Editorial: La Seguridad del Paciente en Instituciones de Alta Complejidad

Patient Safety At High Complexity Care Institutions

La seguridad del paciente es considerada en la actualidad una prioridad en la atención de los pacientes, pero la obtención de resultados satisfactorios es cada vez más compleja, toda vez que el proceso de atención entraña múltiples riesgos potenciales y no existe hasta el momento un sistema capaz de garantizar la ausencia de eventos adversos, ya que intervienen múltiples factores inherentes a la actuación humana.

Según indican las estadísticas, cada año en Estados Unidos, los “errores médicos” pueden ocasionar la muerte de hasta 98.000 pacientes, cifra superior a la de las muertes por accidentes de tráfico, cáncer de mama o sida.

En Canadá y Nueva Zelanda, cerca de 10% de los pacientes hos­pitalizados sufren consecuencias negativas debidas a “errores médicos”, mientras que en Australia, esta cifra es de aproximadamente 16,6%.

A las consecuencias directas de la asistencia se suman sus repercusiones económicas:

Hos­pitalizaciones adicionales, demandas judiciales, infecciones intrahospitalarias, y lo que es más importante el dolor de los pacientes y sus familias, junto con la pérdida de ingre­sos, discapacidades y gastos médicos los cuales represen­tan en algunos países un costo anual de entre 6.000 mi­llones y 29.000 millones de dólares.(1)

Esta información ha conducido a la comunidad a la reflexión acerca de la absoluta necesidad de adoptar medidas eficaces, y contrastadas que permitan reducir el creciente número de efectos adversos en el estado de salud del paciente deri­vado de su atención y las repercusiones en su vida.

Los posicionamientos estratégicos en el ámbito de la segu­ridad del paciente y la gestión de riesgos se orientan hacia la detección de los errores por las personas que intervie­nen en su proceso de atención, su registro sistemático, el análisis de la información recogida por un equipo inter­disciplinario y la conversión de esta información en co­nocimiento útil para lograr la mejora continua de los ser­vicios asistenciales.

De igual manera, las acciones se orien­tan a proporcionar a los pacientes los medios informativos que le permitan la identificación y notificación de errores evidenciados por ellos.

Pero la estructuración de programas de seguridad del pa­ciente no es suficiente. Los esfuerzos se deben enfocar en proporcionar entornos hospitalarios seguros en donde con­fluyan:

  • Primero, La seguridad del paciente,
  • Segundo, La seguridad ambien­tal y
  • Tercero, La seguridad laboral (figura 1).Entornos asistenciales seguros

Trabajar por la seguridad de los pacientes debe iniciar en la garantía de unos procesos institucionales seguros:

La im­plementación y el seguimiento de estrategias de seguridad en la actuación de los profesionales de la salud, involucrar a los pacientes y cuidadores como garantes de su seguri­dad. Durante la atención, lo cual trae como resultado final la prestación de servicios asistenciales seguros.

Las alianzas exitosas con los pacientes para reducir los errores y me­jorar la seguridad solo pueden ocurrir en los lugares don­de se valora la participación del paciente (figura 2).

Alianza con los pacientes para mejorar la seguridadLos conjuntos de indicadores de desempeño hospitalario en el ámbito mundial se componen de un adecuado ba­lance entre indicadores de efectividad, de seguridad del pa­ciente y de la satisfacción de los usuarios.

Ésta nos reitera la importancia del trabajo en la seguridad del paciente como evidencia trasversal de la calidad de la atención en salud.

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La “seguridad del paciente” es el elemento que permite inferir la calidad de los servicios de salud prestados:

Cuan­do se evalúa una institución de salud en cualquier lugar del mundo, así se ignore su contexto económico, social, cultural y la normatividad local vigente.

Iniciativas como la Asociación High 5s Action on Patient Safety de la OMS(2) definen cinco líneas específicas de ac­ción:

  1. Prevención de errores en el traslado de pacientes
  2. Prevención de errores en cirugía. Para que se lleve a cabo en el lugar correcto, con el procedimiento correc­to y en la persona correcta
  3. Prevención de errores en el manejo de los medicamen­tos
  4. Prevención de errores en el manejo de medicamentos de alta concentración
  5. Promoción de prácticas eficaces para la higiene de ma­nos.

Estas líneas de acción fueron identificadas en trabajo co­laborativo entre la Joint Commission, Joint Commission International, World Alliance for Patient Safety y la Com­monwealth Fund de la OMS.(2)

Enfocar el trabajo en estas líneas a través de estrategias múl­tiples y procesos de innovación asegurarán un camino hacia la búsqueda de la prestación de servicios asistencia­les con calidad y seguridad.

Landrigan, et al, en un estudio recientemente publicado,(3) analizan 10 hospitales de Caro­lina del Norte, encontrando que los daños siguen siendo comunes con poca evidencia de mejora generalizada (fi­gura 3). Se necesitan más esfuerzos para traducirlos en intervenciones eficaces de seguridad en la práctica dia­riaTendencia de daños relacionados con la atención medica

Hay que recordar a nuestros médicos y personal de en­fermería que la seguridad del paciente no es un tema de moda o de intereses económicos. Viene desde la misma orientación filosófica de sus profesiones e incluso están implícitos en el Juramento Hipocrático y el juramento de enfermería de Florence Nightingale.

Los desafíos globales actuales incluyen:

  1. “Una atención limpia es atención con seguridad”, con el objetivo de garantizar una mejor higienización de las manos de los profesionales de la salud.
  2. “La cirugía segura salva vidas”, con el objetivo de mejorar la seguridad del mejor tratamiento quirúrgico en todos los establecimientos sanitarios.
  3. “Hacer frente a la resistencia a los antibióticos” como fue la prioridad y el enfoque del Día Mundial de la Salud 2011.
  4. El establecimiento de Comités de Seguridad del pa­ciente en las instituciones de salud compuestos por equipos multidisciplinarios que busquen el desarrollo de una cultura de la seguridad. Dentro de estas institu­ciones y el fortalecimiento de redes y alianzas en Se­guridad del paciente (locales, nacionales e internacio­nales). Promoviendo la comunicación rápida y eficaz de las evidencias, experiencias y recomendaciones para garantizar la seguridad del paciente en un contexto global

Otro de los retos, no menos importante, es el desarrollo de investigaciones científicas que tiene como objetivo minimizar la distancia conocida. Entre lo que sabemos en la teoría y lo que se aplica en la práctica. Médicos, enferme­ras y administradores tienen que remodelar el razonamien­to en las investigaciones existentes. Sobre la seguridad actual en un camino sólido hacia la asistencia para el cui­dado más seguro.

Autores:

Héctor Mario Mejía Hoyos
Médico, Especialista en Gerencia de la Calidad y Alta Gerencia,
Jefe del Departamento de Gestión Clínica Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá
Correspondencia: hector.mejia@fsfb.org.co
Recibido: junio de 2011
Aceptado para publicación: junio de 2011

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