Académico Honorario Egon Lichtemberger Salomón

Obituarios

Egon Lichtemberger Salomón

Egon Lichtemberger Salomón

El Académico Egon Lichtenberger falleció en Bogotá en mayo de 2020, a sus 99 años. Ante la situación de la comunidad judía durante el gobierno del Tercer Reich. En 1936 su familia emigró a Bogotá, pensando en que con Hitler, ningún lugar de Europa era seguro.

El joven Egon Lichtemberger quedó marcado por aquel inhumano “holocausto judío” que lo volvió escéptico de la rectoría del universo. Aunque su vida fue un testimonio de la posibilidad de un mundo mejor.

Fue un gran admirador de Churchill, por la entereza que mostró para enfrentar sin reparos al líder nazi, sin quitar la vista del soviético. Tal vez era el sentimiento de la época, también experimenté lo mismo. Aunque dos décadas después.

Estudió medicina en la Universidad Nacional de Colombia e inició su formación de patología al lado de Juan Pablo Llinás (formado en París) y Manuel Sánchez Herrera, quien estuvo en Harvard. Posteriormente hizo posgrados en Durham University de New Castle Upon Tyne, en Inglaterra y el Mount Sinai Hospital, Columbia University, de Nueva York.

En 1952 regresó a Colombia y se vinculó al Hospital San Juan de Dios de Bogotá:

Donde, aprovechando el alto número de autopsias practicadas (de fallecidos de la Hortúa, el Instituto Nacional de Cancerología, y el Instituto Materno Infantil). Inició actividades docente asistenciales con microscopía diagnóstica y con reuniones clínico- patológicas que pronto se tornaron en el centro de la docencia en ese hospital. Regentado por la Universidad Nacional.

Por años fue jefe del departamento de Patología, y con él trabajó un grupo de renombrados patólogos, y se entrenaron muchos residentes. A su retiro del Hospital, fue director del Instituto de Medicina Legal por varios años.

El autor de esta nota lo conoció durante el primer semestre de 1964 como residente de patología, programa que era comparable con los mejores en Estados Unidos, por su número de autopsias, calidad de profesores, número y calidad de los residentes y eventos de docencia. Era un profesor excelente, experimentado, que ejercía su autoridad sin dejar de ser amable.

Quizó que encaminara mi profesión por los rumbos de la patología, pero mi interés estaba en la endocrinología y en la clínica. Por lo que me incliné por la medicina interna como experiencia previa. Con él era fácil empatizar.

En algún congreso de Medicina Legal, recuerdo que el profesor Lichtenberger informaba el buen rumbo que llevaba su programa de adquisición de neveras forenses para los municipios colombianos.

Ingresó a la Academia Nacional de Medicina como Miembro Honorario.

Al recibirlo, el Académico Efraím Otero Ruiz dijo que … “en él consagramos no solamente a la Anatomía Patológica como especialidad, ausente muchos lustros de este recinto bogotano, desde la época de su numerario y posterior Presidente Dr. Juan Pablo Llinás, sino especialmente a la persona que con su dedicación, su enseñanza y su ejemplo ha servido para darle la categoría que corresponde a esta rama del saber médico, formando generaciones de nuevos patólogos que han extendido su conocimiento por todo lo largo y ancho de nuestra accidentada geografía”.

Volviendo a Otero, Egon Lichtemberger estaba … “desprovisto de la pedantería que uno había podido observar hasta en los expertos patólogos norteamericanos, que al final de sus dictámenes se sentían como depositarios únicos de la verdad, combinación de “magister dixit” y de “Roma locuta”. No. La cara adusta y la sonrisa entre irónica y soñadora de Egon, con sus ojos entrecerrados, le hacían a uno pensar que su dictamen era producto de una investigación detenida y responsable”.

Perteneció a la Sociedad Británica y a la Academia Internacional de Patología; fue miembro fundador de la Sociedad Colombiana de Cancerología y de las Sociedades Bogotana y Colombiana de Patología (presidente entre 1963 y 1965), y como ya dijimos, director del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, al que luego dedicaría 14 años de su notable trayectoria. El Académico Honorario Lichtenberger fue asiduo asistente a las reuniones de la Academia, en la que, con sensatez, exponía sus puntos de vista.

Académico Correspondiente Extranjero Roger Guerra-García

Roger Guerra-García

El académico correspondiente extranjero Roger Guerra- García (1933-2020) falleció a los 87 años en Lima. Según información enviada por la Academia Nacional de Medicina del Perú. De la cual fue presidente. También ocupó este máximo cargo en la Academia Nacional de Ciencias del país andino.

Guerra-García fue egresado de la Universidad Mayor de San Marcos e hizo estudios de postgrado en Endocrinología y Bioquímica en el Hospital Monte Sinai de Nueva York y en la Universidad de Boston.

Fue por muchos años profesor universitario y en diversos períodos presidente de la Sociedad Peruana de Endocrinología. Fue el primer presidente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONCYTEC -entidad similar a Colciencias- Vice-Ministro de Educación, Rector de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y Senador de la República. Participó en los congresos bolivarianos de endocrinología como conferencista.

Fue miembro de número y ex presidente de la Academia de Medicina del Perú y Correspondiente de la Real Academia de Medicina de España, autor de varios libros en las áreas de reproducción, población y medicina de la altura.

Estuvo vinculado al Instituto de Investigaciones de la Altura, ubicado en las altitudes inverosímiles de Morococha donde desde 1934 la Fundación Rockefeller lo había dotado de equipos.

Allí también estuvieron allí otros amigos de Colombia como Luis Sobrevilla, Eduardo Pretell, Rolando Calderón y Federico Moncloa. Al ingresar a la Academia en Colombia, Guerra-García disertó sobre la trascendencia de la biomedicina de la altura.

Académico Correspondiente Hernando Villamizar Flórez

Hernando Villamizar Flórez

Ramiro Calderón1

Hace algunas semanas, a los 101 años, muere en Cúcuta el Dr. Hernando Villamizar Flórez, ilustre miembro de nuestra Academia, representante de la hidalguía Pamplonesa y de la prosa Cervantina, bachiller del colegio Provincial, fundado por Francisco de Paula Santander, médico y Ginecobstetra de la Universidad Nacional de Colombia, miembro de la Sociedad Colombiana de Ginecología y Obstetricia y de la Tertulia de la Clínica Norte.

Paz en su tumba.

Autor


1 Ramiro Calderón. Presidente del Capítulo de Norte de Santander de la Academia Nacional de Medicina.

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *