Medicina, Profesionales de Enfermería para el Siglo XXI

Conferencia dictada en el Hospital Infantil Lorencita Villegas de Santos por la doctora Inés Durana Samper.

Considero un honor y un privilegio compartir con ustedes algunos de los retos de Enfermería Profesional en el campo pediátrico y de salud familiar comunitaria, para su liderazgo en el Hospital Infantil.

He dividido mi presentación en dos partes. En la primera hago una breve reflexión sobre la evolución y afloramiento de nuestros conocimientos inherentes al ejercicio de la enfermería clínica. En la segunda parte, me proyecto al futuro mostrando un nuevo perfil que confió encuentre eco en las generaciones jóvenes a quienes les corresponde hacer la transición en el siglo XXI.

Evolución, Oportunidades y Retos

En la actualidad y en especial al interior de enfermería hospitalaria se atravieza por una gran crisis, en valores, en asuntos económicos, en condiciones de trabajo y otros que merecen nuestra atención colegiada para su solución.

Para explicarla me atrevo a remontarme y analizar un proceso histórico documentado durante mis estudios para obtener el doctorado. Según Fridson, (1, 1970) sociológo dedicado al análisis de las profesiones, Enfermería y Medicina escogieron rutas diferentes para su desarrollo ocupacional. Medicina en la década del 30 y bajo los efectos de la gran depresión económica, desarrolló sus especialidades clínicas en base a la práctica surgida con el comienzo del internado rotando por los servicios tradicionales de medicina, cirugía, pediatría y obstetricia.

Esto contribuyó a que en el seno de los hospitales surgieran otras carreras como apoyo a esas especialidades, campo ocupado casi con exclusividad hasta entonces por· Enfermería; del fisiatra y neumólogo, se formaron las terapias; del patólogo las bacteriólogas. También la introducción de alta tecnología desarrolló una gama de asistentes. Es decir, el origen de las carreras paramédicas fué efecto de la profundidad en el conocimiento clínico y producto del avance de la tecnología científica.

Entre tanto la Enfermería buscó su promoción mediante la educación y la administración con lo que inicialmente obtuvo resultados satisfactorios pero la limitó en su desarrollo clínico. También la hizo sujeto dependiente de un empleo institucional a cambio de su desarrollo como profesional independiente. En la opinión de Carper (2,1978) “Enfermería no ha sido custodia minuciosa de su saber profesional” Enfermería se ha estudiado más desde un prisma sociológico, sabemos’ mucho de las relaciones que comportan sus distintos roles, de la socialización y la aculturación en la práctica profesional pero muy poco de la enseñanza y saberes contenidos en el ejercicio cotidiano de la tarea asistencial. Es decir, esa sabiduría que va acumulándose con el paso del tiempo en el ámbito de toda ciencia aplicada.

El hecho de no haber registrado nuestras experiencias y observaciones clínicas ha tenido como secuela que la teoría de la ciencia de enfermería perdiera su singularidad y se haga en ocasiones difícil definir qué es enfermería y cuál su campo específico de su saber y de su contribución en el campo complejo de la salud. Según entiendo las notas de enfermería no se conservan y archivan dentro del documento legal de la historia clínica. Creo que ha llegado el momento oportuno para recuperar el saber derivado de la pericia profesional de enfermería.

El Hospital Infantil es el ejemplo perfecto para ello. Hoy reconocemos a cuatro profesionales por su calidad humana y de expertas clínicas, por su contribución a la práctica de enfermería pediátrica y al desarrollo y prestigio del Hospital Infantil “Lorencita Villegas”. La cátedra nos puede dar un respaldo pero en sí los conocimientos los derivamos de la investigación y de nuestro ejercicio profesional cotidiano.

La Función de Cuidar

Enfermería se sintetiza en los conceptos derivados de CUIDAR, (3, Benner y Wrubel1989) función específica e indelegable de la profesión, que tiene primacía a todo lo largo de la vida humana, empieza antes de nacer y termina con el proceso de la agonía y la muerte.

Función que le dá una permanencia en el campo clínico y que completa y le dá validez a la función médica de CURAR.

Enfermería ha perfeccionado recientemente 68 diagnósticos propios, e independientes de otras profesiones en salud (4, 1989) que junto con los 11 “patrones funcionales” de Gordon, (5, 1980) dan a enfermería profesional un nuevo contexto que le permite sentar las bases sólidas para ser reconocida como una especialidad. Me refiero a crear la especialización de enfermería pediátrica y salud familiar comunitaria en el Hospital Infantil “Lorencita Villegas”.

Esta especialidad sería realizada dentro de una rigurosa “residencia clínica” que puede plantear a nivel nacional y latinoamericano. Yo considero que ustedes cuenten con todos los elementos profesionales. Seguramente un buen proyecto encuentra acogida por parte del medio universitario y gremial, de la Gerencia y de la Dirección del Hospital. Se puede igualmente proponer asistencia técnica internacional por OMS/OPS.

Naturalmente esta es una idea que hay que elaborar y tomará algunos meses de intenso trabajo concretar.

Práctica Progresiva de Enfermería Profesional

Benner (6,1984 “From Novice to Expert”) realizó una investigación sobre la competencia clínica y el juicio discrecional del profesional de enfermería, utilizando el método Dreyfus (7,1980), este último basado en los jugadores de ajedrez. La base del modelo Dreyfus se basa en la forma como todo aprendiz adquiere conocimientos precisos a través de cinco estadios o categorías de eficiencia: principiante, avanzado, competente, aventajado y experto.

Cada grado es a su vez indicativo de cambios en tres facetas.

El primero consiste en pasar de la supeditación de enunciados abstractos de la cátedra a la utilización como modelos concretos de la práctica.

El segundo cambio, es una alteración de forma en que el principiante percibe una situación dada según la cual ésta se vé cada vez menos como un agregado de partes y mas como un todo único en el cual descuellan algunos aspectos.

El tercer paso es de una posición casi de observador imparcial a la de ejecutor comprometido en la acción. En el caso de enfermería la pericia del experto alude a técnicas de enfermería aplicadas a contingencias clínicas reales, donde se combina simultáneamente la actividad asistencial y las cualidades de evaluación clínica.

En la actualidad donde se sigue el esquema de Benner los Departamentos de Enfermería Hospitalaria están experimentando nuevas oportunidades de ascenso en la escala clínica, con objeto de que los trabajos de asistencia directa al paciente, cobren mayor atractivo y se conviertan en opciones competitivas y apetecibles para desarrollar una carrera profesional prolongada.

Para que esta “promoción” sea posible, debe asentarse en la posibilidad de aumentar el grado de adquisición de habilidades sistemáticas y ampliación de conocimientos por la práctica y la investigación.

Walter (8,1975) pone de manifiesto una serie de pautas para la mejora del futuro profesional:

• En qué medida la tarea que realiza el principiante contribuye a conservar o superar sus aptitudes, mas que entorpecerlas y anquilozarlas.

• En qué medida los saberes y técnicas ampliadas o de nueva adquisición pueden ser aplicadas en futuras labores asistenciales.

• Cuáles son las oportunidades reales de ascenso en función de una competencia profesional que los colegas, médicos y otros profesionales de salud o directivos y administradores, pacientes y familiares reconocen.

Para terminar voy a proponer una agenda que nos lleve al siglo XXI;

• Desarrollo de un programa que conduzca a la aprobación de la especialidad de enfermería clínica pediátrica.

• Elaboración de stándares de calidad de atención en todos los servicios clínicos. Estos incluyen institucionalizar la auditoría clínica (revisión de histórias e incidentes) y los protocolos de atención para medir nuestros resultados en el cuidado y la eficiencia de nuestras intervenciones (diagnósticos y procesos clínicos).

• Seminarios Institucionales sobre aportes de enfermería pediátrica, que deben publicarse y distribuirse a nivel nacional y latinoamericano.

• Discusión sistemática de casos clínicos, con componentes éticos y científicos como un instrumento y reflexión para formalizar el contenido de nuestra especialidad en enfermería pediátrica.

Muchas gracias.

Inés Durana Samper Ph. D.

Bibliografía

(1) FREIDSON, ELIOT. Profession of Medicine. New York: Dodd, Mead & Co. 1970.
(2) CARPER, B.A. Fundamental Patterns of Knowing in Nursing. Advances in Nursing Sciences (October 1978) 1,13-23.
(3) BENNER, PATRICIA Y WRUBEL, JUDITH. The Primacy ofCaring: stress and coping in health and il/ness. Addison-Wesley,1989.
(4) GORDON, MARJORIE.Nursing Diagnosis: process and applÚ:ation. New York: McGraw Hill, 1982.
(5). M.J. KIM, G.K. MCFARLAND, A.M. MCLANE. Manual de Diagnóstico en Enfermerla (Primera Edición en Castellano) Mexico Interamericana 1990.
(6). BENNER, PATRICIA. From Novú:e toExpert: excellence and power in clinú:al nursing practice. Addison- Wesley,1984
(7). DREYFUS H.l., DREYFUS S.E. Mind over Machine: the power of human intuition and expertise in the era ofthe computer. New York: The Free Press, 1986.
(8). WALTON, R.E., Improving the Quality of Work-Life Harvard Business Review on Management. San Francisco Ca: Harper & Row 1975.


* La doctora Inés Durana Samper es Enfermera de la Universidad Nacional de Colombia y PhD de la Universidad de Maryland.

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