Tuberculosis Espinal, Tratamiento Ortopédico
Este tipo de tratamiento tiene como única finalidad, el mantener la región enferma inmovilizada, evitándole toda clase de esfuerzo y peso, durante el tiempo necesario que requiera la curación de la lesión.
Esta inmovilización puede llevarse a cabo mediante tracciones, aparatos enyesados o lechos especiales. En las etapas iniciales de la enfermedad se utilizan tracciones: realizadas, bien sea, mediante jáquimas cervicales, o más efectivamente, con halos craneales, y tracciones pelvianas o femorales.
Los corsés de yeso siguen a las tracciones o a los procedimientos quirúrgicos, con objeto de continuar la inmovilización de la espalda comprometida: deben extenderse hasta el cuello, cuando la lesión es alta, o hasta la pelvis y los muslos, en las localizaciones lumbares de la enfermedad.
En los casos agudos, iniciales, de buen pronóstico, de compromiso monovertebral, que no se acompañan de deformidad espinal, el tratamiento puede ser médico y ortopédico exclusivamente.
Las características mencionadas, son ideales, y con muy poca frecuencia se observan en la práctica, ya que en realidad, el paciente es diagnosticado tardíamente, bien sea porque el reconocimiento de la afección no se logra hacer en forma temprana, o porque el enfermo acude tardíamente a la consulta.
El no poderse tomar una biopsia de la lesión, constituye un inconveniente a este tipo simple de tratamiento. Lea También: Tuberculosis Espinal, Indicaciones Específicas
Tratamiento Quirúrgico
Al estudiar el tratamiento médico, se hizo énfasis en la gran importancia de su correcta administración. Se señaló, como su acción se lleva a cabo, cuando las drogas seleccionadas se ponen directamente en relación con el bacilo de Koch a una concentración suficiente,lo cual puede lograrse en tejidos bien irrigados y pocos cicatrizados. No ocurre esto, en cambio, o se encuentra limitado, en focos profundos, focos caseosos isquémicos y zonas necróticas, rodeadas y aisladas de la circulación, por barreras de tejido fibroso, que el medicamento atraviesa con dificultad. Estos focos aislados, en organismos aparentemente curados, son los responsables de reactivaciones posteriores: meses o años después, debidos a la persistencia en ellos, de bacilos activos, que no pudieron ser destruidos en el curso del tratamiento médico, por ser en parte inaccesibles a las drogas administradas.
Estos factores justifican plenamente los métodos quirúrgicos, que buscan, específicamente, aquellos que abordan el foco enfermo, los siguientes objetivos:
1. Hacer un diagnóstico etiológico de la afección, así como el cultivo y la sensibilidad del micobacterium tuberculoso. No ha sido raro, en alguno de nuestros casos, el haber modificado el diagnóstico inicial de tuberculosis espinal, por el de osteomielitis piógena, gracias al acceso directo y examen bacteriológico.
Tratar directamente el foco tuberculoso, el cual erradicado precozmente evita el colapso del cuerpo vertebral y la deformidad correspondiente.
2. Permitir la resección completa de la zona afectada, de los detritus, del material necrótico, de los secuestros, y de las zonas de fibrosis, y así exponer una área cruenta accesible a las drogas específicas, que de esta manera pueden ponerse directamente en contacto con el sitio de la lesión.
3. La cirugía, en su vía anterior permite llegar a la médula espinal en forma directa y descomprimirla, ya que como se ha explicado, los elementos vulnerantes de esta estructura, están localizados, especialmente en su parte anterior (abscesoS’;’restos de disco, secuestros óseos, etc.)
4. Finalmente, esta vía, permite llevar, directamente, al área colapsada, un aporte biológico: un injerto óseo, que evita o corrige lagiba espinal.
La estabilidad ósea del área fusionada, que se consigue con la resección completa de la lesión, complementada con la artrodesis anterior, es mucho más precoz y permanente, que la obtenida por otros métodos: Esta fusión se consigue en el 70 por ciento de los casos a los 12 meses de la operación.
Esta cifra contrasta con la del 23 por ciento cuando solo se hace desbridamiento de la lesión o el tratamiento es solo conservador. Los estudios llevados a cabo en Hong-Kong y Bulawago por el Medical Research Council en pacientes seguidos por más de cinco años, demostraron cómo en los casos en que se hizo resección completa de la lesión y fusión anterior, el ángulo de la cifosis no se modificó después del tratamiento quirúrgico, en contraste con el aumento de la deformidad en otros tipos de tratamiento. (14, 15).
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