Tratamientos de la Gota

En materia de terapéutica antigotosa la variedad a través de la historia también es enorme, por esto he preferido volver a Luciano de Samosata (5,8) transcribiendo algunos apartes de sus obras.

Luciano pone a hablar a la propia gota quien dice: “no pueden calmar mis violencias ni el humo del incienso, ni la sangre derramada en los braseros ardientes, ni los templos donde se encuentran las ofrendas de la riqueza.

Ni Paen, médico de los dioses del cielo, con todos sus remedios, ni esculapio, hijo de Febo, pueden dominarme.

Desde que el ser humano existe, los hombres han tenido la audacia de destruir mi poder”.

La gota critica a los pacientes por los artificios

Además la gota critica a los pacientes por los artificios a que recurren en su contra: “Unos machacan llanten, otros apio; otros hojas de lechuga o de verdolaga, aquellos puerros, potamogeton, ortigas, consuelda; los de más allá preparan lentejuela, que florece en las marismas, pastinacas cocidas, hojas de melón, beleño, adormideras, cebollas, corteza de granada, zaragatona, raiz de eléboro, nitro, infusión vinosa de albalva, huevos de rana, stovée, goma o nueces de ciprés, harina de cebada, hojas de col cocidas, salmuera, estiércol de camello, excrementos humanos, harina de habas, flor de piedra de Assos”.

“Otros hacen cocer sapos, comadrejas, lagartos, gatos, ranas, hienas, antes, zorras, en una palabra se han ensayado todos los métodos, todos los jugos, así como también los huesos, nervios, piel, grasa, sangres, excrementos, médula, orina y leche de todos los animales”.

“Unos toman la medicina en cuatro veces, otros en ocho, pero la mayoría en siete.

Algunos se purifican la sangre antes de beber la poción sagrada; otros se dejan coger en las artimañas de un impostor o en las garras de un usurero…”

Según Bienvenu (5), el Dr. Delpench traduce este último párrafo en forma diferente diciendo: “unos beben diatesaron, otros di’octo y la mayoría di’hepta y agrega que el diatesaron tambien conocido como tetrafarmacon estaba compuesto por: partes iguales de genciana, aristoloquia, hojas de laurel y mirra.

Di’octo estaba formado en los Tratamientos de la Gota

El di’octo estaba formado por: “Hipérico (corazoncillo) una onza, centaura tres onzas, perejil una onza, camedrio una onza, pinillo tres onzas, genciana cinco onzas, aristoloquia redonda una onza, agarico tres onzas y miel de ática cinco libras.

De este compuesto debía tomarse durante todo el año, un dracma en tres ciatos de agua”. El di’hepta se diferenciaba por que no contenía camedrio, o perejil.

Luciano finalmente menciona los hechizos, los sortilegios y las fuentes divinas, que más tarde serían reemplazadas por los milagros, la hagioterapia y los santuarios.

Linneo en los Tratamientos de la Gota

Aunque en estas citas de Luciano hay rarezas de sobra pueden incluirse muchos otros Tratamientos de la Gota de admirable originalidad (15). Se dice que Linneo (1.707 – 1.778) se curó de la gota gracias al tratamiento consistente en un vaso de agua en las mañanas, luego un poco de ejercicio y un mes de alimentarse solo con fresas. Como durante un año obtuvo mejoría, lo repitió al año siguiente (5).

El rey de España, de Portugal y de las Indias, Felipe II, (1.527 – 1.598) consiguió tan grande alivio para sus ataques de gota, con los baños de pies templados prescritos por el médico. Valezio, que despidió a su médico habitual (5).

Entre los más estrafalarios remedios, está el prescrito al rey de Francia Francisco I (1.494 – 1.547) por Gourot, que consistía en comer buena cantidad de ganso bien cebado, picado con gatos jóvenes y emplear los restos de este plato para friccionar el dedo enfermo (5).

Cardenal Sinzendorf  en los Tratamientos de la Gota

En abril de 1.740 el Cardenal Sinzendorf no asistió a la deliberaciones del cónclave para elegir Papa porque se le negó permiso para emplear durante este tiempo el remedio que con buen éxito empleaba para la gota, a saber: introducir las partes enfermas en el cuerpo de un cerdo “recientemente sacrificado y despanzurrado” (5).

Por mucho tiempo, sin embargo, los Tratamientos de la Gota se encaminaron a eliminar los “humores viciados mediante purgantes, vomitivos, sangrías y diuréticos o a prevenir su formación mediante la supresión de alimentos y prescripción de dietas como la dieta láctea por ejemplo (5).

Caballero Talbot en el Tratamientos de la Gota

Luis XIV (1.638-1.715) compró para los hospitales el secreto del “remedio inglés” a un sujeto que se hacía llamar “Caballero Talbot”. Este “remedio inglés” había curado a la Delfina y aliviado de la gota a Colbert y a Condé, y resultó ser un enolado de quina (5).

En 1.680 Syndenham escribía: “Entre los remedios que Dios Todopoderoso se ha dignado conceder al hombre para aliviar sus sufrimientos, ninguno es tan universal y eficaz como el opio” (5,12,14)

Sudorífico para la gota

En 1.732 el médico y aventurero inglés Thomas Dover introdujo el polvo que lleva su nombre, a base de hipecacuana y opio, como sudorífico para la gota (5).

El colchico autumnal (azafrán de las praderas) fue introducido a Europa en 1.763 por el Barón Anton Von Storch, médico de la emperatriz María Teresa; gracias a sus propiedades “analgésicas y diuréticas”.

Este colchico era conocido en el siglo V d de J.C. por los médicos bizantinos con los nombres de Hermodactilo (dedo de Hermes) o anima articulorum (alma de las articulaciones); pero en el papiro de Ebers (1.500 años a. de J.C.), se hace referencia a una droga idéntica al colchico. Resulta sorprendente que esta droga continúe siendo útil en nuestros días (2,5,8,13-16,19).

El profesor Jaccoud (13) en su tratado de Patología Interna (1.881) da en primer término unas reglas higiénicas para la “disposición gotosa”:

“Sobriedad y regularidad en las horas de la alimentación”, “Régimen mixto, más bien vegetal que animal”, prohibiendo toda clase de caza, los crustáceos y los pescados de mar, solo excepcionalmente autorizar el café, el te y los licores, siendo la bebida más saludable el agua pura; y si esta no se tolera, se aconsejaran los vinos blancos más ligeros del Rhin o de la Moselle o bien la cerveza floja”.

Luego recomienda el ejercicio físico y la vida del campo pues “al propio tiempo que se arregla la manera de introducir el combustible, es preciso vigilar las operaciones que contribuyen a la combustión perfecta”.

Finalmente aconseja que se tome cada mes, durante unos diez días, el agua bicarbonatada sódica, pues a juzgar por las modificaciones que el uso de los alcalinos produce en la orina, nos es permitido creer que dificulta la formación del ácido úrico”.

Anota Jaccoud que este tratamiento puede fracasar especialmente por “falta de sumisión en los enfermos”. Parece que de siempre el gotoso es sumiso durante el ataque agudo y renuente en los períodos intercríticos.

También padecieron de la gota Chateaubriand:

(1.769 – 1.848), Linneo (1.707 – 1.778), Bertholet (1.748 – 1.822), Charles Fox ( 1.747 – 1.806), William Pitt (1.706– 1.778) quien alternaba la gota con trastornos psiquiátricos; su hijo W. Pitt, el joven (5,8) y Jacques Offenbach (1.819 – 1.880) compositor de muchas operetas, en especial de “Los cuentos de Hoffman”, quien por su complexión comprobaba las afirmaciones de Sydenham de que a veces la gota atacaba a individuos enclenques (5,8).

Para finalizar estas anotaciones, quiero mencionar el trabajo del Dr. Gerald P. Rodnan intitulado (6,12) “A Gallery of Gout. Being a Miscellany of Prints and Caricatures fron the 16th Century to the present Day”, publicado en la revista Arthritis and Rheumatism en 1.961.

En este trabajo el Dr. Rodnan reunió y comentó una hermosa colección de grabados , caricaturas y tiras cómicas aparecidas desde 1.572 hasta 1.961, que representan críticas sociales y políticas casi siempre llenas de humor, basadas en la idea médica y popular de la relación íntima de la gota con la glotonería, la embriaguez y la sensualidad.

Bibliografía

  • 1. Agudelo C, Sánchez A. Gota. En: Vélez H, Rojas W, Borrero J. Eds. Fundamentos de Medicina. Molina J. Ed. Tomo de Reumatología 4 Edición. Corporación para Investigaciones Biológicas, Medellín 1.995: 314-327.
  • 2. Smith C.J. Gota. En: Hollander J.L. Artritis y estados afines. Barcelona, Madrid, Buenos Aires, México, Caracas, Rio de Janeiro. Salvat Editores S.A. 1.956; 749-785.
  • 3. Wyngaarden J.B. Etiology and Pathogenesis of gout. En: Hollander J.L. Editor. Arthritis and allied conditions. Seventh Edition. Philadelphia. Lea and Febiger 1.966; 899-922.
  • 4. Levinson D.J. Clinical gout and the pathogenesis of hyperuricemia. En: McCarty D.J. Arthritis and allied conditions. Eleventh edition. Philadelphia. London. Lea and Febinger 1989; 1645-1676.
  • 5. Bienvenu. Gotosos célebres. París: December 1.921.
  • 6. Rodnan G.P. A Gallery of Gout. Being a miscellany of prints and caricatures from the 16th. Century to the present day (Part I). Arthritis and Rheumatism 1.961;IV:27-46.
  • 7. Cardenal. Diccionario Terminológico de Ciencias Médicas. 3ª. Ed. Barcelona. Salvat Editores S.A. 1947
  • 8. Gran Enciclopedia del Mundo. Durvan, S.A. de Ediciones Bilbao 1.964.
  • 9. Miglis B. Historia de la medicina. Barcelona. Ediciones Grijalbo 1.968.
  • 10. Renovard P.V. Historia de la Medicina. París. J.B. Bailliére; 1.846.

Referencias

  • 11. Firkin B.G. and Whitworth. Dictionary of Medical Eponims. Basle. Ediciones Roche; 1.987.
  • 12. Rodnan G.P. A Gallery of Gout. Being a miscellany of prints and caricatures from the 16th. Century to the present day (Par II). Arthritis and Rheumatism 1.961; IV: 176-194.
  • 13. Jaccoud S. Patología interna. Traducido por León y Luque P. 3ª. Ed. Madrid. Carlos Bailley-Bailliére; 1.881.
  • 14. Dieulafoy G. Manuel de Pathologie Interne. 6ª. Ed. París. G. Masson, Editeur: 1.880.
  • 15. Ravaut P. Et Vignon G. Rheumatologie clinique. París. Masson et Cie, Editeurs 1.956; 88-112.
  • 16. Brunton T.L. Uso del agua en la gota y otros estados. Anuario de Medicina y Cirugía. Segunda Serie. Tomo XIV, julio a diciembre; 1.891.
  • 17. Restrepo G. Las historias clínicas de la corte de Francia. Bogotá: Planeta Colombiana Editorial S.A. 1.997.
  • 18. Restrepo G. Las historias clínicas de la corte Inglesa. Bogotá: Planeta Colombiana Editorial S.A. 1.998.
  • 19. Roussel Bonnemain H, Bové F. Historia de la farmacia. Barcelona. Ediciones Doyma S.A. 1.984.

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