Solo los Pobres Mueren de Frío
Lima. “Friaje”, insulso neologismo usado en el Perú por ministros, parlamentarios y supuestos expertos en salud pública. En un hipotético diccionario actualizado de peruanismos, debiera definirse así: estado climático que mata a niños y ancianos pobres por Infección Respiratoria Aguda, para descargar a la sociedad de personas inútiles.
Este país posee un envidiable número de profesionales de las disciplinas dedicadas a curar y preservar de las enfermedades (médicos cirujanos, enfermeros [as], auxiliares, tecnólogos, sanitaristas, etc.), pero nadie se fija en que la solución para impedir las muertes por el friaje no pasa por el dominio de la frondosa y muy académica burocracia de la medicina.
La real causa de las muertes por el friaje es la pobreza. Esa situación de clamorosa injusticia social es su único origen. Los medicamentos distribuidos por el Ministerio de Salud, por consejo de la Organización Mundial de la Salud, configuran una política no exenta de una buena dosis de cinismo. Porque no debe implantarse ninguna medida medicinal como solución, sin haber procurado, implantar una calidad de vida concordante con la dignidad humana. Esta es una responsabilidad exclusiva del estado.
Parece que el exceso de estudios académicos y un cientificismo demasiado alejado de la cruda realidad hace que se olvide la causa, la etiología de muchas enfermedades: la injusticia social. Hace más de un siglo y medio que esto fue demostrado por Rudolf Virchow. la tuberculosis, las enfermedades diarreicas agudas (incluyendo al cólera), la desnutrición, el raquitismo, la sarna, la cisticercosis, el quiste hidatídico, el parasitismo intestinal, el cáncer del cuello uterino y otras muchas plagas que afectan a los pobres del Perú se originan en la clamorosa falta de recursos de esa población.
Nadie parece haber notado que en Chucuito, en Tintaya o en cualquier lugar de invierno crudo, las viviendas y las escuelas debieran tener calefacción. No piensan los políticos sentados en sus escaños lo que es escribir las tareas escolares en una ambiente de 5 grados bajo cero. Los niños de países que han superado la pobreza económica, y la pobreza de espíritu de sus gobernantes, viven en inviernos muchísimo más crudos que los nuestros; pero nadie se muere allí de friaje. En conclusión: El friaje está matando a niños y ancianos. No por la dureza climática, sino por la estatal.
Uriel García Tomado de Caretas/ Junio 21., 2007
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