De la Academia: La Tolerancia y La Ética

Arnulfo Rodríguez Cornejo

ETIMOLOGÍA

El vocablo Tolerancia viene del verbo latino Tolerare, cuyo significado sería el de Transigir, por tanto Tolerancia sería Transigencia. El idioma inglés ha aportado dos vocablos, que prácticamente no existen en las demás lenguas: Tolerance y Toleration.

A partir de Locke entendemos por Toleration al acto jurídico por medio del cual un gobierno “tolera” ciertos comportamientos, conductas o sectas religiosas. Mientras que Tolerance, sería la virtud por la cual los pueblos transigen en aceptarse mutuamente: como por ejemplo, las diferentes religiones, entre sí.

En el acto jurídico de la Toleration los gobiernos tolerarían v. gr., una religión en particular, pero los miembros de esa religión, la “ecclesia” vivirían en comunión armoniosa con las autoridades. En la Tolerance -que es una virtud, como se verá más adelante- vivirán en armonía entre sí y con las demás sectas religiosas.

Aun cuando en español existen los vocablos de Toleración y Tolerancia, el primero es arcaico y no se usa. Por tanto el vocablo Tolerancia, lo usamos indistintamente para ambos conceptos: el jurídico y el de la virtud filosófica.

La Tolerancia como Virtud es un concepto de la modernidad y no hace parte del concepto de Virtud del período clásico griego o el de la Escolática y las Virtudes Teologales. Para Aristóteles es la αρετι (areté – virtud), que en latín es virtus – virtud (ésta de vires: fuerza – hombría). Esta virtus, por tanto, tendría “un justo medio”, que sirviera de “fiel de la balanza” para que tuviera la fuerza de la Virtud. Por ejemplo la Justicia (Iustitia) estaría en el “justo medio” entre la: Crueldad (Crudelitatem) y la Impunidad (Impune).

En este artículo se hará, sucintamente, una visión panorámica de la tolerancia religiosa y su antónimo la intolerancia a través de los tiempo, con cierto detenimiento y énfasis en la Modernidad.

LA TOLERANCIA EN LA FILOSOFÍA Y LA ÉTICA

“Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”
Gandhi

Es Baruch de Spinoza (1632–1677) (1) quien nos dice, en su “ETHICA ORDINE GEOMETRICO DEMOSTRATA”, simplificada a sólo el apelativo de “ETICA”, que la Tolerancia es una Virtud, y como tal, estaría en el justo medio de:

ACRASIA / PERMISIVIDAD ← TOLERANCIA → INTOLERANCIA

La Acrasia y la Permisividad, no son el objeto de este estudio, como si lo es, la INTOLERANCIA.

Como los vocablos Tolerancia e Intolerancia, se comenzaron a utilizar a raíz de la Guerras Religiosas de los siglos XVI y XVII, nos referiremos solamente a la Tolerancia o a la Intolerancia Religiosas. Este enfoque, se hace, sin detrimento o desconocimiento de las demás intolerancias –como la xenofobia, la homofobia, la misoginia y un sinnúmero más-, que deben ser, igualmente, repudiadas.

LA TOLERANCIA RELIGIOSA

El famoso sociólogo y filósofo alemán, con gran influencia en el siglo XX y vigente en la actualidad, Jürgen Habermas (2), nos dice que la palabra “TOLERANCIA” se tomó prestada del latín y del francés tan sólo a partir del siglo XVI, esto es, en el entorno europeo de la división religiosa. En este contexto histórico originario asumió inicialmente el significado estricto de “TRANSIGENCIA” con otras confesiones religiosas y a lo largo de los siglos XVI y XVII la TOLERANCIA se convierte en un concepto jurídico. A partir de ahí los gobiernos promulgaron Edictos de Tolerancia que ordenaban a los funcionarios y a la población religiosamente ortodoxa un comportamiento tolerante en el trato con las minorías religiosas (luteranos, hugonotes, papistas, etcétera) (3).

Haber mas hace una disquisición entre la Tolerancia Virtud y la Tolerancia Jurídica, arriba mencionadas y cita a Montesquieu, diciendo que “resaltó la relación consecutiva existente entre ambas acepciones: “En cuanto las leyes de un país se resignan a admitir varias religiones tienen también que obligar a éstas a practicar la TOLERANCIA entre ellas: de ahí que resulte conveniente que las leyes exijan a estas diversas religiones que no sólo no perturben al Estado, sino que mantengan también la paz entre ellas” (4).

LA INTOLERANCIA

Niccolo Maquiavelo (5) afirma que la intolerancia se presenta cuando estamos plenamente convencidos que “el fin justifica los medios”. Probablemente esta affirmatio maquiavélica es, quizás, la que más se ha invocado a través de la historia, para justificar la conducta humana. ¡Había que hacerlo!, dice el hombre, por que no existe, a conveniencia propia, otra alternativa. Así debieron afirmar, los Torquemadas (6), los Inocencios (7), los Moiseses (8), y una lista interminable de ejecutores de masacres, genocidios y todos los desmanes concebibles e inconcebibles. Tomemos como ejemplo, la “ira santa” de Moisés (8), cuando bajó del Monte Sinaí con las Tablas de la Ley y encontró a su pueblo, adorando becerros de oro. Comenzando con la calificación de la ira que da el texto bíblico (Éxodo 32-27-28) de “santa” (sancti, que originalmente, en latín, significaba “justo”). Esta “ira justa” hizo que “….los Levitas se reunieron a su alrededor y Moisés les dijo: “El Señor Dios de Israel ha ordenado que ciñen sus espadas y maten a sus amigos y a sus vecinos. Los Levitas obedecieron y mataron a tres mil, ese día” (9). ¿Era “justa” esta ira y no existía otro tipo de castigo o reprimenda y menos de un análisis, preguntándose, Moisés, por qué había sucedido, el fenómeno de la idolatría? El “fin” que era dar un escarmiento al pueblo para que jamás volviese a desconocer al dios de Israel, hizo que para Moisés, el “medio justificable” era “masacrar a tres mil, muchos de ellos probablemente inocentes”. Y, uno se pregunta, “¿cuántos inocentes cayeron y cuántos culpables escaparon al cruel castigo? ¿Fue “justa” esta ira? A todas luces, no. Y este mismo ejercicio analítico, lo podemos hacer, con la mayoría, si no con todas, las barbaridades y desafueros que ha cometido la humanidad ab semper.


* Md, Fccp . Académico de Número. Profesor de Medicina Interna, Bioética e Historia de la Medicina – Universidad Autónoma de Bucaramanga, Floridablanca, Santander – Unab Floridablanca – Santander.

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