Medicina: Iconografía del Dolor, La Enfermedad y la Muerte en la Cultura Precolombina de Tumaco – La Tolit

Huyo A. Sotomayor Tribín ••

En todas las épocas y sociedades el arte ha representado en forma realista y/o abstracta multitud de temas del interés de los pueblos en donde ha florecido: religiosos y mágicos, personas, animales y paisajes; y muchos otros entre los que figuran los de la enfermedad, el dolor y la muerte. Los ha representado directamente o a través de metáforas, alegorías y/o asociaciones.

Las representaciones artísticas con trazos sencillos o complejos han expresado con gran viveza en todas las culturas los mitos, las leyendas, las aspiraciones y las creencias religiosas.

El arte ha sido un gran instrumento para recrear en la mente de los hombres sus preocupaciones fundamentales, sus imágenes básicas (1). El resume con simplemente una fórmula, un color, un dibujo, símbolos comunes a muchos pueblos –alas para entrar en contacto con seres superiores, fuego para castigo, agua para renacer, verde germinal, blanco de paz, negro de caos, etc.

Nuestros pueblos aborígenes utilizaron en forma similar al resto de la humanidad, su arte, e igual, representaron hombres dolientes, hombres enfermos, hombres muertos y los asociaron a gestos, escenas y animales.

El arte prehispánico colombiano presenta grandes diferencias según sus artífices hayan sido los habitantes de las cordilleras, de los valles interandinos, las planicies orientales, las selvas amazónicas o las costas ya sea por la textura de la cerámica, su forma, su color, su estilo o su tema.

Existe en el arte prehispánico colombiano uno especialmente interesante, por su realismo y bella confección de formas, equiparable al del período clásico Maya mesoamericano, que es el de la cultura Tumaco – LaTolita (2).

Esta fue una sociedad que floreció entre los años 500 antes y 200 después de Cristo en la franja costera del norte ecuatoriano y sur colombiano, como un desarrollo regional del período formativo ecuatoriano, existente desde hace más de 500años, en su fase más antigua, conocidocon el nombre de Valdivia -Machalilla- Chorrera.

En la multitud de figuras y estatuillas de Tumaco – La Tolita se han descrito una gran variedad de defectos físicos y enfermedades (3, 4) que hacen pensar al observador y estudioso del arte precolombino, que fue la cultura americana precolombina que más representó enfermedades.

Material

Son de esta cultura Tumaco las figuras que a continuación analizaré:

En la primera estatuilla (Figura 1) se ve un hombre adulto sin evidente lesión física con una desviación de la comisura labial y con la mano izquierda sobre la región aurículo-temporal izquierda.

Arte Prehispánico Colombiano

La segunda estatuilla (Figura 2) muestra un hombre adulto con una masa abdominal, los miembros superiores adelgazados, la comisura labial desviada y la mano izquierda sobre la región temporoauricular ipsolateral.

Arte Prehispánico Colombiano

La tercera estatuilla (Figura 3) muestra un varón adulto sin lesión física, con la comisura labial desviada y la mano izquierda sobre la misma región aurículo-temporal izquierda, sobre un caimán, con las fauces abiertas, haciendo continuidad con la parte inferior de su cuerpo.

Arte Prehispánico Colombiano

En la última estatuilla (Figura 4) se ve un hombre con las órbitas vacías y con los miembros superiores sobre el pecho, con un caimán con las fauces cerradas haciendo continuidad con la parte inferior de su cuerpo.

Arte Prehispánico Colombiano

Discusión

Al ver las cuatro figuras en conjunto y teniendo en consideración que en muchos ejemplos de arte precolombino americano los muertos fueron representados por caras con las órbitas vacías y que la muerte, al igual que en otras sociedades humanas, fue vista sólo como una estación en el inframundo en espera de la resucitación, la transformación o como fuente germinal para el resto de los seres vivos y que la existencia de los muertos en el inframundo se asoció con el fuego y la sed (5).

No es de sorprender que a esos seres del inframundo se les haya vinculado con el elemento revitalizador, regenerador, “bautismal”, del agua, para así impedirles desaparecer completamente y se les haya asociado con animales acuáticos como los peces, las serpientes, las conchas y los caimanes -como en nuestro caso- y que sólo las figuras que representan vivos -con las órbitas llenas- dan señales de dolor; y que éste se asocia en una de ellas con una enfermedad, podemos establecer las secuencias dolor-enfermedad-muerte, o vida-dolor y muerte – agua- caimán.

Hoy se sabe que la asociación de la cultura Tumaco- La Tolita con su entorno ambiental y sus creencias se dio así: caimán-inframundo, jaguar-tierra, águila arpía-cielo (6). Es decir, acudieron sus forjadores a asociar las tres instancias básicas de su cosmología con tres animales salvajes y poderosos. (Lea: Medicina, Reflexiones sobre Enfermería)

El dolor que en esa cultura de hace más o menos 2.000 años se expresó en su arte siempre con el mismo gesto: la mano izquierda sobre la región temporo-auricular izquierda parece que también se expresaba así en la vida real, con el mismo gesto, entre los indígenas de milenio y medio de años después en tierras del occidente colombiano, según se desprende de lo anotado por Cieza de León en el siglo XVI:

Cuando están enfermos…

Y pues trato de esta materia, diré aquí lo que aconteció en el año pasado del 46 en esta provincia de Quimbaya. Al tiempo que el visorrey Blanco Núñez Vela andaba envuelto en las alteraciones causadas por Gonzalo Pizarra y sus consortes, vino una general pestilencia por todo el reino del Perú, la cual comenzó de más adelante del Cuzco y cundió toda la tierra, donde murieron gente sin cuento.

La enfermedad era que daba un dolor de cabeza y accidente de calentura muy recio, y luego se pasaba el dolor de la cabeza al oído izquierdo y gravaba tanto el mal, que no duraban los enfermos sino dos o tres días. Venida pues la pestilencia a esta provincia está un río casi media legua de Cartago, que se llama de Consota …

donde a pocos días la pestilencia y mal de oído dio de tal manera que la mayor parte de la gente de la provincia faltó (7).

La epidemia descrita por Cieza de León parece corresponder a una infección viral, para la cual los indígenas no tenían memoria inmunológica e importada por los europeos. Entre ésta podríamos mencionar la gripe por no figurar en la descripción manifestaciones diferentes a las del dolor, la fiebre y los dolores de oído.

¿Por qué expresaron los forjadores de la cultura Tumaco de hace más o menos 2.000 años y los indígenas que conoció Cieza hace 500 años el dolor tomándose el lado izquierdo de la cabeza?

La respuesta es, con seguridad, que ello obedeció a un gesto aprendido, como podría ser hoy el girar la mano y los dedos alIado de la sien para señalar que una persona está desvariando.

Conclusiones

Hoy la religión preponderante entre los colombianos ha sustituido las imágenes del caimán y el águila arpía, para simbolizar el inframundo y el cielo, por otras. Y el jaguar, el poderoso animal terrestre de este mundo, ha sido reemplazado por las imágenes evocadoras de la tecnología dominante.

y el dolor, tan tolerado en el ayer precolombino, hoy no se soporta con la misma resignación por el conocimiento, aun del hombre más sencillo, de los actuales recursos técnicos eficaces y veloces para aliviarlo en manos de la medicina.

El hombre, hoy como ayer, recurre a imágenes y simbolismos de poder, del cielo, la tierra y el infierno para enfrentar el dolor, la enfermedad y la muerte. Hoy aunque se crea, con toda razón, en el poder de la medicina, el hombre sigue echando mano en sus momentos de crisis de la religión y la magia.

y siempre será así, en grado diferente, en la mayoría de las personas, en la medida que sigamos siendo humanos y empleando las imágenes básicas y I’us símbolos como una forma de aprender y organizar nuestras ideas del cosmos (8).

Bibliografía

1. ALCINA FRANCH, JOSE: Arte y Antropología. Madrid. Alianza Editorial S.A.,1982;pp. 11-126.
2. ALCINA FRANCH, JOSE: Las Claves del Arte Precolombino. Barcelona. Editorial Ariel S.A., 1988; pp. 53-64.
3. CORREA LURREGO, GONZALO: Algunas enfermedades Precolombinas. Revista de la Universidad Nacional: Revista bimestral Segunda época. Vol. 1,No. 1(Junio- Julio 1985);pp. 14-27.
4. SOTOMAYORTRIBIN, HUGO: Arte Indígena Prehispánico Colombiano y enfermedades. Revista Pedriatría. Sociedad Colombiana de Pediatría. Vol. 26 No. 2, noviembre-diciembre 1991;pp. 67-72.
5. ELIADE, MIRCEA: Tratado de Historia de las religiones. México, D.F. Biblioteca Era, 1986;pp. 187-200.
6. EQUIPO DE INVESTIGACION. LA TOLITA. Quito. Banco Central del Ecuador, 1989; pp. 15- 20.
7. CIEZADE LEON, PEDRO: La Crónica del Perú. Madrid. Historia 16,.1984; pp. 138-139.
8. ELIADE,MIRCEA: Imágenes y símbolos. Madrid. Taurus, 1987;p. 12.


 Miembro Correspondiente Academia Nacional de Medicina.

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