Situaciones de Violencia de pareja antes del Diagnóstico de VIH

Discusión

La vulnerabilidad de las mujeres no solo está sujeta al factor biológico al ser más susceptibles de adquirir la infección del VIH por sus características fisiológicas. Sino que también factores sociales, económicos y culturales tienen un peso enorme en la desigualdad para mejorar su salud sexual.

Esta vulnerabilidad no es modificada por la intervención médica, sino por las condiciones de vida y las opciones personales que reflejan los determinantes sociales de salud en cada individuo.

No es ajeno para Colombia que el ámbito de la violencia ha traído graves repercusiones dentro del conflicto interno. Y que la violencia de género representada por las manifestaciones físicas, repercusiones psicológicas, económicas y de relaciones de poder– implica una alta prevalencia en la mayor parte de la población.

En torno al fenómeno de violencia, el componente cualitativo pretendió profundizar en las vivencias de las mujeres que eran víctimas de actos de violencia por sus parejas y cómo llegaban a relacionarse con el diagnóstico de VIH. Y que según indican los hallazgos de la literatura internacional previamente descritos, la violencia podía llegar a incrementarse posterior al diagnóstico.

El modelo socioecológico sugiere que los factores individuales, de relación y estructurales influyen en los resultados de salud. Y se utiliza ampliamente en la investigación de violencia de pareja porque incorpora muchos factores complejos que influyen en la pareja (42).

Dentro del modelo ecológico del estudio (Figura 2), y con la información obtenida a través de las entrevistas grupales se puede observar que hay una mayor influencia de los factores de relación de pareja. Y que, con la estructura de la sociedad identificada por las pacientes, llevan a mayor presentación de situaciones de violencia de pareja antes del diagnóstico de VIH.

Modelo de relación entre la violencia de pareja y VIHLas mujeres entrevistadas identificaron como:

Factores que afectan la dinámica de pareja la preconcepción masculina de subordinamiento, la celotipia, el consumo de alcohol, carácter agresivo de ambos, el descubrimiento de infidelidad, antecedentes de violencia familiar, y no apoyo de familiares.

Dentro de los factores individuales como comportamientos personales que afectan la salud de la persona. Las mujeres hicieron mención de miedo al abandono, miedo a perder apoyo económico, la respuesta que tenían a la violencia de sumisión o de responder con más violencia. Y la respuesta a la ruptura del vínculo de pareja dentro de la dinámica de convivencia.

Y los factores estructurales referidos como factores sociales o comunitarios más amplios que impactan en la salud. Están dados básicamente por un sistema de salud débil que no tiene un engranaje institucional y que no brinda adecuadas respuestas a las expectativas de las mujeres con respecto a la ayuda que le puedan brindar.

Como se muestra en la Figura 3, el tipo de respuesta en cuanto a los fenómenos de violencia de pareja posterior al diagnóstico de VIH entre las pacientes, tiende a cruzarse y cambiar.

Respuesta a la interacción entre la violencia de pareja y el VIHEn lugar de caer en categorías distintas, las participantes a menudo presentaban historias con algunos puntos en común y con múltiples desenlaces. Compuestas por aspectos tanto positivos como negativos como reacción a la violencia de pareja después del diagnóstico.

Mientras que un mayor tiempo de convivencia y el empoderamiento por parte de la mujer de su proyecto de vida parecieron disminuir los episodios de violencia. Posiblemente dado por una mayor cantidad de situaciones vividas y una superación de los mismos. La intensidad mayor en la violencia sufrida antes del diagnóstico pareció empeorar los resultados.

Actos de violencia de la pareja

Si bien la maternidad era un elemento que influenció la respuesta a los actos de violencia de la pareja. Al continuar en una relación dañina en procura de tener asegurado las necesidades básicas de sus hijos por el aporte económico que, hacia el hombre. Posterior al diagnóstico de VIH las mujeres asumían un papel de desesperanza y sacrificaban sus propias necesidades por las de sus hijos. Y solo con el trascurso de tiempo hay un empoderamiento para lograr objetivos trazados en sus proyectos de vida.

Un elemento en común en todas las narraciones es la negación a que sus hijos hubiesen presentado daños psicológicos con las situaciones de violencia de sus padres. A pesar que las mujeres no puedan proteger por completo a sus hijos de este tipo de daños (43).

Si bien se ha documentado que la experiencia de ser víctima de violencia de pareja puede obstaculizar la disposición de las mujeres para tomar medicamentos antirretrovirales (44). Ninguna de las mujeres entrevistadas manifestó problemas de adherencia a sus tratamientos para el momento de la entrevista. Sin significar que las situaciones de violencia no las hubieran afectado en su autocuidado.

La teoría del género y el poder (45), postula que las dinámicas de poder desiguales limitan la capacidad de las mujeres para ejercer el control personal en las relaciones (46, 47).

Así, esta relación se encuentra en mayor contexto en estas parejas cuando eran diagnosticadas con VIH (48).

Entrevistas no identifican al diagnóstico de VIH

Sin embargo, la mayoría de las participantes de las entrevistas no identifican al diagnóstico de VIH como un factor para que se presentaran situaciones de violencia. Lo que refuerza los hallazgos en la fase I donde las mujeres habían referido presentar más situaciones de violencia antes del diagnóstico de VIH. Y fue en el análisis de las narraciones que se encontró que varias mujeres si habían presentado violencia verbal, psicológica. Y sexual como manifestaciones producidas por el estado de vivir con el virus.

En cuanto a la violencia sexual, identificada como el rechazo de parte de las parejas a tener relaciones sexuales. Extremar los cuidados de trasmisión equivocados como evitar abrazos, caricias o utilizar doble condón. Se logró identificar que se daba en la relación en una pareja discordante. Es decir, cuando el hombre es negativo para VIH, y surgía como un miedo a la trasmisión lo que conllevaba a maltrato psicológico y estigmatizante sobre vivir con VIH.

En todas las mujeres se vio un escaso empoderamiento cuando vivían situaciones de violencia y pocas herramientas para acudir a redes de apoyo a fin de abordar este tema para dejar de ser maltratadas.

No hubo un buen soporte o creencia en las instituciones que les pudieran brindar ayuda. Sea porque no querían acudir a ellas o porque no recibían la respuesta inmediata que esperaban. Los procesos que utilizaban tales instituciones, según sus relatos, no las protegían y, en cambio, las exponían a recibir represalias por parte de los victimarios.

(Lea También: Las Percepciones de las Mujeres con VIH Víctimas de Violencia)

No se encontraron factores protectores en las circunstancias en que fueron maltratadas:

Y a pesar de que la mayoría eran separadas, esta separación se dio luego de mucho tiempo de convivir en relaciones nocivas; lo que el diagnóstico de VIH implicó en sus parejas, fue refrendar la imagen de abusadores que habían sido en sus vidas.

Contrario a lo publicado en cuanto a un aumento de las situaciones de violencia en el embarazo (49, 50). En general las mujeres participantes no tuvieron un incremento de estas situaciones en su gestación; una de las mujeres relató que podrían ser tristes, pero no violentos.

Sin embargo, una mujer tuvo un desenlace fatal, ya que perdió la gestación por secuelas en su organismo luego de varios golpes recibidos por su pareja.

A pesar de lo descrito, ninguna de las mujeres relató algún tipo de culpa por lo que llegaran a considerar decisiones incorrectas en su vida de pareja, ni de cómo eligieron a su cónyuge. Las personas pueden vivir juntas, pero experimentan cambios en sus sentimientos, perdiendo relaciones sociales significativas y vínculos emocionales.

Para ambos componentes se evidenció que la influencia del consumo de licor y drogas psicoactivas no fue significativa. En el análisis bivariado no se presentó, y en las narraciones del componente cualitativo fueron pocas las mujeres que mencionaron vivir estas situaciones.

Sin embargo, cuando se presentó, aumentaba la intensidad de la violencia sufrida causada por sus parejas.

Aunque no se pudo determinar que la situación de separación de sus parejas se hubiera debido al diagnóstico de VIH. Sí se encontró en el componente cualitativo que la mayoría de las mujeres se habían separado por situaciones previas de violencia. O por años de mala convivencia y no resolución de problemas y, en todos estos casos, la separación surgió por iniciativa de la mujer.

Como toda investigación cualitativa es específica de una muestra y contexto, y no debe ser generalizada a otras poblaciones o a contextos distintos.

Como limitación en el desarrollo del estudio, se observó que, si bien se garantizó la confidencialidad y el anonimato de las participantes. Se presentó una situación que incidió desde la primera actividad.

En concreto, la no asistencia de mujeres invitadas, a pesar de la llamada telefónica, la convocatoria y la confirmación el día anterior a la fecha asignada para la reunión. Lo cual no permitió obtener más experiencias de mujeres en este contexto.

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *