Revisión de Tema: La Vitamina D y su Importancia en la Salud Humana
David Vásquez Awad1
RESUMEN
En los últimos años, la vitamina D ha cobrado una importancia creciente en razón de que, además de sus beneficios reconocidos sobre el hueso, ha mostrado claros efectos benéficos en enfermedades crónicas, graves y altamente prevalentes como hipertensión, cáncer, síndrome metabólico,diabetes y esclerosis múltiple; igualmente, estados fisiológicos como el embarazo, la adolescencia y el envejecimiento se ven beneficiados, y sus eventuales adversidades mitigadas, si se mantienen niveles adecuados de 25 hidroxi-vitamina D que debieran estar en más de 40 ng/mL.
Muy importante resulta entonces la suplementación con vitamina D en muchas situaciones fi siológicas o patológicas y en las dosis adecuadas, las cuales pueden situarse en el rango de 1000 a 2000 UI diarias, con la adherencia requerida para lograr los resultados óptimos que se persiguen.
Palabras clave: vitamina D, colecalciferol, osteoporosis, raquitismo
IMPORTANCE OF VITAMIN D IN HUMAN HEALTHABSTRACTIn recent years, vitamin D has become increasingly important on the ground that in addition to its known benefi ts on bone, it has shown clear benefi cial effects in chronic, severe and highly prevalent diseases as hypertension, cancer, metabolic syndrome, diabetes and multiple sclerosis; also, physiological states such as pregnancy, adolescence and aging are favored, and their potential problems mitigated, if you maintain adequate levels of 25 hydroxy-vitamin D, which should be above 40 ng/mL. Very important is then supplementation with vitamin D in many physiological or pathological situations and in appropriate doses, which can be in the range of 1,000 to 2,000 IU daily and with the required adherence to obtain the optimum results to be achieved. Key words: vitamin D, cholecalciferol, osteoporosis, rickets |
Las vitaminas no son para mantener a raya a la muerte, son para mantener a raya el deterioro Jeanne Moreau, actriz francesa, 1928
INTRODUCCIÓN
Las vitaminas (o aminas de la vida), son compuestos orgánicos imprescindibles para que se lleven a cabo en el organismo procesos fisiológicos fundamentales. En este artículo nos ocuparemos de la vitamina D o colecalciferol, un compuesto liposoluble que ha sido motivo de intensas investigaciones en años recientes (1).
Whistler, De Boot y Glisson fueron los primeros en constatar en el siglo XVIII que los niños de las ciudades del norte de Europa mostraban un retraso en el crecimiento y desarrollaban deformidades esqueléticas, denominándolo raquitismo. En 1822, Sniadecki fue el primero en atribuir el desarrollo de esta enfermedad en los niños a la falta de una adecuada exposición solar (2). En 1921, McCollum identificó una sustancia presente en ciertas grasas que podía prevenir el raquitismo. Fue el descubrimiento de la cuarta vitamina y por eso se denomina vitamina D. En 1922, Hess y Unger observaron que la exposición diaria durante meses a niños en el tejado (Solarium) de su Hospital en Nueva York, era un tratamiento efectivo para el raquitismo (3). A partir de 1930, se suplementaron diversos alimentos en EE.UU. y también en Europa.
Tras la II Guerra Mundial este proceso no se monitorizó adecuadamente, causándose un brote de intoxicación por vitamina D en niños y jóvenes; esto llevó a prohibir la suplementación con vitamina D de los alimentos lácteos en la mayoría de los países europeos (4). Recomendamos la revisión que se encuentra en el reciente libro de Iglesias, muy completa sobre el tema de la vitamina D y sobre sus aspectos históricos (5).
Con el término de vitamina D se definen dos moléculas diferentes en estructura y origen:
• La vitamina D2 o ergocalciferol, formada por la acción de la radiación ultravioleta sobre el esteroide ergosterol en las plantas.
• La vitamina D3 o colecalciferol, formada en la piel de animales superiores a partir de la absorción de radiación ultravioleta por el 7-dehidrocolesterol.
• Un proceso parecido ocurre en los vegetales, generándose ergocalciferol. Hay pocos alimentos ricos en vitamina D (huevos, algunos pescados marinos como la sardina, el atún y la caballa, leche, manteca, hongos).
Sea cual sea el origen de la vitamina D circulante (alimentario, cutáneo o farmacológico), durante su paso por el hígado es hidroxilada en la posición 25. La 25-hidroxivitamina D (25-OH-D o calcidiol) es el sustrato de la 1-alfa hidroxilasa, enzima normalmente operante en el parénquima renal, que lo convierte en 1- alfa, 25-dihidroxivitamina D, calcitriol u “hormona D”, el metabolito activo. Esta reacción resulta estimulada por la hormona paratiroidea (PTH), los estrógenos y la hipofosfatemia, entre otros factores, y resulta inhibida por su propio producto –el calcitriol–, la calcitonina, el fósforo y el factor de crecimiento fibroblástico 23(FGF-23). Las concentraciones séricas de calcidiol son de alrededor de 30 o más ng/mL, mientras que el calcitriol está en cantidades de 20-45 pg/mL.
El metabolito comúnmente usado para evaluar el status de vitamina D corporal es el calcidiol, porque aun en situación de hipovitaminosis severa el nivel de calcitriol tiende a mantenerse dentro del rango normal, a expensas de un hiperparatiroidismo secundario. La vitamina D se almacena en los tejidos, sobre todo en hígado, músculos y grasa.
Las personas que se exponen poco al sol, las de piel oscura y los obesos tienen mayor probabilidad de sufrir hipovitaminosis D (6).
La razón porque la vitamina D ha estado en el foco de atención de los investigadores se ha debido a que su deficiencia está asociada con resultados adversos en la salud ósea y mineral, y en otras situaciones graves como cáncer, enfermedades autoinmunes, diabetes, síndrome metabólico, hipertensión, enfermedad cardiovascular, deficiencias cognitivas, y otras causas de morbimortalidad.
Hay acuerdo en los niveles correspondientes a deficiencia e insuficiencia, más no en los correspondientes a deseables e hipovitaminosis, porque varían los criterios en las diferentes guías.
El Institute of Medicine de los Estados Unidos considera que niveles de 25-hidroxivitaminaD [25(OH) D de 20ng/ ml o más, cubren las necesidades del 97.5 % de la población. Por otro lado, las guías clínicas de la Endocrine Society de los Estados Unidos consideran 30 ng/ml o más como nivel óptimo.
Se considera que hay deficiencia de vitamina D cuando los niveles séricos de calcidiol son inferiores a 10 ng/mL; con ellos el paciente presenta bioquímica de hiperparatiroidismo secundario y evidencias clínicas de osteopatía asociada. No hay duda de que hay déficit de vitamina D en la población mundial. En particular, la población colombiana exhibe bajos niveles de vitamina D. Una revisión al respecto en Colombia, concluyó que dos terceras partes de la población de pacientes tienen niveles inadecuados de vitamina D, encontrándose correlación con fracturas vertebrales e hipertensión arterial (3).
En Colombia la prevalencia promedio de osteoporosis es del 57% en la población mayor de 40 años. Se ha encontrado de manera global que entre el 64% y el 69% de las mujeres postmenopáusicas tienen hipovitaminosis D (8-10).
La conclusión del estudio colombiano es clara: “La suplementación con vitamina D en el manejo de la osteoporosis y prevención de riesgo cardiovascular tiene un gran potencial en las políticas de salud pública, por su bajo costo, excelente tolerabilidad y beneficios combinados musculoesqueléticos” (8). La evidencia disponible, las opiniones de expertos y las recomendaciones de las principales asociaciones mundiales de osteoporosis sugieren que la dosis de vitamina D en el manejo de la osteoporosis y prevención de caídas y fracturas no debe ser menor de 700-800 UI/día (8,11-13). Dosis menores de 600 UI/día se considera ineficaz e insuficiente y los niveles de 25 OH Vitamina D mayores de 30 ng/ mL no serán probablemente alcanzados (8,11-13).
El propósito del presente texto es revisar, a la luz de la mejor y más actual evidencia, el papel que en la medicina clínica juega hoy en día la vitamina D y su adecuada suplementación.
1 MD. Esp Ginec-Obst, Perinatólogo, Epidemiólogo, Densitometrista clínico, Esp Seguridad Social. Miembro correspondiente, Academia Nacional de Medicina de Colombia, Bogotá.
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