Dr. Andres Maria Pardo y Alvarez, Apostol de La Medicina
Dr. ALVARO LOPEZ PARDO
Académico de número
El 20 de julio de 1879 fue una fecha nefasta para las fiestas nacionales.
Ese día dejó de existir el entonces Rector de la Facultad de Medicina, Dr. ANDRES MARIA PARDO Y ALVAREZ, en su casa de habitación, que actualmente se conoce, reformada, con el nombre de Palacio de Nariño o de la Carrera (1).
El Dr. Pardo, considerado por el historiador y médico Pedro María Ibáñez, (2) como uno de los más ilustres galenos que ha tenido el país, nació el2 de febrero de 1814.
En su linajudo hogar se respiraba, al mismo tiem-po, el amor por la medicina y el amor por la libertad.
Era descendiente de muy ilustres personajes. Su padre fue el Dr. Juan Maria Pardo y Pardo, médico del Colegio del Rosario, único galeno firmante del Acta de la Independencia. Su abuelo paterno, Don Manuel Pardo, también firmó dicha acta y fue encargado de llevar prisionero al Virrey Amar a Cartagena (3).
La linea materna de doña Maria Tadea Alvarez Lozano lo vinculaba con Don Manuel Bernardo Alvarez, presidente de Cundinamarca, y firmante de la Independencia; con Don Jorge Miguel Lozano Peralta y Varaes, Maldonado de Mendoza, y Olaya Primer Marqués de San Jorge.
A su vez, descendiente de don Anton de Olaya, Alférez Mayor de los ejércitos de Gonzalo Jiménez de Quezada, y a Don Fernando Maldonado de Mendoza, Gran Almirante de Castilla (4).
Nació el Dr. Pardo en los primeros años de la Patria Boba, cuando ya los españoles se preocupaban por organizar una expedición para recuperar sus antiguas colonias. En efecto, La Junta de Generales a propuesta del Héroe de Bailén, General Castaños, decidió comisionar a Morillo para dirigirla.
Entró este a Santa Fé, de incógnito, el 26 de mayo de 1816 y el 30 de dicho mes, firmó un indulto, que no tenía un contenido real y comenzó la persecusión de los patriotas.
Cuando sólo contaba el Dr. Pardo con 2 años, su familia sufrió el peso de la bota española. El 4 de septiembre de ese año fue fusilado su tio Jorge Tadeo Lozano, ello del mismo mes cayó su abuelo Manuel Bernardo Alvarez.
Su padre fue cargado de cadenas y enviado a los Llanos del Casanare, y su abuelo paterno fue puesto preso en Cartagena. Los bienes confiscados y la familia desamparada. (Lea también: Semblanza del Profesor Edmundo Rico “1897 – 1967”, 2 Parte)
En 1819, cuando había cumplido cinco años, vino la Batalla de Boyacá, que selló la Independencia y con ella la posibilidad de reunirse con su padre, quien fue liberado por el Héroe Llanero Nonato Pérez (5), para recibir, junto con otros médicos ilustres, como Quijano, Merizalde, Lasso de la Vega e Ibáñez, pruebas de aprecio por parte de Bolívar y Santander .
. El estudio fue una de las grandes pasiones del Dr. Pardo. A los 20 años se graduó de bachiller en jurisprudencia en la Universidad Central y tres años más tarde ingresó a la Facultad de Medicina, de la cual su padre fue el primer Rector.
Allí obtuvo el título de médico en 1839. Durante sus estudios había desempeñado los cargos de Oficial del Senado de la República, y el General Santander, reconociendo sus méritos, le nombró Oficial Mayor de dicho Cuerpo Legislativo, cuando sólo tenía 25 años.
A los pocos meses de haberse graduado, fue nombrado catedrático del Colegio del Rosario yen 1840 fue llamado por el gobierno a dictar las Cátedras de Anatomía y Cirugía en la Universidad Central, ya desempeñar el cargo de médico del Hospital Militar, al cual hubo de renunciar para atender su creciente clientela privada.
Cuando se hizo cargo de la Cátedra de Fisiología, organizó un programa de estudios, que introducía por primera vez, en forma oficial, lecciones sobre Psicología para estudiantes de Medicina (6). Según Ibáñez (7) correspondió a Vargas Reyes ya Pardo practicar por primera vez en Bogotá, la resección del maxilar superior y la trepanación respectiva.
En este periodo la producción científica del Dr. Pardo fue muy amplia, publicó estudios sobre Anatomía, y algunos sobre Botánica. Con el Dr. Benito Osorio publicó un “Tratamiento de las Ulceras”.
También le fueron encomendadas numerosas actividades relacionadas con la salud pública, que desempeñó con gran eficacia. Formó parte de las comisiones que creó el gobierno para luchar contra la Epidemia de Viruela que azotó al país en los años de 1840 y 1941, así como de la que preparó las medidas sanitarias tendientes a evitar que nos llegara la epidemia de cólera que se presentaba en Venezuela.
Fue tesorero de la Facultad Central de Medicina, Rector de la Universidad del Primer Distrito, Catedrático del Colegio de San Bartolomé y del Colegio Nacional; Rector, dos veces, del Colegio del Rosario y Representante a la Cámara de Bogotá.
Quizás, de todas las actividades desarrolladas por el Dr. Andrés María Pardo, las que más valdría la pena de destacar, son las inspiradas por su amor a la enseñanza de la Medicina y su valerosa defensa de la misma en medio de un país convulsionado por revoluciones y saturado de politiquería.
En 1850, se expidió la ley 15 por medio de la cual se permitía ejercer la Medicina y otras profesiones, a excepción de la Farmacia (8) a cualquier persona (7), lo cual hacía inútil la existencia de Facultades de Medicina y bajaba, obviamente, el nivel de la profesión.
Ante este absurdo, decidieron, junto con el Dr. Félix Merizalde y el Dr. Antonio Vargas Reyes, mantener sus cátedras en San Bartolomé y el Rosario, las que hubieron de sus-pender, transitoriamente, varias veces, por las revoluciones de 1851 y 1854.
Hacia 1859, la estabilidad de la enseñanza de la Medicina volvió a ser amenazada y el Dr. Pardo hizo una valiente publicación en su defensa.
Pero al año siguiente, la situación se volvió insostenible y, viendo que no podían utilizar las universidades y colegios, los Doctores Pardo, Vargas Reyes y Rivas decidieron dar lecciones en sus propias casas; ejemplo que fue seguido por otros catedráticos, como Zerda, Alvarez, Rocha y Jorge Vargas.
Esto nos demuestra el espíritu de sacrificio y la mística de estos apóstoles de la Medicina Nacional, que, frente a las dificultades políticas ya la incomprensión de algunas autoridades, dieron todo lo que podían, sin importarles SU propia tranquilidad y su propio peculio. Hasta 1864 éstas fueron las únicas cátedras médicas, y gracias a ellas se graduaron 65 galenos.
En ese año, el Dr. Vargas Reyes invitó a sus colegas a que formaran una nueva facultad, en la cual se inscribieron 39 estudiantes, entre los cuales figuró Enrique Pardo de la Roche, hijo del Dr. Andrés María.
El 22 de septiembre de 1867, se dictó la ley creando la Universidad Nacional, con su Facultad de Medicina, dirigida por el Dr. Vargas Reyes. A ella se incorporó el Dr. Pardo, luego de un viaje a Europa, donde se vinculó a numerosos científicós de Francia, Inglaterra, España e Italia. Le fue encargada la Cátedra de Histología, que fue dictada por primera vez en nuestro medio.
Nuevas responsabilidades fueron encargadas al Dr. Pardo. Fue miembro de la Inspección de Gobierno de la Universidad, Miembro de la Asamblea Legislativa del Estado Soberano de Cundinamarca, Miembro de la Junta de Lazaretos, Rector de la Facultad de Medicina y de la Escuela de Ciencias Naturales. Aquileo Parra lo en-cargó, junto con otros galenos, de organizar la sanidad Militar en el campamento de occidente.
En 1872 se vinculó a la creación de la Academia de Ciencias Naturales, a la cual, el presidente Eustorgio Salgar le dio caracter oficial en 1873. Esta fue la base de nuestra actual Academia de Medicina.
La segunda que existió en el país, pues la primera, que duró muy poco tiempo, fue fundada paradógicamente, por alguien que causó muchos dolores al país; fue Sámano quien obligó, en el año de 1817, a los médicos que en ese momento ejercían en la Capital, a reunirse todos los jueves, a presentar y discutir trabajos científicos.
Casó el Dr. Pardo en primeras nupcias con Doña María Dolores de la Roche, descendiente de noble familia francesa, con la cual tuvo 9 hijos. Luego contrajo matrimonio con Doña Rafaela Cordovez Moure, familiar del ilustre historiador, con la cual tuvo 7 hijos. Entre sus descendientes muchos han seguido la tradición, abrazan-do la carrera de Medicina.
Dice el Dr. Ibáñez en su reseña histórica, hablando del Dr. Pardo, “Su elevado carácter, su vasta ilustración médica, su habilidad como cirujano, le señalan distinguido puesto entre sus comprofesores.
Sus raras condiciones de catedrático, pues a la vez era amigo y superior de sus discípulos; su entusiasmo por el desenvolvimiento y propagación de las Ciencias Médicas, su palabra fácil y la habilidad con que mezclaba las severas palabras de la ciencia con ingeniosas anécdotas; -le grangearon siempre, y con justicia, el cariño y el respeto de sus numerosos discípulos” (9).
Tenía también un genio fuerte y no perdonaba muchas faltas de sus alumnos. Su clase, que dictaba bien en el anfiteatro o en la sala de su casa, con las ventanas abiertas a la calle, se convertían muchas veces, en espectáculo para los transeúntes que admiraban su dicción y sus ademanes.
La vida del Dr. Andrés María Pardo y Alvarez es un claro ejemplo de la lucha que ha representado siempre el ejercicio de la Medicina, que no fue fácil en su época, ni 10es ahora.
Se ha necesitado siempre una profunda convicción de 10 que significa la labor en bien de la humanidad, un gran espíritu de sacrificio, y una decisión de mantener en alto la dignidad de su profesión, aún frente a los politicastros, que tratan de hacer demagogia con ella, a costa de los médicos.
Afortunadamente siempre ha contado la profesión con varones ilustres que han sabido responder a esas exigencias y han mantenido en alto el nombre de la Medicina Nacional.
Bibliografía Consultada
1. CORDOVEZ MOURE, J.M. “Reminiscencias de Santa Fé y Bogotá Tomo 11 – Ed. Sol y Luna 1966.
2. IBAÑEZ, PEDRO M. “Memoria para la Historia de la Medicina en Santa Fé de Bogotá” – Revista de la Facultad de Medicina Universidad Nacional – Vol. 3S N° 2-3 Y4. Dic. de 1967.
3. RESTREPO J.M.
“Notas para la publicación del II tomo de la Genealogía de Santa Fé de Bogotá”. (Inédito).
4. RIVAS RAIMUNDO “Los Fundadores de Santa Fé de Bogotá”.
5. SCARPETA L. y VERGARA S. “Diccionario Biográfico de los campos de la libertad” Citado por Rosselli Humberto en “Los estudios de Medicina en Santa Fé de Bogotá” “Medicina” número 2, 1979 (pág. 66) Bogotá.
6. ARDILA RUBEN “La Psicología en Colombia”, “Desarrollo histórico” E. Trillas México 1973.
7. IBAÑEZ, op c’t.
8. BERNETH YCORDOV A, R. “Los médicos de la independencia” “Mundo Médico” Vol IX- N° 1 – Enero a Marzo 1962 Bogotá.
9. CORDOVEZ MOURE, J.M; op c’t.
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