Los Hiperactivos Ansiosos no son Criminales
Miami. La ansiedad y el estrés agudo se asocian con actividad exagerada del Sistema Autonómico Simpático la cual engendra incremento en la conductancia electrodérmica y en la frecuencia del ritmo cardiaco (RC). La despolarización súbita axonal autonómica de fibras simpáticas post gangliónicas resulta en sudoración y cambios electrolíticos en la interfase electrodo y epidermis, al practicar registros electrofisiológicos de la piel. En este último fenómeno se fundamenta el reflejo psico-galvánico (RPG) o la respuesta simpática electrodérmica de latencia prolongada, conocida en inglés como “Sympathetic Skin Response” (SSR).
El Desorden de la Atención tiene una variante de inatención pura y una variante hiperactiva. En la segunda existe mayor posibilidad de comorbilidad, incluyendo el Desorden de la Conducta , Desafío Oposicional , Desorden Afectivo , Ansiedad , Adicción , Trastorno Obsesivo-Compulsivo y Enfermedad de la Personalidad ya sea tipo Limítrofe (“Borderline”) Esquizotípica o Antisocial. Como es de conocimiento general, el Desorden de la Atención es mucho más común en el sexo masculino, especialmente la variante hiperactiva. Como cualquier pediatra, psiquiatra o neurólogo lo puede atestiguar, no es raro que los padres de un niño con esta enfermedad, se presenten en el consultorio del médico preocupados sobre el pronóstico de su hijo. ¿Qué le va a ocurrir? Y la mayor preocupación radica en que si su hijo, aparte de ser mal estudiante, va o no a transformarse durante su pubertad en criminal, cuando esté a riesgo de padecer la llamada “encefalopatía hormonal de la adolescencia”. Su preocupación está justificada ya que las estadísticas muestran que cerca de 50% de los niños con Déficit de la Atención y de Desorden de la Conducta, demuestran conducta antisocial durante su juventud. En otro aspecto, es importante dilucidar las bases psicopatológicas de la conducta antisocial que genera gran parte del sufrimiento humano. Se cree que los individuos con conducta antisocial presentan hipo-reactividad autonómica debido a disfunción de la amígdala y de la corteza órbito- frontal. Se sabe que lesiones en estas áreas (trauma o infarto cerebral por ejemplo) pueden dar origen a la llamada “sociopatía adquirida “. La respuesta a la pregunta de los padres de familia enunciada arriba nos la da Sabine Herpertz y sus colegas de la universidades alemanas de Rostock y Aachen .Empleando métodos científicos psico-oftalmológicos estos autores estudiaron cincuenta y cuatro niños del sexo masculino entre las edades de ocho a trece años, con Conducta Antisocial y Déficit de la Atención, al igual que estudiaron veintiún niños que llevaban solamente el diagnostico de Conducta Antisocial. Los grupos de estudio se compararon con otros dos; uno de niños únicamente con Déficit de la Atención y otro de niños normales. Aparte de la valoración psiquiátrica, los candidatos fueron clasificados utilizando la Escala Diagnóstica Conners’ para Profesores y Padres. La intensidad y la valencia afectiva de las estímulos visuales (placentera, neutra o desagradable) fue calificada individualmente por todos los participantes .El estudio consistió en la presentación de dieciocho fotografías pertenecientes al Sistema Internacional de Fotografías Digitales Afectivas. Se completaron registros electro-fisiológicos de conductancia electrodérmica y de la frecuencia del ritmo cardiaco, utilizando un sistema modular creado por ZAK Medical Technics. Para medir el RPG se colocaron electrodos de plata-cloruro de plata con impedancias por debajo de 5 kQ sobre las eminencias tenar e hipotenar de la mano no dominante. Las muestras se tomaron cada 20 milisegundos. Se definió la magnitud de la conductancia de piel como aquellas deflexiones por encima de la línea de base que aparecieron de 0.9 a 4 segundos después de la presentación del estímulo. El RC se registró por medio de un sensor digital infrarrojo, Las señales se integraron y se rectificaron con una constancia de tiempo de 0.3 segundos. La actividad cardiaca se definió por el cambio en la frecuencia promedio durante los 3 segundos posteriores al estimulo.
RESULTADOS: Los niños con Desorden de la Atención sin conducta antisocial demostraron reactividad aumentada del RPG (aumento en la amplitud de la respuesta en el registro) e incremento en la frecuencia cardiaca inicial, inmediatamente después de la percepción de las fotografías desagradables o aversivas. Esto hallazgos son diagnósticos de hiperreactividad simpática y de ansiedad. En contraste, en el grupo de niños con Conducta Antisocial, independiente de la presencia de Déficit de la Atención, se encontró reactividad autonómica simpática disminuida, tanto cardiaca como electrodérmica, luego de la visualización de fotografías similares. Aquellos con Conducta Antisocial juzgaron como neutras, las fotografías desagradables o aquellas que normalmente causan rechazo.
COMENTARIO: Los niños -al igual que los adultos- con Conducta Antisocial exhiben una reactividad disminuida o hipo reactividad autonómica simpática, en presencia de estímulos visuales normalmente desagradables, peligrosos o aversivos. Los pacientes con Desorden de la Atención y comorbilidad de Ansiedad pero sin Conducta Antisocial constituyen precisamente la antítesis del grupo anterior. El por qué es obvio. Individuos temerosos o ansiosos con o sin Desorden de La Atención, poseen introspección del peligro y pueden ANTICIPAR LAS CONSECUENCIAS AUTODESTRUCTIVAS de la conducta antisocial y por lo tanto aprenden a evitarla.
Daniel Jácome Roca, MD Profesor Asociado Clínico de Neurología Colegio Médico de Darmouth Universidad de Miami
1. Herpertz SC, et al: Response to Emotional Stimuli in Boys with Conduct Disorder Am J Psychiatry 162: 1100-1107, 2005
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