Presentación del Libro “Patología Quirúrgica Neonatal de Alto Riesgo”

Del Académico Hernando Forero Caballero

La supervivencia del hombre sobre la tierra se ha visto permanentemente amenazada por múltiples circunstancias:

A través de los siglos la mayor causa de mortalidad en nuestro mundo ha sido la perinatal debida a causas obstetricas, a partos distócicos, a procesos infecciosos de la madre o el niño, o a procesos sistémicos.

Sin embargo la mortalidad infantil perinatal, a partir de la implantación de la limpieza de las manos de Semmelweis, disminuyó en forma considerable, así como con la aparición de las vacunas que controlaron las enfermedades prevenibles y los antibióticos que se encargaron de curar las infecciones mas severas, para lograr el milagro de que hoy en día la mayoría de los embarazos lleguen a feliz termino y tengan un parto normal.

Los hombres agrupados en comunidades a través de las épocas. experimentaban lo que generalmente era una vida de miseria.Patología quirúrgica neonatal

La presencia constante de la muerte asechaba a los grandes hombres lo mismo que a la gente común y es asombroso observar como dicho estado de cosas se mantuvo invariable hasta el siglo XX.

En primer lugar los casi permanentes estados de guerra feudales unas, familiares otras, internacionales algunas, que diezmaban la población y producían inmensos estragos demográficos, sin olvidar que las dos más cruentas guerras del orden mundial tuvieron lugar en el siglo XX asi como, cual secuela de la última, el holocausto judío producido por una pequeña, terrible organización de personas autoelegidas como seres superiores. (Lea también: Presentación del Libro “Itinerario Histórico de la ALANAM”)

En el siglo XXI que apenas nace, se suceden múltiples guerras internas en los diferentes piases:

Colombia es ejemplo mundial del más cruel e inhumano enfrentamiento fratricida, que parece no tener fin y por el contrario se agrava día por día, dejando vislumbrar lo que puede ser la tragedia y el holocausto mayor en la historia de Colombia, si no se logra poner fin en el mas corto plazo al panorama de intolerable sufrimiento social de nuestro pueblo.

En segundo lugar, después de las guerras, eran responsables de esa condición angustiosa y aparentemente insuperable, los estragos producidos por las enfermedades infecciosas. Los hombres han convivido con la pestilencia desde los albores de la historia escrita; tanto la enfermedad como las condiciones que favorecían su propagación constituían inevitable realidad.

En medio de la absoluta carencia de higiene en la que las ratas y los parásitos, tanto de los animales como de los humanos pululaban sin control, las enfermedades infecciosas florecían tanto en forma endémica como epidémica, ya que sus agentes etiológicos

se desconocían hasta bien entrado el siglo XIX, aceptándose como causas las miasmas y los malos aires provenientes de tamaña suciedad, así como se tejían toda clase de mitos incluyendo el castigo de Dios por el mal comportamiento humano, para basar su etiología en creencias originadas desde tiempos bíblicos.

Pero aparecieron Jenner y Pasteur y Koch y Flemingy Waksman y dominaron en principio los procesos infecciosos.

Pero aparte de estos dos inmensos flagelos persisten otros aún mas injustos, más inesperados y terribles, como son los ocasionados por fallas en la naturaleza misma de la organización genética, que actúan sobre la reproducción: los procesos patológicos neonatales o malformaciones congénitas que conservan su alta frecuencia, agravados y multiplicados por la desnutrición, por los métodos anticonceptivos mal utilizados, por la iatrogenia y por otras causas no bien conocidas que contribuyen a la conformación de estas anomalías.

Al principio del siglo XXI se vislumbran nuevos horizontes, pero asi mismo nuevos problemas. Los humanos viven más pero la longevidad implica más tiempo para enfermar y por consiguiente mayor esfuerzo y recursos para conservarse bien y para preservar su bienestar a lo largo de esa prolongada ruta.

La conquista mas grande de la medicina ha sido el control casi total de la mortalidad materna e infantil durante el embarazo y el parto, pero esto no ha hecho que las malformaciones fetales y neonatales hayan disminuido, aunque se tiene hoy en día la esperanza fundada en la genética que pueda conducir a la prevención de tan doloroso cuadro.

La humanidad, en su extrema dureza, se ha ensañado siempre con la niñez, ejemplo de ello son las actitudes brutales y condenables de pueblos enteros que arrojan a la muerte a los recién nacidos del sexo femenino, o a los que presentan sindrome de Down, o malformaciones congénitas, u obligan a los que sobreviven a los trabajos mas rudos o, mas tarde a la prostitución, al analfabetismo y a la delincuencia, como pasa para nuestra vergüenza en la actualidad en nuestra tierra.

Pero en medio de este angustioso estado de cosas y como contrapeso a tanto dolor, surgen personas como el doctor Hernando Forero Caballero que, como el mismo lo dice “en su soledad de Profesor emérito retirado”, crean obras como las que hoy oficialmente ha presentado ante esta benemérita Academia.

El libro del Académico Forero tiende, en el campo científico, a compendiar en un volumen de naturaleza netamente didáctica:

El enfoque con el que el cirujano pediatra neonatólogo debe atender el producto intrauterino, o al recién nacido que presente esas terribles deficiencias, que tanto dolor y angustia producen en sus progenitores y familiares, o para recuperar para la sociedad a los miles de niños condenados antes a la muerte, o al sufrimiento y a la burla durante su triste existencia.

El suscinto análisis de la brillante hoja de vida del doctor Forero Caballero, nos lo muestra como un estudioso permanente de las enfermedades de la niñez y en este importantisimo campo el de las enfermedades de tratamiento quirúrgico y dentro de ellas, del más reciente desarrollo de la cirugía infantil, la cirugía intrauterina y neonatólogica, precioso campo en el cual ha sido pionero de su desarrollo en Colombia.

Desde su tesis de grado sobre la persistencia del conducto arterioso, pasando por la Jefatura de Clinica de Cirugia Pediátrica, hasta alcanzar el grado de Profesor emérito y Maestro universitario de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional y Fundador del Servicio de Cirugia Neonatal del Instituto Materno Infantil, hasta miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina, en la cual ha desempeñado altos cargos directivos, ha sido además autor de varios libros relativos a la especialidad.

Cuenta en su haber intelectual la dedicación a la historia de la medicina, cuyo producto son los libros:

  • “Evolución histórica de la Medicina en Santafé de Bogotá”
  • “Indígenas de la Nueva Granada”
  • “Fundamentos sociológicos de la medicina primitiva”
  • “Desarrollo histórico de Cundinamarca”, y prepara el libro sobre “Evolución Histórica de la Medicina Colombiana”.

El doctor Forero Caballero nos entrega en este bien editado volumen, un compendio inigualable del tratamiento de los cuadros patológicos del neonato, que podría ser catalogado como la expresión universitaria mejor lograda de las Guías de manejo de las principales entidades que componen estas fallas de la naturaleza.

En cada uno de los procesos analizados expone la raices embriológicas:

La fisiopatología, el cuadro clínico y el diagnóstico, la radiología, los estudios paraclínicos; establece el diagnóstico diferencial, se detiene en el manejo inicial del proceso, para pasar cuando es el caso, al procedimiento quirúrgico necesario, con su indicaciones, con su técnica, con el cuidado postoperatorio, con las complicaciones que pueden presentarse en su tratamiento, así como el manejo del niño una vez dado de alta del hospital.

Es mi deber y mi orgullo felicitar efusivamente a Hernando Forero Caballero por esta magnífica obra, que debe constituir, a no dudarlo, una preciosa Guía de manejo para los cirujanos que hayan de dedicarse a esta benemérita y nueva subespecialidad de la cirugía y para los médicos en general, pues en ella encontrarán las bases para el tratamiento ético y altamente técnico de la cirugía neonatólogica.

A atender científicamente este injusto flagelo, ha dedicado su vida Hernando Forero; su hoja de servicios asi lo acredita, y ahora con este libro va a guiar a sus lectores por el difícil y admirable arte de su corrección quirúrgica.


Académico Gilberto Rueda Pérez

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