Arte, Humanismo y Cirugía: La Edad Media (476-1453)
Entre la luz de la antigüedad clásica y su reaparición en el Renacimiento tiene su desarrollo la Edad Media. Y, puesto que el galenismo es la cima y el nervio del legado médico de la antigüedad clásica al mundo histórico que le sucede y le hereda, tres serán las formas principales de la medicina del medioevo cuando cada una de ellas alcance la plenitud de su desarrollo: el galenismo bizantino, el galenismo islámico y el galenismo europeo medieval.
Bizancio
El imperio bizantino se instauró el 11 de mayo del año 330 y duró once siglos, hasta cuando cayó Constantinopla en manos de los turcos en 1453.
Desde Bizancio se extiende el culto en torno a los médicos hermanos gemelos Cosme y Damián, auténticos cristianos nacidos en Arabia. Entre sus curaciones milagrosas se destaca la pierna trasplantada que se ha representado en múltiples imágenes. Se les reconoce como los santos patronos de los médicos y cirujanos, cuya fiesta se celebra todos los años el 27 de septiembre.
Medicina Árabe – El Islam
El islam es más que una fe, es una interpretación peculiar del universo y de la vida humana.
Los médicos árabes, al establecer la postura ética del médico, se consideraron, desde un principio, cumplidores del testamento de Hipócrates. Un antiguo manuscrito de Estambul dice en su comienzo:
“Quien quiera convertirse en médico provechoso y sabio, deberá guiarse por las recomendaciones del sabio Hipócrates”.
El gran clínico y filósofo del islam, Rhazes de Persia (865-923), el “Hipócrates árabe”, presenta como hombre de confianza a Galeno:
“Sólo puede ser médico cuidadoso un filósofo, un hombre de buenas costumbres”.
Entre sus escritos se destaca la historia de la apendicitis.
El más connotado cirujano de la época fue Abul-Kassim o Abulcasis de Córdoba (936-1013, península Ibérica).
Es el más importante de los cirujanos árabes, autor del tratado de cirugía, en el “Kitab al-Tasrif” (en árabe, ) (“Libro de la práctica médica”), traducido al latín por Gerardo de Cremona. Su mérito estriba tanto en la descripción de enfermedades como en las ilustraciones, muchas, de instrumentos que él ideó.
Las escuelas de Padua y Pavía se hallan aún en torno a 1250 bajo la total influencia de Abul-Kassim, quien estudió la anatomía como base sistemática de la cirugía y describió la conocida sutura con hormigas que utilizaba siguiendo los métodos indios para las heridas intestinales.
Con su trascendencia como figura médica del Islam, ‘Alî al-Husayn ibn ‘Abd Allâh ibn Sînâ’ o ‘Ibn Siná’ (como fue llamado en persa), mejor conocido como Avicena (980-1037) el “Galeno persa”, incluyó en su “Cannon medicinae” el tratamiento quirúrgico de la cauterización de las heridas y consideraba que el arte médico y la medicina científica no se pueden separar en absoluto.
Por otra parte, la medicina hispano-árabe tuvo su epicentro en la Universidad de Córdoba, famosa no sólo en España sino en toda Europa.
Estos médicos, poseedores de una gran cultura, además de asimilar las ideas de Galeno, aportaron las suyas en una época que contrastó con el estancamiento cultural de la Edad Media en Europa.
La Escuela de Medicina de Salerno
Si repasamos la historia, recordamos que bajo el nombre de Hipócrates se han constituido, en todas las épocas de la historia oriental y occidental, centros científicos que organizaron, en forma de academias, escuelas médicas de alto nivel. Partiendo de Alejandría esta tradición hipocrática llega a la antigua Persia donde en torno al año 600 d.C., cuando se crea una academia hipocrática en Gondishapur. La transmisión de este saber alcanza luego Bagdad y Damasco, y hacia mediados del siglo XII, a Córdoba y Toledo, los centros culturales latinos. Pero antes de que tenga lugar esta recepción secular de las ciencias árabes, surge en la Europa medieval hacia el año 850 la Escuela de Medicina de Salerno, a partir de una corporación de médicos salernitanos, conocida por el título honorífico de Cívitas hipocrática, ya que cuidaba con especial celo la transmisión del saber hipocrático.
Existe una fantástica leyenda sobre su fundación, la cual atribuye a cuatro médicos la constitución de la escuela: un griego, un judío, un árabe y un cristiano.
Ahora bien, en torno al año 1075, un sabio, droguero y comerciante del norte de África, quién convertido al cristianismo tomó el nombre de Constantino El Africano (1018 1087), tradujo del árabe las más importantes obras médicas. Con esta literatura, la escuela adquiere auge en el siglo XII en cuestiones de anatomía y cirugía. Posteriormente en Toledo, Gerardo de Cremona (1135- 1187) impulsaría desde la Escuela de Traductores allí establecida, la segunda oleada de recepción de textos árabes.
La anatomía fue considerada como escuela preparatoria para la cirugía. Los tratados en general, así como la famosa “Anatomia” de Raimondo De´Luzzi (1275-1326), llamado Mondino, eran también tenidos por instrucciones preparatorias. Mondino actuó en Bolonia alrededor de 1300 y con él “renacieron” los estudios anatómicos, que habían sido practicados por Galeno y por la Escuela Médica de Alejandría. Las lecciones anatómicas de Mondino se siguieron comentando en las universidades hasta la época de Vesalio.
Fue el primer anatomista europeo que realizó públicamente, dentro de su cátedra, la disección del cuerpo humano, dando así a conocer en detalle a sus alumnos, todos los órganos anatómicos.
La Medicina en las Artes Liberales
En el medioevo las “artes liberales” están sometidas –como herencia que son de la antigüedad– a múltiples cambios y rupturas.
Las primeras cinco centurias de la medicina medieval están determinadas por un programa, entonces vigente, que consideraba a la medicina una segunda filosofía práctica. Y,así, el arte de curar invadió todas las ciencias y campos de la cultura. El médico –merced al carácter de su profesión, y no por casualidad– se convirtió en baluarte y protector de esta cultura de la vida. La función de la medicina vino a ser la de mantener la vida y revitalizar sus funciones debilitadas: era, al mismo tiempo, profilaxis y terapia. Según estos criterios, el plan de instrucción de las artes liberales se convirtió obviamente, durante siglos, en parte integrante de la enseñanza que debía recibir el aspirante a médico.
Las artes liberales son disciplinas intelectuales fundamentales de la antigüedad clásica y la Edad Media que comprendían dos grupos de estudios: el trivium y el quadrivium.
En las bodas de la Filología y Mercurio sale la Gramática, una anciana muy digna, que puede hacer gala de su linaje, ya que se remonta al rey egipcio Osiris. En un cofrecillo de marfil lleva un cuchillo y una lima, para poder tratar quirúrgicamente los errores que cometen los niños al hablar.
Por extrañas razones, ni la octava ni la novena Artes –la Medicina y la Arquitectura– son tenidas en cuenta.
El Resurgir Anatómico: los Prevesalianos
El fundador de la Cirugía en Francia fue el dinámico Guido Lanfranchi (1250-1306), más conocido como Lanfranc, un milanés educado por William de Saliceto. Se estableció en Francia. Un hombre con altos valores morales y una profunda educación humanística, Lanfranc demandó las mismas cualidades para sus discípulos. Así definió al cirujano:
“El cirujano debe mantener una disposición moderada y sencilla. Debe ser inteligente, humilde, valeroso pero no temerario. Debe estar familiarizado con las ciencias naturales así como con la filosofía y la lógica”.
Henri de Mondeville (1260-1320) sucedió a Lanfranc. Trabajó como profesor de anatomía y cirugía en Montpellier, y sobresalió como un cirujano hábil, sabio y solícito de cuidar la dignidad de su profesión. Fue unode los primeros en señalar el tratamiento de las heridas sin pus. Su discípulo más destacado fue Guy de Chauliac.
Guy de Chauliac (1300-1368) se sitúa en una posición más avanzada que la de Henri. Fue un gran cirujano, aunque no desligado de la clínica y de la práctica, reconoció que el ejercicio de la cirugía ha de estar sólidamente fundado en los conocimientos anatómicos. En efecto, su “Chirurgia magna” contiene, tras una introducción quirúrgica general, un verdadero tratado anatómico.
Arte y Anatomía: los Florentinos
Si repasamos la historia recordamos que, en el siglo XV, se establece progresivamente una ósmosis entre arte y morfología. Es una nueva corriente de interés, estimulada por el humanismo y que en el ambiente del humanismo encuentra sus razones de existencia y desarrollo. Naturaleza y hombre quedan vinculados por relaciones e influencias recíprocas.
El estímulo para la representación anatómica del natural parece haber tenido su origen en el mundo del arte y no en el de la medicina.
El pintor, tomando conciencia de una orientación naturalista, se da cuenta instintivamente del valor que posee la necesidad de profundizar los conocimientos morfológicos sobre el cuerpo humano y de penetrar, por consiguiente, más allá del tegumento cutáneo. Se acerca al cadáver y se ejercita en la disección.
El cirujano, como el pintor, se acerca al paciente y se ejercita en la operación.
Por otra parte, la anatomía se convierte en un instrumento en las manos del artista y para el artista. El pintor se aproxima al anatomista. De algunos artistas como Donato Di Betto Bardi, llamado Donatello (1386- 1466), Antonio Pollaiuolo (1432-1498) y Ludovico Cardi Da Cigolo (1559-1613), se dice que hacían sus propias disecciones, pero la mayor parte de ellos eran indudablemente simples observadores de las anatomías que se realizaban en las escuelas de medicina. Conocieron el desnudo de forma más moderna que los maestros anteriores y disecaron la piel de muchos hombres para ver su anatomía profunda; fueron los primeros que mostraron la manera de limitar los músculos.
Andrea del Verrochio (1405-1488) es, junto con Pollaiuolo, una de las personalidades más destacadas del arte florentino en la segunda mitad del siglo XV. Su estudio en Florencia es el más abierto a la influencia flamenca y uno de los centros más importantes de la pintura y la escultura de aquel tiempo. Ocupa también un lugar preponderante en la historia de la anatomía. Basta pensar que Leonardo Da Vinci fue su discípulo en este estudio y en él recibió su primera orientación hacia la anatomía.
Los Humanistas
Por otro lado, con exquisita agudeza, Laín Entralgo puntualiza la situación del “Humanismo médico”, precisando que un estudio del humanismo médico exige considerar separada y sucesivamente los tres modos de cultivarlo: la revisión o la traducción del texto antiguo (médicos filólogos), la exposición didáctica del saber (tratadistas de formación humanística) y el comentario o ensayo filosóficos (médicos filósofos).
El fin de la Edad Media viene caracterizado por un último esfuerzo de restauración de la antigüedad clásica por parte de un nutrido grupo de intelectuales, a quienes se llamó humanistas por su afición a las letras humanas, es decir, no cristianas. Se admite que el humanismo tuvo su origen en Florencia, en el siglo XIV, y se señala como fundador del movimiento a Coluccio Salutati (1331-1406), amigo personal de Francesco Petrarca (1304-1374) y de Giovanni Boccaccio (1313-1375), y secretario de cartas latinas de la Señoría.
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