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Pensar la medicina

Editorial: U. Nacional de Colombia
Autor: Jose Félix Patiño R.
Año de edición: 2014
ISBN: 9789587619942
Páginas. 269

Gustavo Silva Carrero1

En una mañana de viernes, a mediados de 1948, un joven con la impaciencia de vivir espera en su casa paterna la respuesta de tres universidades extranjeras: Berkeley, Harvard y Yale. Después del cierre de su universidad, por causa de la inestabilidad que vivía el país y expresada en el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, su familia y él deciden que sus estudios de medicina deben continuar en los Estados Unidos.

Ese joven, de 21 años por entonces, solo tenía un plan, el plan que había elaborado cuidadosamente desde su infancia, cuando conoció a uno de los médicos más importantes del país, su padre, Luis Patiño Camargo.

José Félix Patiño Restrepo soñó desde temprana edad con ser un médico tan bueno como su mentor, y entregarse a la responsabilidad humanitaria de vivir por las vidas de los demás. Su plan era tan claro y definido, que a pesar de que, a cuenta gotas, llegaron las respuestas de Berkeley y Harvard aceptándolo sin condición en sus programas de medicina, él prefirió apaciguar su impaciencia, y de paso la de su padre, y esperar un fi n de semana más la respuesta de Yale.

¿Por qué Yale?, ¿por qué esperar? Porque el joven ya lo había decidido desde hacía un buen tiempo. José Félix iba a estudiar en la escuela de medicina en donde John F. Fulton, uno de los neurofisiólogos más importantes de mediados de siglo XX, impartía clases. A Fulton lo conoció a través de su texto de fisiología en las clases de medicina de la Universidad Nacional.

Como era de esperarse, y como ha sucedido con los propósitos del Dr. José Félix Patiño a lo largo de su vida, sus planes se cumplieron a cabalidad.

La carta llegó un lunes cuando la tarde ya se escondía. Unos meses después, ese joven inquieto y lo suficientemente clarividente para saber que sus planes se iban a cumplir, fue recibido en Yale por el propio Fulton, quien se convirtió en su tutor y quien le entregó, el mismo día de su llegada, las llaves de la oficina del que fuera su mentor, el creador de la neurocirugía, Harvey Cushing.

La presencia de Cushing en los libros, en el método y en toda Yale, encendió en el espíritu del joven Patiño, aún con más fuerza, el amor por la investigación y la necesidad de buscar la perfección en la práctica quirúrgica.

Hoy, el Dr. José Félix Patiño Restrepo es reconocido por sus colegas como El Médico por excelencia. Esto gracias a la importancia de su labor que ha traspasado fronteras tanto geográficas como disciplinares.

Sus logros son abundantes; en la medicina, por ejemplo, fue el creador de la técnica quirúrgica Shunt cavo-pulmonar, recibió por su investigación en Yale el Premio Borden y es re­conocido con excelencia por su ejercicio profesional, que por cerca de cincuenta años desempeñó en nuestro país.

Como profesor ha sido excepcional, los estudiantes de una gran cantidad de universida­des del país, en especial la Nacional y los Andes, han tenido el privilegio de escucharlo y aprender de él. Es cofundador de la Fundación Santa Fe de Bogotá, acaso la mejor institución hospitalaria del país.

Fue el mentor y jefe coordinador del grupo que creó la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes. Por si esto fuera poco, en la década de los sesenta del siglo pasado, siendo ministro de Salud, trajo al país los medicamentos genéricos, mostrando con esto su profundo compromiso social.

En el campo de la educación no son pocos sus logros y reconocimientos. Tal vez el más profundo y de mayor alcance ha sido la llamada Reforma Patiño que implementó en el corto periodo de dos años, allá por 1964, en la Universidad Nacional de Colombia. Esta reforma, profunda y estructural, le entregó al país una universidad moderna y organi­zada que privilegia la vivencia universitaria sobre el mero aprender y memorizar.

En su papel como director ejecutivo de la Federación Panamericana de Asociaciones de Facultades y Escuelas de Medicina, Fepafem, impulsó un currículo innovador en los programas de medicina de la región, currículo que aún hoy se lleva a la práctica con gran éxito en numerosas escuelas de Latinoamérica.

En 2011 le fue conferido por el Gobierno Nacional el premio Simón Bolívar, Orden Gran Maestro, a los mejores en educación, un reconocimiento por toda una vida dedicada a la excelencia.

Me atrevo a asegurar que este libro también fue soñado por el Dr. Patiño en sus noches de infancia, cuando planeaba con meticulosidad quirúrgica su vida como médico y los aportes que le entregaría a su amada profesión.

Pensar la medicina es el tributo a algo que el Dr. Patiño ha hecho tan bien y con excelencia: vivir la medicina. Vivirla desde su infancia al lado de un gigante de esta profesión como fue su padre; vivenciarla en Yale todas la noches leyendo los libros que algún día habían sido escudriñados por los ojos expertos de Cushing.

Parafraseando al Dr. Patiño: vivir para enseñar, operar y crear con la mente, con las manos y con el corazón, esa ha sido su guía permanente en la medicina.

Este libro reúne más de treinta años de re­flexión sobre la práctica médica, su enseñanza y su desarrollo. El autor ha querido entregarnos sus reflexiones organizadas en cuatro ejes temáticos que reflejan el gran alcance y actualidad de su pensamiento.

En una primera parte nos presenta profundas reflexiones filosóficas e históricas sobre la profesión de Hipócrates. En Historia, ética y epis­temología de la medicina, el Dr. Patiño hace gala de su gran erudición, como humanista consagrado que es, y nos presenta el fundamento conceptual y espiritual de la medicina al revisar con detalle el Juramento hipocrático. De otra parte, reconstruye los presupuestos éticos del acto médico a la luz de su conocimiento histórico y filosófico, y concluye que la medicina es la más humana de las profesiones.

En la segunda parte, el Dr. Patiño se adentra en su especialidad, la cirugía, y reflexiona no solamente sobre el quehacer quirúrgico, sino sobre el sentido mismo de la cirugía. La ética que fundamenta todo desarrollo médico se encuentra aquí aplicada a la cirugía, mediante las propuestas filosóficas de Aristóteles, a quien el Dr. Patiño ha estudiado con exactitud.

El texto que le da nombre a esta sección, La cirugía: con el corazón, con la mente, con las manos, es un bella pieza con profundas significa­ciones en la práctica quirúrgica, pues la cirugía es, según el Dr. Patiño, una actividad intensamente moral, que a la vez es compasión, humanitarismo, destreza y conocimiento.

Para la tercera parte, el Dr. Patiño nos reserva todas sus discusiones y propuestas alrededor de la educación médica. Como Abraham Flexner, el autor de este libro sostiene que la medicina es esen­cialmente un sistema educativo.

En este sentido, los jóvenes que ingresen a la carrera de medicina, ingresan a una manera específica de educación, en la que se articulan íntimamente la enseñanza y la práctica, la ciencia y el humanismo, el servicio y la autoconstrucción como persona y ciudadano.

Además de presentar los fundamentos que él llama “imperecederos” de la educación médica, el Dr. Patiño ve hacia adelante. Propone un currículo innovador, en el que la tecnología y la sociedad del conocimiento y la información juegan papeles preponderantes para la formación en el paradigma médico.

Uno de los textos presentados en esta sección es especialmente avanzado: “Educación, epistemología y pedagogía médicas. De la bio­medicina a la infomedicina”. Allí el autor presenta los desafíos a los que se enfrenta el profesional de la medicina en nuestros días, y con cuidadosa argumentación expone las nuevas estrategias que se deben asumir desde la educación para superar y aprovechar tales retos.

Quién más autorizado para discutir sobre nuestro inadecuado sistema de salud que el Dr. Patiño. En el análisis, la crítica y las propuestas de un nuevo modelo transcurre la última parte de este libro generoso en ideas y pensamientos. (Lea también: Obituario, Arturo Morillo Quiñones 1925 – 2015)

Desde su aprobación como Ley 100 de 1993 y hasta hace pocos meses (entre 2013 y 2014) con los intentos de reforma que se han presentado por parte del Gobierno Nacional, el Dr. Patiño ha señalado, y lo sigue haciendo, que el sistema “gerencial” de salud colombiano es todo lo contrario a lo que en esencia es la medicina.

El problema fundamental de la Ley 100 es precisamente la desprofesionalización del acto médico. Ahora los médicos son a lo sumo administradores del tiempo de sus pacientes para generar cobertura, dejado de ser auscultadores de las dolencias y científico con profundo sentido humanista. El Dr. Patiño no se queda solamente en la crítica, sino que propone y señala el camino.

Pensar la medicina demuestra en sus páginas no solo el conocimiento de su autor alrededor de esta profesión nacida del amor por la humanidad, sino que también expone en toda su magnitud la esencia vital del hombre, del médico, del huma­nista. El Dr. Patiño ha vivido la medicina desde su infancia y, tal vez, gracias a eso, José Félix Patiño Restrepo, además de un buen médico es un gran ser humano.


1 Departamento de filosofía. Universidad Nacional de Colombia

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