Carcinoma Medular del Tiroides: Tratamiento Quirúrgico

El tratamiento primario del CMT, en todas sus presentaciones clínicas, consiste en la tiroidectomía total con disección de los ganglios centrales. En pacientes con enfermedad familiar, el CMT es casi siempre multicéntrico y bilateral. En aquellos con formas aparentemente esporádicas de la enfermedad, la incidencia de bilateralidad es del 5 al 30% (12, 56, 5). El potencial para la bilateralidad de la enfermedad, unida a la dificultad de excluir la enfermedad familiar en muchos pacientes, son argumentos para que todos los enfermos con CMT, deban tener una tiroidectomía total. En pacientes sin aparente enfermedad extratiroidea o cuando sólo es detectada bioquímicamente, la incidencia de metástasis ganglionares es del 15% o menos (54, 78); por lo tanto, se recomienda la disección profiláctica de los ganglios linfáticos en la zona central del cuello. La disección incluye ganglios localizados entre el hueso hioides hacia arriba, la vena innominada hacia abajo y las venas yugulares internas hacia los lados. Cuando los ganglios laterales del cuello están comprometidos, el paciente debe ser sometido a una disección modificada del cuello. Dos semanas después de la operación, deben ser determinados los niveles plasmáticos basales o estimulados de calcitonina para detectar enfermedad residual. Es probable que no se pueda efectuar la tiroidectomía y la disección ganglionar adecuada sin extirpar también las paratiroides; éstas se encuentran colocadas muy cerca de los ganglios peritiroideos, y la preservación de ellas supone el riesgo de dejar metástasis ganglionares. Además, preocupa el riesgo sanguíneo de la paratiroides que se ha disecado y preservado. Por tal razón, se deben retirar todas estas glándulas en el momento de la tiroidectomía por CMT, y efectuar autotransplante en el músculo del antebrazo no dominante, en un paciente con MEN 2 A, o en el esternocleidomastoideo en sujetos con CMT esporádico MEN 2 B Y CMT familiar no MEN. El autotrasplante comienza a funcionar al término de 4 a 6 semanas, momento en el cual es posible suspender el suplemento de calcio. El remplazo con hormona tiroidea debe ser iniciado con L-tiroxina, 100 a 200 mcg/día. La cirugía es la forma definitiva de terapia para el CMT. El yodo radiactivo, la quimioterapia y la radioterapia externa, son inefectivas (16,62).

Debido a la edad temprana en que el paciente con “historia familiar de MEN 2 B puede desarrollar CMT, ya es posible efectuar tamizaciones en los primeros años antes de que se desarrolle el CMT. En razón a la presentación temprana y a la agresividad del CMT en estos pacientes, la tiroidectomía total está recomendada tan temprano como sea posible en neonatos que presenten el típico fenotipo del MEN 2 B (Fig. 3).

Es importante discutir estos aspectos, sábiendo que las técnicas genéticas disponibles basadas en el DNA permitirán un diagnóstico con 100% de certeza. Si se sabe que un niño es portador del gen, debemos esperar hasta cuando las pruebas provocativas se tornen positivas para efectuar la tiroidectomía? Si se tiene conocimiento que más del 90% de los pacientes con herencia del gen MEN 2 A desarrollarán CMT, puede ser prudente considerar una tiroidectomía en todos los portadores del gen. En el lado positivo, una tiroidectomía suministrará a los parientes y al clínico, la seguridad de que todas las etapas han sido cubiertas para prevenir la enfermedad metastásica. Existen aún controversias sobre el momento de la tiroidectomía en niños conocidos como portadores del gen, pero el clínico que tome esta decisión se debe guiar a sabiendas de que cualquier incremento en la morbimortalidad relacionado con la anestesia, probablemente transcurre sin consecuencias si el procedimiento se efectúa en un hospital pediátrica. Igualmente, la incidencia de complicaciones relacionadas con la cirugía como el hiperparatiroidismo, no es más alta que la observada en adultos. La edad máxima en la cual se puede diferir la tiroidectomía es a los 6 años, porque se sabe de informes de metástasis después de esta edad.

Un problema que se encuentra con relativa frecuencia en pacientes con CMT, consiste en las concentracioens altas de calcitonina de manera persistente después de la cirugía primaria, lo cual indica CMT residual o recurrente. En casi todos los casos esta elevación persistente de las concentraciones sé ricas de calcitonina (CT), implica la presencia de tumor, aunque se deben considerar otras razones para explicar esa elevación. El primer interrogante que surge es, qué tan adecuada fue la primera intervención ¿El cirujano efectuó una disección de los ganglios centrales?; y los laterales fueron examinados para buscar la presencia de metástasis? Si el procedimiento quirúrgico fue inadecuado, entonces la reoperación con una técnica apropiada está indicada (6, 39). Antes de optar por esta conducta, se debe hacer una evaluación completa para definir la extensión de la enfermedad local y de las metástasis a distancia. Parece razonable intentar localizar tumor residual cuando en fama temprana en el postoperatorio, los niveles de calcitonina son altos, y efectuar la resección meticulosa de los ganglios cervicales y mediastinales superiores cuando la enfermedad está confinada al cuello. En un estudio de la Clínica Mayo (73), se sometieron a reoperación por hipercalcitonemia persistente, 11 pacientes después de la demostración de enfermedad recurrente desde el punto de vista clínico y de imágenes. Se efectuaron diversos procedimientos quirúrgicos. La concentración de calcitonina no se normalizó en ninguno de los pacientes. Sin embargo, se observó que a menudo evoiucionaban bastante bien con tasa de supervivencia a 5 y 10 años de 90 a H6%, respectivamente.

Block y col (6), encontraron que dichas concen traciones se conservaban estables hasta durante 6 años y recomendaron la observación en ausencia de enfermedad clínica manifiesta. Otros grupos han brindado apoyo a este criterio (73, 67). El final variable de los pacientes con ganglios positivos, se explica con base en las diferencias de la virulencia biológica del tumor, la extensión a la cual se ha diseminado el padecimiento en el momento del tratamiento y la suficiencia de la extirpación quirúrgica.

La decisión de efectuar adrenalectomía bilateral en un paciente con MEN 2 que tiene catecolaminas urinarias elevadas y agrandamiento bilateral adrenal en la tomografía computarizada, es demasiado fácil; sin embargo, en el escenario clínico raramente es tan simple. Las catecolaminas y metanefrina son medidas anuales en asintomúticos potenciales o probados que son portadores del gen MEN 2, Y si son anormales, se efectúa una TAC abdominal. La cirugía va dirigida a la resección de las adrenales anormales demostradas en la TAC. Paciente sintomútico, a pesar de los niveles normales de catecolaminas y metanefrina, se le efectúa la TAC. Si en el estudio se demuestra una masa adrenal, debe ser resecada quirúrgicamente. El paciente presumiblemente sintomútico, con estudios urinarios normales y sin anormalidad en la TAC, presenta un dilema terapéutico difícil. Al efectuar un escintigrama con ¡131 MIBG, puede ser positivo debido a hiperplasia medular adrenal, aun sin estar presente un feocromocitoma. En consecuencia, el paciente estará sujeto a adrenalectomía bilateral. Sólo en el postoperatorio quedarú claro que los síntomas del paciente no eran debidos a la secreción transitoria de catecolaminas (60). Una solución satisfactoria a este problema clínico no es rápidamente obvio. La resección profilúctica de una glándula adrenal cotralateral no está indicada a menos que existan evidencias de exceso de secreción de catecolaminas o una anormalidad visible radiológicamente en la TAC.

La adrenalectomía bilateral para un feocromocitoma unilateral en un portador del gen MEN 2, ha sido sugerida debido a que hay evidencias disponibles que claramente muestran que la enfermedad es bilateral en nivel celular (10,40). Así, la adrenalectomía bilateral podría prevenir el desarrollo de un feocromocitoma contralateral, eliminando el potencial para una crisis catecolamínica o para metástasis a distancia.

La enfermedad de las paratiroides del MEN 2 A, generalmente es de importancia secundaria durante la exploración cervical, ya que la meta primaria es la cura del CMT o de la hiperplasia de las células C. Para el MEN 2 A en pacientes con hipercalcemia, se debe elegir entre una paratiroidectomía subtotal o total con timectomía y trasplante autólogo de paratiroides (22). El tratamiento quirúrgico de las paratiroides en el paciente normocalcémico MEN 2 A, es mús pmblemútico. Si hay una fuerte historia familiar de participación paratiroidea, debe ser adoptada una cirugía más agresiva de las paratiroides (22). Si la historia familiar no está disponible o sólo revela rara hipercalcemia, se pueden elegir estudios preoperatorios de calcio con supresión de secreción de PTH; si hay resistencia a dicha supresión, se debe considerar una cirugía mús agresiva (35).

Alternativamente se puede concluir que cuando una historia familiar es significativamene negativa para hiperparatiroidismo hipercalcémico, la oportunidad estadística de una futura inclusión de las paratiroides en el proceso, es demasiado baja para que un acceso más conservador pueda ser adoptado, con resección selectiva en aquellas glándulas agrandadas (22).

Abstract

Medullar carcinoma of the thyroid (TMC) gland characterizes irself through some hystological properties and the production of calcitonine, a tumoral marker. In well documented pedigrees, medullar carcinoma can develop in 5 to 10% of its members. In these individuals, the cure or prevention becomes effective when aggressive biochemical and genetic screening programs are used among all of the family members known as transmitters of TMC associated or not to other endocrine disorders. The immunohystochemical properties of the carcinomatous cells, along with seric calcitonine level determinations, have identified patients in high risk of developing para-thyroid diffusion and early death after diagnosis. Primary treatment of the disease, either sporadic or familiar, is surgery. Adyuvant therapy for metastasical or residual disease does not seem beneficia!.

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Doctor Jaime A. De la Hoz, Prof Emérito de la Fac. de Medicina de la Univ. Nal. de Colombia; Expresidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía, Santafé de Bogotá, D. c., Colombia.

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