Los Neuróbicos
El cerebro –órgano pensante- aprende y crece al interactuar con el mundo a través de la percepción y de la acción. La estimulación mental mejora la función cerebral y de hecho protege contra la declinación cognitiva, al igual que lo hace el ejercicio físico. El cerebro humano es capaz de adaptarse continuamente y de auto-rebobinarse. Por supuesto que una demencia es usualmente causada por enfermedad (vascular, Alzheimer, otras) pero la mayoría de las pérdidas de la memoria o de las habilidades motrices relacionadas con la edad se deben al sedentarismo y a falta de ejercicio y estimulación mentales. ¡Úselo o piérdalo! O como nos decían –con algo de picardía- los amigos: órgano que no se usa ¡se atrofia! Sobre este tema hay gran cantidad de investigaciones, portales de Internet, libros, videos, etc. Los neurocientíficos han comprobado que las células se regeneran en el cerebro de los adultos y que la pérdida de memoria se debe a la reducción en número y complejidad de las dendritas que reciben y procesan la información de otras células nerviosas. Las neurotrofinas -moléculas que producen y segregan las neuronas- actúan como como combustible que las mantiene (al igual que a las sinapsis) funcionando correctamente. Ejercicios para mejorar la cognición- tales como los neuróbicos- inducen más conexiones entre las distintas áreas cerebrales y generan neurotrofinas. El mundo competitivo moderno, la longevidad, el ajetreo cotidiano, hace de nuestra memoria una joya invaluable. Así que cuando los pacientes consultan por problemas de memoria, con el visible temor de que se están volviendo viejos, habrá que tranquilizarlos y recomendarles algunos ejercicios que utilizan la percepción por los cinco sentidos. Hay varias formas de hacerlo, pero –como decíamos- son muy populares los neuróbicos, diseñados por el profesor de neurobiología de Duke University, Lawrence C. Katz. Además de los sentidos, ejercita el sentido emocional en formas inesperadas, lo que sacude las rutinas cotidianas. Las neurotrofinas liberadas fortalecen, preservan y hacen crecer las neuronas.
Algunos ejemplos de ejercicios:
• Bañarse con los ojos cerrados. Sólo con el tacto, localice las llaves de agua, ajuste la temperatura del agua, busque el jabón, o el shampoo… Verá cómo las manos notarán texturas que nunca antes había percibido.
• Cada día observe detenidamente un objeto (una fotografía, una casa o edificio, una persona que pase por la calle), luego, dibújelo o descríbalo detalladamente en su cuaderno inmediatamente. Esto ejercita también su memoria reciente. Al final de la semana repita las descripciones de los siete objetos. Esto ejercita la memoria remota.
• Usar la mano no dominante. Coma, escriba, abra la pasta dentífrica, lávese los dientes, abra el cajón con la mano que más trabajo le cueste. Péinese, báñese píntese, aféitese, lávese lo dientes con la mano no dominante.
• Estando en su cocina o su comedor, cierre los ojos y trate de identificar los olores (olor a pan, a pescado, a guiso, etc.). Luego inmediatamente escríbalos en su cuaderno.
• Lea en voz alta. Se activan distintos circuitos diferentes a los usados para leer en silencio.
• Cambie sus rutas. Tome diferentes rutas para ir al trabajo, a su casa.
• Haga una lista de todas las comidas que comió en la última semana. Haga una lista también de las comidas preferidas y de donde fue que las saboreó la última vez.
• Cambie sus rutinas. Preocúpese por salir, conocer y charlar con personas de diferentes edades, trabajos e ideologías.
• Al responder una llamada telefónica, trate de reconocer quien está llamando antes de que le digan su nombre. Al final del día haga una lista de todas las personas que la llamaron o con las que habló en el día. Anote también sus números de teléfono. Al final de la semana haga una lista de todas las personas que la llamaron o con las que habló en toda la semana y de sus teléfonos.
• Experimente lo inesperado. Use las escaleras en lugar del ascensor. Salga al campo, camínelo, huélalo.
• Cambie las cosas de lugar. Al saber dónde está todo, el cerebro ya construyó un mapa. Aprenda algo nuevo. Cualquier cosa puede servir, aprenda fotografía, cocina, yoga, estudie un nuevo idioma, arme rompecabezas, tápese un ojo para que pierda la percepción de profundidad, por lo que el cerebro tendrá que confiar en otras vías.
• Identifique las monedas. Ponga en su carro varias monedas diferentes y téngalas a la mano para que, mientras esté esperando en el semáforo, con los dedos trate de identificar la denominación de cada una.
• Cambie el mouse del computador al lado contrario de donde lo usa comúnmente.
Keep Your Brain Alive, Lawrence C. Katz, PhD. https://www.neurobics.com/exercise.html
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