Endocrinología y Cáncer, Resultados

En la figura 1 vemos el número de pacientes de primera vez vistos por cada año de consulta, su crecimiento exponencial hasta lograr el cenit en 1979, para cierto decrecimiento posterior hasta 1991.

En cuanto a los datos demográficos, 81% eran de sexo femenino, y al excluir las patologías características de un determinado sexo, quedaron 71.3% de mujeres.

El promedio de edad fue de 51.4 (con una desviación estándar de 15.1) años, pero existieron notables variaciones para ciertos tipos de cáncer, lugar geográfico de origen y procedencia. (Lea también: Artículos Científicos, Endocrinología y Cáncer)

Unos 1350 pacientes habían nacido en Cundinamarca o en Bogotá, unos 1150 en Boyacá o Tolima, y los restantes eran oriundos de los Santanderes, Huila, Meta, departamentos occidentales, eje cafetero y Antioquia. 50% procedía de la capital, otro 30% de Cundinamarca, Tolima y Boyacá, y el restante 20% de los departamentos mencionados, otros departamentos, algunos extranjeros y otros pocos de procedencia desconocida.

En la Tabla 1 vemos los tipos de cáncer más frecuentemente observados en la consulta de endocrinología.

Tabla No. 1

Distribución anual pacientes con cáncer

Figura 1.

Una serie de publicaciones de Cortázar, Ahumada y Otero, que rivalizaron en cantidad y calidad con las investigaciones del grupo de tiroides de la Universidad del Valle (Gaitán, Wahner), generaron una importante cantidad de datos, tales como los usos diagnósticos y terapéuticos (hipertiroidismo, cáncer de tiroides) del yodo radiactivo, asociación de bocio y cáncer de tiroides, prevalencia de las enfermedades tiroideas, tratamiento de la tiroiditis subaguda, etc.(5-14).

En cuanto a adenomas hipofisiarios (Figura 2) se hizo una publicación especial de los casos de acromegalia (15).

Adenomas Hipofisiarios

Figura 2.

La tabla 2 relaciona las neoplasias (benignas y malignas) relacionadas con tejido endocrino.

Tabla No. 2
NEOPLASIAS ENDOCRINAS

Neoplasias hiperplasias

Con cada uno (0.02) apudoma, argentafinoma pulmón, ginecomastia bilateral.
(Secundaria a LMA), ginandroblastoma, hiperinsulinismo, pseudohipoparatiroidismo.
Restos adrenales de ovario, síndrome paraneoplásico, síndrome de Schwartz Moon.
Tumor neuroendocrino, timoma maligno, tiroides lingual, tumor hipotalámico, disgenesia gonadal tipo Swyer (asociada a seminoma).

El cáncer de tiroides fue extraordinariamente frecuente en esta consulta. La incidencia de los adenomas hipofisiarios por años la vemos en la Figura 2.

La hiperfunción suprarrenal fue vista más frecuentemente en los últimos años debido a que los métodos diagnósticos eran más rápidos y exactos, especialmente en lesiones carcinomatosas. El hiperparatiroidismo fue de las entidades más buscadas pero menos encontradas.

Quince pacientes presentaron diabetes insípida secundaria a lesiones de tipo adenomas hipofisiarios hasta histiocitosis X. Otros 15 casos correspondieron a craniofaringiomas. Llama la atención que cuatro casos de carcinoma de tiroides estuvieron asociados a hipertiroidismo (14).

En un breve análisis de pacientes tiroidectomizados (total o subtotal), de unos 1000 casos intervenidos quirúrgicamente, 44 presentaron hipoparatiroidismo post-operatorio, la mayoría sometidos a tiroidectomía total. La morbilidad de la misma fue cercana al 4%.

Cincuenta y un casos de hipertiroidismo fueron tratados (45 por bocio nodular, 6 por enfermedad de Graves), todos casos asociados a algún cáncer -particularmente de cuello uterino y de mama- dato similar al que ocurrió con la asociación a bocios o a diabetes.

Estos datos difieren de lo que sería una consulta de endocrinología en un hospital general, donde probablemente se verían muchísimos casos de enfermedad de Graves.

405 casos de bocios nodulares (casi siempre eutiroideos), cursaron con diferentes neoplasias. 20% de estos casos eran diabéticos; en realidad se trataba de diabéticos referidos para tratamiento, a quienes se les encontraba bocios nodulares de varios años de evolución. No se pudieron identificar regiones especiales de donde provinieran los bocios y que sugirieran endemicidad en dicha región.

La tabla No. 3 muestra la patología endocrina no tumoral asociada a tumores de tejido no endocrino.

Tabla No. 3
ALTERACIONES METABÓLICAS Y ENDOCRINAS NO
NEOPLÁSICAS ASOCIADAS A NEOPLASIA NO ENDOCRINA

Con menos de 10 casos se observaron hiperlipoproteinemias (9), tiroiditis subaguda (8), síndrome de Klinefelter (7), hipertiroidismo y bocio difuso (6), tiroiditis linfocitaria (5), insuficiencia suprarrenal (5), síndrome de Turner (3), glicosuria renal idiopática (3), con dos casos cada uno, prediabetes, quiste suprarrenal, pubertad precoz y porfiria; con un caso de cada uno se vieron enfermedad de Paget del hueso, lipodistrofia simétrica múltiple, hipoglicemia funcional, hermafroditismo verdadero, granuloma de tiroides, galactorrea idiopática, enanismo por deficiencia de hormona del crecimiento, amiloidosis secundaria.

En la Figura 3 vemos las variedades histológicas de carcinoma de tiroides, por año, entre 1957 y 1993.

Variedades histologicas de carcinoma de tiroides

Figura 3.

En la Figura 4, las patologías neoplásicas asociadas a embarazo. En la Figura 5, los tipos de cáncer asociados a diabetes (1957-1992).

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Patologías neoplásicas

Tipos de cancer en diabetes

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Figura 4
Figura 5

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