de las “funciones reguladoras” que están al servicio de las tendencias y energías, unas de conservación de la energía y otras la transformación y desaparición de la misma.

Esto podemos concluir cómo el fenómeno descrito causante de abrir el libro exactamente en la página que tiene la información deseada, la operatividad de mi inconsciente la cual determinó en la acción que provocó el hallazgo el cual para muchos es una simple casualidad o coincidencia, para mí es “el azar determinista” producido por la interacción de fenómenos neuro-psico-eléctricos cuánticos.”

El Lazo del destino en Azar Determinista

Plantea bellamente el autor que “cada ser humano viene pre y determinado en espacio (lugar), tiempo (época), etnia, cultura, condición socio-económica y a la vez con el libre albedrío el cual tiene su existencia marcada con los avatares de la vida impregnada de “sellos del azar o del determinismo”, o de ambos, o los que podemos llamar “el lazo del destino” que acompaña a todos los seres en nuestra existencia.

Aún podemos desear, negar, luchar, ir en contra de nuestro camino o voluntad, y aún creer haber vencido esas fuerzas llamadas del destino. De todas maneras, la realidad nos señala el ser y no ser y la nada. Todo debido a esas fuerzas que están más allá o más acá de la razón y que nos sitúan en la incertidumbre, en la ilusión o en el “paradigma del azar determinista”, en el contexto de los procesos y ciclos evolutivos e involutivos de la conciencia en el universo.

Estas ideas fueron elaboradas entre otros por los existencialistas y fenomenólogos del Siglo XX.

El hecho real y contundente sin cuestionamientos, es que existimos, estamos aquí ahora, hacemos y tenemos de acuerdo al mundo de las posibilidades. He ahí todo lo comprendido dentro del mundo interno y externo.”

“Ahora bien no deben ni pueden tratarse estos textos como confesiones de la experiencia o vivencias únicas de la vida personal o sólo pertenecientes a intentos de realizar interpretaciones subjetivas teñidas de filosofía o cientifismo, analogando un hecho con otro que hasta ahora nos parecen incomprensibles.

Más bien es un intento lógico de encontrar claridad y fundamentación coherente:

Más allá del pensamiento mágico omnipotente que en algo nos acompaña a todos y amarra para tratar de descubrir los principios de causalidad. El cual trata de descubrir los orígenes o todos los hechos en la que el hombre se ha refugiado como el principio de causalidad en la entidad de la “divina providencia”. En la cual el hombre ubica y cree que rige todo el acontecer desde el principio al fin. Desde la vida a la muerte, con los “lazos del destino”.

Pido al lector ceder un tanto al refugio explicativo en el concepto de Dios, de la culpa y de la explicación o interpretación necesidad de la confesión y mas bien permitirse diferentes cuestionamientos que podemos hacernos al estudiar diferentes hechos, desde distintas perspectivas científicas.

Asumo toda la responsabilidad de lo consignado en la obra y las connotaciones éticas al ubicarme en el “agnosticismo” que para algunos puede parecer peligroso porque está más allá de lo comúnmente aceptado desde milenios.”

“Entiéndase que cada época de la humanidad ha tenido sus postulados para confirmar la validez y realidad de un postulado científico. Por ejemplo en Mesopotamia, Grecia era la demostración lógica, en la Edad Media fue el método inductivo y el experimental ayudado por la matemática y todo lo racional. Y, ahora en el siglo XXI se requiere aceptar la complejidad de la realidad y la presencia del orden y caos, del azar determinista. A la vez que la pluralidad de perspectivas para conocer y validar un solo fenómeno o hecho con actitud crítica objetiva. A la vez que con la aceptación de que existen desviaciones ilógicas fuera de la realidad que nos puede originar el subjetivismo inconsciente (al acecho) envuelto en el narcisismo envidioso muchas veces presente.”

El académico doctor Adolfo De Francisco Zea, en el prólogo, escribe: “El título de la obra “El Azar determinista.

El Lazo del destino” contiene tres palabras claves: azar, determinismo, destino. Sobre cuyo significado se han ocupado las mentes curiosas de todos los tiempos, que se formulan a menudo preguntas del siguiente tenor: ¿existe el azar?, ¿los hechos que acontecen son producto exclusivo del azar?, obedecen acaso al determinismo que establecen las leyes causa-efecto de la naturaleza?, ¿existe un destino inexorable para todos los seres humanos como pensó Calvino y parecen sugerirlo algunas de las confesiones religiosas de oriente?”


* Guillermo Sánchez Medina. Médico, Psiquiatra y Psicoanalista.
Miembro Honorario de la Academia Nacional de Medicina.
Correspondencia: guillermosanchezmedina@yahoo.es
Recibido: mayo de 2012
Aceptado para publicación: may de 2012
Actual. Enferm. 2012, 15(1): 35-40
1 Libro editado con el patrocinio del Instituto Colombiano del Sistema Nervioso. Primera edición 2011.
Adaptación de Sonia Echeverri, MSc., con autorización del Doctor Guillermo Sánchez Medina, autor del libro “El Azar Determinista. El lazo del destino”. 2011

 

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