Condroma del Espacio Parafaríngeo, Discusión

El condroma es un tumor que, por componerse de tejido cartilaginoso, es raro e infrecuente en el tejido blando de la cabeza y el cuello, y es más frecuente en los huesos largos 12. Está constituido por células de cartílago maduro sin hueso, sin embargo, presenta calcificaciones focales 13. En cuanto a la malignidad, no es común que evolu­cione a lesiones malignas, aunque se han repor­tado algunos casos 14, por lo cual se recomienda una adecuada planificación e implementación de una técnica quirúrgica correcta 15 y, posterior­mente, hacer seguimientos periódicos 16.

La primera publicación de un condroma del espacio parafaríngeo se hizo en 1998. Se trataba de un caso con similitudes con el presente, como el hecho de que los síntomas evolucionaron por años; sin embargo, las manifestaciones clínicas difieren de las de aquel paciente, que fueron in­flamación y ronquidos por la respiración oral, al igual que su edad y sexo, ya que era un paciente masculino de 20 años, y la paciente aquí presen­tada tenía 68 años al momento del diagnóstico, y consultó por cefalea, dolor y disfagia 17.

Para brindar un tratamiento apropiado es necesario contar con suficientes pruebas histo­lógicas y de imágenes, que permitan confirmar el diagnóstico y planear el manejo del paciente según sus resultados. Se resalta la importancia de la resonancia magnética, ya que puede su­ministrar información que ayude a conocer el origen anatómico y las características tisulares de los tumores 18,19.

En el diagnóstico diferencial del condroma de tejidos blandos o extraesquelético, se encuentran los restos cartilaginosos de origen branquial, los condromas sinoviales, la metaplasia cartilagi­nosa que aparece en las lesiones lipomatosas y fibromatosas, y la miositis calcificante, es decir, se debe identificar muy bien morfológicamente para diferenciar los subtipos 10.

Otro tumor que se confunde comúnmente con el condroma, es el condrosarcoma, cuya di­ferenciación puede ser difícil 20. No obstante, es posible distinguirlo pues los condromas se ca­racterizan por ser hipocelulares, sin atipias nu­cleares 21 y con patrones homogéneos 22, mientras que en los condrosarcomas, se observan atipias nucleares y binucleación, y son pleomorfos 23,24, incluso en aquellos de bajo grado, lo cual facilita su identificación; además, en algunos casos se puede observar necrosis 25,26. En el presente caso, no se observaron células atípicas ni necrosis.

La apariencia histopatológica del condroma de tejidos blandos es variable. Puede presentar un patrón inmaduro con predominio de condro­blastos y relacionarse con un condroblastoma óseo, o manifestarse con un perfil maduro de condrocitos. Cerca del 15 % presenta células gi­gantes multinucleadas y células epitelioides que simulan un granuloma 27.

La matriz puede ser hialina, fibrosa o fibrohia­lina 28. En el presente caso, el estudio de histopa­tología confirmó que la lesión estaba constituida por cartílago maduro con áreas de calcificación. En el examen inmunohistoquímico, las células dentro del cartílago reaccionaron con la vimen­tina y no reaccionaron con el coctel de querati­nas, y el índice de proliferación celular según el antígeno Ki67 fue cercano a 0 %.

Dentro del estroma, puede observarse una reacción granulomatosa con células gigantes multinucleadas, como en dos de los casos repor­tados en 1985. El número de células variable, en conjunción con la inmadurez y la atipia, pueden inducir a un error en la interpretación, pues po­drían sugerir una neoplasia maligna 29.

Según la literatura, es poco probable que el condroma de tejidos blandos presente células tumorales en cuerdas y filas dentro de una matriz mixoide, como se puede presentar en el condro­sarcoma mixoideo extraesquelético, o el patrón primitivo de células redondas y vasos hemangio­pericitoides característicos del condrosarcoma mesenquimal extraesquelético; a partir de este análisis histológico, se hace el diagnóstico dife­rencial 30.

Por otro lado, se han descrito varios abor­dajes quirúrgicos para tratar tumores en esta localización anatómica y los más usados son el transcervical, el transparotídeo y la combina­ción de ambos que, en el presente caso, requirió ampliarse a una mandibulotomía, para lograr la resección completa de la lesión tumoral de­bido a su volumen. Sin embargo, otros autores han utilizado la vía transoral, cuyo abordaje fue considerado inadecuado e inseguro por la falta de control vascular y las dificultades para visua­lizar el tumor 31.

Otra alternativa moderna es la cirugía transo­ral robótica para resecar tumores del espacio pa­rafaríngeo, la cual tiene como objetivo preservar la funcionalidad y la estética, sin comprometer la supervivencia 32.

Conclusión

Los condromas muy rara vez se encuentran en los tejidos blandos, por lo cual se sugiere que el diagnóstico sea cuidadosamente orientado para descartar malignidad de la lesión y que los con­troles posquirúrgicos sean frecuentes.

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