Autoevaluación del Aporte generado por la Asignatura “Medicina de la Mujer”: Discusión

Discusión

En el desenvolvimiento de la asignatura “Medicina de la Mujer”, estructurada bajo los lineamientos el aprendizaje autónomo, el eje central es la programación y realización de los conversatorios y la sustentación de las monografías (1).

Ellos son el espacio propicio donde docentes – estudiantes y estudiantes – estudiantes, comparten y discuten los conceptos teóricos, se ejemplifican las definiciones, se sedimentan las recomendaciones y sugerencias producto de las evidencias presentes en la literatura científica y las derivadas de la experiencia profesional médica.

La síntesis y estructuración de las ideas del saber adquirido en los conversatorios y en la sustentación de las monografías, debe ser base y punto de partida para un conocimiento perdurable.

Ello es asimilado por la cohorte evaluada, por tanto es coherente que el 97% de los estudiantes consideren de valor la programación de monografías y el 68% soliciten más actividades de conversatorio.

El aprendizaje autónomo tiene un influjo favorable sobre el estudiante. Esta modalidad educativa permite que el estudiante aprenda en las tres fases inherentes del proceso: antes, durante la realización y posterior al conversatorio y/o sustentación.

En la primera, al realizar la búsqueda y las lecturas previas adquiere los conceptos básicos. el correcto vocabulario, encuentra la etiología, la fisiopatología, los diferentes métodos de diagnostico disponibles, los manejos. Pero también encuentra las controversias, y en cada una de esas instancias puede llenarse de dudas y preguntas.

Durante la conversación y/o sustentación tiene la oportunidad de expresar y compartir sus dudas, preguntas y respuestas, llegando a una apropiación sólida del conocimiento correcto. Posterior a ese diálogo y solución de interrogantes, es básico un repaso a las búsquedas adelantadas, un regresar a las fuentes, a los textos y documentos explorados. Para finalizar con un informe escrito que sintetice los puntos centrales de la temática valorada.

Aprendizaje Autónomo en Medicina de la Mujer en general y el conversatorio en particular

Ese documento más que unos apuntes, son la memoria perenne de una productiva herramienta educativa. El Aprendizaje Autónomo en Medicina de la Mujer en general y el conversatorio en particular, hacen que el proceso de aprendizaje sea una actividad de continua búsqueda y de movilidad de las estructuras intelectuales (1,4,12).

Los indicadores definidos de autoevaluación permiten observar como los estudiantes califican su crecimiento en cuanto a conocimiento y adquisición de habilidades semiológicas. Es elevada y satisfactoria la opinión sobre aprendizaje.

El programa “Medicina de la Mujer” está centrado en el estudiante, donde aprender es el elemento fundamental. El 91.5% de los estudiantes involucrados consideraron su aprendizaje como “Bueno + Excelente”, por ello también sentencian ampliamente estar en capacidad para atender pacientes de forma “Bueno + Excelente” y más del 90% califican con la mejor puntuación a los aportes que hace el curso en herramientas (Prácticas dirigidas y de seguimiento clínico, instrucción complementaria, módulos de aprendizaje, horas de trabajo conjunto y horas de trabajo individual) y en información (contenido temático).

Dos terceras partes de los estudiantes opinan favorablemente sobre el fomento al diálogo, al análisis y a la confrontación de las ideas.

Si bien es una interesante proporción de estudiantes que encuentran la intención, deben proponerse más instantes que incentiven la puntualización de las controversias, para generar mayor discusión.

Válido incrementar la dedicación al diálogo, al conversatorio, que es el espacio donde alcanzan un real y verdadero sentido la palabra y la argumentación, como una tarea dialéctica de fomentar y motivar al estudiante y al docente a investigar.

Es valioso el docente que está inmenso y comprometido con el aprendizaje autónomo, que viene a ser génesis del aprendizaje propio y de sus estudiantes (9).

Aprendizaje Autónomo en Medicina de la Mujer, un proceso de aprendizaje personal

Es el Aprendizaje Autónomo en Medicina de la Mujer, un proceso de aprendizaje personal, que se da a la velocidad específica del estudiante en cuestión, quien adelanta el proceso bajo sus propios parámetro, los cuales se los dictan los procesos cognitivos que previamente ha desarrollado (4,8,10,11).

El aprendizaje autónomo también tiene impacto positivo sobre el docente (13). Contribuye a que el docente pueda dirigir más independiente y crítica, la discusión que va a ser generadora de los conceptos que el estudiante debe aprender.

Con el aprendizaje autónomo se busca desdibujar y hacer desaparecer al docente dogmático, dictatorial, al dictador de clases, que por pretender en vano siempre estar enseñando, se aleja del proceso de aprendizaje de sus alumnos (14).

En el aprendizaje autónomo el docente deja de ser el centro del proceso, para dar el centro al alumno, eso sí, ubicándose a su lado, para realizar un permanente acompañamiento y una asesoría siempre oportuna.

Deja el docente de ser el criticador del estudiante, para hacer parte activa de la discusión conceptual del tema, y así de una forma cooperativa contribuye a resolver las necesidades del colectivo (1,13).

El aprendizaje autónomo favorece el proceso enseñanza – aprendizaje, y dentro de esa relación, el docente tiene como función ser generador de motivación, importante factor cognitivo – afectivo que debe estar presente en todo el acto de aprendizaje.

El docente tiene la oportunidad para entrar a desarrollar las aptitudes que innatamente están presentes en sus estudiantes. Facilitando el proceso de abordar los problemas y resolverlos de manera creativa. Mientras se moviliza el propio docente y los estudiantes, a actitudes más positivas que son favorecedoras del respeto al punto de vista diferente, a la solidaridad, a la flexibilidad, al reconocimiento, procurando erradicar la intolerancia al trabajo grupal y al individualismo (1,9).

La asignatura “Medicina de la Mujer” lleva implícita una elevada presencia de actividad de tipo práctica:

adelantada con acompañamiento y supervisión docente, para que el estudiante tenga la oportunidad de observar e incluso interactuar dentro de la relación médico – paciente.

Los espacios denominados: Prácticas dirigidas y de seguimiento clínico, así como instrucción complementaria, que se desarrollan en consulta externa, puerperio, en sala de cirugías, en sala de urgencias, hospitalizados y en sala de partos, están centrados en el HACER.

En el aprender haciendo.

Haciendo historias clínicas, haciendo interrogatorios, haciendo examen físico, haciendo seguimientos clínicos, haciendo análisis de cuadros clínicos, haciendo interpretación correcta de resultados de métodos diagnósticos y haciendo procedimientos acordes con su nivel de pregrado.

Estas estrategias son piezas fundamentales para el desarrollo de habilidades y destrezas clínicas.

Por todo ello se deben aplicar estrategias que conlleven mejoría en la opinión de los estudiantes sobre la labor docente.

Se hace necesario un mayor acercamiento y una mayor presencia física en los instantes de acompañamiento.

También se hace necesario concientizar al estudiante de la existencia de espacios de trabajo individual (elaboración de historias clínicas, identificación de factores de riesgo, elaboración de listados de diagnósticos diferenciales, propuestas de alternativas terapéuticas y realización de evoluciones y seguimiento de pacientes). Instantes que deben ser aprovechados ya que dan la oportunidad para el movimiento de las estructuras cognitivas y son favorecedoras del pensamiento analítico y crítico, que vienen a ser la esencia del criterio médico, que deben desarrollar estos futuros profesionales de la salud.

Conclusión

Los estructuras curriculares en general y en particular las del área de la salud y de la enseñanza de la medicina. Deben estar solidificadas y orientadas en función de la flexibilización del proceso enseñanza – aprendizaje. Teniendo como centro al estudiante.

La pertinencia, la función de investigar, la docencia y la extensión, siguen siendo las bases sobre las cuales se organiza la universidad.

La investigación educativa tiene un sitial de interés.

La innovación debe desarrollar y fomentar nuevas habilidades, destrezas, competencias, capacidades y valores (15).

La universidad será por siempre un espacio en permanente construcción.

Conflictos de Intereses:

Para le época en que se aplicó la autoevaluación, el autor era Jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia, donde se impartía la asignatura.

Financiación:

Recursos propios del autor.

Agradecimientos:

A los estudiantes de las cohortes participantes.

Referencias Bibliográficas

  • 1. Monterrosa Álvaro. La asignatura “Medicina de la Mujer” estructurada bajo los lineamientos del aprendizaje autónomo. Revista Clínica e Investigación en Ginecología y obstetricia. 2003; 30(5):157-162.
  • 2. Flórez Rafael. Tobón Alonso. Investigación Educativa y Pedagógica. 2001. Editoral MC-Graw Hill.
    3. WFME. Task force para la definición de los estándares internacionales para la educación medica de Pregrado. Revista Educación Médica. 2000: 3:158 -169.
  • 4. Facultad de ciencias sociales y humanas. Unisur (UNAD). Especialización en pedagogía para el desarrollo del aprendizaje autónomo. Documento de apoyo técnico. 1999. Bogotá
  • 5. Monterrosa Álvaro. La superficialidad conceptual: un común denominador entre estudiantes de ultimo año de Medicina EN: Docencia Universitaria: reflexiones. 1999. Bogotá. Tercer Mundo Editores.
  • 6. Ribeiro Lair. Cómo aprender mejor. 2000. Editorial Urano.
  • 7. Parra Chacón Edgar, Pinzón Redondo Hernando. El perfil del Profesional de la Salud como docente Universitario. 2000. Tercer Mundo editores.
  • 8. Gutemberg Jesús. Cómo ser el mejor estudiante. Guía practica para aprender fácil. Edición segunda. 2000. Editorial Grijalbo.
  • 9. Parra Edgar, Pinzón Hernando. Las aptitudes y Actitudes en Educación. Revista Ciencia Médicas. 2002; 3(1):26-31.
  • 10. Bedoya José Iván. Pedagogía: ¿Enseñar a pensar? Reflexión filosófica sobre el proceso de enseñar. 2002. Ecoe Ediciones.
  • 11. Fabra María L. Hablar y escuchar. 2001. Editorial Paidos.
  • 12. Ferreiro Emilia. Relación de dependencia entre oralidad y escritura. 1998 Gedisa Editorial.
  • 13. Monterrosa Álvaro. El perfil profesional del Docente de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena. Revista Ciencia Médica, 2000 1(1):12- 29.
  • 14. Colom Antoni. La construcción del conocimiento pedagógico. 2002. Editorial Paidos.
  • 15. Didrikson Takayanagui Axel. La flexibilidad Curricular en la Universidad de la Innovación. Revista Brocal. 2002. 2(4): 120 – 130.

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