Artículo de Reflexión: Hospitales Universitarios y su implicación en la Educación Médica
Eduardo Álvarez Peñalosa1, Ricardo Salazar López2
RESUMEN
Con el ánimo de ofrecer algunas soluciones en la práctica de la educación médica y de la asistencia en Colombia para la mejora de la calidad en las áreas respectivas, la Comisión de Educación de la Academia Nacional de Medicina propone tener en cuenta algunas consideraciones importantes que se encuentran contenidas en el decreto regulador de la ley 1164, las que –según el concepto de la Comisión- no se cumplen o lo hacen parcialmente, situación que repercute en la calidad de la educación médica.
Se han encontrado varias debilidades de implementación. Entre otras, que con frecuencia se encuentran hospitales docentes en donde el número de camas no guarda relación con el número de estudiantes; la relación entre el número de alumnos y profesores encargados del programa debería ser la suficiente para asegurar su efectividad.
Los docentes deben tener la capacidad para trasmitir sus conocimientos y experiencias y el Registro Calificado requiere de control permanente para tener la certeza de que los programas aprobados se cumplan.
El análisis sobre las áreas de práctica de algunas facultades -para el ejercicio de sus actividades académicas- muestra deficiencias, como en el caso de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, otrora la más prestigiosa del país.
Desde la desaparición del Hospital San Juan de Dios, la docencia quedó en manos de algunas instituciones que “voluntariamente” le permiten prácticas a los estudiantes en diferentes lugares, siendo difícil hacer equiparaciones en la calidad de la enseñanza.
El control del desarrollo de los programas y su eficiencia debe estar bajo la supervisión de la respectiva escuela de medicina, del Ministerio de Educación y del escenario de práctica mediante los comités de docencia-servicio.
Los docentes que desarrollen actividades asistenciales deben ser además remunerados por los respectivos hospitales y gozar de las garantías establecidas; los estudiantes de postgrado por otra parte, deben recibir reconocimiento económico por sus actividades asistenciales, con la requerida supervisión docente.
Debido a que las IPS obligan al médico a realizar la consulta en un tiempo muy breve, esto permite que el examen del paciente se ejerza sin el análisis necesario; de continuar esta práctica, el médico terminará simplemente interpretando exámenes paraclínicos.
Los pares académicos deben ser especialistas en el área que supervisan y disponer del tiempo necesario para desarrollar sus actividades asignadas; además, las facultades de medicina deberían obligarse a prestar permanentemente cursos de actualización a sus egresados por cuenta propia y se debiera incrementar el apoyo de la docencia mediante diversas herramientas.
La educación continua debe ser obligatoria; de ser posible, se debe evitar la financiación por parte de la industria farmacéutica, que establece un compromiso del profesional con el respectivo laboratorio farmacéutico. Finalmente se considera como no recomendable la creación de facultades de medicina por parte del sector asegurador.
Palabras clave: Educación médica, hospital universitario, educación continua, facultad de medicina, asistencia médica, docencia, pares académicos
UNIVERSITY HOSPITALS AND THEIR ROLE IN MEDICAL EDUCATIONABSTRACTIn an effort to strengthen medical education and care in Colombia and to improve quality in different areas, the Educational Commission of the National Academy of Medicine have taken into account some important considerations over some aspects of the regulator decree-law1164. There are directions included in the legal document that, according to the view of the Commission, are not met at all or are so only partially, a situation that affects quality of medical education. Several weaknesses in implementation have been found. Between others, there are teaching hospitals where the number of beds are insuffi cient in regard to the number of students, teachers/pupils rate to ensure effectiveness of programs is inadequate. Faculty members must be able to conveytheir knowledge and experience, and Qualifi ed Registry requires ongoing monitoring to assure that approved programs are met. Analysis of practice areas in some schools, needed for compliance of their academic tasks, show weaknesses as in the case of the School of Medicine of National University. Since closure of San Juan de Dios Hospital, teaching activities were transferred to some institutions that “voluntarily” allow students to practice in different places in town, making it diffi cult to equate the quality of teaching. Development of control and effi ciency programs should be under the supervision of the respective medical school, the Ministry of Education and the stage of practice, through the teaching-service committees. Further medical care activities of faculties must be paid by hospitals, while enjoying guarantees established; graduate students on the other hand, should receive fi nancial reward for their activities in medical care, with teacher supervision required as well. Because health delivering institutions ask physicians to perform anamnesis and physical examination in a very short time, this leads to care without the necessary analysis; if this practice remains, doctors will end up just interpreting laboratory test results. Academic peers should be specialists in the area to be monitored, while suffi cient time should be allowed to develop their assigned activities; also, medical schools should commit to permanently provide refreshing courses to their graduates on their own, and should increase teaching support through various tools. Continuing education should be compulsory, and if possible, funding from the pharmaceutical industry should be avoided, since it establishes a professional commitment to the corresponding pharmaceutical company. Finally, it is deemed inadvisable to open medical schools belonging to insurance companies. Key words: Medical education, university hospital, continuous education, school of medicine, medical care, teaching, academic peers |
INTRODUCCIÓN
La calidad de la educación médica en Colombia y en la mayor parte del continente americano viene en franco deterioro, como lo demuestran recientes publicaciones de la Confederación Médica de América Latina y del Caribe, las publicaciones al respecto emanadas de la Academia Nacional de Medicina y de algunas otras instituciones de educación médica, las que señalan múltiples factores relacionados con la enseñanza.
Entre estas, destacamos la incontrolada proliferación de facultades de medicina. Esto constituye un fenómeno de enorme gravedad,pues en su mayoría son creadas con fines olíticos o económicos; algunas son de muy buena calidad, pero otras desarrollan sus actividades sin el control constante por parte del estado; la educación médica es un negocio como se puede ver en el avance económico de instituciones privadas.
En hospitales universitarios se practica la asistencia preferencialmente a expensas de la docencia, en deterioro del desarrollo de los programas. No existe una revisión periódica de los programas académicos y el control de los registros calificados se hace cada siete años.
En la actualidad existe interés en la revisión o elaboración de los procesos de acreditación y certificación, aunque existen fallas en este proceso fundamental que asegura la calidad de la atención en salud a los usuarios; así como también en la docencia, pero parece que actualmente se despierta interés en su elaboración y actualización.
Los convenios docencia- servicio requieren de supervisión y su desarrollo debe ser controlado mediante verificación constante por parte de los pares académicos, quienes requieren de capacitación previa al desempeño de sus actividades; deben ser docentes expertos en administración académica y con currículo profesional debidamente aprobado por el Ministerio de Educación o por la Academia Nacional de Medicina.
Los docentes deben capacitarse permanentemente, lo cual debe estar a cargo de las escuelas de medicina o de las instituciones en donde desarrollan sus actividades. Se requiere de una reglamentación especial sobre la educación continuada que involucre al personal académico en el área de la medicina así como en las diferentes profesiones de la salud.
Un factor influyente referente a la calidad de la formación de los profesionales de la salud, se basa en la insuficiente calidad y cantidad de hospitales universitarios, docentes y de escenarios de práctica, lo cual ocasiona que el número de estudiantes de pre y posgrado es tal que por su cantidad no se guarda la proporción de acuerdo a la capacidad del área locativa y con el número de docentes; ésta situación genera una dificultad en la práctica de las disciplinas formativas del estudiante y ocasiona una molestia en los pacientes.
Todos estos factores han motivado a la Academia Nacional de Medicina -a través de su Comisión de Educación Médica- y al gobierno nacional, para que en aras de mejorar la calidad de la salud y de la atención médica se eleve el nivel científico de los profesionales con el fin de obtener mayores beneficios que garanticen una buena atención a la población colombiana.
1 MD. Esp Pediatría. Miembro de Número, Academia Nacional de Medicina.
2 MD. Esp Cirugía Plástica. Miembro de Número, Academia Nacional de Medicina. Coordinador Comisión de Educación Médica.
La organización social moderna y las nuevas modalidades de prestación de servicios de salud, introducen cambios profundos en el ejercicio de la medicina y crean nuevos problemas como la ruptura de la relación médico-paciente que ocasiona el deterioro de la imagen pública del médico y el surgimiento del paciente como consumidor y producto, a más de las complejas implicaciones de la medicina tecnológica.
De la medicina hipocrática se ha pasado a una medicina gerencial y planificada. Se practica una medicina de tipo corporativo, en la cual el imperativo hipocrático ha sido reemplazado por un mandato burocrático (1). En la actualidad el paciente es visto como un producto que forma parte primordial de un “negocio” que tiene como fin el producir beneficios de índole económica; el médico familiar parte principal de la comunidad desaparece.
Como sistema pedagógico, la educación médica es una actividad universitaria y el médico se forma con fundamento en las ciencias biológicas y el método científico, las ciencias sociales, el humanismo y la ética, con hondo sentido de responsabilidad social.
Esto quiere decir que hay una mayor universalización del conocimiento médico, tendiente a fortalecer los aspectos de cultura general, de la ética, la comprensión de los factores genéticos, ambientales y culturales y las tendencias socio-económicas y políticas que determinan tanto los perfiles epidemiológicos como los patrones de práctica médica y de atención en salud (1).
Al tiempo que la educación médica es un sistema pedagógico, la facultad de medicina es una comunidad moral; según Abraham Frenar, siendo una división universitaria es también una corporación de servicio público (2).
El profesor José Félix Patiño, al referirse a la escuela de medicina textualmente dice: “Una escuela de medicina debe poseer clara definición de su misión educativa, de sus principios y sus propósitos. Su programa educativo debe definir los modelos curriculares y los métodos de instrucción que aseguren tanto la adquisición del conocimiento como los valores éticos, competencias y habilidades que los graduandos deban poseer para la apropiada práctica médica que exige una profesión científicamente orientada y moralmente comprometida”.
Es de importancia tener en cuenta las competencias y dominios que debe poseer el egresado de la facultad de medicina recomendadas por el Instituto Internacional para la Educación Médica (3). Se refieren a valores profesionales, actitudes y aptitudes, comportamiento y ética; fundamentos científicos de la medicina; habilidades en comunicación social; habilidades clínicas; salud de la población y sistemas de salud; manejo de la información: pensamiento lógico e investigación. De acuerdo a este planeamiento, los estándares o requisitos mínimos globales se refieren al producto de la facultad de medicina y no al proceso.
Vale la pena traer a cuenta la norma establecida por el gobierno nacional en ejercicio de las facultades constitucionales y legales, en especial las que le confieren el artículo 189 numeral 11 de la Constitución Política, el numeral 18 del artículo 2 y el artículo 15 del decreto 205 de 2003 y en desarrollo de las leyes 30 de 1992; 100 del 93; el artículo 13 de la ley 1164 de 2007 y 1188 de 2008; basadas en ellas estableció el decreto 2376 de fecha julio 1º de 2010, por medio del cual se regula la relación docencia-servicio para los programas de formación de talento humano en el área de la salud y en base de ésta reglamentación determina las siguientes definiciones:
Relación docencia-servicio. Vínculo funcional que se establece entre instituciones educativas y otras organizaciones, con el propósito de formar talento humano en salud o entre instituciones educativas, cuando por lo menos una de ellas disponga de escenarios de práctica en salud. Este vínculo se funda en un proceso de planificación académica, administrativa e investigativa de largo plazo, concertado entre las partes de la relación docencia-servicio.
Práctica formativa en salud. Es la estrategia pedagógica planificada y organizada desde una institución educativa que busca integrar la formación académica con la prestación de servicios de salud, con el propósito de fortalecer y generar competencias, capacidades y nuevos conocimientos en los estudiantes y docentes de los programas de formación en salud, en un marco que promueve la calidad de la atención y el ejercicio profesional autónomo, responsable y ético de la profesión.
Colombia requiere con urgencia una revisión a fondo del estado de la educación médica comenzando por una muy fuerte acción de control por parte de los ministerios de Educación y Salud. Se requiere el análisis de los planes de estudio, los cuales en general son aun excesivamente rígidos y ceñidos a patrones francamente obsoletos.
Las facultades de medicina deberían modernizar y actualizar sus programas de estudio y ponerse a tono con las nuevas tendencias educativas que van bastante más allá de la simple adquisición de las nuevas tecnologías de la comunicación y la ampliación de sus plantas físicas (1).
La versatilidad de los currículos para introducir la flexibilidad que permita al estudiante el mejor desarrollo de su capacidad, el fortalecimiento y la actualización permanente del profesorado, la introducción firme de las ciencias básicas y su integración con el área clínica deben ser prerrequisitos fundamentales en la formación moderna del estudiante lo cual le facilitará el mejor entendimiento, análisis y diagnóstico de las enfermedades de frecuente incidencia en nuestro medio.
El país requiere de excelentes médicos generales, capaces de diagnosticar y tratar en forma acertada los diversos problemas que presenta la patología de nuestro medio; para ello es indispensable el conocimiento de la anatomía, la fisiología y el comportamiento de los diferentes órganos que constituyen el cuerpo humano.
La ley 1164, artículo 13 en el parágrafo 1º, refiere que los programas de formación en el área de la salud deberán contener prácticas formativas que se desarrollen en los escenarios que cumplan las condiciones definidas para el efecto, a fin de garantizar la adquisición de conocimientos, destrezas y habilidades, actitudes y aptitudes requeridas por los estudiantes para cada disciplina.
En cualquier caso la institución de salud u otro escenario de práctica, garantizará la supervisión por uno o varios docentes responsables de la práctica formativa que realiza el estudiante, así como las normas de calidad exigidas por la normatividad vigente.
En nuestro concepto es la violación de ésta norma la responsable en parte de la mala continuidad de los programas, situación que debería ser revisada por los pares académicos.
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