Conceptos Actualizados sobre la Desnutrición

La desnutrición ha sido definida como estado patológico de diversos grados de intensidad y de variadas manifestaciones clínicas, que resulta de la asimilación deficiente por las células del organismo de los diversos componentes del complejo nutricio. Se hace especial referencia a las proteínas de origen animal.

Cualquiera que sea su etiología (factores sociales, económicos, sanitarios, culturales, de producción, demográficos, etc.) el mecanismo patogénico de la desnutrición de la infancia es el mismo: un balance negativo de todos y cada uno de los elementos de dicho complejo nutricio que origina consumo de las reservas orgánicas y más adelante una depleción tisular con cambios bioquímicos concomitantes.

Si el proceso persiste se presentaran alteraciones funcionales y lesiones natómicas. A nivel celular, las causas de la desnutrición pueden enumerarse así: a) aporte deficiente b) absorción inadecuada, c) utilización incorrecta y d) excreción exagerada.

Sería muy largo tratar de enumerar uno por uno los nombres que en los diferentes países del mundo se han señalado para designar la falta de alimentos indispensables en la alimentación de los niños, desde el “kwashiorkor” de la lengua “ga” de la costa de oro, que significa que el demonio kwashi” se posesiona del niño en el momento del deteste al ser descuidado por la madre durante un nuevo embarazo (concepto mágico sobre la enfermedad), hasta los de “Buaki” en el Congo, “Shibi gachaki” en Japón, “síndrome pluricarencial en Centroamérica; “desnutrición” en México y Colombia; “edema nutricional” en la India; “distrofia policarencial” en el Brasil y así sucesivamente.

La escuela de México establece un esquema de sistematización de signos y síntomas agrupados así:

1– signos universales
2– signos circunstanciales
3– signos agregados

Los signos universales son manifestaciones que se encuentran siempre en la “Desnutrición no importa cuál sea su etiología, su intensidad o su semblanza clínica. Estos signos son el resultado de la depleción orgánica y de los cambios en la composición bioquímica del organismo con fenómenos de dilución, hipofunción y atrofia.

El proceso básico que los determina es la detención del crecimiento y desarrollo. En lo físico se revelará en el peso y la talla, en la maduración ósea y en las modificaciones en el tiempo y en el espacio de las proporciones del cuerpo, medidas a través de las relaciones de sus segmentos y tejidos. En el aspecto mental, estudiando el desarrollo evolutivo de la conducta en sus esfera motora, del lenguaje, personal-social y adaptativa.

Los signos circunstanciales no están obligadamente presentes, pero cuando existen son fácilmente observables y por lo tanto son de gran utilidad en el diagnóstico.

Los signos agregados son los que a veces enmarcaran o hacen más difícil el diagnóstico, y obligan a tomar distintas medidas terapéuticas en el manejo de cada caso en particular.

Desde el punto de vista etiológico se ha mencionado también la desnutrición primaria con aporte insuficiente.

La desnutrición secundaria debida a otros padecimientos que ocasionan una adsorción inadecuada del alimento, o una excreción abundante como las diarreas o utilización incorrecta a nivel celular. Desnutrición mixta en la que intervienen factores primarios y secundarios. La desnutrición aguda cuando en la dieta faltan agua y electrolitos; desnutrición subaguda cuando faltan “calorías” y crónicas cuando faltan proteínas.

Lucha contra el hambre y la desnutrición.

Desde el punto de vista mundial el problema de la alimentación sólo puede resolverse si todas las naciones trabajan conjuntamente y aúnan sus esfuerzos y recursos o en la lucha contra el hambre y la desnutrición.

Mediante el empleo total de todos los países, el aumento de la producción industrial, la ausencia de explotación de los débiles.

El florecimiento del comercio nacional e internacional, el encauzamiento de las inversiones en el interior y en el exterior y del tráfico de divisas, y finalmente, el equilibrio económico estable en el orden interno e internacional, los alimentos producidos podrán ponerse al alcance de todos.

Conclusión en la lucha contra el hambre

Diremos que todos cuantos se esfuerzan por combatir como soldados en la lucha contra el hambre, están cumpliendo quizás las más dura pero las más grata de las faena. El hambre ha llegado adquirir en nuestros días, un significado más amplio que la simple angustia temporal por falta de alimento.

El hambre crónica, la mala nutrición, ya no puede ser descrita sencillamente en términos patológicos, clínicos o estadísticos. Ahora hay que trascribirla en términos que como la palabra guerra, transmitan a la mente del hombre la noción de la miseria humana.

De la monstruosa injusticia social y del peligro que para la civilización esos males representan. Este espíritu maléfico que se cierne sobre la cuna de cada generación sucesiva se está personificando bajo el nombre de HAMBRE.

Universidad de cartagena

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *