Tratamiento en Paciente Afásico

Los objetivos del tratamiento se cen­tran en mejorar la capacidad del in­dividuo para comunicarse, apoyán­dose en el resto de aptitudes que que­daron indemnes, corrigiendo o com­pensando las alteraciones del lengua­je. De acuerdo con las características específicas de la afasia que padece se orienta la intervención terapéuti­ca.

Los principios generales del tratamien­to a grandes rasgos son:

• Facilitar la adaptación del pacien­te a los cambios en sus habilidades comunicativas.
• Superar el déficit propio del tipo de afasia que presenta, esto inclu­ye el control de la sintomatología bien sea de tipo exitatorio o inhi­bitorio.
• Aumentar en el paciente su poten­cial de comunicación de manera que sea lo más funcional posible.
• Dar pautas de manejo y estimula­ción, y modificar si es necesario, los hábitos de comunicación de la familia, amigos y personal de salud que tiene a cargo su cuidado.(4,5)

Clasificación de los Síndromes Afásicos Subcorticales

La duración del tratamiento depende­rá de múltiples factores tales como el tamaño de la lesión, la motivación del paciente, su capacidad de aprendiza­je, la edad, la severidad de los sínto­mas y su nivel de formación académi­ca, entre otros. De todas maneras es bien sabido que por lo general, es un proceso largo y complejo.

Es de gran utilidad brindar a la fami­lia una serie de pautas que puedan ser aplicadas en casa durante las ac­tividades de la vida diaria y que a la vez contribuyan a reforzar los logros que se van alcanzando en la interven­ción terapéutica. Es de tener en cuen­ta que cada tipo de afasia presenta di­ferentes manifestaciones lo que ame­rita un manejo específico, sin embar­go, se pueden dar algunos lineamien­tos generales para ser aplicados prin­cipalmente en la fase inicial de la reha­bilitación.

Afasias de Predominio Expresivo o no Fluidas

• Estimular la emisión de lenguaje au­tomático como los números, los días de la semana, los meses del año y oraciones, canciones cono­cidas o con carga emocional, ver­sos, refranes, etc.

• Estimular la emisión de formalis­mos sociales tales como los salu­dos, las despedidas o las gracias.
• Darle una clave fonológica cuando no le sea posible encontrar una pa­labra, esto es, emitir la primera si­laba para que el paciente encuen­tre y complete la palabra.
• Fomentar la ejercitación de órganos fonoarticuladores especialmente labios y lengua durante las activi­dades cotidianas. Suele ser de gran utilidad darle apoyo visual al reali­zar los ejercicios frente al espejo.
• Favorecer la fijación de la atención llevándolo a centrar su mirada en la cara del interlocutor cada vez que se le está hablando.

Afasias de Predominio Comprensivo o Fluidas

• Limitar el régimen discursivo del paciente, en los casos en que pre­sente jerga, realizando actividades de tipo manual, juegos de mesa o cualquier otro tipo de actividad que no implique el empleo de su expresión oral, manteniéndolo en silencio por periodos cada vez más prolongados.
• Formular preguntas sobre situacio­nes que se encuentren dentro del contexto que tengan como opción de respuesta solamente “si” o “no”.
• Dar órdenes simples al paciente, llevándolo a centrar su atención en la cara del interlocutor y en los so­nidos del lenguaje.
En cualquier caso, es fundamental se­guir las recomendaciones de la fo­noaudióloga, las cuales se irán modi­ficando de acuerdo con la evolución del paciente, teniendo en cuenta las características individuales.

Conclusión

El conocimiento del significado del término afasia, sus principales carac­terísticas de acuerdo con su clasifica­ción, así como algunas pautas de ma­nejo, facilitará la interacción con los pacientes diagnosticados con esta pa­tología, estableciendo una comunica­ción más funcional y efectiva que per­mita prestarles un mejor servicio, vién­dose reflejado finalmente en una mejor calidad de vida tanto para el pacien­te como para su familia, en especial en la fase aguda.

RECOMENDACIONES PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN CON EL PACIENTE AFÁSICO

• Intente comprender lo que el pacien­te trata de decir, aunque lo haga con palabras ininteligibles.
• Hable despacio y con claridad pero sin distorsionar el mensaje por exageración en la pronunciación.
• Use palabras simples pero sin uti­lizar un tono condescendiente.

– Utilice frases simples, exponiendo una sola idea o acción a la vez.
– Realice preguntas que pueda res­ponder con “si” o con “no” o que tengan muy poca opción de res­puesta.
– De tiempo al paciente para asi­milar la pregunta y responder.
– No hable por el paciente a me­nos que sea necesario
– Mantenga al paciente informado de todo lo que sucede y haga que en lo posible participe.
– No hable como si el paciente no estuviera presente.
– Reduzca su frustración ordenando convenientemente los objetos de su habitación de manera que estén al alcance de su brazo sano.
– Fomente cualquier tipo de actividad como ver televisión, escu­char radio e incluso hablar por teléfono siempre y cuando los estímulos se efectúen de mane­ra ordenada y uno por uno.
– Procure crear una atmósfera relajada y de confianza.
– Hable en un tono y volumen de voz normal, sin utilizar expresio­nes infantiles ni de compadeci­miento.
– No empiece una conversación que no pueda finalizar ni cambie brus­camente de tema.
– Preste atención a la información que el paciente puede comuni­car de manera no verbal y tenga cuidado con la información que usted le da a través de la mirada, de la voz o de los gestos.
– En el caso de las afasias no flui­das en las que la alteración es expresiva, estimule al paciente a hablar. Por el contrario en las afasias fluidas con característi­cas excitatorias como jerga, tra­te de mantenerlo en silencio du­rante la realización de las acti­vidades.
– No finja que lo ha entendido cuan­do no es así. – Cuando hable con el paciente ase­gúrese de ubicarse dentro de su campo visual.
– Intente descifrar sus gestos.
– Tenga en cuenta que el nivel de alerta y de comprensión del pacien­te puede variar de un día a otro.
– Ayude al paciente a encontrar ma­neras de compensar el trastorno del lenguaje con diferentes es­trategias como mover un dedo, pestañear, etc.
– Pregunte y valore la opinión del paciente ante cualquier proce­dimiento que se le realice.
– Evite corregir o criticar el habla del paciente.
– Trátelo como a un adulto, recuer­de que el paciente sigue teniendo los mismos sentimientos que te­nía antes del evento.
– No se irrite ante las dificultades para comunicarse.
– Haga apreciaciones positivas y constructivas.
– Establezca contacto con las fo­noaudiólogas para que le brin­den orientación acerca de la co­municación con un determinado paciente ya que cada uno de ellos es un mundo diferente.(6-8)

Referencias Bibliográficas

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