¿Cómo se Representan la Salud y la Enfermedad?

La Salud y la Enfermedad

El núcleo central de la representación que los jóvenes universitarios tienen de la salud y la enfermedad. Emerge de la triangulación realizada entre los instru­mentos de recolección de información y denota la polarización de estos con­ceptos, tradicionalmente vistos como opuestos, como causa o consecuencia y a la vez, íntimamente ligados.

En este sentido, el “sentirse bien”, es el elemento fundamental que tras­ciende en el discurso universitario. Dentro del campo representacional, emergieron algunos elementos que complementan ese “sentirse bien”. Nos referimos aquí a la aparición de las instituciones, el personal y la práctica médica. Como aspectos inherentes al tema de la salud y a la ausencia de enfermedad como uno de los aspec­tos fundamentales que garantizan esa situación ideal.

Para estos universitarios, necesaria­mente cuando se habla de salud se evoca el recuerdo del pasado. De situa­ciones que tuvieron que ver directa­mente con el “no estar bien”, con si­tuaciones que conforman el núcleo central de la representación de la en­fermedad. Es decir con el “estar mal, incapacitado” para poder seguir con sus actividades cotidianas y que re­flejan el carácter integrador de su re­presentación.

En otras palabras, en el discurso uni­versitario, salud y enfermedad están entrelazadas y tienen como hilo co­nector la posibilidad de ser y estar en el mundo. En la vida cotidiana, sin que eso signifique necesariamente que son temas prioritarios para ellos.

Sentirse bien es estar saludable:

Es estar sano, razón por la cual, durante el desarrollo de la investigación, casi la totalidad de los universitarios ma­nifestaron ser personas saludables. Pues no están teniendo indicios de molestias, generalmente físicas, que les limiten su normal desempeño.

Así, la enfermedad es ajena a ellos y solo se hace evidente cuando están de por medio elementos constitutivos del campo representacional. Tales como la noción de gravedad y la condición de incapacidad.

Para ellos, algo grave es lo que nece­sariamente compromete su nivel de funcionamiento. Es decir, algo que limita o impide su capacidad para ser y estar en constante actividad. Por consiguiente. Casi siempre se está sano pues cuando se es joven la per­cepción de enfermedad es ajena y le­jana. Dada la “vitalidad” que este gru­po poblacional pregona y refleja en las diferentes culturas.

Diversos estudios y estadísticas(1) muestran que en comparación con los niños y los adultos mayores. Los ado­lescentes jóvenes presentan menos morbi-mortalidad, fortaleciéndose así el mito de que estos no se enferman. Sin embargo, adolescentes y jóvenes enfrentan problemas de salud sexual y reproductiva. Hábitos de vida ries­gosos y algunas otras enfermedades que los pueden afectar. Además, es necesario tener en cuenta que las conductas iniciadas en la adolescen­cia tienen consecuencias futuras para su salud en la vida adulta.

Los elementos constitutivos de las representaciones de la Salud y la Enfermedad

Para una mejor comprensión del carác­ter representacional de la salud y la enfermedad en los universitarios, se optó por establecer cuatro ejes temáti­cos a través de los cuales se pudiera articular la información obtenida, estos ejes se explican a continuación.

Conceptualización de la salud: enten­dida como el “conocimiento del sen­tido común” acerca de lo que son la salud y la enfermedad, y qué se cons­truye a partir de las experiencias vi­vidas por los estudiantes y las infor­maciones recibidas a través de la tra­dición oral y la comunicación social (saber).

Cuidado de la salud: entendido como aquellas teorías subjetivas, comparti­das culturalmente, con implicaciones prácticas que abarcan las ideas en relación a cómo se conserva la salud, cómo se pierde, por qué aparece la enfermedad y cómo se puede evitar (pensar).

Prácticas en salud: entendidas como la expresión real del conocimiento que orienta sus acciones entorno al cuidado de su salud y la coherencia de las mis­mas. Busca las actividades cotidianas (conscientes o inconscientes) para pre­servar su estado de salud o ponerlo en riesgo (hacer).

Demanda y utilización de servicios: refleja la respuesta del individuo fren­te a la pérdida objetiva de su estado de salud, o la aparición de un síntoma de enfermedad, respuesta que tam­bién está condicionada por sus cono­cimientos y experiencias en determi­nado ámbito social (actuar).

Lo ante­rior, con el objetivo de poder articular los resultados obtenidos y presentar­los en términos no solo de la simple representación, si no de la integrali­dad de la misma con el campo repre­sentacional. En este sentido, la figura 1 presenta de manera esquemática dicha integración.Elementos constitutivos del campo representacional, La Salud y la Enfermedad

¿Qué saben de salud y enfermedad los Universitarios?

El núcleo figurativo de su representa­ción de salud– ESTAR BIEN-, refleja en sí mismo la naturaleza del ser adoles­cente-joven y el significado que esta misma condición tiene para ellos.

Los resultados de la Encuesta Nacional de ­­­Jóvenes realizada por la Presidencia de la República en el año 2000,­­­mostraron que el significado de ser joven está directamente relacionado con el divertirse, vivir bien, disfrutar la vida, vivir sin preocupaciones, hacer todo lo que se quiera.

Por lo anterior, es fácil entender la razón por la que que nuestro universitario no asume la salud como uno de sus temas prioritarios, el “estar bien”, es suficiente para sentirse saludable, así ese “bienestar” implique el desarrollo de conductas que están un tanto lejanas de contribuir a mantener la salud, restándole entonces poca importancia a su condición actual de salud o asumiendo la misma como algo completamente normal dentro de su vida cotidiana.

“Yo creo que ninguno de nosotros tiene problemas graves, lo máximo es una gripa, cualquier cosa de esas”
“Pues pocas enfermedades, los problemas generales de gripa y no más”
“No me duele nada, no sufro de nada raro”
“Me siento en todas las capacidades, es­toy como pleno para realizar cualquier cosa que necesite y eso para mi es estar en salud”

Este núcleo figurativo, como eje cen­tral de la representación tanto de sa­ ­­lud como de enfermedad –ESTAR IN­CAPACITADO- demuestra la coheren­cia de las respuestas de los universi­tarios frente a su percepción de su estado de salud. El 90% de los entre­vistados (143 estudiantes) refirieron sentirse sanos-saludables, y las razo­nes que justifican sus respuestas se relacionan directamente con su capa­cidad para poder realizar sus labores cotidianas, vivir la vida plenamente y no tener ninguna enfermedad que limite su actividad diaria.

Dentro de los que manifestaron no percibirse salu­dables, las respuestas reafirman mu­cho más ese carácter dual de la salud/enfermedad, que marca el aprendizaje cotidiano de las personas en sus grupos sociales y en el cual se ven siempre como polos opuestos y se relacionan directamente entre ellas, a través de binomios figurativos tales como vida/muerte, ausencia/presencia, etc.

“Porque no tengo ninguna enferme­dad”
“Puedo cumplir con todas mis activi­dades y considero que estoy bien”
“Mirándolo por el lado de enfermedades y eso pues no por que no he sufrido co­sas como muy graves entonces si soy saludable “
“Normalmente no me quejo, no me duele nada”

Es importante anotar que aunque no hace parte del objetivo del trabajo la comparación entre grupos de edad, sexo o programa académico, los datos obtenidos no muestran diferencias significativas entre las declaraciones dadas por los estudiantes, lo anterior demuestra en sí, la cohesión interna de sus representaciones y saber de sentido común que se encuentra en las mismas.

otras áreas de formación de salud 2Este saber de sentido común si se ve influenciado por el área de formación en relación con la percepción o la identificación de la enfermedad.

Para los estudiantes que están por fuera del área de la salud, la enfermedad se puede identificar a través de la “apariencia de la persona”, es decir, el hecho de estar bien o mal presen­tado, de tener buena o mala cara, son indicios importantes para detectar al­gún problema que esté limitando la actividad propia o del otro.

Ahora bien, para los estudiantes del área de la salud (Medicina, Odontología, En­fermería), la enfermedad se reduce a cuestiones de “sintomatología”, de signos concretos de alteraciones físi­cas que a su vez limitan el adecuado funcionamiento del cuerpo.

Un aspecto que sobresale en relación con el saber de los universitarios en torno a la salud y la enfermedad, es la asociación que ellos hacen entre el estar sano o enfermo con la gravedad.

Lea También: ¿Cómo Piensan de la Salud y la Enfermedad los Universitarios?

Aquí nuevamente aparece el núcleo figurativo de la representación, como el eje central de sus conocimientos y percepciones, pues mientras los pro­blemas, las alteraciones o los cambios que tenga su estado de salud no limi­ten su normal comportamiento, es decir, toda esa capacidad de ser y es­tar vivo a plenitud, entonces no se consideran graves o enfermos, es de­cir, la gravedad hace relación con la incapacidad y en ese orden de ideas, mientras se pueda seguir siendo joven y viviendo como tal, no se está enfer­mo.

“Unos quistes óseos en las piernas, fue impresionante porque al principio no sabían si era como tumores, pero no era nada grave”
“Unos quistes óseos en las piernas, fue impresionante porque al principio no sabían si era como tumores, pero no era nada grave”
“Sí pues he tenido enfermedades pero pues muy leves, la verdad, que no han tenido mucha trascendencia como para comentarla”
“No, es que yo soy muy saludable y como que no, nunca he tenido una enfermedad así gravísima”

Aunque es escasa la bibliografía en re­lación con la salud de los universitarios, algunos trabajos realizados con jóvenes muestran resultados semejantes a los aquí referidos,(1). Para este grupo de edad, lo importante es vivir la vida y de alguna manera, todo aquello que les represente vitalidad es buscado an­siosamente. Por consiguiente, vivir es sinónimo de estar bien, y estar bien es no tener problemas para hacer las co­sas. La gran mayoría de los jóvenes se percibe sano en cuanto no se vea limi­tado su afán de vivir.

Así las cosas, para los que saben de salud es lo mínimo, lo necesario, lo que les permite adaptarse a su acele­rado ritmo de vida. Es un saber que a pesar de estar influenciado en oca­siones por sus conocimientos parti­culares -en el caso de los estudiantes del área de la salud- los lleva a ser de cierta forma congruentes con su fo­ma de vida.

Como se verá más adelante, las con­ductas de riesgo no significan peligro para su salud. Simplemente hacen par­te de esa vida que caracteriza a una generación que vive demasiado rápido y que crece rodeada de muchas opcio­nes ante las cuales puede decidir libre­mente lo que le parece bueno o malo para su salud.

La figura 2 resume el campo representacional relativo al sa­ber de los universitarios acerca de la salud y la enfermedad.

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